El sendero que existe entre el lugar en el que estamos y el sitio donde Dios quiere que estemos, es el sendero del crecimiento espiritual.
Como creyentes en Dios, existen lugares en los que no debiéramos, bajo ninguna circunstancia, pensar en detenernos…
Entonces… Asegura tus pasos y NO TE DETENGAS
En las derrotas de la vida. Sigue andando, delante de ti está el futuro y la esperanza.
NO TE DETENGAS en la ira ni en el enojo Si albergas hostilidad, a la larga volverán a ti como bumerán
NO TE DETENGAS En el escape Nunca es bueno rendirse, porque te quedará el amargo sabor de la derrota. Entonces, continúa andando y encontrarás una nueva y mejor senda.
NO TE DETENGAS En el desánimo El optimismo promueve tanto la sanidad física como la emocional
NO TE DETENGAS En la preocupación Considera todo lo justo, lo verdadero y lo amable. ¿Quién sabe qué posibilidades encontrarás a la vuelta de la esquina?
NO TE DETENGAS En la culpa Deja atrás el pasado, empieza otra vez. Aprende de los errores y con la ayuda de Dios da un giro de ciento ochenta grados.
NO TE DETENGAS En la desolación Aunque parezca que ya nada tiene sentido, Dios continúa a tu lado, toma su mano y deja que Él te conduzca
NO TE DETENGAS En el remordimiento Dios conoce cada secreto que albergas en tu corazón y Él no te reprocha. Pero quiere que te liberes de la carga y vivas el gozo de su perdón
NO TE DETENGAS En el temor Vive cada día la experiencia de confiar en Dios y lo hallarás perfectamente confiable
NO TE DETENGAS En la pasividad y el aburrimiento La vida es breve y puede ser maravillosa. Esfuérzate por no perderla. Disfrútala antes que desaparezca.
NO TE DETENGAS Ante lo imposible... Recuerda que para Dios NO HAY NADA IMPOSIBLE
DETENTE AQUÍ y… Mira las huellas de Dios en la obra de sus manos Observa la medida de su poder en las montañas Experimenta su paz en la quietud de las aguas Afírmate en Él pues es la Roca inconmovible.
“Y esto es sólo una muestra de sus obras, un murmullo que logramos escuchar…” Job 26.14
Te deseo un bendecido y fructífero AÑO 2012 Que Dios, el Bendito Alfarero, continúe haciendo su preciosa obra en tu vida y te corone de sus favores y misericordias.