Una Lección de la enciclopedia de la Vida Todo lo que pasa en la vida, siempre deja huellas. Y a mí, me han pasado muchas cosas. Jearsil

Naomi, es una de tantas mujeres nacida en esos lugares marginados por Dios. Y para que no muriese de hambre, la enrolaron en una caravana de mujeres, para trabajar en las “Casas del Amor” Ella cuando consiguió reunir un dinero, buscó otro tipo de trabajo, que estuviese en consonancia con sus principios y sentimientos.

Cierto día y por curiosidad, se acercó a un hombre entrado en años, que todos los días, cruzaba por el parque. Al poco rato de estar charlando con él, ella le invitó a que conociera la Casa del Amor. El hombre con respeto, pero malhumorado le respondió: ¡Señorita!, Es una osadía que ud. confunda la casa del Placer, con la del Amor.

Debería ud. saber que el “ PLACER”, Es solo una sensación, y no, un sentimiento. Por eso, todo el que visita su lugar de trabajo, recibe una sensación momentánea producida en los sentidos, por un manjar demasiado exquisito, que se va diluyendo al introducir la llave en la cerradura.

Sin embargo ”AMOR” Es un sentimiento experimentado por una persona hacia otra, que se manifiesta en desear su compañía, alegrarse con lo que es bueno para ella, y sufrir con lo que es malo, sin esperar nada a cambio.

El hombre cuando se tranquilizó, la invitó a su casa, para que viera con sus propios ojos, la diferencia que hay, en lo que había dicho. Naomi aceptó la invitación y por el camino, él le hizo varias preguntas, que la joven fue contestando, pero al conocer con detalles su pasado... El hombre, cambió de conversación y empezó contándole, parte de sus vivencias de esta última década.

Comenzó diciéndole: Al poco tiempo de mi jubilación, cuando mas tranquilidad y sosiego reinaba en mi casa. El destino quiso que se truncase, y por un error médico, a los pocos años se le presentó a mi esposa, una penosa enfermedad que la tiene empotrada en cama.

Desde ese fatídico día, llevo las riendas de mi casa, y lo que no aprendí en mi juventud, lo estoy aprendiendo ahora. Al llegar a la puerta de su casa, la joven le preguntó si su mujer se enfadaría cuando la viera. No, le dijo... Ella desde hace unos años, ya no sabe donde está, ni quién soy yo.

La joven muy sorprendida, le volvió a preguntar: Si ella no sabe quién es usted.... Por qué, tantas prisas en llegar. El hombre con una sonrisa entrecortada le respondió: Mi esposa no sabe quién soy yo, ¡Pero yo !.. sé muy bien quién es ella".

Además, el verdadero AMOR, no es aquel que se adquiere por medio de un flechazo o por un maravilloso físico..., Sino el que se va rebobinando diariamente, a base de aceptar todo lo que somos, hemos sido, seremos y no seremos... Porque el secreto de la vida… no está en la forma de vivir, sino en aceptar como nos viene y como reaccionamos...

Emocionada por la lección recibida, se despidió del matrimonio, y al cruzar por el parque que hay junto a su casa, se encontró con una amiga y con lágrimas en los ojos, le contó lo sucedido. En ese instante, se le acerca una mujer de mediana edad que va acompañada por su marido, la cual le comenta:

Sin querer, me he enterado de la conversación mantenida entre uds., y por esa razón, si ud acepta lo que le voy a proponer, desde este momento queda contratada. Mi proposición es, tener nuestra nueva casa apta para vivir, a primero del mes que viene, fecha de nuestro traslado a esta ciudad. Y su trabajo consistirá...

En las tareas de la casa y asear a mi madre, que lleva años, postrada en una cama. Vivirá con nosotros, y el salario será lo que dicte la Ley. Disponiendo de todos los fines de semanas, mas un mes de vacaciones al año. Si acepta mi proposición, aquí están las llaves.

Sin mediar palabras aceptó el trabajo y cogió las llaves. Tenía tanta ilusión en lo que le habían ofrecido, que a los pocos días la casa estaba apta para vivir. A la semana de estar viviendo el matrimonio en su nueva casa, vinieron sus padres para quedarse a vivir con ellos.

Al enterarse Naomi de la llegada de los padres de su jefa, se encaminó hacia el salón para conocerlos. Nada mas abrir la puerta, y ver la imagen de ellos.. La joven, de la emoción cayó desmayada. Después de unos momentos de confusión, volvió en sí, y entre sollozos dijo…:

De este matrimonio he recibido, la lección mas hermosa que un ser humano puede dar a su semejante. Dicha lección, impactó tanto en los sentimientos de esta mujer. Que los nombres de Jessi y Mai, se siguen llevando en sus descendientes. Jearsil

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Fuentes Texto Jesús Arroyo Silva Fotografías J esús Arroyo Silva Manuel Curiel Guerrero