Deseo vivamente que también se me de culto por este medio de intercomunicación entre los hombres, para por él mostrar y dar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa, pues yo soy vuestra piadosa Madre. A ti, a todos los que por este medio me encuentren, me invoquen y en mi confíen les prometo oír sus lamentos y remediar todas su miserias, penas y dolores. Niño mío, el más pequeño de mis hijos, ¿a dónde vas?....sabe y ten entendido, tú el más pequeño de mis hijos, que yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive; del Creador cabe quien está todo; Señor del cielo y de la tierra.
Madre y Reina mía, en tu nombre pongo en la Red el Evangelio de tu Hijo, Jesucristo, relatado por El mismo. No se a quien llegará este trabajo, pero creo firmemente que al lanzar esta Red, tú y yo, llegaremos hasta los confines del universo, en este mar adentro que es el mundo de la comunicación. Madrecita mía, si pones lo que a mi me falta, si enderezas mi intención, a pesar del abismo de ignorancia y de indignidad que me asiste, tu Hijo, Jesucristo, será mejor conocido y mejor amado para gloria tuya que es la gloria mía. Hijo mío, el más pequeño; anda y pon todo tu esfuerzo, que nada te asuste y aflija, no se turbe tu corazón, no temas a ninguna contrariedad, enfermedad y angustia. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? Rafael Garcia Ramos www.hijodedios.org