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Ciclo B Undécimo Domingo del Tiempo Ordinario Undécimo Domingo del Tiempo Ordinario 14 de junio de 2015 Canto bizantino en arameo: “Contemplo vuestra.

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2 Ciclo B Undécimo Domingo del Tiempo Ordinario Undécimo Domingo del Tiempo Ordinario 14 de junio de 2015 Canto bizantino en arameo: “Contemplo vuestra habitación nupcial, Señor, Salvador mío. Está completamente adornada” Cuadro de un Cedro

3 Cuadro de los jardines de Babilonia, con el cedro en el medio La profecía de Ezequiel habla da un cedro altivo, plantado en medio del reino babilónico, que Dios cortará. Antes, pero, en un “cambio de suertes” entre los de “arriba” y los de “abajo”, tomará un pequeño brote que Él plantará en la Cima, y se convertirá en un CEDRO MAGNÍFICO: el futuro REINADO de Dios.

4 Las SIMIENTES del REINADO de DIOS 1a lectura: Dios rebajará los árboles altivos y hará crecer los pequeños, dice Ezequiel, estando en Babilonia, ante la altivez del pueblo que domina Israel. Salmo 91: Este salmo explica cómo Dios ayuda a los que obran con justicia, y les hace crecer, en los atrios su Casa. 2a lectura: En la 2a carta a los Corintios Pablo, lleno de FE, solaza su corazón con los deseos de estar con Dios. Evangelio: S. Marcos, proponiendo las parábolas de la simiente que crece sola y del grano de mostaza, nos hace ver la GRATUIDAD del Reinado que Jesús nos ha traído. Podemos confiar en su tarea, que es más importante que la nuestra.

5 Ez 17,22-24 Esto dice el Señor Dios: Arrancaré una rama del alto cedro y la plantaré. De sus ramas más altas arrancaré una tierna y la plantaré en la cima de un monte elevado; la plantaré en la montaña más alta de Israel, para que eche brotes y dé fruto y se haga un cedro noble. Anidarán en él aves de toda pluma, anidarán al abrigo de sus ramas. Y todos los árboles silvestres sabrán que yo soy el Señor, que humilla los árboles altos y ensalza los árboles humildes, que seca los árboles lozanos y hace florecer los árboles secos. Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré. Todos los árboles del bosque sabrán que yo soy el Señor

6 El salmo 91 es el último del “trébol” (89-90-91). Cuando el salmista se ha dado cuenta que él pasa como una sombra (89) y que tiene que agarrarse a Dios (90), sabe que Él es su ROCA (91) y por eso es feliz alabándolo. El orante sabe que es bueno alabar a Dios tanto por la mañana como por la noche. -Sabe que Dios hace crecer a los justos, como los cedros, en su Casa, que es el cielo. -Dios le promete que hasta en la vejez, cuando la fuerzas fallan, mantendrá el vigor espiritual, y por eso proclama su agradecimiento al Señor.

7 Salmo 91 Es bueno dar gracias al Señor y tañer para tu nombre, ¡oh Altísimo! ; proclamar por la mañana tu misericordia, y por la noche tu fidelidad. Es bueno dar gracias al Señor. Bajo relieve significando el Poder de Babilonia

8 El justo crecerá como la palmera, se alzará como cedro del Líbano; plantado en la casa del Señor, crecerá en los atrios del nuestro Dios. El justo crecerá como la palmera, se alzará como cedro del Líbano; plantado en la casa del Señor, crecerá en los atrios del nuestro Dios. Es bueno dar gracias al Señor. Cedro talado

9 En la vejez seguirá dando fruto y estará lozano y frondoso; para proclamar que el Señor es justo, que en mi Roca no existe la maldad. Es bueno dar gracias al Señor. Vegetació d’un cim de Babilònia, amb una deu verge d’aigua

10 2Co 5,6-10 Hermanos: Siempre tenemos confianza, aunque sabemos que, mientras vivimos, estamos desterrados, lejos del Señor. Caminamos sin verlo, guiados por la fe. Y es tal nuestra confianza, que preferimos desterrarnos del cuerpo y vivir junto al Señor. Por lo cual, en destierro o en patria, nos esforzamos en agradarle. Porque todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo, para recibir premio o castigo por lo que hayamos hecho en esta vida. No podemos hacer otra cosa sino creer, sin verle.

11 Aleluya La simiente es la palabra de Dios, el sembrador es el Cristo. Todo quien le encuentre vivirá para siempre. Cimas de Babilonia

12 Campo de Galilea Mc 4,26-34 En aquel tiempo decía Jesús a las turbas: – El Reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra. El duerme de noche, y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega. Dijo también: – ¿Con qué podemos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas. Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.

13 Feliz el hombre que confía en el SEÑOR. Salmo 39,5

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