Gus
Gus es un gusano de seda que vive en una vieja caja de zapatos con otros gusanos. Su caja tiene en la tapa muchos agujeros que su dueño hizo para que les entre luz y puedan respirar.
La vida en la caja no está del todo mal; viven tranquilos, pueden jugar, y cada mañana su dueño les trae hojas de mora, frescas y tiernas, jugosas como hierbas recién cortadas.
Sin embargo, Gus es un joven gusano muy aventurero, y un día que la tapa de la caja se quedó levantada, se escapó. Trepó de hoja en hoja y llegó hasta el borde de su hogar:
-“¡Adiós, amigos!”, gritó. “Me voy a conocer el mundo. Ya les contaré”. Estuvo un buen rato arrastrándose tan rápido como podía, ya que temía que su dueño volviese enseguida; pero tan rápido se movió, que al llegar al borde de la mesa se cayó.
Por suerte, los gusanos de seda son blanditos y no se hizo demasiado daño, de manera que pudo seguir su viaje.
Gus recordó que el viejo MUSI decía siempre que más allá de la caja había un desierto lleno de seres monstruosos y se empezó a asustar pero siguió su camino.
De pronto frente a él se encontró con un monstruo de color oscuro, casi negro. En vez de carne blandita como él, el monstruo tenía una reluciente coraza negra, seis patas horribles y unas antenas, tan feas como uno podía imaginarse, en su cabeza.
Temió por su vida, porque el monstruo era muy rápido y lo miraba fijamente. Pero cuando temía lo peor… ¡el suelo empezó a temblar!
El monstruo agitó su coraza y no le dio tiempo a más, huyó mientras el suelo seguía temblando y unos dedos familiares cogieron a Gus para devolverle a su caja:
-“¡Vaya con el gusanito aventurero -“¡Vaya con el gusanito aventurero! ¡El tiempo que me ha llevado encontrarte…! ¿Te pensabas pelear con la barata?, oyó que decía una voz.
Fin …