¿La encuentras muy pesada? Tu cruz... ¿La encuentras muy pesada?
“Señor, no puedo seguir... Mi cruz es demasiada pesada.” Un joven sentía que no podía más con sus problemas... Frente a un crucifijo cayó de rodillas rezando: “Señor, no puedo seguir... Mi cruz es demasiada pesada.”
Después escoge la cruz que tú quieras”. El Señor contestó: si no puedes llevar el peso de tu cruz, guárdala dentro de la habitación. “Hijo mío, Después escoge la cruz que tú quieras”. El joven aliviado dijo: “Gracias, Señor”.
“Señor, quisiera esa cruz”. Luego el joven dio muchas vueltas por la habitación observando las cruces, había de todos los tamaños. Finalmente fijó sus ojos en una pequeña cruz apoyada junto a la puerta y susurró: “Señor, quisiera esa cruz”.
Recuerda: La cruz abrazada es la menos pesada”. El Señor contestó: “Hijo mío, esa es la cruz que acabas de dejar porque la encontrabas muy pesada...” Recuerda: La cruz abrazada es la menos pesada”.