Una persona mayor

Constantemente se critica a las personas mayores por no adaptarse al mundo moderno.

Sin embargo, nosotros nos responsabilizamos por todo lo que hemos hecho y no culpamos a nadie por ello.

Y como no quiero distraerme con distintas imágenes, voy a dejaros de fondo siempre la misma. Es Muy bonita.

Después de una profunda meditación, nos gustaría señalar que, a pesar de haber llevado el pelo largo, de habernos revelado contra los llamados valores tradicionales y de haber bailado con Los Beatles y los Rolling Stones. NO fuimos nosotros los que eliminamos:

La melodía de la música, El talento y el ingenio de las creaciones artísticas, La buena voz a la hora de cantar, El orgullo por nuestra apariencia exterior, La cortesía al conducir, El compromiso de la pareja, La responsabilidad de la paternidad, La unión de la familia, El aprendizaje y gusto por la cultura, El sentimiento de patriotismo, El rechazo a la vulgaridad, NO fuimos nosotros los que eliminamos:

La escena de la Navidad de las escuelas y ciudades, El comportamiento intelectual, El refinamiento del lenguaje, La dedicación a la literatura, La prudencia a la hora de gastar, La ambición por lograr ser alguien en la vida Ni tampoco sacamos a Dios del gobierno, de las escuelas y de nuestra vida.

Y por supuesto que no somos los que eliminamos la paciencia y la tolerancia de nuestras relaciones personales ni de nuestras interacciones con los demás. ¡En efecto, ya soy una persona mayor!

Pero todavía puedo animar una fiesta... incluso si sólo resisto hasta las 12 de la noche. Todavía puedo abrir las latas con “Abre fácil” Todavía me subo a una escalera para cambiar unas cortinas. Todavía puedo cuidar de mis nietas y tirarme al suelo a jugar con ellas. Todavía soy capaz agotar a mis hijas. Todavía puedo hablar de política, o discernir entre pereza y “Ayuda social”. Todavía me acuerdo de llegar a mi casa... aunque deba llevar un mapa conmigo. ¡En efecto, soy una persona mayor!

Pero se lo que son: megas, pixeles, formato Avi, memorias, archivos y muchas mas cosas. Y soy capaz de manejar un ordenador, puedo usar un móvil y una cámara digital, puedo programar la TDT. Aunque para ello deba ponerme mis gafas. ¡En efecto, soy una persona mayor!

Pero todavía puedo reírme de las críticas... aunque a veces no pueda oír lo que dicen de mí. Todavía soy muy buena contando historias... aunque las repita varias veces. ¡Porqué en efecto, soy una persona mayor!

Pero no creas que me he vuelto guerrera, cascarrabias ni intransigente… Simplemente que tengo edad para decir que hay cosas que no me gustan…

No me gusta la gente: la gente que empuja en el autobús, la que se cuela en la caja del supermercado, la que en el tren deja sonar su móvil varias veces, la gente que lleva capucha a pleno sol. No me gustan los padres de los niños gritones, los dueños de los perros que no recogen sus inmundicias. No me gustan los políticos, no me gustan las prohibiciones gratuitas. Ni tantas otras cosas que ahora no recuerdo.

¡Me gusta seguir disfrutando de mi vida a tope, seguir practicado la amistad. Me gusta viajar, me gusta leer, por el placer de leer, encontrarme con esos jóvenes que me recuerdan a mi. Y seguir bailando con Los Beatles y los Rolling Stones!. ¡Y como en efecto, soy una persona mayor!

Pero... ¡qué importa! Seguro que tu también te pusiste flores en la cabeza, entonaste canciones protesta, hiciste el amor con quien te dio la gana y te destornillaste bailando con Los Beatles y los Rolling Stones. Ahora me asalta la duda... ¿Ya te habré mandado esto?

¡En efecto, soy una persona mayor!