Poema: Audroc Voz: Audroc
Una inflexible ola esculpida en granito con el rosado tono de un tísico coral, y su curva geométrica pretende el infinito, del golpear de las olas, que llegan sin llegar.
Yo hubiese levantado una esfinge azulada, con crestas espumantes en todo su redor, y una cisterna de agua, turbulenta abrazada, a sus pies como un canto permanente de amor.
Su lacia cabellera, convertiría en escamas, coronando su frente como tiara estelar, y llenaría sus manos de caracolas muertas y en su pecho una rama sangrante de coral.
Pondría a sus espaldas: dos aletas gigantes. Esfumadas y tenues. Y prestas a volar.
Y de su rostro haría, un poema vibrante, tan sólo con dos lágrimas, que quieran estallar.
CAMBIARÍA SU TUMBA... Una inflexible ola esculpida en granito con el rosado tono de un tísico coral, y su curva geométrica pretende el infinito, del golpear de las olas, que llegan sin llegar. Yo hubiese levantado una esfinge azulada, con crestas espumantes en todo su redor, y una cisterna de agua, turbulenta abrazada, a sus pies como un canto permanente de amor. Su lacia cabellera, convertiría en escamas, coronando su frente como tiara estelar, y llenaría sus manos de caracolas muertas y en su pecho una rama sangrante de coral. Pondría a sus espaldas: dos aletas gigantes. Esfumadas y tenues. Y prestas a volar. Y de su rostro haría, un poema vibrante, tan sólo con dos lágrimas, que quieran estallar. Audroc