Para abrir el corazón ajeno es necesario abrir antes el propio. Al corazón se le habla mejor por los ojos que por los oídos.
La fuerza más poderosa de todas es un corazón inocente. Las palabras salidas del corazón entran en el corazón, pero las que salen de la lengua no pasan de los oídos. La fuerza más poderosa de todas es un corazón inocente.
Habla, escucha, sonríe, acaricia, besa, siente, piensa, ama y sueña Habla, escucha, sonríe, acaricia, besa, siente, piensa, ama y sueña . . . con el corazón. Tu vida tendrá sentido y plenitud si la vives desde el corazón.
Jamás se ha conquistado un corazón por la fuerza. La lengua de los sabios está en su corazón; la de los necios, en su boca.
Un corazón desconfiado envejece enseguida. Habla desde el corazón y escucha desde el corazón.
El mensaje más profundo viaja de corazón a corazón por el sendero de los ojos, escrito en el lenguaje de la luz. Si quieres que alguien te oiga con el corazón, háblale con los ojos.
No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos. El perdón es cardiosaludable. Liberarnos de los rencores es altamente aconsejable para nuestra salud.
Dos cosas definen a un hombre: su mirada y su corazón. La mirada, el beso y la caricia son las llaves del corazón. Dos cosas definen a un hombre: su mirada y su corazón.
Y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cual recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún. Quédate quieto, en silencio y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve.