“Contéstame a una cosa”, dijo el ateo: “¿existe realmente un Dios?”
“Si quieres que te sea sincero, no tengo respuesta” -le respondió el Maestro:
Más tarde, los discípulos quisieron saber por qué no había respondido.
“Porque la pregunta no tenía respuesta”, - dijo el Maestro
“¿De modo que eres ateo… ?”
“Por supuesto que no. El ateo comete el error de negar algo, de lo que no puede decirse nada”
Y, después de una pausa, añadió:
“Y el teísta comete el error de afirmarlo”
Texto: Anthony de Mello http://www.granosdemaiz.com