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INFLUENCIA DEL CRISTIANISMO EN LAS MANIFESTACIONES ARTISTICAS

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Presentación del tema: "INFLUENCIA DEL CRISTIANISMO EN LAS MANIFESTACIONES ARTISTICAS"— Transcripción de la presentación:

1 INFLUENCIA DEL CRISTIANISMO EN LAS MANIFESTACIONES ARTISTICAS
TRABAJO DE HCRL 3º Amanda Sis Losua

2 LA VISION DE DIOS A TRAVES
DEL ROMÁNICO

3 La visión de dios a través del Románico
El Romanticismo arranca de aquel sujeto que la Ilustración reivindica frente al hombre que el cartesianismo deja en manos del Ser Supremo. La autonomía del sujeto como primer logro del pensamiento ilustrado es fundamental para la concepción que el hombre romántico tiene de sí mismo y en relación a la Naturaleza. Las posturas románticas acerca de la religión son variadas. No obstante, en general la creencia no la fundan los románticos en ninguna norma establecida, en ninguna moral instituida, sino en un sentimiento interior y en una intuición esencial de lo divino que conduce a una unión mística con Dios. Lo que hay de esencialmente nuevo en la religión de los románticos, sobre todo en Alemania, es este sentimiento interior. El intercambio o comunicación entre el individuo y el universo denota una vida superior, y la primera condición de la vida moral. La conciencia de pertenecer a un todo, de formar parte de él desde la propia individualidad, conlleva una responsabilidad moral. Para todos los románticos no existe Dios fuera del mundo y del hombre, y debemos actuar motivados por el entusiasmo y el amor ("sintiéndose lleno de Dios", F. Schlegel), una comunicación directa entre el hombre y la naturaleza, el hombre y Dios, el Uno y el Todo.

4 LA VISION DE DIOS A TRAVES DEL ROMANICO

5 LA VISION DE DIOS EN EL GOTICO
La vida y pensamiento. Hay una visión teocéntrica y trasdencentalista del hombre, dominada por la iglesia. La ciencia es el medio de conocer al creador. Las universidades empiezan a aparecer en los siglos VIII y XV, en ellas se desarrolla la escolástica. Aparecen dos órdenes, los franciscanos y dominicos, están apoyados pro la inquisición. Se exaltan valores caballerescos y se difunde por la poesía trovadoresca a mitad del siglo XIII, hay una ruptura de la fe y la razón. Con la crisis del S. XIV la ciudad se convierte en un lugar de horror y la muerte pasa a primer plano. El rápido cambio en la concepción del mundo se refleja en este arte por las nuevas relaciones entre Dios y el hombre. El Dios, juez y todopoderoso, es sustituido por otro más humano, le hombre se acerca a Dios.

6 LA VISION DE DIOS EN EL RENACIMIENTO

7 LA VISION DE DIOS EN EL RENACIMIENTO
El Renacimiento (volver a nacer) fue un movimiento político, cultural, económico, filosófico, artístico y religioso que se originó en Florencia, Italia alrededor del año 1500 y se expandió luego por toda Europa. Sus causas son variadas, pero entre las más importante podemos citar; la irrupción de la imprenta de tipos móviles de J. Gutenberg, en Hasta ese entonces la duplicación de libros era manual y lenta, lo que la hacía muy costosa. La Iglesia tenía el monopolio de la duplicación de libros, pues los clérigos hablaban y escribían latín y griego. Además la Iglesia gozaba de un gran poder en todas las áreas y decidía, que, cuando y como duplicar los libros. Los autores griegos, Séneca, Aristóteles, Platón, Solón, Arquímedes, Pericles, Homero, Ptolomeo, Pitágoras, estaban prohibidos pues la Iglesia Católica consideraba que de un mundo pagano nada bueno podía salir, Con la imprenta, se termina éste monopolio y los grandes sabios griegos inundan Europa. También lo hacen los escritos de Lutero y Calvino, dos clérigos opuestos a la corrupción imperante en el Vaticano, que terminan en la Reforma Protestante. El Renacimiento nace gracias a un movimiento filosófico denominado Humanismo, por el cual la razón y la Naturaleza irrumpen dejando de lado a Dios como principio filosófico origen y fin de todas las pregunta

8 Visión de Dios desde el S.X al XV

9 Visión de Dios desde el S.X al XV
Para la Edad Media, se habla que comenzó a partir de la caída del Imperio romano de Occidente, y culmina en el siglo XV, a partir del Renacimiento. No obstante, las fechas anteriores no deben de ser tomadas como referencias fijas, ya que nunca ha existido un cambio brusco entre una época y otra de desarrollo cultural de un continente. Presuntamente, este término lo utilizó por vez primera el historiador Flavio Biondo de Forli, en su obra Historiarum ab inclinatione romanorun imperli decades (Décadas de historia desde la decadencia del Imperio Romano), escrita treinta años antes de su publicación, en El término implicó en su origen una parálisis del progreso, considerando a la Edad Media como un período de estancamiento cultural, ubicada cronológicamente entre la gloriosa Antigüedad Clásica, y el Renacimiento. De todos modos, en la actualidad, investigaciones consideran a este período como uno de los más importantes dentro de la evolución de Europa. El Renacimiento, en cambio, directamente se caracteriza por tener un renovado interés por el pasado grecorromano clásico y especialmente por su arte. El Renacimiento comenzó en Italia, y se difundió por toda Europa durante los siglos XV y XVI. En esta etapa de la historia, la sociedad feudal de la Edad Media, caracterizada por una economía esencialmente agrícola y una vida cultural e intelectual domeñada por la Iglesia, se transformó en una sociedad gradualmente dominada por instituciones políticas centralizadas, con una economía urbana y mercantil, en la cual se desarrolló un mecenazgo en la educación, en las artes, y en la música

10 PROCESO DE HUMANIZACIÓN

11 El concepto de humanismo tiene varios usos
El concepto de humanismo tiene varios usos. Se trata, por ejemplo, de la doctrina que se basa en la integración de los valores humanos. A su vez, puede hacer referencia a un movimiento renacentista, a través del cual se propuso retornar a la cultura grecolatina para restaurar los valores humanos. Humanismo El humanismo, en general, es un comportamiento o una actitud que exalta al género humano. Bajo esta concepción, el arte, la cultura, el deporte y las actividades humanas generales, se vuelven trascendentes. Dicha trascendencia podía conseguirse a través de la exaltación y la experimentación de las propias facultades. Se trata de una doctrina antropocéntrica, donde el hombre es la medida de todas las cosas. La organización social, por lo tanto, debe desarrollarse a partir del bienestar humano. Esta corriente se opone al teocentrismo medieval, donde Dios era el centro de la vida. El humanismo reconoce valores, como el prestigio, el poder y la gloria, que eran criticados por la moral cristiana e incluso considerados como pecados. Otra diferencia con las doctrinas religiosas es que el humanismo hace al hombre objeto de fe, mientras que, en la antigüedad, la fe era patrimonio de Dios. Cabe mencionar, sin embargo, que esta corriente se opone al consumismo; ya que está en contra de lo superficial, del narcisismo y de aquello que no es propio de la dignidad humana. La cosificación del hombre como productor o consumidor atenta contra su desarrollo integral. Como movimiento intelectual surgido en Europa durante el siglo XV, el humanismo promovía la entronización del ser humano no solo como elemento indispensable en torno al cual giraba la vida social, sino también como centro del universo. En la educación hubo importantes cambios que se verían reflejados en el nivel intelectual de las personas. En lugar de continuar con una enseñanza rígida, se le dio importancia a la individualidad de cada alumno y el aprendizaje se centró en formar a personas que estuvieran preparadas para desarrollar una vida activa en la comunidad civil, que confiaran en sí mismas y que fueran capaces de discernir por sí solas entre lo correcto y lo incorrecto.

12 TEMPLOS

13 SAN MARTIN DE FROMISTA Es una obra arquitectónica de estilo románico. Iglesia de San Martín de Frómista (Palencia). Datada del último tercio del siglo XI (iniciada en 1066). La planta de la iglesia se incluye en un rectángulo de tres naves separadas por pilares que se corresponden, en la cabecera, con tres ábsides semicirculares. Aunque no remarcado en la típica forma de cruz, existe un transepto ante la zona de los ábsides con crucero que en alzado se destaca por altura y direccionalidad. En la parte de los pies se encuentran dos pequeñas torres circulares, así como contrafuertes repartidos a lo largo de los muros. El alzado nos presenta una iglesia con la nave central un poco más alta que las laterales. Se observan también el transepto destacado y el cimborrio octogonal sobre el crucero. En la cabecera vemos los tres ábsides reforzados por columnas adosadas y arcos de medio punto abocinado. Al exterior se puede comprobar un total predominio del muro añadiéndosele potentes contrafuertes. Las ventanas se generan a través de arcos de medio punto, siendo abocinadas y con columnas adosadas que se corresponden, en el arco, con arquivoltas. Todo el aparejo empleado es sillería. El interior se encuentra dividido por pilares cuadrados con medias columnas adosadas que sustentan arco de medio punto doblados. La cubierta de las naves son bóvedas de cañón reforzadas con arcos fajones, apoyados en las ya citadas medias columnas. El crucero se cubre con cimborrio al exterior que utiliza trompas remarcadas en los cubos de esquina que se continúan con una columna adosada hasta el tejado. Este elemento permite pasar de la forma cuadrada del crucero a otra poligonal. Al interior vemos claramente su cúpula sobre trompas. La decoración visible se concentra en los capiteles y, ante todo, en las cornisas. En ellas apreciamos líneas de taqueado jaqués (también presentes como líneas de imposta en el centro de los muros).

14 Catedral de Burgos La Catedral de Santa María de Burgos es un templo católico dedicado a la Virgen María situado en la ciudad española de Burgos. Su nombre oficial es Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de Santa María de Burgos. Su construcción comenzó en 1221, siguiendo patrones góticos franceses. Tuvo importantísimas modificaciones en los siglos XV y XVI: las agujas de la fachada principal, la Capilla del Condestable y el cimborrio del crucero, elementos del gótico avanzado que dotan al templo de su perfil inconfundible. Las últimas obras de importancia (la Sacristía o la Capilla de Santa Tecla) pertenecen ya al siglo XVIII, siglo en el que también se modificaron las portadas góticas de la fachada principal. El estilo de la catedral es el gótico, aunque posee, en su interior, varios elementos decorativos renacentistas y barrocos. La construcción y las remodelaciones se realizaron con piedra caliza extraída de las canteras de la cercana localidad burgalesa de Hontoria de la Cantera. En la catedral se conservan obras de artistas extraordinarios, como los arquitectos y escultores de la familia Colonia (Juan, Simón y Francisco), el arquitecto Juan de Vallejo, los escultores Gil de Siloé, Felipe Bigarny, Rodrigo de la Haya, Martín de la Haya, Juan de Ancheta y Juan Pascual de Mena, el escultor y arquitecto Diego de Siloé, el rejero Cristóbal de Andino, el vidriero Arnao de Flandes o los pintores Alonso de Sedano, Mateo Cerezo, Sebastiano del Piombo o Juan Ricci, entre otros muchos. El diseño de la fachada principal está relacionada con el más puro estilo gótico francés de las grandes catedrales de París y Reims, mientras que el alzado interior toma como referencia a la Catedral de Bourges. Consta de tres cuerpos rematados por dos torres laterales de planta cuadrada. Las agujas caladas de influencia germánica se añadieron en el siglo XV y son obra de Juan de Colonia. En el exterior son sobresalientes también las portadas del Sarmental y la Coronería, góticas del siglo XIII, y la portada de la Pellejería, con influencias renacentistas-platerescas del siglo XVI. Numerosos son los tesoros arquitectónicos, escultóricos y pictóricos de su interior. Destacan: El cimborrio gótico-plateresco, alzado primero por Juan de Colonia en el siglo XV y reconstruido por Juan de Vallejo en el XVI, siguiendo planos de Juan de Langres.1 La Capilla del Condestable, de estilo gótico isabelino, en la que trabajaron la familia Colonia, Diego de Siloé y Felipe Bigarny. El retablo gótico hispano-flamenco de Gil de Siloé para la Capilla de Santa Ana.

15 La sillería del coro, obra renacentista plateresca de Vigarny.
Los relieves tardogóticos de la girola, de Vigarny. Los numerosos sepulcros góticos y renacentistas. La renacentista Escalera Dorada, de Diego de Siloé. El Santísimo Cristo de Burgos, imagen de gran tradición devocional. La tumba del Cid y su esposa Doña Jimena, su carta de arras y su cofre. El Papamoscas, estatua articulada que abre la boca al dar las campanadas e las horas. La catedral burgalesa fue declarada Monumento Nacional el 8 de abril de 1885 y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el 31 de octubre de Es la única catedral española que tiene esta distinción de la Unesco de forma independiente, sin estar unida al centro histórico de una ciudad (como ocurre en los casos de Salamanca, Santiago de Compostela, Ávila, Córdoba, Toledo o Cuenca) o en compañía de otros edificios, como en Sevilla o Zaragoza. Es además el templo católico de mayor rango en Castilla y León al tratarse del único templo que siendo catedral metropolitana es a la vez una basílica. En 1994, a raíz del desprendimiento de una figura de la fachada ocurrido unos años antes, comenzaron las labores de restauración. En total, se llevan invertidos 30 millones de euros, lo que le convierte en el monumento europeo que más fondos ha recibido para su restauración y que más se ha prolongado en el tiempo.

16 COLEGIO DE SAN ESTEBAN Los dominicos se instalaron en Salamanca entre 1255 y En el actual solar del convento, ocupado por la iglesia parroquial de San Esteban, levantaron el primitivo convento, luego derruido para construir el actual, en 1524 por iniciativa del cardenal fray Juan Álvarez de Toledo. Su construcción se extendió hasta 1610, participando en ella Fray Martín de Santiago, Rodrigo Gil de Hontañón, Juan Ribero de Rada y Pedro Gutiérrez. No obstante, la planta y diseño son de Juan de Álava, quien comienza la obra en 1524, como demuestra el plano conservado de este mismo maestro. Rodrigo Gil de Hontañón se ocuparía del crucero con el cimborrio y de la cabecera. Aunque se le considera un excelente ejemplo del estilo plateresco, lo prolongado de sus fases constructivas explica la mezcla de estilos que van desde el gótico final hasta el barroco, estilo éste poco apreciable en su arquitectura pero bien presente en el retablo mayor obra de José de Churriguera. Según la tradición, Colón se alojó en este convento (en realidad en el anterior, destruido para construir éste) cuando fue a Salamanca para defender ante los geógrafos de la Universidad la posibilidad de llegar a las Indias navegando hacia Occidente. Durante la Contrarreforma fue un importante centro donde se forjaron los padres dominicos que fundaron la Escuela de Salamanca, con Francisco de Vitoria a la cabeza, y se prestó ayuda a Santa Teresa de Jesús y a San Ignacio de Loyola. Arte y arquitectura Fachada La fachada está compuesta por la portada de la iglesia y el pórtico de acceso al convento que forma ángulo recto con ella. La portada de la iglesia es uno de los más bellos ejemplos de plateresco. Está concebida como portada-retablo formando un arco de triunfo bajo cuya bóveda de medio cañón se despliega la abundante decoración carcterística del estilo. En su centro se representa el martirio de San Esteban y por encima un Calvario, relieves ambos ejecutados por Juan Antonio Ceroni a comienzos del siglo XVII. El pórtico, compuesto por arcos de medio punto, está inspirado en las logias renacentistas italianas, contrastando su escueta ornamentación con la exuberancia decorativa de la fachada de la iglesia. Fue realizado por Juan Ribero de Rada entre 1590 y 1592, pero los medallones de las enjutas son obra del escultor Martín Rodríguez. Iglesia Coro con la pintura del Triunfo de la Iglesia de Antonio Palomino. Su construcción la comenzó el arquitecto Juan de Álava en 1524 y fue seguida por Fray Martín de Santiago a quien sucedió Rodrigo Gil de Hontañón, siendo consagrada en 1610. Tiene planta de cruz latina y una sola nave, con el coro elevado sobre un arco escarzano a los pies de la iglesia. Los estilos presentes son el gótico tardío desde el crucero a los pies, y el renacentista que abarca el crucero, el cimborrio y el presbiterio. Mide 14,50 m de anchura, 27 m de altura en la nave y 44 m en el cimborrio. En el coro destacan la pintura del Triunfo de la Iglesia, de Antonio Palomino, y una Virgen con el Niño, de Rubens.

17 crucificado

18 La crucifixión es un método antiguo de ejecución, donde el condenado es atado o clavado en una cruz de madera o entre árboles o en una pared, normalmente desnudo, y dejado allí hasta su muerte. Esta forma de ejecución fue ampliamente utilizada en la Roma Antigua y en culturas vecinas del Mediterráneo; métodos similares fueron inventados por el Imperio persa.1 La crucifixión fue utilizada por los romanos hasta 337, después de que el cristianismo fue legalizado en el Imperio Romano en el año 313 favorecido por el emperador Constantino, pero antes de que se convirtiera en la religión oficial del imperio. El tema en el arte occidental de la Plena Edad Media pasa, de tratarse de una forma hierática en el Románico (Jesús aparece como Cristo en Majestad, vencedor sobre la muerte y completamente vestido a pesar de estar en la Cruz, o en todo caso hierático y solemne), a hacerse de una forma más naturalista en el Gótico (Jesús aparece sufriente, y habitualmente desnudo -cubierto únicamente con el perizonium o paño de pureza-). Para el tema iconográfico de los clavos de Cristo, es característico en el románico la utilización de cuatro clavos, dos para los manos y dos para los pies, cada pie en un clavo diferente; mientras que en el gótico se suele representar con tres, haciendo que un pie esté sobre otro, lo que obliga a una pierna a doblarse de forma diferente a la otra y romper la simetría. Otros símbolos de la Crucifixión o de la Pasión (Arma Christi) que se fijan en época medieval y relacionados con el momento concreto de clavar a Cristo en la Cruz son la escalera, las tenazas y el martillo; además de otros que aparecen durante la Crucifixión, como la lanza de Longinos y la esponja con agua y vinagre. La corona de espinas es, además de un motivo muy usual en la Crucifixión, un símbolo más genérico de la Pasión de Cristo, al asociarse con escenas anteriores, como la flagelación de Cristo y el Ecce Homo. También se fijó convencionalmente el uso de una cartela con las siglas INRI. En la pintura italiana medieval fueron característicos los crucifijos pintados, a los que se añadían también otras escenas en pequeños recuadros. Románico Gótico

19 Renacimiento Renacimiento
El Renacimiento pleno se identifica con los grandes maestros de los años finales del Quattrocento e iniciales del Cinquecento, tanto en Italia (Leonardo -único de ellos que no pintó ningún Crucificado, aunque sí un Cristo cargando la cruz-,43 Rafael, Miguel Ángel, Tiziano) como en el llamado Renacimiento nórdico (al norte de los Alpes, principalmente el francés, el alemán -Durero, Altdorfer, Grünewald-, y el flamenco). La Reforma protestante, que supuso una radical ruptura en la representación iconográfica de la Virgen y los santos, centró la pintura religiosa en la representación del Cristo crucificado, en ocasiones vinculada a la propia figura de los reformadores (Cranach). Renacimiento

20 THEOTOKOS

21 Románico Gótico EL TEOTOKOS EN EL ROMÁNICO Y EN EL GÓTICO
La representación de Cristo como un Niño cogido por su madre, se denomina en el mundo bizantino Theotokos (del griego qeotokos), Madre de Dios. La iconografía cristiana ha representado este tema en distintas épocas y en ellas se puede observar la diferente consideración que tienen de cada uno de los personajes representados. Quizá es la Edad Media la etapa de la Historia del Arte en que mejor se observa esa consideración y la evolución formal desde el Románico hasta el Gótico. EL TEOTOKOS EN EL ROMÁNICO Y EN EL GÓTICO En el Románico la Virgen no suele representarse sola sino, únicamente, como Madre de Dios (Theotokos). La Virgen es casi una excusa para presentar a Jesús pues ambas personas no mantienen ninguna comunicación. La forma característica consiste en María que sirve de trono y el Niño está sentado sobre ella. Se representa a Jesús en su naturaleza divina, no es un Niño dependiente de su Madre sino que, con aspecto de un hombre pequeño, es Dios y conoce su responsabilidad pues ha venido al mundo para salvar a la humanidad ofreciéndose como objeto de sacrificio. En el Gótico la devoción a María es muy fuerte (la mayor parte de las grandes iglesias de la época están dedicadas a "Nuestra Señora"). La Virgen se representa en ocasiones sola, pero continúa existiendo el tema de la Madre de Dios sentada o, finalmente, de pie con el Niño cogido con un brazo. Jesús se manifiesta en su naturaleza humana, ya no divina como en el Románico, y se presenta como un Niño atento a su Madre y en una actitud de comunicación con ella: ambos juegan o se acarician. Románico Gótico

22 Renacimiento RENACIMIENTO
Durante los siglos XV y XVI hubo un tiempo en que los pintores italianos expandieron su repertorio para incluir eventos históricos, retratos independientes y relatos mitológicos, pero el cristianismo mantuvo una fuerte influencia en su arte. La mayoría de los trabajos artísticos de esta era fueron religiosos. El rango de tópicos religiosos incluidos en la obras podían abarcar desde el Antiguo Testamento hasta representaciones de los santos, pero la Madonna se mantuvo como un motivo importante de la iconografía del Renacimiento. Algunos de los artistas más famosos en tratar este tópico fueron Leonardo, Miguel Ángel y Rafael, ellos, por ser los artistas más importantes de su época, tuvieron una gran influencia sobre los gustos del arte británico del siglo XIX. Sus contemporáneos venecianos fueron igualmente importantes: Giorgione, Giovanni Bellini y Tiziano no podrían ser sobrevalorados en su aportación al arte del siglo XVI por sus representaciones de la Madonna. Más impotantes todavía, son las fundaciones del siglo XV que incluían imágenes marianas, como las de Fra Angelico, Fra Filippo Lippi, Mantegna y Piero della Francesca, entre otros. La representación del aspecto maternal de la Virgen siguió siendo el tópico más importante del arte mariano, sin embargo, la doctrina de la Asunción propició las representaciones de la misma sin su hijo. Como una imagen conmemorativa, la Pietà se convirtió en un tópico importante, siendo representada más allá de su lugar tradicional en los círculos narrativos, en parte, por un desarrollo popular del uso de estatuas en la devoción en el Norte de Europa. Tradicionalmente, la Madonna se representa de tal modo que infunda compasión, arrepentimiento y amor; usualmente es emocionalmente muy expresiva. Los trabajos con estas características fueron los más famosos. Los trabajos tempranos de Miguel Ángel asoman señales de luto. La dulzura de una madre ordinaria puede sentirse cuando su hijo amado es capturado, evocando el momento en que ella tuvo por vez primera en sus brazos a su hijo infante. El espectador se ve conminado a simpatizar, a sentir que comparte el dolor de la madre que tienen en sus brazos el cuerpo sin vida de su hijo crucificado. Renacimiento

23 PANTOCRATOR

24 El atributo pantocrátor («todopoderoso», del griego παντοκράτωρ, compuesto de παντός —en español: «todo»— y de un derivado de κρατός —en español: «fuerza, poder»—)1 se aplicó a Zeus en la mitología griega. En la cultura cristiana se utiliza para referirse al Dios Padre omnipotente o a Cristo. En concreto, en el arte bizantino y románico, con el término pantocrátor se designa la imagen con que se representa al Todopoderoso, Padre e Hijo, es decir, Creador y Redentor. La figura, siempre mayestática, muestra a una u otra persona divina en similar actitud: con la mano diestra levantada para impartir la bendición y teniendo en la izquierda los Evangelios o las Sagradas Escrituras. En ocasiones, se representa sólo el busto; otras veces, la figura completa entronizada que, cuando se trata del Padre, sostiene en sus rodillas a Cristo hijo. Dos son los lugares habituales para exhibir el pantocrátor en las iglesias: al exterior, en los tímpanos de las portadas, esculpido en piedra; o, en el interior, pintado en las bóvedas de horno de los ábsides. En todo caso, se suele enmarcar en un cerco oval conocido como mandorla (del italiano mandorla = almendra) y ocupan el espacio adyacente las cuatro figuras del tetramorfos, es decir, alegorías de los cuatro evangelistas. Románico La visión del Pantocrátor tenía un claro significado para el hombre románico; suponía la vuelta de Cristo, que se representa majestuosamente, para juzgar a los hombres, para dar fe de la grandeza divina y del fin de los tiempos. Su imagen es el fin de lo absoluto, de aquello que encierra en sí el principio y el fin. Por eso ocupa y define el lugar de honor de la decoración románica, sea la pictórica en los ábsides o la escultórica en las portadas. Era la primera imagen que se percibía al acercarse al edificio de la iglesia, al ser la que presidía y la más desarrollada de la portada, y posteriormente, al penetrar en el ámbito de la iglesia, su atención quedaba prendida por la fuerza de la decoración de la cuenca absidial. La tipología compositiva más habitual y la que está perfectamente enraizada en el espíritu románico es aquella en la que la figura de Cristo entronizado aparece en posición frontal, sentada sobre el arco iris o en un trono, y rodeada por la mandorla. En la mano izquierda suele portar un libro, en el que, entre otras, puede estar escrita la leyenda Ego sum lux mundi; la mano derecha suele estar levantada, despegada del cuerpo, en actitud de bendecir. A su alrededor se distribuyen los símbolos del Tetramorfos. La representación de Cristo, Pantocrátor, aparece acompañada por la mandorla, que puede estar rodeando la figura, como una almendra mística, o puede disponerse tras de ésta a modo de nimbo. La mandorla se encuentra cargada de simbolismo e incide y remarca la idea de presencia de lo divino. Tiene un importante desarrollo decorativo en bandas, cada una de ellas con un significado simbólico especial, que representan las diferentes partes del universo. Por otra parte, al dar paso a la representación de la bóveda celeste, se convierte en el símbolo de la montaña que permite acceder al cielo. En el espacio que deja vacío la mandorla junto al cuerpo de Cristo se disponen, en ocasiones, diferentes ornamentaciones como puede ser el alfa y la omega, o la representación de la siete lámparas del Apocalipsis. Románico

25 Tetramorfos

26 Un tetramorfo (del griego τετρα, tetra, "cuatro", y μορφη, morfé, "forma") es una representación iconográfica de un conjunto formado por cuatro elementos. La más extendida de éstas es cristiana, cuya tradición se remonta al Antiguo Testamento, cuando el profeta Ezequiel describió en una de sus visiones cuatro criaturas que, de frente, tenían rostro humano y, de espaldas, tenían rostro animal Una visión muy similar aparece en un pasaje del Apocalipsis de Juan que describe a cuatro ángeles zoomorfos que rodean al pantocrátor. Los tetramorfos y el pantocrátor son una constante del arte medieval, tanto en escultura como en pintura, sea mural o en códices miniados. En el arte medieval, representación simbólica de los cuatro evangelistas, es decir los apóstoles que escribieron los cuatro libros que forman el Evangelio, Mateo, Marcos, Lucas y Juan. El símbolo del Tetramorfos acompaña a la figura del Pantocrátor, junto a la mandorla o almendra mística, aunque en raras ocasiones puede aparecer igualmente rodeando la figura de la Virgen en majestad, o incluso puede aparecer solo. la visión románica de la Maiestas Domini exige la presencia de los cuatro seres, de los cuatro loadores que, sin descanso, día y noche, dan gloria, honor y acción de gracias al que está sentado en el Trono. Esos seres apocalípticos, prefigurados por los de la visión del Carro de Yahvé relatada por Ezequiel, con forma humana y cuatrifaces, caras de hombre, de león, de toro y de águila, que recuerdan a los kâribus asirios, se asocian a las cuatro formas de los Evangelios y a sus autores: A San Lucas se le identifica con un toro o un buey porque su evangelio comienza con el sacrificio ofrecido por Zacarías; el cristiano debe imitar al buey, pues renunciando a los placeres se inmola a sí mismo. A San Juan se le identifica con el águila porque al principio de su texto nos coloca frente a la divinidad del Verbo. El cristiano debe ser como el águila, pues este vuela en las alturas y mira al sol sin bajar los ojos, al igual que el cristiano debe mirar cara a cara las cosas eternas. A San Mateo se le representa como un hombre porque su evangelio empieza con la genealogía de cristo. El cristiano debe elevarse, ser un hombre porque el hombre es el único animal racional, sólo él se guía por las voces de la razón, por ello debe ser llamado hombre. En el gótico la almendra mística desaparece y Dios se relaciona con los seres terrenales. Románico Gótico

27 CRISMON

28 El Crismón es uno de los símbolos más importantes y famosos de las primeras comunidades cristianas.
En un primitivo origen, parece ser que provenía de un antiguo emblema caldeo del dios del Cielo, o bien, como han planteado algunas teorías modernas, pudiera ser una forma modificada del glifo egipco llamado "Ankh" o cruz ansada, ya que una de las representaciones del Crismón, sólo aparece una única línea horizontal cortando al conjunto. Evolución del crismon Recibe el nombre de cristológico el crismón más primitivo y sencillo que únicamente hace referencia a Cristo. Está formado por las dos primeras letras de la palabra Cristo en griego: la X (ji) y P (rho) cruzadas y generalmente encerradas en un círculo. Muy frecuentemente aparecen también colgando de alguno de los brazos que forma la letra X las letras alfa y omega, primera y última letra del alfabeto griego, con las que Dios se designa a sí mismo en el Apocalipsis de San Juan: “Yo soy el Alfa y la Omega, aquel que es, que era y que va a venir”. Este tipo de crismón es el que está en uso hasta el siglo XI, en que es sustituido por el trinitario. No sabemos con precisión cuándo surgió el uso del crismón. Parece que tuvo su origen en el siglo II o III, pero lo que sí está claro es que alcanzó su mayor difusión en el s. IV, una vez promulgado por el emperador Constantino el Edicto de Milán (año 313) por el que se permitía a los cristianos la libre práctica de su religión. la misma medida en que creció el uso de la Cruz como símbolo cristiano, languideció el del crismón hasta prácticamente desaparecer. Por esta época, San Juan Crisóstomo (s. V) se felicita porque, por fin, la Cruz de Cristo se había impuesto a cualquier otro símbolo. Sin embargo, el uso del crismón resurgió con enorme fuerza en la Edad Media, sobre todo en el sur de Francia y norte de España. Puede decirse, con razón, que la historia de este anagrama es casi tan larga como la del propio cristianismo, ya que todavía es frecuente verlo en la actualidad decorando objetos de culto o edificios religiosos.

29 Trabajo realizado por:
FIN Trabajo realizado por: Amanda Sis


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