La oración de la Iglesia Hno. Fernando Fortunato osb Orar con los Salmos La oración de la Iglesia www.fortuweb.com El rey David dictando los salmos a los escribas (Museo del Louvre).
Pensamiento del necio en su interior Salmo 14 (13)
(El Libro del Pueblo de Dios) Existen dos formas de ver la vida. El necio niega la existencia de Dios (2). Si Dios no existe, todo me esta permitido; incluso explotar al prójimo indefenso; aunque sea algo que es propiedad del Señor: su pueblo y su grano (4). El sensato busca a Dios (2); por eso hace el bien y se refugia en Dios (6). Dios no permanece pasivo, sino que inspecciona desde lo alto, y llega a la conclusión de que el mal se esta generalizando (3). No obstante queda un pequeño grupo de justos y humildes, en cuya asamblea esta Dios (5s). (El Libro del Pueblo de Dios)
Piensa el necio en su interior: Dios no existe. El Señor se asoma desde el cielo hacia los hijos de Adán , para ver si hay alguno sensato, alguien que busque a Dios.
Se han corrompido, odiosa es su conducta, no hay quien obre bien. Todos se han revelado, a una se han obstinado, no hay uno que haga el bien, ni uno solo.
¿Pero no aprenderán los malhechores, que devoran a mi pueblo, que devoran el grano del Señor que no han cosechado?
Véanlos aterrarse sobremanera, pues Dios está en la asamblea de los justos. el grupo de los humildes los abochornará, porque el Señor es su refugio.
¡Ojalá venga desde Sión la salvación de Israel! Cuando el Señor cambie la suerte de su pueblo, se alegrara Jacob, hará fiesta Israel.
Oh Dios, no nos olvides, no dejes que nos oprima el maligno. Rescátanos con tu mano poderosa, y al son de instrumentos, cantaremos tu poder. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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