Había una vez un señor viudo que tenía una hija muy linda Había una vez un señor viudo que tenía una hija muy linda. Pensó en casarse nuevamente para darle a su niña una mamá y una familia. Se casó entonces, con una mujer que tenía dos hijas, que eran muy caprichosas, cómodas y maleducadas.

Pasó el tiempo y el hombre murió, y la madrastra y las dos hemanastras comenzaron a maltratar a la joven, a quien apodaron Cenicienta. Así la llamaron porque ella era la que se encargaba, por orden de las mujeres de limpiar y fregar toda la casa.

Una mañana, el Rey mandó invitaciónes a todas las doncellas de la comarca, para concurrir a una fiesta en el palacio, en homenaje al príncipe heredero. La madrastra y sus hijas se vistieron lujosamente, se peinaron y arreglaron con la ayuda de Cenicienta. La muchacha se quedó sola y llorando de tristeza.

Y de pronto, apareció. una bellísima hada Y de pronto, apareció....una bellísima hada ! Quien con su varita mágica, convirtió la ropa de Cenicienta en un maravilloso vestido de fiesta. También le dió zapatos de cristal para que luciera en todo su esplendor. Tomó una calabaza del huerto y la convirtió en suntuoso carruaje, y a dos ratones que pasaban por ahí, los transformó en bellos caballos blancos, y...a una fea rata, en un cochero de grandes bigotes. El hada le dijo a cenicienta que solo hasta la medianoche duraría el hechizo, y que al dar las 12 campanadas debería salir de prisa del palacio, porque volverían a aparecer sus viejos ropajes.

Cenicienta entró al gran salón de baile y el príncipe se enamoró de su belleza y bailó con ella todo el tiempo, hasta que...llegó la medianoche. La joven salió corriendo del palacio y en su apuro, perdió uno de los zapatitos de cristal. El Príncipe, que la seguía, levantó su zapato, y al otro día....

...mandó a su paje a que probara dicho zapato a todas las doncellas de la comarca. Las hermanastras se lo probaron, pero fue inútil, y cuando el enviado se retiraba, vió a Cenicienta limpiando el piso, la hizo sentar y ..oh! sorpresa! Su delicado pié calzó el zapatito a la perfección y apareció nuevamente tan bella y arreglada como en la fiesta .

Siempre triunfa la sencilléz y la humildad El Príncipe, muy feliz por haberla encontrado, le propuso matrimonio y muy pronto la bella y sencilla Cenicienta, se casó con el Príncipe heredero. Siempre triunfa la sencilléz y la humildad