Ciclo B Día 4 Domingo segundo de Diciembre de ADVIENTO de 2011 “Preparad el camino del Señor”

La Iglesia todos los años, en el segundo y tercer domingo de Adviento, nos presenta a san Juan Bautista, que nos anuncia la venida del Mesías y nos ayuda para recibirle.

“Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.” Hoy san Marcos, el evangelista del ciclo B, nos presenta el principio de su evangelio, cuyas primeras palabras son: “Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.”

“Evangelio” significa “Buena Noticia”. Es como un grito de alegría y de esperanza y consuelo al comenzar su escrito. Buena noticia, porque Jesús, el Mesías, es una realidad entre nosotros. Toda la vida de Jesús, el Hijo de Dios, con sus mensajes, es una buena noticia.

Y aparece san Juan Bautista dando gritos en el desierto: “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”.

Preparad los caminos del Señor. Haced rectos sus senderos.

Nos dice el evangelio que el Bautista hablaba de “allanar los caminos del Señor”, recordando la predicación del profeta Isaías. Hoy en la primera lectura el profeta Isaías habla, en primer lugar, de “allanar los caminos” materiales para ir a la tierra prometida. Pero, al repetirlo san Juan, recuerda que el profeta trata de los caminos del corazón, porque el Mesías Redentor, quiere entrar a nuestro corazón por caminos rectos, amplios y adornados.

Una voz grita: "En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos los hombres juntos - ha hablado la boca del Señor“.

Lo primero que dice el profeta es “que los valles se levanten" Dios pone lo principal. Pero nosotros debemos poner nuestra parte de optimismo. A veces los cristianos debemos elevar los valles del complejo de inferioridad. Hay cristianos que en su trabajo, en su ambiente, se sienten cohibidos. Hay que poner la verdad, la alegría y, con la ayuda de Dios, mucha fe, esperanza y amor.

“Que montes y colinas se abajen” Debemos rebajar la altivez de nuestro orgullo, el engreimiento de la soberbia y el egoísmo, para poder tener, con humildad el sentido de servicio hacia los demás, como nos enseñará Jesús.

“Que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale”. Lo torcido y escabroso son los pecados, los vicios y malas pasiones. Hay muchas cosas que enderezar. A veces actuamos diferente por delante y por detrás. Vayamos con la franqueza de Dios.

Es necesaria una conversión Es necesaria una conversión. En la vida puede haber muchos momentos y grados de conversión. El Adviento nos invita a ello.. La conversión suele comenzar por la inteligencia, por la manera de pensar: dejar de pensar según lo mundano para pensar según Jesucristo.

Quien logre una verdadera conversión “verá la gloria de Dios”. Si Dios quiere nuestra conversión, es para darnos mayor alegría, sumergidos en el verdadero amor.

Esto nos dice hoy el evangelio: La predicación de san Juan Bautista era correcta, porque predicaba con el ejemplo. Su manera de vestir y actuar era la del que vivía entregado en las manos de Dios. Esto nos dice hoy el evangelio:

Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.

Dios espera tu respuesta en este Adviento Dios espera tu respuesta en este Adviento. Espera que tu le quieras, espera que te prepares y te capacites para recibir la salvación. Si hemos perdido la gracia o estamos tibios o flojos en los caminos de Dios, Él viene a consolarnos. ¡Que hermosas las palabras con las que comienza hoy la primera lectura del profeta Isaías!:

"Consolad, consolad a mi pueblo, -dice vuestro Dios-; hablad al corazón de Jerusalén, gritadle, que se ha cumplido su servicio, y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados."

El profeta Isaías (el segundo, 200 años después del 1º), se encontraba en el destierro con su pueblo. Veían el destierro como un castigo a sus pecados. Ahora siente que Dios viene a visitarles. Es la consolación de la vuelta a casa.

Por medio de esta salvación, iban a ver la “Gloria del Señor”. Para ello debían preparar el camino. Se trataba del camino espiritual de la conversión. Por medio de esta salvación, iban a ver la “Gloria del Señor”.

"Se revelará la gloria del Señor"

Esa gloria de Dios no será como un fuego devastador, sino como el susurro de una brisa suave. Dios se revela en la ternura y sonrisa de un niño, en el ocultamiento de su Hijo, y en su misericordia y en su entrega y generosidad. Esta gloria de Dios la verán todos los que la quieran ver. O los que tengan el corazón limpio.

Hoy también hay muchos sufrimientos y mucha falta de esperanza Hoy también hay muchos sufrimientos y mucha falta de esperanza. Pero en este mundo de prueba y transitorio, Dios ha venido a consolarnos, compartiendo los sufrimientos. Este compartir de Dios los sufrimientos es una de las características del cristianismo. Otros pretenden suprimirles. El cristianismo los integra y los trasciende.

Esta es la verdadera consolación. Cuando sufrimos, Dios viene a nosotros que estamos marcados con la imagen de su Hijo. Esta es la verdadera consolación. Y Dios quiere ser consolación por medio de unos para con los otros.

consolación para el mundo. Consolación para el mundo. Nosotros podemos ser consolación para el mundo. He aquí el gran mensaje de este domingo: Unido a Jesús Tu puedes ser Consolación para el mundo.

Estoy viendo en torno a mi gente que pasa vacía, Automático

hermanos que miran sin ver, sufren y lloran.

Estoy viendo en torno a mi un mundo sin esperanza,

un mundo que no tiene amor. paz, un mundo que no tiene amor.

Y Dios me grita desde el fondo de mi ser: Consolad a mi pueblo.

Y Dios me grita desde el fondo de mi ser: ¡Consolad!

Tu puedes ser consolación, para el mundo,

tu puedes ser consolación. camino de paz, tu puedes ser consolación.

la urgencia de la Palabra: Siento muy dentro de mi la urgencia de la Palabra:

sed mensajeros del Reino, "Permaneced en mi amor", sed mensajeros del Reino,

os daré al Consolador, nunca os dejaré solos

y en Él podréis compartir y en Él podréis consolar.

Porque me grita desde el fondo de mi ser: Consolad a mi pueblo.

Y Dios me grita desde el fondo de mi ser: ¡Consolad!

Tu puedes ser consolación, para el mundo.

Tu puedes ser camino de paz, tu puedes ser consolación.

Consolación para el mundo, hoy;

Consolación para el hombre quiero ser

Santa María de la Consolación, ruega por nosotros. AMÉN, AMÉN