Tiempo ordinario del ciclo B Domingo segundo Día 18 de Enero de 2009

Hoy es el domingo de la LLAMADA del Señor Jesús llama a sus dos primeros discípulos. También nos llama a nosotros a una vida cristiana o de mayor entrega a la causa de Dios.

Abramos las puertas del alma a su llamada. Las puertas de las iglesias hoy nos recordarán las llamadas de Dios a nuestro corazón. Normalmente nos llama por los acontecimientos de cada día. Abramos las puertas del alma a su llamada.

Muchas veces no es fácil conocer la voz de Dios. El profeta Samuel de niño creía oír al sacerdote y era Dios quien le llamaba de forma extraordinaria. (1ª lectura)

Normalmente Dios llama cuando hay una familia buena como la de Samuel. Sus padres le llevaron al templo para consa-grarlo al Señor.

La vocación de Samuel al principio parece más vocación de su propia madre. Dios se vale muchas veces de las madres para llegar al corazón de los hijos.

Toda llamada de Dios es un acto supremo de amor que se abaja para hablarnos y proponernos un ideal supremo de vida.

La llamada de Dios es también un signo de respeto a nuestra libertad, ya que podemos decir NO al amor de Dios, si no queremos abrirle la puerta.

Dios suele llamar de manera muy suave, y muchas veces a través de otra persona, como veremos en el evangelio. Estemos dispuestos a abrir la puerta diciendo: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”

Jesús lo hace a través de Juan Bautista, de quien eran discípulos. El evangelio de hoy nos habla de la llamada de Jesús a los dos primeros discípulos. Uno es Andrés y el otro, cuyo nombre no se dice, parece ser quien lo cuenta, Juan evangelista. Jesús lo hace a través de Juan Bautista, de quien eran discípulos. Jn 1, 35-42 Dice así

En aquel tiempo estaba Juan con dos de sus discípulos

Y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: “Éste es el Cordero de Dios”.

Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús.

Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: “¿Qué buscáis

Ellos le contestaron: “Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?”

Él les dijo: “Venid y lo veréis.”

Ellos fueron y vieron dónde vivía

Y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde.

Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús,

Encuentra primero a su hermano Simón y le dice: “Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).”

Y lo llevó a Jesús.

Jesús se le quedó mirando y le dijo: “Tu eres Simón, el hijo de Juan;

Tu te llamarás Cefas (que significa Pedro),” Palabra del Señor

Como reflexión del evangelio digamos de corazón con la canción. Desde el siguiente cuadro no es necesario usar el “ratón”. click

Tu, Señor, me llamas; Tu, Señor, me dices:

Ven y sígueme.

Señor, contigo iré. Señor, contigo iré.

Dejaré en la orilla mis redes,

Cogeré el arado contigo, Señor;

Guardaré mi puesto en tu senda,

Sem-braré tu pala-bra en mi pueblo,

Y brotará y crecerá

Señor, contigo iré.

Dejaré mi hacienda y mis bienes.

Donaré a mis hermanos mi tiempo y mi afán.

Por mis obras sabrán que Tu vives,

Con mi esfuerzo abriré nuevas sendas

de unidad y fraternidad.

Señor, contigo iré.

Tu, Señor, me llamas; Tu, Señor, me dices:

Ven y sígueme, Ven y sígueme.

Señor, contigo iré.

Que María nos ayude a seguir a Jesús cuando nos llame. AMEN