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Peguy Alison ¡Hola! ¿Se puede? Soy Cindy y quiero pasar un rato contigo contándote una de mis fantasías eróticas. Aprovecharé esta historia para familiarizarte.

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Presentación del tema: "Peguy Alison ¡Hola! ¿Se puede? Soy Cindy y quiero pasar un rato contigo contándote una de mis fantasías eróticas. Aprovecharé esta historia para familiarizarte."— Transcripción de la presentación:

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2 Peguy Alison

3 ¡Hola! ¿Se puede? Soy Cindy y quiero pasar un rato contigo contándote una de mis fantasías eróticas. Aprovecharé esta historia para familiarizarte con la ropita íntima que llevamos las chicas, pues creo que ya va siendo hora que los chicos la conozcáis tanto como nosotras conocemos la vuestra, que por cierto todavía es poco variada y bastante aburrida. Así que, con tu permiso, entro y empiezo.

4 Una de las prendas más femeninas que hay es el sujetador, el suje para nosotras o también el sostén porque nos sostiene las tetas. Puede tener relleno y aros como éste, telas de muy diversos tipos y colores y muchas cosas más, pero lo que lo hace más atractivo son los perifollos o adornos, como la pequeña corbata y los cuellos de camisa, todo en color rosa, de éste. ¿Verdad que resulta simpático? Y yo, ¿estoy graciosa con él?

5 Una prenda que nos gusta mucho a las chicas son las braguitas. Éstas pueden ser también de muchos tipos, colores y telas -a mi me gustan transparentes o brillantes-, con perifollos como los de la que llevo que es una faldita rosa que hace juego con el suje. Yo creo que es mona. Por tanto deben hacer juego con el suje y ser tan suaves como él. Su refuerzo de algodón es por los flujos que nacen del coño o por esas gotitas de pipí que a veces se nos escapan. También nos gusta ponernos tanguitas para darnos y daros placer.

6 ¡Ah! ¡Las medias! ¡Cuánto suspiráis cuando las veis marcando el camino que os conducirá de los pies al lugar que consideráis la casa de vuestra polla! Ese coño tan lindo que tenemos. Las medias, no confundirlas con los pantis, se sujetan con elásticos a los muslos y pueden ser de muchos tejidos, colores y estampados. Las que llevo son lisas pero transparentes, con un brillo muy sexi, y bastante bajas, lo que supondría un inconveniente si fuera con minifalda y no como voy ahora. Los ligueros o las ligas son también elementos interesantes.

7 Me sentaré y empezar a contarte mi historia. Una historia que no sé si es producto de mi fantasía o fue real, pero que todavía la siento como muy viva. Todo comenzó en un día caluroso de primavera cuando el Sol ya estaba en lo alto. Yo, que suelo dormir con poca ropa (unas braguitas a lo sumo), tan pronto como me levanté tuve que ducharme y, tras ponerme crema corporal y maquillarme, tal como solemos hacer las chicas, busqué en mi cómoda un conjuntito de ropa interior que me sentara bien, pues esperaba la visita de un amigo al que quería impresionar.

8 El calor era muy fuerte y yo, en vez de acabar de vestirme, me quedé en ropa interior, como la que llevó ahora. Al cabo de un rato y sin que me diera cuenta me había bajado el suje, dejando fuera de él el par de hermosas tetas que tengo. Mientras esperaba vi que los pezones se iban excitando y estaban a punto a explotar. Entonces yo, en vez de relajarlos me puse a jugar con ellos y, sujetándolos con fuerza, los pellizqué hasta que el dolor me hizo soltarlos no sin antes lanzar un gemido de placer. Y estando así noté una cierta humedad en mi coño, y…

9 …rápidamente, bajando la cinturilla de mis braguitas el coño me observé y, efectivamente, había empezado a manar de él un líquido espeso semitransparente lo que me produjo aún, si cabe, más placer. Pero tenía que salvar mis braguitas, así que secándolo con mis manos…

10 …inmediatamente me levanté y al tiempo que no sabía qué hacer, pues la experiencia me había gustado y todavía sentía placer, oí la puerta abrirse y a mi amigo Luis vi aparecer. Luis es un joven inteligente, fuerte y bien parecido. En su trabajo tiene importantes responsabilidades y eso le ha hecho a ser muy exigente con todos los que le rodean. Sin embargo, está convencido de la inferioridad de las mujeres, que no somos más que un bonito adorno que sirve para alegrar la vida a hombres como él.

11 Conociéndolo, ya te puedes imaginar que iba a pensar de una chica como yo que lo recibía de semejante manera (sin acabar de vestir, con las tetas al aire y la braguita todavía arrugadas). Le lancé una sonrisa forzada intentado justificarme y que perdonara mi proceder (¿por qué siempre tenemos que dar nosotras las explicaciones de nuestros actos, mientras que los hombres nunca lo hacen?). Sin embargo, él, sin permitir que hablara, me sorprendió. Dirigiéndose a mí, con palabras dulces pero firmes me riñó, y me dijo que si quería sentir la felicidad del placer podía haber esperado un poco y hacerlo con él.

12 Yo, agradecida por semejante actitud caballeresca, decidí tomar la iniciativa y, mirándole con cariño y deseo, empecé a bajarme las braguitas que tanto me gustaban. Seguía con las tetas al aire y ni él ni yo hicimos nada por taparlas. El culito iba apareciendo y notaba como a él se le empinaba. Yo me sentía dichosa y empezaba a sentirme amada. Pero Luis, aunque generoso conmigo hasta aquel momento, no había perdido ni su carácter ni sus prejuicios hacia las mujeres; por ello, pronto empezó a darme órdenes y yo no podía negarme…

13 Empezó insistiendo en que, de espaldas y sin doblar las rodillas, me siguiera bajando las braguitas. Con ello, el coño y el culito quedaron al descubierto frente a él. Ante mi postura se rió y me dio alguna palmada, lo que casi me hizo caer de bruces. Luego, sus dedos penetraron en mi interior, pareciendo que quisiera investigar qué había dentro de mí y cuando se cansó de jugar con mi clítoris me clavó su polla, follándome en la misma postura que tenía. Yo hacía lo imposible para no caer y, cuando perdía el equilibrio, el se reía y alguna palmada me daba.

14 Cuando nos desfogamos los dos, porque, aún habiendo sido a la fuerza, no había dejado de sentir placer, me empujó al sillón con las braguitas aún entre los pies. Yo cerré las piernas instintivamente y lancé una sonrisa cómplice que él enseguida entendió. Le estaba diciendo que a continuación iba a ser yo la que iba a tomar la iniciativa y la que le iba hacer correrse. Quería que viera cómo también las mujeres somos capaces de proporcionar placer a los hombres sin ser forzadas por ellos.

15 Me abrí de piernas, ahora con ilusión, le enseñé mi coño, el coño que antes él casi había violado y le ofrecí la posibilidad de jugar con él, pero ahora jugaríamos los dos con ese tesoro que Dios nos dio para disfrute de hombres y mujeres. Y rápidamente él comprendió y con pasión me amó.

16 Cuando acabamos de hacer el amor sorbí su preciosa leche y él me lo agradeció, y yo abriéndome el coño me di un masajito sin que me lo pidiera él y así de este modo se lo ofrecí para cualquier ocasión. Y Luis desde entonces me amó.

17 Y masturbándome delante de ti como lo hice delante de él acabo esta bonita historia que si bien mal empezó acabo muy bien para los dos Y, teniendo a mujeres como nosotras para hacer el amor no acudid a las niñas. NO A LA PEDOFILIA

18 FIN


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