Misioneras Seculares de Jesús Obrero Fundador: Simón lópez sanz CARISMA Misioneras Seculares de Jesús Obrero Fundador: Simón lópez sanz Misioneras Seculares de Jesús Obrero Fundador: Simón López Sanz

La caridad de Cristo nos urge a evangelizar a los pobres.

MISIONERAS SECULARES DE JESÚS OBRERO “¿Qué son las Constituciones? No son ni una filosofía ni una teoría. SON UNA VIDA, las Constituciones SON UNA VIDA. Yo quisiera, por tanto, que la Institución, ya más en concreto, cada Misionera, fuera LA VIDA DE CRISTO PARTICIPADA Y VIVIDA POR CADA UNA, A SEMEJANZA DE CÓMO VIVIÓ CRISTO.” (D. Simón López Sanz)-Fundador de las M.S. de J.O.

OBRERO es un instituto secular, a tenor del La obra de las MISIONERAS SECULARES DE JESÚS OBRERO es un instituto secular, a tenor del derecho común, cuyos miembros, alentados por la fuerza del Espíritu Santo, aspiran a cooperar en la Misión Salvadora de Cristo y a hacer presentes en el mundo los valores del Reino, desde la consagración y seguimiento radical de Cristo Jesús. El Instituto se rige en conformidad con las leyes de la Iglesia para los Institutos Seculares y por las Constituciones.

El fin general del Instituto es la gloria de Dios mediante la santificación personal de sus miembros por la práctica de los consejos evangélicos en medio del mundo, conforme a las Constituciones, y por la entrega al bien de las almas.

“LA CARIDAD DE CRISTO NOS URGE A EVANGELIZAR A LOS POBRES.” El fin específico es la evangelización y promoción de los pobres, bien se los considere material, espiritual o intelectualmente pobres, así como trabajar para que ellos mismos sean apóstoles en el propio ambiente. Las misioneras se cuidan también de obras apostólicas a favor del mundo obrero, y se esfuerzan en la realización de la justicia social y el respeto de la dignidad humana. “LA CARIDAD DE CRISTO NOS URGE A EVANGELIZAR A LOS POBRES.”

La fisonomía espiritual de las Misioneras, será la siguiente: ALMAS POSEÍDAS ENTERAMENTE DEL EVANGELIO, CUYO DISTINTIVO ES EL AMOR, SU VIDA, POR TANTO SERÁ DE ORACIÓN Y SACRIFICIO.

Las Misioneras viven una existencia sencilla y sin exigencias; y buscan ser misioneras de la Buena Nueva del Reino de Cristo. Atraídas por la persona de Jesús y confiadas en su gracia, aspiran a “tener los mismos sentimientos de Cristo”(cf Flp 2,5), en total disponibilidad a la acción transformadora y santificadora del Espíritu Santo, hasta poder decir con San Pablo: “Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí.”(Gal 2,20)

Seguir a Jesucristo “más de cerca” en el mundo exige vivir en unidad la mística y el compromiso, la contemplación y la acción. La opción por Cristo en la radicalidad evangélica y en el servicio fraterno, especialmente en los pobres y abandonados, evidencia cómo la consagración manifiesta el carácter unitario del mandamiento del amor, en el vínculo inseparable entre el amor a Dios y el amor al prójimo.

Las misioneras quieren vivir la consagración a Dios en el mundo mediante la profesión de los consejos evangélicos en el contexto de las estructuras temporales, para ser así levadura de sabiduría y testigos de gracia dentro del mundo. Mediante la síntesis de secularidad y consagración, tratan de introducir en la sociedad las energías nuevas del Reino de Cristo, buscando transfigurar el mundo desde dentro con la fuerza de las Bienaventuranzas.

La Santísima Virgen en la espiritualidad de las Misioneras, es ejemplo sublime de perfecta consagración secular, por su entrega total a Dios y por su cercanía a Cristo desde Nazaret hasta el Calvario, y por su docilidad al Espíritu.