Salmo N° 23. ¡El Señor es mi Pastor!
En este Salmo N° 23 se describe la convicción del hombre justo que pone toda su confianza bajo el cayado vigilante del “buen pastor”, en un remanso de frescura y de paz.
La liturgia y la piedad cristiana lo han aplicado a los momentos de intimidad amorosa de Dios con sus fieles y en especial al “ banquete eucarístico “.
SALMO N° 23 El Señor es mi Pastor, nada me faltará; por prados de fresca hierba me apacienta;
hacia las aguas del remanso me conduce, y recrea mi alma.
Me guía por senderos rectos por amor de su nombre.
Aunque vaya por valle tenebroso, no temo ningún mal;
pues están junto a mi tu vara y tu cayado y esto me consuela.
Tú me preparas una mesa ante mis enemigos:
perfumas con ungüento mi cabeza y llenas hasta arriba mi copa.
De gracia y dicha me circundas todos los días de mi vida:
habitaré en la casa de Yavé por muchos, muchos años.
Todo lo que tienes que hacer es: Durante 60 segundos, deja lo que estás haciendo, ¡aprovecha esta oportunidad para sentirte aun mas cerca de Dios!
Simplemente ora por la persona que te envió este mensaje, diciendo: Señor tu conoces bien la vida de bendícele. Cuida de su familia, su salud, su trabajo y de todos los planes que se ha trazado para este año. No le dejes caer en tentación, mas líbrale del mal. En el Santo Nombre de Jesús, te lo pido. Amén.
Reenvía este mensaje si así lo deseas. Otras personas que lo reciban orarán por ti y así sucesivamente oraremos los unos por los otros.
¡DIOS TE BENDIGA!