LEYENDA DEL PRÍNCIPE AHMED AL KAMEL O EL PEREGRINO DEL AMOR WASHINGTON IRVING LEYENDA DEL PRÍNCIPE AHMED AL KAMEL O EL PEREGRINO DEL AMOR

ÍNDICE WASHINGTON IRVIN Leyenda Ahmed Descubrimiento del amor Descubrimiento de su amada

WASHINGTON IRVING Fue un escritor que tuvo la suerte vivir en la Alhambra donde se inspiró para escribir ‘Cuentos de la Alhambra’ al quedar impresionado por la riqueza de historias antiguas que había en España.

LEYENDA DEL PRÍNCIPE AHMED AL KAMEL O EL PEREGRINO DEL AMOR

Ahmed Al Kamel fue hijo de un rey moro de Granada Ahmed Al Kamel fue hijo de un rey moro de Granada. Estuvo recluido en un palacio ya que los astrólogos decían que correría grandes peligros por amor. Allí creció con Eben Bonabben que juró por su vida que le enseñaría todos sus conocimientos excepto el amor, la ciencia prohibida.

A los 20 años ya poseía una sabiduría asombrosa A los 20 años ya poseía una sabiduría asombrosa. Dejó los estudios prestándole más atención a la meditación, pasear por los jardines, la música y la poesía. Eben al observar su delicadeza y sabiduría, temiendo por su vida, encerró al joven en la torre más alta del Generalife.

Eben intentó complacer al jóven enseñándole algo de álgebra, pero el príncipe la odiaba. Para complacer al príncipe le enseñó el lenguaje de las aves y al poco tiempo ya lo empezó a poner en práctica con un cuervo, luego con un búho filósofo, un murciélago y una golondrina. Pronto se cansó de ellos ya que ninguno le llenaban el corazón que sentía vacío.

Cuando llegó la primavera empezó a escuchar que todos los pájaros cantaban sobre el amor, y él no sabía que era eso que le causaba tanta intriga. Le preguntó a todos sus amigos y ninguno le dio una respuesta. Le preguntó a Eben y le dijo que eso no traía nada bueno y tuvo que confesarle toda la verdad. Esto despertó más intriga en él. Un día un palomo que acabó por accidente en su habitación se lo explicó y el palomo quedó sorprendido por que el príncipe no tenía ningún amor.

Un día mientras paseaba el príncipe, volvió a encontrarse con el palomo y le dijo que había encontrado una princesa para él ya que se encontraba en una situación como la de él. Al escuchar esto, el príncipe decidió escribirle una carta declarándose que fue entregada por el palomo, y ella le respondió con una estatuilla suya en miniatura. El príncipe decidió salir en busca de la princesa con ayuda de su amigo el búho que poseía conocimientos topográficos.

Partieron rumbo a Sevilla dónde el búho conocía de la existencia de un zahorí y hechicero cuervo en la Giralda. Él no le pudo ayudar pero lo mandó hacia Córdoba dónde se encontraba un viajero que había visitado todas las cortes y países.

Cuando llegaron a la mezquita de Córdoba resultó que el papagayo era amigo de la princesa y sabía donde encontrarla. El papagayo accedió a ayudar a Ahmed.

Los tres partieron rumbo a Toledo en busca de la princesa Aldegunda. Cuando llegaron se encontraron con que cuando ella cumpliera diecisiete años, se organizaría una batalla para elegir a su marido. Por desgracia para Ahmed, al día siguiente cumplía años la princesa. Gracias a la inteligencia de el búho sabía que escondidos en una cueva se encontraba todo lo necesario para ganar el combate sin necesidad de saber luchar.

Al día siguiente, el príncipe estaba preparado pero cuando fue a inscribirse no lo dejaron. Un contrincante se burló de el, lo que llevó a una pelea, y una vez que empezó no pudo parar. Llegó hasta tal punto de revolcar al mismo rey de Toledo. La princesa calló enferma tras esta tragedia que llevó a la deshonra a Ahmed.

Como la princesa no mejoraba el búho se enteró de que el rey daba su mayor riqueza a quien curara a su hija. El búho se dio cuenta que en un cofre había guardada una alfombra que se llevaba buscando durante años por los cristianos. La alfombra del sabio Salomón.

Ahmed se disfrazó y sentado desde el terrado le cantó unos versos de la carta que él le escribió y la princesa empezó a recuperarse. Ahmed recibió su cofre y también fue nombrado médico en el palacio. Colocó la alfombra bajos los pies de la princesa y le confesó todo al rey. De repente la alfombra desapareció en el cielo. El rey de Toledo tomó rumbo hacia Granada. Cuando llegó allí su hija ya era sultana debido a la muerte del padre de Ahmed.

El padre de Aldegunda se esperaba algo peor por si su hija había renunciado a su religión ya que la religión fue siempre un punto de mira para los reyes. Cuando llegó todo era diferente a lo que había pensado ya que ella conservaba su religión. El rey de Toledo quedó conforme y pudo volver a su ciudad tranquilo.

Los ciudadanos de Granada quedaron conformes. Ahmed compensó a su amigo el búho nombrándolo su primer ministro y al papagayo su maestro de ceremonias. Ahmed y Aldegunda reinaron felices en Granada.

Realizado por: CARMEN LÓPEZ REDONDO Y MARTINA CASTILLO REINA