Quiero cantar, te adeudaba las palabras, la emoción, de besar tus cicatrices, de besar tus cicatrices y llorar mi alegría al saber que estás,
Jesucristo, Hermano mío, malherido… Tan malherido, y vivo. Dios malherido, y vivo. Tuyo es mi amor, y mi canto es mi caricia para ti,
y por todos mis hermanos, ¡hermanitos lastimados!, y por mí, que cantando te abrazo así, Jesucristo, soy tu hermano herido y vivo…
¡No he muerto desangrado! …Cicatrizando, vivo. ¡No he muerto desangrado! …Cicatrizando, vivo.
Gracias, Amigo que en mí no has pretendido siempre muy terso y estético el cuero -piel de historial exitoso y perfecto-, ni mucho menos me exigiste algo externo:
un mentiroso “maquillaje a nuevo”… Por eso TE AMO y llamo a tu Reconciliación “Sacramento de Cicatrización”…
Muda señal, a la vez memoria de herida vital y huellita de lo vivo, profecía de una Vida que al vencer puede regenerarse así… Cicatrices, marcas santas, piel de pascuas…
Tatuajes de la vida. ¡Tatuaje de tu Pascua! Mi cicatriz, es la prueba de un Amor que resistió; fuerza que dura y repara, resiliencia de mi alma…
Santo Grial, que dio sangre y he de adorar en Jesús, en mis hermanos y en mí mismo… Es lo mejor que tengo; lo más valioso y bello. es lo mejor que tengo; lo más valioso y bello.
Santo Grial, que dio sangre y he de adorar en Jesús, en mis hermanos y en mí mismo… Es lo mejor que tengo; lo más valioso y bello. es lo mejor que tengo; lo más valioso y bello.