¿Por que Yo?

En mi época nacer mujer era un claro sinónimo de ser casta, prudente, trabajadora, honrada, callada, hermosa y sorprendentemente culta, capaz de entretener y sorprender a su caballero.

Desde la edad de 10 años estaba cansada de ser la niña perfecta sin macha no dije nada no me convenía era tanto mi temor de avergonzar a mi familia que nunca libere lo que sentía ¿y que sentía? impotencia al ver esas mujeres tratadas como basura como mi vecina Ana maltratada siempre por su marido

Mi adolescencia o como otros le llamaban la época de la virginidad una etapa transitoria, incompleta, preparatoria para la siguiente, que se caracteriza por la reproducción. Tenía demasiado temor a estar en aquella etapa (“reproductora”)

Mi familia hacia una gran presión para que me casara y tener progenitores sin embargo la figura femenina se resumía a poseer un vientre abultado y generosos pechos, símbolo de la fertilidad así como una figura algo redonda signo de su clase social, desde ahí empezó mi predicamento

No serviría para nada, ningún hombre se fijaría en mí ya que no tenía los requisitos dictados por la misma sociedad eso me destrozo y más si venia de parte de mi padre Alberto y de muchas de mis “AMIGAS”, aguante los abusos verbales y algunos físicos ocasionados

Ello fue lo que me impulso a tomar una increíble decisión, que nadie en la aldea jamás se lo podría haber cruzado por la mente. Mi plan comenzó a tener rumbo, pero les contare mi secreto soy incrédula, es decir, siempre se me genero la duda no me deje enceguecer por mi cultura que mostro que la imagen de la mujer era simple y no tenía mayor cosa.

Eran las 5:00pm mi mama trabajada con los campos con papa vivíamos en una cabaña, cerca al rio había un puente que construí con madera vieja de la cocina de mama , gateando como cuando era niña ágil y escurridiza pase madero por madero y llegue a la orilla..

la exasperación me invadió solo pensé en una cosa y esa no era volver a casa preferí correr, correr y correr hasta que mis latidos se desbordasen y mi respiración fuera aquella que me oprimiera del aire.

Hay estaba exhausta en las raíces de un árbol viejo y mohoso pensando ¿Por qué a mí? por qué tener que seguir esos moldes para poder sentir que eres apreciado, estimado y no sentirte inferior defectuoso y creer que tienes que cambiar todo de ti mismo cuando en realidad “EL MOLDE PERFECTO ES EL IMPERFECTO” .

Y eso fue lo último que escapo de mis aun cálidos labios antes de mudar la liana a mi cuello, el escenario final donde mi descarnada piel colgó de aquel sapiente árbol.

Yesenia Muñoz Valentina Restrepo