BIOGRAFÍA Primeros años de vida y su traslado a Estados Unidos En busca de Livingstone La Expedición
Explorador británico. Tuvo una infancia difícil: tratado con dureza por sus padres e incluso encerrado en una casa de corrección, logró huir a los quince años. En 1859 llegó a América, donde fue adoptado por un comerciante al que conoció en Nueva Orleáns y que le dio su nombre. Estallada la guerra civil, participó en ella, y combatió primeramente en las filas de los confederados, y luego, hecho prisionero por el enemigo, ingresó en las de la Unión. Terminado el conflicto bélico, se inclinó al periodismo y fue enviado especial del New York Herald.
Stanley nació en Denbigh, País de Gales, cuando su madre, Elizabeth Parry, tenía 19 años. Según su certificado de nacimiento era hijo ilegítimo y el estigma de la ilegitimidad supuso una pesada carga para él, durante toda su vida. Tuvo una infancia llena de maltratos y de lucha por su existencia, fue criado por su abuelo hasta la edad de cinco años. Cuando éste murió, vivió durante un corto período con algunos primos y sobrinos maternos, pero poco después fue enviado a St. Asaph Union Workhouse, institución de acogida para pobres, donde el hacinamiento y la falta de control daban lugar a frecuentes abusos de los chicos mayores y de los rectores de la institución. Cuando tenía diez años, su madre y dos hermanos permanecieron durante un tiempo en esta institución, sin que Stanley supieran quienes eran, allí permaneció hasta los quince años, momento en que huye de la institución y marcha a su aldea natal, aquí completa una educación elemental, y colabora como ayudante de profesor en una escuela nacional. En 1859, es contratado en el puerto de Liverpool, en el barco Windermeer, con rumbo a Nueva Orleans. En el barco también sufre una dura travesia, que le lleva a saltar a tierra en cuanto avistan Nueva Orleans, sin esperar a cobrar sus jornales pendientes.
En el año 1869, en París, el editor del New York Herald, James Gordon Bennett le encargó la búsqueda del explorador y misionero David Livingstone, del que no se tenía noticia desde hacía algunos años, pero antes le encarga que asista como corresponsal a la inauguración del Canal de Suez, para luego ir a Jerusalén, Constantinopla, Crimea, y llegar a la India a través del Cáucaso, Irak y el Éufrates. Tras este periplo Stanley viajó hasta la isla de Zanzibar en 1871 y organizó una expedición para localizar al misionero escocés. El objetivo de la expedición era la aldea de Ujiji, en el lago Tanganika, donde esperaba localizar a Livingstone, lo encontró, gravemente enfermo, el 10 de noviembre de 1871, en el momento del encuentro fue cuando pronunció la célebre frase "¿El doctor Livingstone, supongo?". Traba bastante amistad con el médico escocés y juntos exploran la parte norte del lago Tanganika. Al terminar su recorrido, Stanley volvió solo a las costas de Zanzibar, sin que Livingstone, quisiera acompañarlo. De vuelta a Gran Bretaña, advierte que casi nadie cree lo que cuenta de su encuentro y dudan de la autenticidad de las cartas que presenta, firmadas por Livingstone.
El 21 de enero partió de Inglaterra y llegó seis días después a El Cairo, donde se le comunicaron la última información que manejaba el gobierno anglo-egipcio sobre el paradero de Pasha y se les permitió continuar bajo pabellón egipcio, a pesar de que se mostraron contrarios a la nueva ruta a través del Congo. Volvieron a embarcar en Suez y tras una breve parada en Adén, llegaron el 22 de febrero a Zanzíbar, inicio de casi todas las grandes expediciones europeas al continente negro. Tras 3 días de negociaciones con el sultán de Zanzíbar y el mercader y negrero Tippu Tip se consiguió un nuevo barco, el Madura, provisiones y porteadores suficientes. El acuerdo con Tippu Tip, muy criticado posteriormente en Europa, se comprometía a poner bajo su mando la región de las Cataratas Stanley y cederle una parte de las 75 toneladas de marfil que Stanley preveía traer de vuelta desde Equatoria.