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Lectio divina del Salmo dominical Sb 2,12.17-20: Lo condenaremos a muerte ignominiosa. Sal 53,3-4.5.6.8: El Señor sostiene mi vida. St 3,16-4,3: Los que procuran la paz están sembrando paz, y su fruto es la justicia. Mc 9,30-37: El Hijo del hombre va a ser entregado. Quien quiera ser el primero, que sea el servidor de todos. Domingo XXV del Tiempo Ordinario Año B: El Hijo del hombre entregado en nuestras manos.
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El Señor sostiene mi vida.
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Oh Dios, sálvame por tu nombre, sal por mí con tu poder. Oh Dios, escucha mi súplica, atiende a mis palabras.
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El Señor sostiene mi vida.
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Porque unos insolentes se alzan contra mí, y hombres violentos me persiguen a muerte, sin tener presente a Dios.
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El Señor sostiene mi vida.
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Pero Dios es mi auxilio, el Señor sostiene mi vida. Te ofreceré un sacrificio voluntario, dando gracias a tu nombre, que es bueno.
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El Señor sostiene mi vida.
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Lectio Ahora leemos el salmo entero, despacio… SALMO 53 (54) [ 1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Poema. De David. 2 Cuando los zifitas vinieron a decir a Saúl: "¿No está escondido David entre nosotros?"] 3 Oh Dios, sálvame por tu nombre, sal por mí con tu poder. 4 Oh Dios, escucha mi súplica, atiende a mis palabras; 5 porque unos insolentes se alzan contra mí, y hombres violentos me persiguen a muerte, sin tener presente a Dios. 6 Pero Dios es mi auxilio, el Señor sostiene mi vida. [ 7 Que su maldad se vuelva contra mis contrarios, por tu fidelidad destrúyelos.] 8 Te ofreceré un sacrificio voluntario, dando gracias a tu nombre, que es bueno; 9 porque me libraste del peligro, y he visto la derrota de mis enemigos. Los versículos entre [] no se leen en la liturgia Si quieres escuchar el original hebreo pincha aquí.
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Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Según el P. Ramón Ribera, monje de Montserrat, y otros estudiosos, el orden de los salmos no se debe al azar sino que hay toda una estructura interna.
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Nuestro salmo se encuentra en la primera parte del salterio, dedicado a las súplicas a Dios, formada por los libros: 1º: salmos 1-40 1º: salmos 1-40 2º: salmos 41-71 2º: salmos 41-71 Y 3º: salmos 72-88 Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Salmo 53: Petición de auxilio. Dentro del segundo libro, este salmo pertenece al núcleo más antiguo del salterio (salmos 51-54), y se encuentra en el centro de la Segunda Colección de David (salmos 33 -71). El nombre de “maskil,” como lo denomina el texto hebreo, es de traducción incierta.
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Según el título que la tradición hebrea nos ha dejado del salmo, su “grito originario” procedería de David cuando fue rechazado y traicionado por los zifitas, gente de su propia tribu, cuando Saúl lo perseguía a muerte. Sin embargo, la salvación vino por la invasión de los filisteos que obligó a Saúl a abandonar su intento. (cf. 1Sm 23, 19) Pero el lenguaje del Salmo es aplicable a cualquier situación de persecución ya que tiene la estructura típica de las súplicas individuales: a) Clamor y petición a Dios (vv.3-4) b) descripción del mal o acusación del enemigo (v.5) c) declaración de confianza (v.6) d) imprecación contra el enemigo (v.7) e) promesa de alabanza y acción de gracias (vv.8-9) En el salmo, a pesar de su brevedad, aparecen los tres nombres más comunes de Dios en el Antiguo Testamento: “Elohim” = “Dios”; “Adonay” = “mi Señor”; y YHWH = que solemos traducir por “Señor” para evitar pronunciar el tetragrama sagrado. El salmista pasa de llamar a Dios de forma genérica al inicio del salmo a expresar la cercanía e intimidad con Él al llamarlo “mi Señor” justo en la parte central del salmo donde expresa su confianza. Lectio ¿Qué dice el texto?
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Te ofreceré un sacrificio voluntario. Es el Siervo, Cristo, quien pronuncia estas palabras en toda su plenitud. Las manos de los hombres, en el misterio de su libertad, lo entregan, sí, pero es Él quien entrega su vida libremente, nadie se la quita, como decimos en la Plegaria Eucarística II: Cuando iba a ser entregado a su Pasión VOLUNTARIAMENTE aceptada. Meditatio :Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo.
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Es el grito del Siervo ante las maquinaciones de los malvados que escuchamos en la 1ª lectura de este domingo. Es el grito de tantos inocentes injustamente perseguidos por causa de su fe, raza, condición social… de tantos refugiados… ¡Unámonos a ellos y seamos mediación acogedora de justicia y caridad! ¡Oh Dios, sálvame por tu Nombre!
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Hombres violentos me persiguen a muerte sin tener presente a Dios. El salmista pide venganza de sus enemigos. En esto Cristo de “desmarca”, Él disculpa y pide perdón desde la Cruz: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen, no tienen presente a Dios. Sin desear el mal a nadie, meditemos la verdad de la expresión: Que su maldad se vuelva contra mis contrarios. Porque es cierto que el mal, por sí mismo se autodestruye. Sólo Dios lo puede transformar en bien.
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Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo? ¡Oh Dios, auxilio nuestro! sigue sosteniendo nuestra vida en la tribulación. Escucha nuestras súplicas y acepta nuestro sacrificio de alabanza y acción de gracias unido al de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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«Pero Dios es mi auxilio. Y los mismos entre quienes estoy oculto, lo ignoran. Si también ellos pusieran a Dios ante sí, se darían cuenta de cómo me ayuda Dios. Todos los santos reciben el auxilio de Dios, pero en su interior, donde nadie lo ve. Y aunque lo prometido tarde en llegar, hoy el auxilio me es agradable y lo tengo presente. Pero Dios es mi auxilio. ¿Cómo te auxilia? El Señor sostiene mi vida.» (S AN A GUSTÍN, Comentario al Salmo 53, 8)S AN A GUSTÍN Contemplatio Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros…
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Los que procuran la paz están sembrando paz, y su fruto es la justicia. Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra? Es el momento de la “obediencia de la Fe”…
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