El poder de las palabras Dr. Camilo Cruz
Imagínate que, justo antes de salir para tu trabajo, te llama por teléfono una persona a quien tú respetas mucho, aprecias y admiras. Una persona sincera, honesta, de toda tu confianza.
Y que después de saludarte muy cordialmente, te dice: "Primero que todo, quiero que sepas que no te he llamado para pedirte ningún favor.
Sé que debí llamarte hace mucho tiempo para decirte esto, así que esta mañana decidí que no pasara de hoy.
Simplemente quiero dejarte saber que tú eres una de las personas más integras que he tenido la oportunidad de conocer.
Creo que eres un gran profesional y siempre he pensado, y así se lo he dicho a mi esposa, que además, eres un padre y un esposo ejemplar;
que cualquiera se sentiría orgulloso una persona que cualquiera se sentiría orgulloso de llamar su amigo.
Cuando hablo contigo, me siento motivado porque eres la clase de individuo que sabe sacar a relucir lo mejor de las otras personas,
y por esta razón quería llamarte hace mucho tiempo, para manifestarte cuanto te estimo, y cuanto aprecio tu amistad.
Eso es todo; espero que hoy tengas un gran día. Hasta pronto". Y luego de despedirse afectuosamente, cuelga el teléfono.
Ahora bien, sabiendo que se trata de un amigo sincero, que no te diría esto si no lo sintiera así, pregúntate: ¿Qué clase de día crees que vas a tener después de haber escuchado esto a primera hora de la mañana?
Si vas a hornear un pastel, ¿crees que ese día, por alguna razón, hornearías un mejor pastel?
¿crees que enseñarías una mejor clase ese día? Si eres profesor, ¿crees que enseñarías una mejor clase ese día?
¿Crees que ese día serías un mejor padre de familia?
¿crees que ese día serías un mejor vendedor? Si eres vendedor, ¿crees que ese día serías un mejor vendedor? Seguramente sí, ¿no es cierto?
A pesar de que esta persona no te haya dicho absolutamente nada acerca de cómo realizar ninguna de estas actividades de una mejor manera, tú estás seguro que tu desempeño sería mejor.
¿Por qué? Porque tu imagen y tu autoestima han recibido una transformación repentina.
No es que ahora sepas más de lo que sabías antes de recibir la llamada acerca de cómo hornear, enseñar o vender mejor.
Lo único que ha sucedido es que las palabras de tu amigo te han abierto los ojos a la grandeza que se encuentra en tu interior.
Por absurdo que pueda parecer, ese sencillo reconocimiento te ha convertido en otra persona.
toda una serie de nuevas imágenes positivas acerca de Sus palabras han dibujado en tu mente toda una serie de nuevas imágenes positivas acerca de tu verdadero potencial, tus aptitudes y tus capacidades;
e inmediatamente tu mente y tu cuerpo han comenzado a trabajar basados en esta nueva información.
Numerosas personas exitosas pueden señalar el momento preciso en que su vida comenzó a cambiar.
Y muchas veces ese momento, fue cuando hubo unas palabras de apoyo de un padre o un profesor, el voto de confianza de un amigo, o una llamada de apoyo de un familiar.
Entonces, ¿por qué no haces tú lo mismo? ¿Qué te impide levantar el teléfono y llamar a una de esas personas a las cuales has deseado alguna vez decirle algunas de estas cosas, o que sabes que necesitan escuchar esto de ti, y les dejas saber cómo te sientes?
Déjales saber cuáles son las cualidades que ves en ellas y el gran potencial que tienen.
Te puedo asegurar que ese día ellas también van a ser mejores personas, y con toda seguridad su autoestima mejorará y se sentirán mucho mejor consigo mismas.
Pero, ¿adivina quién se sentirá aún mejor acerca de si mismo? ¡Tú!
Porque sabrás que ese día has sembrado una semilla de éxito y felicidad en otra persona;
habrás ayudado a otro ser humano a tomar la iniciativa para reconocer y reclamar el talento y el potencial que reside dentro de ella.
Hay muy pocos sentimientos que sean tan gratificantes como este.
Así que no te prives de la oportunidad de experimentar esta gran sensación en tu vida.