OJOS PARA VER
Dame, Señor, unos ojos limpios. Quiero ver lo que Tú ves, sentir lo que Tú sientes cuando ves…
Ojos para ver la realidad. Ojos para descubrir toda la belleza que existe y está viva… ahí, delante de mí. Ojos para ilusionarme. Ojos para esperar. Ojos para sanar. Miradas para perdonar y para brindar amistad.
Te pido unos ojos que sepan llorar cuando hay que llorar; que sepan emocionarse siempre que la ocasión lo merezca; que sean capaces de enternecerse ante las muestras palpables de lo sencillo y tierno.
Ojos que, además de ver, sepan soñar con la Verdad total. Ojos que no se me distraigan a la hora de vislumbrar cuándo los campos “ya están amarillos para la siega”…
Padre: más que ver, quiero ser visto… en primer lugar por ti. Necesito sentir que Tú te has fijado en mí. Padre, necesito ver y también ser visto. Que lo que viven y hacen todos los hombres y mujeres del mundo no me pase inadvertido.
Y, también, que mi opción de vivir como Tú quieres, amando, sirviendo, compartiendo… sea vista por quienes buscan una orientación para sus vidas.
Quiero ser testigo de ese modo de vivir al que Tú nos invitas; para, así, hacer de esta Tierra un camino de Amor permanente.
Te lo digo, Señor, porque hay a quienes les gustará saber, que tu Luz es la luz que va conmigo.
… que la historia de mi vida es: estar Contigo. Amén.