Esclarecer lo que significa, en la historia del Cristianismo, el banquete a los publicanos y pecadores y por qué Jesús se dirigió, principalmente, a los humildes y despreciados por los hombres.
Los sanos no necesitan al médico 11. Estaba Jesús sentado a la mesa en casa de Mateo, y vinieron allí muchos publicanos y personas de mala vida, que se sentaron a la mesa con Jesús y sus discípulos. Cuando los fariseos vieron eso, dijeron a los discípulos: “¿Por qué vuestro Maestro come con los publicanos y las personas de mala vida?” Pero Jesús, al oírlos, les dijo: “Los sanos no necesitan al médico, sino los enfermos”. (San Mateo, 9:10 a 12.) A CONTINUACIÓN, ESCLARECER BREVEMENTE QUIÉN ERAN LOS PUBLICANOS, LOS FARISEOS Y LOS PEAJEROS, CON BASE EN LAS INFORMACIONES CONTENIDAS EN LA INTRODUCCIÓN DE “EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO”.
1.- ¿Qué significa, en la Historia del Cristianismo, el banquete a los publicanos y pecadores (personas de mala vida)?
R: “Demuestra que el Señor abraza a todos los que deseen la excelencia de su alimentación espiritual, en los trabajos de su viña, y que no sólo en las ocasiones de fe permanece entre los que lo aman; en cualquier tiempo y situación, está pronto a atender a las almas que lo buscan”. (Emmanuel / libro: Camino, Verdad y Vida / mens. 137). Jesús dio a aquellos distanciados de la fe los mismos bienes nacidos de su amor y con que compartía la cena con los discípulos
2.- ¿A qué tipo de enfermo se refería Jesús?
R: A los humildes, despreciados por los hombres, no obstante, con los corazones preparados para recibir a Jesús, que vino principalmente para eso. El ejemplo de Jesús nos impone también la obligación de auxiliar a aquellos que transitan en el mundo entre dificultades mayores que las nuestras.
3.- Con relación al texto, ¿cuál es el sentido de la expresión “los sanos no necesitan al médico”?
R: Los publicanos y aquellas personas consideradas como de mala vida eran, en verdad, enfermos del alma y, por eso, Jesús los acogió, reconociendo en ellos a los realmente necesitados de consuelo. Entre los publicanos existían personas estimables, pero que por las funciones que desempeñaban, eran vistos con desprecio. Jesús, sin embargo, sabía sus verdaderas intenciones.
4.- ¿Los fariseos eran sanos?
R: No. Demostraban salud y equilibrio, padeciendo, no obstante, de hipocresía, ya que contrariando el brillo aparente exterior, traían en su íntimo un mal de difícil cura. Jesús, que apreciaba sobre todo la sencillez y las cualidades del alma, se dedicó durante toda su misión, a desenmascararles la hipocresía.
LEER EL PRIMER PÁRRAFO DEL ÍTEM 12 12. Jesús se dirigía sobre todo a los pobres y a los desheredados, porque son los que están más necesitados de consuelo; a los ciegos dóciles y de buena fe, porque piden volver a ver; pero no a los orgullosos, que creen que poseen toda la luz y no necesitan nada. (Véase, en la Introducción, los títulos “Publicanos” y “Peajeros”.)
5.- ¿Por qué Jesús no buscó a los más intelectuales y destacados socialmente?
R: Porque sólo se encuentra la verdad con un corazón sencillo; he aquí por qué Él bendice a Dios por haberla revelado a los pequeñitos y ocultado a los sabios. “Jesús se acercaba principalmente, a los pobres y desheredados, porque son los que más necesitan de consuelos”.
6.- ¿El hecho de que Jesús prefiriera a las personas tenidas como de mala vida significa que él no aprecia la virtud?
R: No. Lo que Jesús rechaza es la ostentación de la pureza, que muchas veces no pasa de ser apariencia, orgullo y falsedad. Muchos de los que aparentan virtudes son, en verdad, falsos e hipócritas.
7.- ¿Por qué Jesús da énfasis y acoge destacadamente a ese tipo de personas?
R: Porque, normalmente, las personas en esa situación sufrían y tenían el corazón más maleable para aceptar las directrices del Evangelio. No esperan nada del mundo y por eso se agarran mejor al amor de Jesús. Cuando nada nos falta, poco nos acordamos de Jesús.
8.- ¿Todas las criaturas de mala vida son preferidas de Jesús?
R: No. Solamente aquellas que traen el deseo de mejoría, modificación y crecimiento hacia Dios. La voluntad de mejorar es la luz que se enciende en el alma cansada del error.
Jesús se dirigió, principalmente, a los que tenían el corazón dilacerado, pero resignados, pues estos estaban preparados para recibir el bálsamo suave de su Evangelio. El banquete a los publicanos y pecadores demuestra que el Señor abraza a todos los que desean la excelencia de su alimentación espiritual, en cualquier tiempo y situación.
¡Joven, construye sobre bases sólidas tu felicidad! La felicidad depende de nosotros mismos, no de los demás. Si alguien pretende desviarte del camino recto, no lo acompañes: sigue andando pro el buen camino, que te dará la alegría del corazón. Estudia cuanto te sea posible, oye a tus padres, sus consejos; sé limpio y sincero en tus afectos, porque de esta forma estás edificando una vida noble y digna. 118