A lo largo de nuestra vida se producen cambios que alteran y convulsionan la forma en la que hasta ese momento la habíamos concebido. Cuando se producen distanciamientos emocionales y progresivos en la pareja, intentamos poner fin a la carga de una vida en común. Ese malestar se traduce tomando decisiones, porque se busca algo más en la relación que no se encuentra.
Cuando hemos dejado de compartir un amor, se abandona una historia conjunta y muchas sensaciones vividas. Perdemos la mitad de la interpretación que el otro hace de la vida, de lo que sucede y al mismo tiempo perdemos su punto de vista que nos enriquecía. También descubrimos, que cometimos algunos errores llegando a lastimarnos, produciendo un dolor en los recuerdos de todo un tiempo compartido. Una separación de pareja implica, que los seres humanos aceleramos nuestra voluntad de reaccionar al iniciar un nuevo futuro.
Juan La desesperanza está fundada en lo que sabemos, que es nada, y la esperanza sobre lo que ignoramos, que es todo Maurice Maeterlinck Las personas no estamos dispuestos a restar o dividir, sino a sumar. Porque sumando guardamos lo bueno para apoyarnos en ello y seguir adelante. Sumemos voluntades nuevas, para que no se conviertan en un lastre que llevemos el resto de nuestros días. Apartemos lo negativo y reflexionemos sin obsesionarnos sobre lo perdido buscando lo positivo de la relación, lo que mejorará nuestra vida en un futuro.