automático La torre de Babel

La torre de Babel. En aquel tiempo todo el mundo hablaba una misma lengua y empleaba las mismas palabras, pero llegó el día en que los hombres, insolentes y orgullosos, decidieron construir una torre cuya cúspide llegase al cielo, desafiando los límites terrenales que poseían. Fue entonces cuando el Señor descendió para observar su trabajo, lo que despertó su ira al comprobar la intención que perseguían. Por eso Yahvé embrolló su lengua para que no se entendiesen. Desde entonces aquella ciudad se llamó Babel; confusión. Se considera que la construcción de la Torre se produjo en el periodo comprendido entre los años 2269 al 2030 a.C. Wikipedia.

“Vamos a construir una ciudad y una torre, que alcance el cielo, para hacernos famosos” Génesis 11,4.

Era noche de luna llena, a principios de aquella vanidosa primavera.

Llegó al filo de mis nostalgias y permanecí allí, callado, perdido en el voluble ritmo de las cosas y sumergido en el mundo de mis recuerdos.

Dios impuso mi destino y los espíritus corearon los himnos de mi vida.

Aquel atardecer coloqué penosamente mi último peldaño Aquel atardecer coloqué penosamente mi último peldaño. Hasta entonces no supe que el cielo estaba tan cerca de mi.

Y si gozosos eran mis clamores y mis ansias infinitas, ¿quién podría impedir que se perpetuase mi memoria?

Pero llegó el día de la confusión y mis sueños se desvanecieron para siempre.

Entonces descubrí la miseria en el orgullo de mi corazón y hallé mi libertad en la dulce sumisión bajo un cielo protector.

Y encontré que el amor, en su juego, me invitaba a beber mis llantos y a consolar mi alma…

…que la belleza, la verdad y la sabiduría no eran más que el tenue palpitar de un suspiro olvidado y que las flores de mi ilusión se mantenían frescas, porque las llevaba prendidas en mi corazón.

Y descubrí que llegaría la hora en que se haría el silencio en el ocaso dorado de mi vida, porque nada es eterno y lo hecho ya no se hará.

Y, al descubrir todo esto, recobré la calma y sonreí.

La Torre de Babel. “Vamos a construir una ciudad y una torre, que alcance el cielo, para hacernos famosos” Era noche de luna llena, a principios de aquella vanidosa primavera. Llegó al filo de mis nostalgias y permanecí allí, callado, perdido en el voluble ritmo de las cosas y sumergido en el mundo de mis recuerdos. Dios impuso mi destino y los espíritus corearon los himnos de mi vida. ****** Aquel atardecer coloqué penosamente el último peldaño. Hasta entonces no supe que el cielo estaba tan cerca de mi. Y si gozosos eran mis clamores y mis ansias infinitas, ¿quién podría impedir que se perpetuase mi memoria? Pero llegó el día de la confusión y mis sueños se desvanecieron para siempre.

Y, al descubrir todo esto, recobré la calma y sonreí. Entonces descubrí la miseria en el orgullo de mi corazón y hallé mi libertad en la dulce sumisión bajo un cielo protector. Y encontré que el amor, en su juego, me invitaba a beber mis llantos y a consolar mi alma; que la belleza, la verdad y la sabiduría no eran más que el tenue palpitar de un suspiro olvidado y que las flores de mi ilusión se mantenían frescas, porque las llevaba prendidas en mi corazón. Y descubrí que llegaría la hora en que se haría el silencio en el ocaso dorado de mi vida, porque nada es eterno y lo hecho ya no se hará. Y, al descubrir todo esto, recobré la calma y sonreí.

Texto : Pedro Martínez Borrego. La torre de Babel. Texto : Pedro Martínez Borrego. Imágenes: Internet. Tema musical: Enya - Música de los dioses.

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