Ministro del Servicio

Oración inicial Señor dame un corazón generoso y amante como el tuyo. Enséñame a abajarme de mi orgullo para estar siempre disponible como Tú para hacer la voluntad del Padre y servir a mis hermanos a ejemplo tuyo. Dame un espíritu de renuncia para servir no sólo en lo que me agrada y gusto sino en todo aquello que tu Palabra me vaya pidiendo para hacer tu voluntad. Hazme servidor en todos y especialmente atendiendo primeramente a mis hermanos enfermos, disponible para colaborar en mi comunidad hasta en lo mas insignificante e imitarte a Ti que fuiste servidor y siempre disponible para todos. En fin, Señor, enséñame a ser discípulo tuyo para que tome conciencia que he sido llamado para servir y no para ser servido. Amén

Reflexión Como MESC fuiste instituido para servir y no sólo para dar la Comunión en las misas dominicales. Servir implica y exige que te preocupes por la presentación de tu persona. Mal vestidos Mal preparada la celebración Espíritu de soberbia Mala dicción en las palabras Impositivos Tercos Prepotentes en sus actitudes Mal educados Arrogantes ¿Cuál es la tuya?

¿Qué reflejan estas actitudes de los MESC ya instituidos? Cansancio Estancamiento en la fe Falta de actualización Actitud de saberlo todo No darle apertura al Espíritu de Dios Instalarse en el ministerio para usurpar el lugar de Cristo Creerse famosos Mandar más que el propio sacerdote párroco

Reflexionemos: (en silencio) El modelo de servicio no eres tú MESC sino Cristo, el Señor, que nos da ejemplo de su humanidad y servicio al lavarles los pies a sus discípulos. El Maestro se abaja para servir al discípulo. El Maestro enseña con el ejemplo y no con palabras vacías. Reflexionemos: (en silencio) ¿De que trata la lectura? La breve reflexión de la lectura ¿Qué te hace pensar sobre tu servicio que realizas en la comunidad a la que perteneces?

El seguir a Cristo, es por que hemos sentido el llamado de Él, pero Él te ha llamado para que lo imites en servir, en la humildad y en la entrega. Cuando se pierde el encuentro real y verdadero con el Señor, se acaban las ilusiones. Cuando olvidamos que Él que nos llamó era para servir, convertimos nuestro servicio en excesos y abusos utilizando el nombre del Señor para lograr nuestras aspiraciones humanas que están lejos de los planes de Dios. (Is, 55,8)

Sigamos reflexionando... MESC... Que ocupan los primeros lugares Les encanta que les sirva la gente Que nadie ocupe sus lugares reservados en la celebración porque son “los señores ministros” MESC que antes de ser instituidos eran serviciales, disponibles, atentos, generosos, amables y responsables pero les ganó la soberbia, el orgullo y la vanidad humana, perdieron el primer amor que es el Señor y se convirtieron en orgullosos y presumidos pensando que por el “titulo” que tienen todo el mundo tiene que hacerles reverencia y obedecerlos ciegamente. ¿Acaso tú tienes esas actitudes de los MESC?

MESC que sólo quieren “servir” en las misas olvidándose que el primer y más importante servicio es atender con amor a sus hermanos enfermos para animarlos en la fe compartiéndoles la Palabra de Dios y alimentarlos con el sagrado Viático. MESC que siempre tienen un pretexto para nos servir a los enfermos o no tienen tiempo, están cansados, tienen problemas, etc., siempre tienen un pretexto para no servir al Señor en el enfermo pero si es servir en la Misa, entonces si pueden porque ahí sí “se lucen”, y si la Misa es con el obispo se anchan para presumir que “sirvieron” al obispo. ¿Con qué amor y prontitud sirves a los enfermos que el Señor te ha confiado? ¿Eres consiente que debes atender a Cristo que sufre en el enfermo?

El modelo de servicio y quien alimenta nuestra vida espiritual, es el Señor; es buscarlo todos los días de nuestra vida con sinceridad de corazón y con una recta intención. La Iglesia no es para buscar títulos, si quieres título es la Iglesia es el de cargar la cruz como la cargó el Señor, si quieres poder, el mejor poder es el servicio como Él nos sirvió de la cruz del dolor, del sufrimiento y de la entrega generosa sin pedir nada a cambio y todo lo hizo para hacer la voluntad del Padre, para que haciendo la voluntad del Padre alcancemos la salvación.

Meditemos la reflexión (en silencio). Por todo lo anterior, en una actitud de fe, tú que eres MESC toma como modelo a Cristo e imítalo. No imites el mal de los demás, no justifiques tu falta de entrega al Señor en el error, defecto y pecado de los demás. Si el Señor te ha llamado, es para que estés con Él, para que lo imites a Él, sirvas como Él y, hagas así la voluntad del Padre. Meditemos la reflexión (en silencio). ¿Qué provocó en ti la reflexión? ¿Cómo pondrás en práctica lo que el Señor te ha dicho en su Palabra y en la reflexión?

Coloquio espiritual con el Señor Estando delante del Santísimo Sacramento o delante de la imagen de Cristo crucificado realiza lo siguiente: ¿Cuando haces un servicio, lo haces con humildad como lo hizo el Señor o lo haces para usar el nombre del señor y creerte “importante”? ¿Qué actitudes de servicio tienes realmente y que no has querido explotarlas para ponerlas al servicio del Señor y los hermanos? Anótalas. Tus servicios en las celebraciones ¿Lo realizas con alegría, entusiasmo y entrega? O ¿Eres irresponsable, negativo, dejado, etc.? Como compromiso ofrece al Señor las actitudes de servicio que potenciarás más para que se manifieste la vida de Dios en ti y Él sea conocido y alabado. Postrado de rodillas pídele al Señor la gracia de la humildad y suplícale que te ayude a ser un buen servidor.