La descarga está en progreso. Por favor, espere

La descarga está en progreso. Por favor, espere

CICLO C 2015-2016. CONTEMPLACIÓN ACCIÓN ACCIÓN LECTURA MEDITACIÓN ORACIÓN PREPARACIÓN.

Presentaciones similares


Presentación del tema: "CICLO C 2015-2016. CONTEMPLACIÓN ACCIÓN ACCIÓN LECTURA MEDITACIÓN ORACIÓN PREPARACIÓN."— Transcripción de la presentación:

1 CICLO C 2015-2016

2

3

4

5

6 CONTEMPLACIÓN ACCIÓN ACCIÓN LECTURA MEDITACIÓN ORACIÓN PREPARACIÓN

7 Estamos en el Adviento, tiempo de la gozosa espera de la venida del Señor Jesús. Si el Domingo pasado se nos invitaba a estar en « vigilante y activa espera » porque el Señor anuncia su venida,... en este segundo Domingo de Adviento se nos invita a estar gozosos por la cercanía de Dios y a preparar su llegada.

8 Las lecturas de hoy nos hablan sobre nuestra conversión para preparar el camino al Señor y la proximidad de su venida, Nuestra vida cristiana no es una «herencia adquirida» sino un logro, una conquista alcanzada por nuestra lucha generosa en la acogida que damos a la Palabra de Dios.

9 Esa palabra de Dios nos pide rectificar lo torcido, suavizar lo escabroso y trabajar por una conversión seria y verdadera. Pero todo ello con el gozo de sabernos liberados por Cristo Jesús, ya que nuestra redención es obra gratuita de Dios. La Eucaristía de hoy nos ayudará a conseguirlo

10 PREPARACIÓN INVOCACIÓN AL ESPIRITU SANTO

11 Ven, Espíritu Santo, a despertar el corazón de la Iglesia, para que el Pueblo de Dios, atento a la Palabra, se prepare para recibir la venida gozosa del Hijo de Dios. Revive en nosotros la actitud con que la Iglesia, a lo largo de su vida, bajo la guía del Magisterio, ha escuchado la Palabra que la invita a estar preparada y vigilando para recibir al Señor que viene a visitar a su Pueblo.

12 Prepáranos para encontrar en la Palabra la paz que necesitamos para apagar los odios y las discordias y poner fin a la violencia. Amén.

13 LECTURA ¿QUÉ DICE el texto?

14 PRIMERA LECTURA Bar. 5, 1-9: « Dios mostrará su esplendor sobre ti »

15 Estamos ante un texto paralelo al de Isaías, citado en el evangelio de hoy. Se acentúa, sin embargo, la gloria de Jerusalén, la ciudad humillada por la destrucción y por el exilio de sus habitantes, pero radiante ahora de esperanza por el retorno y por la manifestación de la gloria de Dios. Es una magnífica interpelación a la esperanza.

16 Esta 1ª lectura nos traslada al período final de la cautividad de Babilonia. La Jerusalén destruida y abandonada ha de dirigir su mirada « hacia el O riente» (Bar. 4, 36; 5, 5),... es decir, hacia Mesopotamia, pues a aquéllos que en una ocasión «a pie se marcharon, conducidos por el enemigo» (Bar. 5, 6)... «Dios los traerá con gloria, como llevados en carroza real» (alusión al pueblo de Dios durante la peregrinación sinaítica: cfr. Bar 5, 7) y volverán a la patria.

17 En este bellísimo poema Baruc canta con fe jubilosa la hora inminente en que el Eterno va a cumplir todas las promesas Mesiánicas, va a crear la nueva Jerusalén, va a dar su Salvación. Lo leemos muy oportunamente en «Adviento» al rememorar y revivir la proximidad de nuestra Redención. La nuestra es la que está prefigurada en el canto de Baruc: Se dirige a Jerusalén, ciudad santa que tiene una triple significación en la Biblia.

18 * Expresa inicialmente la ciudad histórica conquistada por David y hecha por él la capital del Reino. Era el corazón del pueblo y atraía a ella a todos los moradores del país. * Esa Jerusalén es figura de la nueva ciudad que Dios preparaba: la Iglesia, madre que recibe no sólo un pueblo sino todos los pueblos del mundo, destinatarios de la obra de Dios. Pero también esa imagen es transitoria.

19 * Finalmente es la ciudad celeste donde Dios recibe a toda la humanidad que desemboca en él al culminar la historia. Se abandona un tiempo de luto y de aflicción y se entra en un mundo nuevo donde se reviste el manto de la justicia de Dios. Justicia es la acción salvadora de Dios por la que él se propone hacer justos a todos, agradables a sus ojos. Allí todo nos habla de Dios más que del hombre.

20 El da a la Iglesia un nombre nuevo: Paz en la justicia, gloria en la piedad. Dar un nombre nuevo es empezar de nuevo, casi volver a nacer. El nombre en la Biblia no sólo distingue las cosas y las personas sino que revela el ser de ellas a los ojos de Dios. La paz es la plenitud de dones que Dios prepara para el hombre.

21 Finalmente es Dios mismo que se nos da: El Señor es nuestra paz. Va unida a la justicia. Ésta nos revela la voluntad divina salvadora sobre sus creaturas. La justicia engendra la paz. Las dos son inseparables y tienen su fuente no en ideologías humanas sino en el querer mismo de Dios sobre el hombre.

22 Sal. 126 (125) : «El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres » SALMO RESPONSORIAL

23 El salmo canta -la obra de Dios, -el cambio de la situación del pueblo, -el paso de la aflicción a la alegría, de la siembra penosa a la cosecha exultante. Podemos decir muy bien que es el cántico de la alegría pascual : «El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres» En definitiva, ¿no es el retorno del Señor, la plenitud de la Pascua, que es la obra de Dios por excelencia?

24 Flp. 1, 4-6-8.11: « Manténganse limpios e irreprochables para el día de Cristo » SEGUNDA LECTURA

25 El día de la alegría, de que nos informa la primera lectura, quedará precisado en la segunda lectura como el « Día de Cristo Jesús » (Flp. 1, 6.10). El pueblo de Dios del Nuevo Testamento se encuentra -de la misma manera que el pueblo de Israel del Antiguo Testamento- a la vuelta de la cautividad de Babilonia en una gran peregrinación, en la que, conforme al deseo del apóstol Pablo, sobre todo «su comunidad de amor siga creciendo más y más en penetración y en sensibilidad para apreciar los valores» (Flp. 1, 9-10).

26 Pero, ¿qué son los valores? La espiritualidad de la vida cristiana vista como un Adviento continuado queda bien descrita en estas frases llenas de efecto del Apóstol. También aquí se insiste en la obra de Dios, que es la vida en la fe, con todas las manifestaciones que de aquí se derivan: amor, justicia, pureza, valores auténticos... Y como fin: ¡ el Día de Jesucristo !

27 La Liturgia de «Adviento» nos hace leer esta perícopa de la Carta de San Pablo a los Filipenses en razón de la exhortación que hace a los neófitos: que se preparen para el «Día de Cristo Jesús» (v.11). Para Pablo, como para nosotros, es un secreto de Dios la hora de este « Día ». Quien se dispone para el «Adviento» del Redentor se prepara para la llegada de la Parusía final del Divino Juez.

28 El cristiano debe crecer incesantemente en amor a Dios y de los hermanos. El cristiano tiene como guía y luz al Espíritu Santo. A esta luz entiende, juzga y discierne. Los caminos del cristiano no son los del filósofo prudente, sino los de la ciencia de la cruz. Y con la luz de la gracia del Espíritu Santo ve, busca y alcanza la perfección.

29 El « Día de Cristo » (cfr. vv. 10.11), tanto para cada uno por la muerte, como para el mundo entero por la Parusía final, es un secreto. De ahí que nos urja estar siempre dispuestos. En el « Día de Cristo » seremos su gozo, y su gloria, si, con la gracia del Redentor, nos presentamos colmados de frutos de justicia, a gloria y alabanza de Dios (v. 11).

30 Lc. 3, 1-6: « Todos verán la salvación de Dios » EVANGELIO

31 EVANGELIO DE JESUCRISTO SEGÚN SAN LUCAS R/.. Gloria a Ti, Señor. Predicación de Juan el Bautista (Mt. 3, 1-12; Mc. 1, 1-8) 1 En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea; Herodes tetrarca de Galilea; Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítida, y Lisanias tetrarca de Abilene; 2 en el pontificado de Anas y Caifas, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.

32 3 Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, 4 como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: Voz del que clama en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus sendas; 5 todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso se hará recto y las asperezas serán caminos llanos. 6 Y todos verán la salvación de Dios. Palabra del Señor. R/. Gloria a Ti, Señor Jesús.

33 Re-leamos el texto para interiorizarlo : Lc. 3 - 4 = Preparación del ministerio de Jesús. a) El contexto: Lc. 3 - 4 = Preparación del ministerio de Jesús. Después de los «relatos de la infancia» (Lc. 1-2), Lucas presenta la preparación del ministerio de Jesús (Lc. 3-4). La perícopa de este Domingo es la introducción de este sección. Tiberio fue emperador de Roma del año 14 al 37 d.C.

34 En el año 63 a.C., el imperio romano había invadido a Palestina y había impuesto al pueblo una dura esclavitud. Las revueltas populares se sucedían, una tras otra, sobre todo en Galilea, pero fueron duramente reprimidas por las legiones romanas. Del año 4 a.C. hasta el 6 d.C., esto es, durante el gobierno de Archelao, la violencia se hizo sentir en toda la Judea. Este hecho empuja a José y María a regresar a Nazaret en Galilea y no hacia Belén en la Judea (cfr. Mt. 2, 22).

35 En el año 6 d.C. Archelao fue depuesto y la Judea se convirtió en Provincia Romana con el Procurador nombrado directamente por el emperador de Roma. Pilato fue uno de estos procuradores. Gobernó desde el año 25 al 36. Este cambio de régimen político trajo una cierta calma, pero revueltas esporádicas, como la de Barrabás (cfr. Mc 15,7) y la subsiguiente represión romana (cfr. Lc 13,1), recordaban la extrema gravedad de la situación.

36 Bastaba que alguno atizase la brasa para hacer saltar el incendio de la revuelta. La calma era apenas una tregua, una ocasión ofrecida por la historia, por Dios, para que el pueblo pudiese hacer una revisión del camino emprendido (cf. Lc 13,3.5) y, así, evitar la destrucción total. Y Roma era cruel. En caso de revuelta, terminaría con el Templo y con la Nación (cfr. Jn 11,48; cf. Lc. 13,34-35; 19,41-44).

37 Es en este contexto en el que, hacia el año 28 después de Cristo, Juan Bautista aparece como profeta en el desierto. Lucas habla de la gran expectativa que se creó entre la gente en torno a la predicación de Juan Bautista, que anunciaba un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. También hoy existe una gran expectativa de conversión y reconciliación con Dios que se manifiesta de muchas maneras:

38 -la búsqueda de un significado que dar a la vida, -búsqueda de espiritualidad, -el movimiento internacional del Foro Social Mundial «Otro mundo es posible» -y tantos otros movimientos religiosos, sociólogos y políticos a la búsqueda de un mundo más humano que revelan el deseo de conversión o reconciliación con Dios. El Adviento es un tiempo apropiado para renovar este deseo de cambio en nosotros, de conversión de acercamiento a Dios.

39 b) Organización del texto: vv. 1-2 :Ubicación de la acción de Juan en el tiempo y en el espacio vv. 3 :Resumen de la actividad profética de Juan vv. 4-6 :Iluminación bíblica de la actividad de Juan

40 c) Comentario: v. 1: El Evangelista San Lucas nos ofrece un cuadro de los días que preceden la próxima y ya inminente manifestación de Jesús-Mesías. El modo en el que Lucas introduce la predicación de Juan es muy semejante al comienzo de los libros de los antiguos profetas. Ellos solían señalar los nombres de los reyes, en cuyo gobierno el profeta desarrollaba su actividad.

41 Véase por ejemplo Isaías (Is 1,1), Jeremías (Jr 1,1-3), Oseas (Os 1,1), Amós (Am. 1,1) y otros. Lucas hace la misma cosa para decir que, después de casi 500 años sin tener un profeta, aparece de nuevo un profeta que se llama Juan, hijo de Zacarías y de Isabel. Lucas se preocupa de colocar los hechos en el tiempo y en el espacio. Presenta los nombres de los gobernantes y describe los lugares donde Juan se movía.

42 Lucas se preocupa de colocar la aparición de Juan en el contexto político social y en el contexto religioso de la época. Señala bien las coordenadas de ese acontecimiento: tiempo y lugar. Son personajes conocidos de la historia. Cuando hacemos el recorrido del acontecer del hombre a lo largo del tiempo tropezamos con esos nombres. Tiberio, emperador de Roma, tirano y desquiciado, que se complacía en ver caer a los esclavos desde una roca alta al mar.

43 Poncio Pilato, el gobernador de la Palestina de entonces, romano escéptico a quien correspondió un papel que lo hizo ser conocido como pocos de la antigüedad. Los hijos de Herodes, llamado el grande, idumeo, no judío, que quiso ser rey y lo consiguió. A su muerte sus hijos se repartieron su reino. De este modo, Lucas, como excelente historiador, tiene cuidado en sincronizar su narración con la historia universal.

44 Pilato fue Procurador o Gobernador de Judea, Idumea y Samaría del 26 al 36 a. C. Herodes aparece en Galilea. Filipo (hermano de Herrodes) en Iturea y Traconítide, que eran regiones al E. de la Alta Galilea. Lisanias en Abilene, que era la región del Antilíbano, colindante con Siria. La historia de la salvación, de hecho, no es una historia diversa de la historia humana y de nuestra historia personal.

45 v. 2: El poder religioso lo detentaban los sumos sacerdotes de la época, sucesores del viejo Aarón, Anás (Pontífice del 6 al 15 d.C.) y Caifás (su yerno, del 18 al 36 d.C),... a quienes hubiera correspondido recibir al Mesías en nombre del pueblo de la promesa, reconocerlo y seguirlo como al enviado de Dios. Se ofuscaron queriendo conservar sus privilegios y no encontraron el camino de Dios.

46 En ese marco histórico aparece otra figura grande que a decir de Cristo era el mayor de los nacidos de mujer, Juan Bautista. Juan es el heraldo del Mesías. Pudo formarse en el célebre cenobio de Qumram, « en el desierto ». Profeta, hombre de la soledad y del desierto, de la intimidad con el Dios vivo como el antiguo Elías, sensible a dar una lectura autorizada del acontecer histórico y a gritar de parte de Dios verdades que siguen interrogando al hombre.

47 El Adviento se detiene insistentemente en ese personaje. Es -aquel que abre el camino del Mesías, -prepara al pueblo para acogerlo -y con su mano extendida hacia él lo señala y distingue sin equívocos posibles. vv.3-4: El texto del Evangelio de esta segunda semana de Adviento, nos presenta a Juan Bautista, profeta, que aparece «en el desierto» para preparar los caminos del Señor.

48 La gente, desde hacía siglos, vivía en una espera de la venida del Mesías,... pero el dominio cada vez más opresor de la ocupación romana había hecho aumentar el deseo de la venida del Liberador, del Salvador. La aparición de Juan en el desierto era señal del hecho de que Dios estaba de nuevo visitando a su pueblo. ¡La redención estaba cerca!

49 Inicia su ministerio no lejos de aquel cenobio, en el valle del Jordán, al sur de Jericó. Su mensaje es: -señalar la inmediata llegada del Mesías -y disponer con la penitencia y la conversión (el Bautismo es un símbolo de conversión) los corazones a recibirle:

50 Por tanto, este Profeta ya no tiene ningún acento terreno o político en su mensaje:... el « retorno » no es ya del exilio a la Patria,... sino la « conversión » del pecado a la gracia. Arrepentimiento ( en griego, metanoia) significa cambio, no sólo de la conducta moral, sino también y sobre todo de la mentalidad. ¡Cambio en el modo de pensar!

51 La gente debía tomar conciencia del hecho de que su modo de pensar, bañado por el «fermento de los fariseos y de Herodes» (cfr. Mc. 8,15), o sea por la propaganda del gobierno y de la religión oficial, era un error y se debía cambiar. El perdón lleva consigo la reconciliación con Dios y con el prójimo. De este modo, Juan anunciaba un nuevo modo en el que el Pueblo se ponía en relación con Dios.

52 Reconciliación será también el marco de la predicación de Jesús: reconciliarse hasta « setenta veces siete » (Mt. 18,22). v. 5-6: Bajo el simbolismo de barrancos que se rellenan. de montículos que se allanan, de senderos torcidos y escabrosos que se enderezan y se afinan, exhorta a prepararse a recibir al Salvador y su Salvación. Esos barrancos, montículos, senderos torcidos... son esos «grandes» del v. 1:

53 Son los emperadores y reyes, gobernantes... que están en los lugares importantes (Roma, Jerusalén, Idumea... etc)... A ninguno de ellos ni en ninguno de eso lugares llegó la Palabra de Dios... Sino al « hombres del desierto », pobre, sencillo, humilde, abierto del todo al don de Dios.

54 Así, pues, debemos nosotros disponernos: «Por el manjar celeste con que nos has saciado, te pedimos, Señor, nos enseñes a valorar sabiamente lo terreno y a adherirnos a los bienes celestiales» (Oración después de la Comunión). En el texto citado por Lucas en los vv. 4b-6. Isaías anunciaba el regreso del Pueblo del destierro hacia la Palestina y lo describía como si fuese un nuevo Éxodo. Era como si la gente, retornando de la esclavitud de Babilonia, saliese de Egipto y entrase de nuevo en el desierto.

55 Para Lucas, Jesús comienza un nuevo éxodo que estaba preparado por la predicación de Juan en el desierto. Los evangelios de Mateo (cfr. Mt 3,3) y de Marcos (cfr. Mc 1,3) citan ellos también la misma frase de Isaías, pero citan sólo el principio (cfr. Is 40,3). Lucas lo cita enteramente, hasta donde dice: «Y todos verán la salvación de Dios» (Is 40,5).

56 La expresión todos, todo hombre, significa todo ser humano. Esta pequeña diferencia indica la preocupación de Lucas por mostrar a las comunidades que la apertura a los paganos ¡era ya prevista por los profetas! Jesús no sólo ha venido por los judíos, sino para que « todo ser humano » pudiese ver la salvación de Dios. Lucas escribe su evangelio para las comunidades de la Grecia, que, en su mayoría, eran paganos convertidos..

57 Las palabras finales del Evangelio de hoy recogen la originalidad de Lucas al dar la cita de Isaías: llegar hasta el anuncio de la universalidad. ¡La salvación es para todos! Jesús ha venido en la historia de los hombres, para todos los hombres.

58 Recordemos que san Lucas nos explica el Evangelio desde una perspectiva paulina,... y la universalidad es un aspecto básico de la predicación del Apóstol, porque lo es de su misma experiencia. El Adviento es misionero por esencia.

59 MEDITACIÓN ¿QUÉ NOS DICE el texto?

60 Profeta de la conversión Juan Bautista era considerado por el Pueblo como un profeta esperado por todos (cfr. Lc. 1,76). Muchos pensaban que él fuese el Mesías. Hasta en la época de Lucas, en los años 80, había personas y sobre todo judíos que consideraban a Juan como el Mesías (cfr. Hch. 19,1-6). Juan llega y anuncia: «¡Conviértanse, porque el Reino de los cielos está cerca!» (Mt. 3,2).

61 Fue encarcelado por su valor en denunciar los errores, tanto del pueblo como de los hombres de gobierno (cfr. Lc. 3,19-20). Fue encarcelado por su valor en denunciar los errores, tanto del pueblo como de los hombres de gobierno (cfr. Lc. 3,19-20). Jesús al oír que Juan estaba en la cárcel, vuelve a Galilea y anuncia las mismas cosas anunciadas por Juan: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca, conviértanse y crean al Evangelio» (cfr. Mc. 1,15). Jesús continúa la predicación de Juan y va más allá.

62 En Juan termina el Antiguo Testamento, en Jesús empieza el Nuevo. Jesús llega a decir: «Yo les digo, entre los nacidos de mujer, no hay ninguno más grande que Juan; pero el más pequeño en el Reino de Dios es más grande que él» (Lc. 7,28). En el « Año de la Misericordia », estamos invitados a vivir esta reconciliación para ser todos constructores de la paz.

63 La «Redención» que realiza la misericordia de Dios en Jesucristo, que viene a salvar,... no es ya la liberación de Egipto o Babilonia,... sino la del «Pecado». El «Redentor» no está ya lejos, sino a la vista de cuantos se dispongan a recibirlo: « Preparen el camino del Señor... » « Preparen el camino del Señor... »

64 Esperanza y espera Esperanza y espera son dos virtudes sin las cuales es imposible vivir la confianza entre nosotros, porque demasiado a menudo falla esta confianza. Todos hemos tenido experiencias amargas que tienden a cerrar el corazón y nos lo podrá abrir solamente una grande esperanza:... la que la Iglesia nos repite continuamente: Jesús se manifestará, Jesús llenará nuestra vida.

65 Nosotros vivimos en esta espera, tendiendo hacia el bien futuro amado y deseado, hacia la manifestación de la plenitud de la vida de Dios en nosotros. Si falta, si languidece, entonces la actitud de confianza y de benevolencia será casi imposible, porque las circunstancias cotidianas tienden a destruirla en nosotros. La falta de esta espera, de esta esperanza puede llegar a ser en verdad una de las más grandes tragedias de nuestro tiempo.

66 Si nosotros nos replegamos solamente hacia el presente, deseosos de gozarlo al máximo,... o si nos amargamos porque las cosas del presente nos disgustan,... si nos falta esta visión del porvenir, de esta esperanza de la manifestación de la gloria de Dios (manifestada ahora en la amabilidad de Jesús y que un día se manifestará en la plenitud del Reino),... no podemos ser ni sal de la tierra, ni levadura de la masa.

67 Nos arrastrarán fatalmente las experiencias cotidianas, y estaremos alegres cuando todo nos salga bien, y tristes cuando algo no corresponda a nuestros deseos inmediatos. Jesús nos enseña a vivir en espera de la feliz esperanza, en espera de la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. «Esperamos tu regreso, esperamos tu manifestación gloriosa», lo proclamamos cada vez que celebramos la Eucaristía.

68 Esperanza cristiana ¿Cuál es la esperanza que la comunidad cristiana está llamada a proclamar corno monumento capaz de promover un nuevo modo de ser? Ante todo, debemos recordar que la esperanza se refiere a algo que no se posee, que no se ve. La esperanza se refiere al futuro, se refiere a un término deseado y esperado.

69 La esperanza cristiana -se refiere, pues, al Reino de Dios en su plenitud, -se refiere a la ciudad futura, la que la Biblia hebrea llama el « shalóm », la paz, entendida en sentido total, la posesión y la comunión de todo verdadero bien que se hace común entre todos los hombres, y común entre los hombres y Dios, -la comunión perfecta de Dios con el hombre y de los hombres entre sí.

70 Esta esperanza cristiana es don de Dios. No es la esperanza mundana,... no la producimos nosotros... y, en este sentido, es la esperanza de todos : de los sanos y de los enferrmos, de los buen os y de los malos...

71 Tiempo de alegrías Navidad es tiempo de alegrías. Lo sabemos bien, y la sociedad en que vivimos lo recalca hasta la saciedad. Pero ¿ cuáles son esas alegrías? La mayor de todas debe ser encontrar la fuente de toda felicidad que es Dios mismo.

72 El está gritando hoy a este mundo, hundido en la ansiedad y la desesperanza a pesar de su inmensa riqueza y sus logros científicos. « Ponte en pie, sube a la altura y mira...» No la mirada terrestre y rastrera... sino la mirada lejana que contempla el destino del hombre más allá de la historia.

73 Pero necesitamos profetas como Baruc y Juan Bautista, penetrados de luz divina, ardorosos del contacto con la divinidad, que sepan decirle a ese mundo que han encontrado a Dios y el sentido hondo de la vida. Es la validez perenne de la Navidad: saber que en ese niño que esperamos, en ese Hijo del Hombre glorioso que está viniendo al mundo se encierra el máximo regalo de Dios.

74 El revela la preocupación amorosa del Padre Dios por la suerte del hombre. Con una palabra actual está llegando a lo profundo de nuestra vida para despertar allí la conciencia honda de lo que es pasajero y lo que es definitivo. Escuchemos a Dios y dispongámonos, como pueblo bien preparado, para recibir al Dios hecho hombre que nos llega en Jesús de Nazaret.

75 Contemplando el pesebre de Jesús, contemplando la amabilidad de Dios que vence nuestra desconfianza y nuestros temores,... contemplamos también la grandeza de la esperanza que nos aguarda.

76 Hablemos libre y abiertamente de esta esperanza : *de la vida futura, *de la plenitud de la vida en Dios, *de la gloria que Dios nos reserva a cada uno de nosotros, *cuya prenda nos da en la presencia de Jesús en la Eucaristía, *y esta visión de esperanza ilumine nuestro camino todos los días.

77 ORACIÓN ¿QUÉ LE DECIMOS NOSOTROS a DIOS?

78 Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. En la plenitud de los tiempos, Juan Bautista proclamó un bautismo de conversión para el perdón de los pecados.

79 Jesús, tu Hijo y Señor nuestro, es el supremo y perfecto revelador tuyo. Hoy y aquí, al reunimos en comunidad, y reconocer que todo creyente, al recibir el Espíritu, confesar su fe y comunicar a los hermanos tu propia palabra, es un profeta, queremos darte gracias por el don de la profecía. Te bendecimos, Padre, por los profetas que saben discernir los signos de los tiempos; por los que edifican, exhortan y consuelan, y al mismo tiempo denuncian «la injusticia y la opresión, la intolerancia y el absolutismo».

80 Reconocemos, Señor, que tenemos miedo a ser profetas, a ejercer hoy este carisma cristiano; preferimos no ver para no hablar. Te bendecimos porque en el interior de nuestras conciencias, y gracias a tu Espíritu y a tu Palabra, tenemos una conciencia viva de la dignidad de la persona humana. Jesucristo, tu Hijo y Señor nuestro, anunció en el imperio romano de Tiberio, en Judea y Galilea, un reino de perdón, salud, gracia, alegría y caridad.

81 Acusado de traidor, de político rebelde, de glotón, embustero y endemoniado, fue sometido a un juicio sumarísimo; pero, antes de ser condenado a muerte, libre de todo odio, proclamó el amor, rechazó toda violencia y nos recomendó que, como muestra de su amor y del amor fraterno, celebrásemos el ágape de caridad.

82 Por tanto, nosotros, tu pueblo cristiano, al recordar el memorial de Cristo, con fe y esperanza, te ofrecemos el esfuerzo que todos hacemos, a tientas y a ciegas, con esperanza y desesperación, con indignación y con ternura, para que hoy podamos decir: Queremos preparar tus caminos, Señor; allanar los senderos, enderezar lo torcido e igualar lo escabroso.

83 Para que todos veamos en Cristo y con tu Espíritu tu salvación, Señor, a quien sean dados todo honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén

84 CONTEMPLACIÓNACCIÓN ¿QUÉ NOS PIDE HACER la PALABRA?

85 Juan es modelo para todo predicador del Evangelio: a) Hombre de oración y silencio, forja en el desierto su temple y prepara su función. La Palabra de Dios es su alimento. Así se prepara a predicarla. b) El objetivo de su mensaje es proclamar la «conversión» como disposición para recibir la gracia Mesiánica.

86 El orgullo, los egoísmos, la hipocresía, la mala voluntad, serían obstáculos que cerrarían el paso al Señor que viene a redimirnos. Para orar y vivir la Palabra: « ¡Nos parecía soñar!...» (Sal. 126(125), 1) Señor, de las penas y sufrimientos de esta vida ya sé bastante; pero en ningún momento quiero que el peso del realismo corte las alas de mis sueños...

87 Por encima de todo quiero ser optimista, quiero ser soñador. Decididamente quiero apostar por la utopía. Desde mi fe en la Resurrección, afirmo que la vida es bella, que vale la pena luchar por hacer un mundo más humano, más justo, más fraterno, más habitable. Desde mi fe en la Resurrección afirmo que cualquier tiempo pasado fue peor y que lo que me espera es infinitamente mejor que lo que estoy viviendo,

88 Me da náuseas un mundo sin sueños, sin ilusión, sin esperanza, sin utopías. Dame la gracia de vivir siempre enamorado de la vida. «Tú, al que llenas de ti, lo elevas; mas, como yo aún no me he llenado de ti, soy todavía para mí mismo una carga» (San Agustín) «El mismo Dios en persona es el premio y el término de todas nuestras fatigas» (Santo Tomás)

89 Algunas preguntas para meditar durante la semana: 1.¿Cuál es el sector de mi vida en que estoy fallando, sobre el cual debería trabajar especialmente, a fin de «enderezar mi camino» para la venida del Señor? 2.¿Qué medidas prácticas puedo tomar para mejorar los sectores de mi vida en que estoy fallando?

90

91 o: :

92 P. Carlos Pabón Cárdenas, eudista


Descargar ppt "CICLO C 2015-2016. CONTEMPLACIÓN ACCIÓN ACCIÓN LECTURA MEDITACIÓN ORACIÓN PREPARACIÓN."

Presentaciones similares


Anuncios Google