Arte Románico
Arquitectura El muro, el arco y la cubierta son los tres aspectos más distintivos del estilo. El muro se hace de piedra labrada en sillares, que suele reducirse a los paramentos o superficies exteriores, pues el núcleo suele ser de mampostería. En los sillares se observan con frecuencia unos signos (marcas de cantero) que corresponden a los diversos grupos o maestros que intervienen en la construcción. Pocos vanos El arco característico es el de medio punto La cubierta más característica es la bóveda de cañón, dividida en tramos o sectores mediante arcos fajones. Estos arcos se corresponden exteriormente con los contrafuertes.
También son frecuentes las bóvedas de aristas, para los tramos cuadrados (naves laterales), y la de horno o de cuarto de esfera Bóveda de cañón Bóveda de aristas Bóveda de cuarto de esfera
Se emplean las cúpulas, bien sobre trompas- arcos que se sitúan en los ángulos- o bien sobre pechinas.
Los templos suelen ser de una, tres o cinco naves, con crucero y cabecera con capillas semicirculares o ábsides, precedidas de un tramo recto. En las iglesias llamadas de peregrinación aparece la girola.
El problema de la iluminación determina que la nave central sea frecuentemente de mayor altura, lo que permite abrir ventanas por encima de las naves laterales. Es frecuente en las iglesias de peregrinación y catedrales que por encima de las naves laterales se sitúe una amplia galería de la misma anchura que la nave baja, que es la tribuna, comunicada con la nave central mediante huecos que constituyen el triforio.
Columnas de fuste liso o estriado Pilares cruciformes. Pilares cruciformes con columnas adosadas en sus frentes.