Señor, si las palabras sobreabundan, reflúyeme hacia gestos silenciosos de amor.
Si lo más importante es la vidriera, escóndeme en gestos silenciosos de amor. Cuando la pura imagen encandile, tú cúrame desde los gestos silenciosos de amor.
Si sólo cuenta lo visible y rápido, insiste en mí los gestos silenciosos de amor.
Donde la forma es más que el contenido, enraízame en los gestos silenciosos de amor. Si ves que vendo el alma a los prestigios, desnúdame hacia los gestos silenciosos de amor.
Cuando rencor y enojo se exacerben, tú flúyeme en los gestos silenciosos de amor.
Y aún entre los que encubren sus violencias, hazme elegir los gestos silenciosos de amor. Si desprecio y calumnia hacen metástasis, ciméntame en los puros gestos silenciosos de amor.
Maestro, si hablar no tiene sentido, silénciame con gestos silenciosos de amor.
Cuando la situación lo pida todo, crucifícame en gestos silenciosos de amor. Que para estar seguro de abrazarte, te abrazarán mis pobres gestos silenciosos de amor.