La Boutique Del PowerPoint.net La gran cabalgada Lee el texto con atención... La Boutique Del PowerPoint.net
La Boutique Del PowerPoint.net Un cierto día un paciente de un hospital psiquiátrico golpea la puerta del director del hospital. ¿Como está, doctor?. ¿Puedo entrar? Claro que sí. ¿Qué deseas? Doctor, le quiero dar un regalo. ¿Un regalo?. ¿Qué regalo? La Boutique Del PowerPoint.net
La Boutique Del PowerPoint.net Es un libro. Se titula LA GRAN CABALGADA. Muy interesante. Pero, ¿quién es el autor? Soy yo, doctor. ¿Tú?. Pero, ¿cómo es eso? LLevo internado aquí desde hace muchos años y tuve bastante tiempo para escribirlo. La Boutique Del PowerPoint.net
La Boutique Del PowerPoint.net Estoy muy impresionado. Si fuiste capaz de escribir un libro, es porque ya estás curado. Voy a firmar tu alta inmediatamente. Y el autor del libro se marchó feliz de la vida. Más tarde el director del hospital inició la lectura del libro. La Boutique Del PowerPoint.net
La Boutique Del PowerPoint.net Empieza a leer... (Libro: “La gran cabalgada”) La Boutique Del PowerPoint.net
La Boutique Del PowerPoint.net Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó. - 1 - La Boutique Del PowerPoint.net
La Boutique Del PowerPoint.net Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó. - 178 - La Boutique Del PowerPoint.net
La Boutique Del PowerPoint.net Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó.Tocotó. ¡ ¡ Sooooooo !! (fin) - 300 - La Boutique Del PowerPoint.net
La Boutique Del PowerPoint.net