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Lección 4 para el 28 de enero de 2012

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Presentación del tema: "Lección 4 para el 28 de enero de 2012"— Transcripción de la presentación:

1 Lección 4 para el 28 de enero de 2012

2 ¿Qué dice la Biblia acerca del juicio?
“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apocalipsis 14:6-7) El mensaje final que la iglesia remanente está llamada a proclamar incluye la idea del juicio divino. ¿Qué dice la Biblia acerca del juicio? ¿Qué relación tienen el juicio divino y la gracia que Dios nos ofrece?

3 ¿Qué dice la Biblia acerca del juicio?
En el Antiguo y en el Nuevo Testamento (especialmente en este último) encontramos la idea del juicio. Un juicio cuya sentencia puede ser tanto condenatoria como absolutoria. “Porque Jehová juzgará a su pueblo, y se compadecerá de sus siervos” (Salmo 135:14) “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo” (2 Corintios 5:10)

4 “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras” (Apocalipsis 20:12) “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?” (1 Pedro 4:17) “Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado” (Mateo 12:36-37)

5 ¿En qué consiste la gracia de Dios?
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”(Juan 3:16) La gracia de Dios consiste en que, sin merecerlo, Él envió a su Hijo para pagar por nuestros pecados, ofreciéndonos así la posibilidad de tener vida eterna.

6 ¿Qué relación tiene la gracia con el juicio?
“Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” (Juan 3:17-19) La gracia y el juicio aparecen en estos textos y están radicalmente entrelazados. El pecado, la oscuridad y el mal han producido la necesidad de un Dios de justicia que juzgue y condene estas cosas. Al mismo tiempo, la gracia de Dios ofrece una salida a quienes son culpables y van a Cristo por fe. El que creyere en Jesús no es condenado. Es así de sencillo. La justicia de Cristo cubre a esa persona, y ella está sin condenación, ahora y en el juicio.

7 Solo cuando Adán y Eva pecaron se hizo necesario que Dios juzgara al hombre. Este juicio es inevitablemente condenatorio. No obstante, en ese mismo momento Dios ofrece al hombre su gracia, una puerta de salida para obtener la absolución en el juicio. El hombre fue creado perfecto. En este estado, el juicio era innecesario porque no había infracción alguna que juzgar. “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Génesis 3:15)

8 En el juicio de Dios a Adán y Eva, vemos un ejemplo claro de juicio:
Juicio investigador (Génesis 3:9-13). En primer lugar, Dios realiza una investigación a base de preguntas: ¿Dónde estás tú? ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? ¿Qué es lo que has hecho? Juicio condenatorio (Génesis, 3: 14). Satanás es condenado como instigador del pecado. Juicio absolutorio (Génesis, 3: 15). Se le ofrece a la raza humana la posibilidad de aceptar la gracia a través del sacrificio de Jesús. Todo el que acepte esta gracia será absuelto en el juicio. “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio” (2 Pedro 2:4)

9 “Aunque los impíos puedan pensar que sus caminos no son conocidos por el Señor, llegará el momento en que él mostrará que todas las obras de los hijos de los hombres le son conocidas. En los días de Noé, la maldad humana llegó a ser tan grande que fue necesario que Dios mostrara su autoridad y castigara a los transgresores de la ley. Había llegado la hora de crisis al declarar el Señor cuáles eran los límites de la paciencia divina hacia la raza culpable. No obstante envió a su fiel siervo para que los amonestara, y les dio ciento veinte años de oportunidad para que se arrepintieran de sus pecados. Pero ellos rechazaron y despreciaron tales muestras del amor de Dios. Cuando la copa de su iniquidad se llenó; cuando los límites de la misericordia divina se traspasaron, el Señor eliminó a la raza pecadora de la faz de la tierra mediante el diluvio” (Elena G. de White, Signs of the Times, 15 de diciembre de 1881) “y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos” (2 Pedro 2:5)

10 “y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente, y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos)” (2 Pedro 2:6-8) “Sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio” (2 Pedro 2:9)

11 La paga del pecado es la muerte (Romanos 6: 23)
La paga del pecado es la muerte (Romanos 6: 23). Todos hemos pecado y todos merecemos la muerte. Si la justicia fuese el único atributo divino, todos estaríamos condenados a la muerte eterna. Afortunadamente, Dios es un Dios de gracia. Dios, a través del sacrificio de Jesús, ofrece su gracia para que todo aquel que crea en Él (Juan 3:16) sea absuelto en el juicio (1 Juan 2:1-2) y obtenga la salvación eterna.

12 Créditos DISEÑO ORIGINAL Distribución Sergio y Eunice Fustero
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