A B R Á Z A M E . . .
Déjame deleitarme en tus brazos con mis sueños de niña; permíteme tener miedo y confesarlo, déjame soltarme sin temores ni mentiras.
Y aprieta con tus brazos mis secretos infantiles, mis dudas de persona grande, mis sentimientos de pequeña; haz que deje el mundo fuera por un instante y así, dentro de tus brazos, pueda encontrar alguna razón real para seguir viva.
Oriéntame, muéstrame con tu mirada las luces que nadie más que yo ve, seca mi lamento con palabras reales en el mundo tan distante donde vivo.
Tráeme paz con tus gestos, adorna mi cara con líneas que me traigan al mundo dulce y tierno de las posibilidades de ser heroína de una noche, o villana de un amanecer. Da guarida a mi ser, a mi insistencia a sentir.
Pon en mi cuerpo movimientos puros y leves, guarda mi alma para que pueda al fin dormir, para que me sienta en tus brazos como un viajante que finalmente llegó a destino.
Y que no te hagan falta ni nombre ni documentos Y que no te hagan falta ni nombre ni documentos . . . no me hables de aquello que no puedo darte . . . y aparece dentro de mis ojos; búscame, grita mi nombre susurrando.
Y con tinta de amor escribe una historia, de esas donde el amor existe Y con tinta de amor escribe una historia, de esas donde el amor existe. Ven conmigo en un caballo blanco en una noche de luna hacia un lugar cualquiera, que simplemente existiendo en nuestra imaginación, será un lugar seguro que me hará volver a vivir nuevamente.
Necesito tus brazos nuevamente para poder ser feliz.