Hora es ya que los ojos de Fidel, sean tus ojos, mis ojos, los de este y los de aquel.
Hora es ya que el oído de Fidel Sea tu oído, mi oído El de este, el de aquel.
Así nadie tendrá que exclamar Incomprendido en su pesar Así nadie tendrá que exclamar Incomprendido en su pesar. ¡Ay si Fidel lo viera! ¡Ay si Fidel lo oyera! ¡Si Fidel lo supiera! ¡Si Fidel lo palpara! ¡Que dolor sentiría, como resolvería con una idea clara.
Duele, profundamente Saber que el repartido dirigente Que donde quiera que va Tenga que estar allá
Y nosotros. ¿Qué haremos Y nosotros... ¿Qué haremos? Si no lo asimilamos, Donde no lo tengamos ¿Con qué ojos veremos? ¿Con qué oídos oiremos? ¿Cómo caminaremos si su modo de andar no interpretamos?
Multipliquen su luz la clase obrera Los campesinos en estrecha unión. El Partido, el soldado en la trinchera Los relevos que deben cumplir Alta misión.
Para que siempre, donde quiera Exista con nosotros la bandera De la Revolución. Sus ojos, sus oídos, su frente, Su palabra, su hermoso corazón.
Milito en el bando de los impacientes, Milito en el bando de los apurados, y de los que siempre presionan para que las cosas se hagan y de los que siempre tratan de hacer más de lo que se puede hacer.