Resiliencia Alumnas: Genoveva Farias Maritza Orozco Carla Monsalves

Al igual que cada año, al iniciarse un nuevo curso, la Señorita Emilia miró a sus alumnos de 5º básico y les dijo con una gran sonrisa que a todos los querría por igual. En su interior sabía que mentía, puesto que en el fondo de su corazón sabia que siempre hay algún preferido. Al fondo de la sala desparramado sobre su asiento en la última fila, estaba un niño apodado Pepe.

La Señorita Emilia había observado a Pepe y no le gustaba. Había notado que no acostumbraba a jugar con otros niños, su vestir era descuidado y a menudo parecía necesitar una buena enjabonada. Pepe era un niño un tanto desagradable, molesto para todos. Sus trabajos siempre estaban mal y a menudo, recibía las burlas de sus compañeros. A pesar de las malas notas que le imponía no mejoraba. Realmente no le gustaba este niño.

Como cada año llegó el momento en que la Señorita Emilia tuvo que revisar el historial de sus alumnos para evaluar su trayectoria escolar. Distraídamente dejó el expediente de Pepe para el final. Tampoco le apetecía leerlo y mucho menos escribir sobre él. Pensaba recomendar encarecidamente su traslado a otra escuela menos prestigiosa.

Es por ello que cuando finalmente abrió el expediente se llevó una gran sorpresa. La profesora de primer año había escrito: “Pepe es un niño muy brillante con una sonrisa sin igual. Hace su trabajo de una manera limpia y tiene muy buenos modales. Es un placer tenerlo cerca”.

La profesora de segundo año había escrito: “Pepe es un excelente estudiante, se lleva muy bien con sus compañeros, pero se le nota preocupado. Su madre tiene una enfermedad incurable y el ambiente en casa debe ser muy difícil” La profesora de tercer año escribió: “Su madre ha muerto, ha sido muy duro para él. Trata de hacer sus tareas lo mejor que puede, pero su padre no muestra demasiado interés. El ambiente en su casa pronto le afectará si no se toman medidas al respecto”

Su profesora de cuarto año escribió: “Pepe se encuentra atrasado con respecto a sus compañeros y no muestra mucho interés en la escuela. No tiene muchos amigos y en ocasiones duerme en clase” Ahora la señorita Emilia se había dado cuenta del problema y estaba muy enfadada con ella misma. ¿Cómo podía haber actuado así? Realmente estaba muy apenada. Y de hecho, comenzó a sentirse aún peor cuando sus alumnos le entregaron los regalos de Navidad, todos ellos envueltos en brillantes papeles y adornados con preciosos lazos, excepto el de Pepe.

Su regalo estaba mal envuelto en un papel amarillento metido dentro de una vieja caja de zapatos. A la señorita González le horrorizaba tener que abrir ese regalo en presencia de los otros alumnos. Y cuando ella les mostró el contenido: un viejo brazalete y un frasco de perfume, con solo un cuarto de su contenido, algunos niños comenzaron a reír. Ella detuvo las burlas de los niños al momento, exclamando lo precioso que era el brazalete mientras se lo probaba y se colocaba un poco del perfume en su muñeca.

Pepe se quedó ese día después del final de la clase y antes de irse le dijo: “Señorita Emilia, hoy usted huele como solía oler mi mamá". Después de que el niño se fue, la profesora lloró durante horas y desde ese día dejó de enseñar a los niños para empezar a educarlos. No les enseño sólo aritmética o a leer y a escribir, sino que empezó a educarlos en el respeto y el amor.

La señorita Emilia puso especial atención en Pepe. En cuanto comenzó a trabajar con él, su cerebro comenzó a revivir. Cuanto más lo apoyaba, más rápido respondía él. Al final del ciclo escolar, Pepe se había convertido en uno de los niños más avanzados de la clase y, a pesar de su pequeña mentira de que quería a todos sus alumnos por igual, Pepe se había convertido en uno de sus más queridos alumnos. Un año después, encontró una nota debajo de su puerta. Era de Pepe. Le decía que ella había sido la mejor maestra que había tenido en toda su vida. Seis años después por las mismas fechas, recibió otra nota de Pepe. Ahora le escribía para decirle que había terminado la preparatoria siendo el tercero de su clase y ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido en su vida.

Cuatro años después, recibió otra carta donde le contaba que a pesar de que en ocasiones las cosas fueron muy duras, se había mantenido en la universidad y pronto se graduaría con los más altos honores. En ella, le reiteraba a la Señorita Emilia que seguía siendo la mejor maestra que había tenido en toda su vida y su favorita. Cuatro años después recibió otra carta. En esta ocasión le explicaba que después de concluir sus estudios universitarios, decidió viajar un poco. La carta le recordaba que ella seguía siendo la mejor maestra que había tenido y su favorita, pero ahora su nombre se había alargado un poco, la carta estaba firmada por el Doctor José Rodríguez.

La historia no termina aquí, existe una carta más. Pepe ahora le decía que había conocido a una chica con la cual iba a casarse. Explicaba que su padre había muerto hacía un par de años y le preguntaba a su antigua profesora si le gustaría ocupar en su boda el lugar que usualmente es reservado para la madre del novio. Por supuesto, la Señorita Emilia aceptó. Y adivinen... Ella fue usando el viejo brazalete, y puso especial cuidado en llevar el mismo perfume que Pepe recordaba había usado su madre durante la última Navidad que pasaron juntos.

Se dieron un gran abrazo y el Dr. José Rodríguez le susurró al oído, "Gracias señorita Emilia por creer en mí. Muchas gracias por hacerme sentir importante y valioso. Por mostrarme que yo puedo ser útil a los demás". La profesora con lágrimas en los ojos, tomó aire y dijo, "José, te equivocas, tú fuiste el que me enseñó a mí que yo podía ser diferente. No supe cómo educar hasta que te conocí".

“Quien encuentra un lugar donde se siente aceptado y querido, aunque haya sido víctima de alguna injusticia o maltrato anterior, obtiene las herramientas para convertirse en alguien constructivo y con esperanza”. Jorge Barudy Labrin, psiquiatra chileno.

RESILIENCIA Capacidad de adaptarse a la adversidad frente a la destrucción, estableciendo una actitud vital positiva pese a circunstancias difíciles, mostrando una gran facultad de proteger la propia integridad bajo presión. “Esto no significa que no sufra, ya que resiliencia no es ausencia de sufrimiento. La experiencia dice que no importa lo profunda que sea una cicatriz, en ningún caso eso les determinará el futuro”.

CONDUCTAS QUE POTENCIAN LA RESILIENCIA Introspección Independencia Iniciativa Humor Creatividad Moralidad Sentido de propósito y futuro Autoestima Capacidad de relacionarse Plantear desafíos razonables Modelar el sentido del humor

FACTORES QUE FAVORECEN LA RESILIENCIA Apego Parental Desarrollo de intereses y vínculos afectivos externos Clima educacional sincero Modelos sociales que motiven poder enfrentarse de manera constructiva a las adversidades. Vivir experiencias de autoeficacia, autoconfianza y contar con una autoimagen positiva. Tener posibilidad de responder de manera activa a situaciones o factores estresantes. Asignar significados subjetivos y positivos al estrés.

INSTRUMENTOS APLICADOS: Entrevista a la familia Test de la familia (dibujo)

Ejemplos de preguntas aplicadas:

ANALISIS CUANTITATIVO. Factores protectores de Resiliencia

ANALISIS CUANTITATIVO.

SOLO PARA Q ENTIENDAN EL GRAFICO Interacción es el factor con mas desarrollo dentro de las tres familias En cambio el pensamiento critico es el menos desarrollado NO VA EN EL POWER, PERO SI LO DECIMOS LAS TRES NIÑOS ENCUENSTADOS CONSIDERAN A LA MADRE COMO PRIMER APOYO EMOCIONAL Y AFECTIVO, se confirma ya que ella es a quien primero dibujan en el test, y en la entrevista lo manifiesta como tal..

ANALISIS CUALITATIVO. Las habilidades mayormente desarrolladas en las tres familias corresponden a

REMEDIALES A TRABAJAR EN FAMILIA: Brindar oportunidades Establecer relaciones Ayude a otros Mantener una rutina diaria Cuidar de sí mismo Avance hacia sus metas Alimente una autoestima positiva Mantenga las cosas en perspectiva y una actitud positiva Busque oportunidades para el autodescubrimiento Aceptar que el cambio es parte de la vida

Estrategias a desarrollar para integrarlas en la práctica familiar y educativa: - Recompensar la voluntad de asumir riesgos. - Alentar el aprendizaje permanente. - Fomentar el sentido del humor - Crear un ambiente considerando el aporte de todos los miembros. - Establecimiento de objetivos consensuados y explícitos. - Relación proactiva con la comunidad. - Promover conexiones positivas entre los miembros de la familia - Fomentar la resolución sana de conflictos. - Promover Autovaloración - Adoptar la actitud de que “se puede” - Promover el cambio (experimentación, asumir riesgos). - Promover la filosofía de que todos pueden tener éxito - Promover las Fuentes de Resiliencia: Yo Soy, Yo Puedo, Yo Tengo, Yo Estoy.