II Domingo de Adviento

Tiempo de espera, tiempo de esperanza. Es el Señor el que llega. ¡Ven a salvarnos, Señor!

¡Alguien viene!

Tiempo de espera, tiempo de esperanza. Es el Señor el que llega. ¡Ven a salvarnos, Señor!

Segunda vela de adviento.

Erruki, Jauna. Kristo, erruki,

Ven, Señor, ven a salvarnos

Zatoz, Jauna, Zatoz lurrera, Zure herria salbatzera.

“Preparad el camino al Señor”.

Sacerdote.-A pesar de que no es fácil encontrar razones para mantener la esperanza, creo que el amor de Dios está presente en la historia. Todos.- Creo que Cristo nunca es indiferente al dolor del que nada tiene y todo lo aguarda. Creo que él es el Salvador esperado.

Sacerdote.-Creo en el Espíritu que da vida. El es la fuerza que Dios nos regala para realizar la esperanza anunciada en Jesús. Todos.- Creo con la fe del Adviento. Creo que vendrá el Reino que nos ha sido prometido. Creo que llegará el día en que el amor tenga sitio en el mundo.

¡Ven, Señor Jesús!

Comemos del mismo pan

¿Cómo le cantaré al Señor? ¿Cómo le cantaré? al Señor? ¡Hombre de barro soy!

Gure Aita, zeruetan zarana: santu izan bedi zure izena,  etor bedi zure erreinua, egin bedi zure naia, zeruan bezela lurrean bere. Emoiguzu gaur egun honetako ogia. Parkatu gure zorrak, geuk bere gure zordunai parkatzen dautsegun ezkero; eta ez gu tentaldira eroan baina atara gagizuz gatxetik.

¡Paz para ti y los tuyos!

Gracias, por tu Pan.

Jesús que, tras la comunión, habitas en mí. Quiero ofrecerte lo mejor de mí, para construir un mundo mejor. Que tu estilo de vida nazca en mí.

Sacerdote.-Ven, Jesús, te necesitamos, haznos sentir tu presencia, refuerza nuestra fe. Tú conoces mejor que nadie nuestra debilidad y nuestros miedos. Ven y ayúdanos a descubrirte vivo. Todos.- Sabemos que te haces presente en las personas que sufren, en quienes viven sin cariño, en cada víctima de cualquier injusticia. Señor, ábrenos los ojos de la fe.

Sacerdote.-Ven, Señor Jesús, y modela nuestros corazones a la luz de tu Palabra. Haznos signo vivo de tu presencia, testigos tuyos en este mundo que tanto te necesita. Todos.-Danos valor para ser testigos de tu presencia que salva y no defrauda, mensajeros de tu amor que libera. Ven, Señor Jesús, y siembra tu esperanza en nuestros corazones.

La Virgen sueña caminos. Está a la espera. La Virgen sabe que el Niño está muy cerca.