Nada en la vida ocurre por casualidad...
Si un día al despertar encontraras, al lado de la cama, un lindo paquete envuelto con cintas coloridas, lo abrirías rasgando el papel, curioso para ver lo que hay adentro...
Tal vez, encontraras algo que no te guste mucho... Entonces, guardarías la caja pensando qué hacer con aquel regalo aparentemente “inútil”...
Pero, si al día siguiente hay otra caja, una vez más la abrirías corriendo y si esta vez encontraras algo que a ti te guste mucho, como:
Un recuerdo de alguien distante, una ropa linda que viste en una vitrina, la llave de un nuevo carro, un abrigo maravilloso para los días de frío o simplemente un ramo de flores de alguien que se acordó de ti...
Esto ocurre todos los días, pero nosotros no lo percibimos... Todos los días cuando despertamos ahí está al frente nuestro, una caja de regalo enviada por Dios para nosotros: Un día completo para usarlo de la mejor forma posible.
A veces, el día viene lleno de problemas, de cosas que no conseguimos resolver, de tristeza, de decepciones, de lágrimas... Pero otras veces, viene lleno de sorpresas, de alegrías, de victorias y de conquistas...
Lo más importante es que, todos los días, Dios envuelve para nosotros, mientras dormimos, con todo el cariño, nuestro regalo: ¡EL DÍA SIGUIENTE! Él acerca nuestros días con cintas coloridas, sin importar lo que esté por venir....
Cada día cuando despertamos es un Regalo. El regalo de Dios para nosotros. No siempre Él nos manda lo que esperamos o queremos... pero siempre, siempre, siempre, nos manda lo mejor: Lo que necesitamos, que es más de lo que merecemos...
Abre tu Regalo todos los días, agradeciendo primero a quién te lo envió, sin importar lo que viene adentro. Sin duda, Él no se equivoca en el envío. Si no vino hoy el paquete que pensabas... espera...
Ábrelo mañana con más cariño, pues en cualquier momento, los sueños y planes de Dios llegarán para ti envueltos en el regalo...
DIOS no atiende nuestras voluntades... pero sií nuestras necesidades...
Que tengas un día con muchas bendiciones y sientas la “presencia de Dios”, y que su regalo te traiga mucha paz, experiencia con Dios y esclarecimiento sobre lo mucho que todavía tenemos que aprender con Él y por Él...