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Vínculo temprano Objetivos:

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Presentación del tema: "Vínculo temprano Objetivos:"— Transcripción de la presentación:

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2 Vínculo temprano Objetivos:
concepto de vínculo: algunos aspectos fundamentales fantasías tempranas sobre la maternidad y paternidad propias fantasías sobre el embarazo y el tener hijos; factores facilitadores y obstáculos el parto. El inicio de la relación madre-bebé cerebro y psiquismo del recién nacido preocupación maternal primaria, capacidad de rêverie mirarse en el rostro de la madre omnipotencia y desamparo; concepción de la ausencia madre continente, madre-pared, madre proyectiva dependencia absoluta, dependencia relativa revivir la conflictiva edípica rol del padre en el vínculo temprano cambios en la pareja

3 Concepto de vínculo: elementos fundamentales
un vínculo resulta de la combinación de dos o más sujetos, ligados entre sí. Es un hecho inédito, no se puede explicar por una sumatoria: tiene otra dimensión dinámica del vínculo: combinación entre unión y separación. Ambas tendencias están siempre en juego, en todos los casos y en forma permanente búsqueda pulsional de satisfacción (incesante), y percepción realista del paso del tiempo, imponen una dinámica de cambio y evolución psíquicas permanentes capacidad de elaboración y creatividad, permiten que los vínculos posean la flexibilidad necesaria para cambiar. La tendencia es entonces al enriquecimiento psíquico… …que se refleja en la creación de nuevas formas de combinación, es decir, en la modificación de sus características, permitiendo albergar las nuevas modalidades impuestas por los cambios contrariamente, cuando predomina la repetición, se observa rigidez en la forma de relacionarse. El vínculo no se puede adaptar a nuevas necesidades, hay conflictividad y empobrecimiento paulatino todo vínculo combina ambas tendencias: rigidez y repetición, capacidad de cambio y flexibilidad: alguna de ellas suele predominar

4 Fantasear con tener bebés
la maternalidad, como rasgo de personalidad, se gesta desde la infancia, desde la relación con la madre. En la etapa genital infantil, las niñas quieren “cuando sean grandes, que papá les dé bebés, como le dio a mamá” jugar con muñecas, a la maestra, etc.: evidencian procesos de identificaciones femeninas por las que, tanto niñas como niños, transitan juegos infantiles: expresan conflictos, deseos, temores, etc., con combinaciones de sentimientos amorosos y hostiles. Estos contenidos, en el nivel de maduración en que se hallen, se movilizarán al acercarse el momento de la maternidad embarazo: la movilización de la conflictiva impone modificar el vínculo con los propios padres y con el lugar de hijos, para dar lugar al vínculo con un hijo propio. Hay una rotación de los lugares generacionales que exige elaborar el paso del tiempo el embarazo es una puesta a prueba para el psiquismo, porque implica cambios muy profundos. En la base están las huellas del propio vínculo temprano, y su evolución, la capacidad de renunciar al lugar de hija o hijo se pone a prueba la flexibilidad del Yo (su capacidad para cambiar, adaptándose a situaciones nuevas), así como las bases de la parte de la identidad femenina relacionada con la maternidad

5 Tener bebés: fantasías previas. Vincularse con el bebé
fantasías inconcientes de las mujeres respecto del propio cuerpo: cómo concibe su interior, cuánto evolucionaron las fantasías infantiles. Capacidad de adaptarse (o no) a los cambios: del embarazo, del lugar generacional, etc. entre otros sentimientos, según se haya elaborado la hostilidad de la infancia, la idea de alojar un bebé en el vientre puede despertar culpa, temores muy fuertes, o aún terroríficos, concientes e inconcientes. La intensidad de la angustia será proporcional a todo ello se manifestará a través de síntomas, psíquicos y/u orgánicos, incluyendo la esterilidad psicógena. El embarazo y el parto transcurrirán mejor o peor según sea la relación con la futura maternidad, y las posibilidades del psiquismo para afrontar los cambios que todo ello exige D. Winnicott habló de la “preocupación maternal primaria”, una actitud que requiere de capacidades básicamente receptivas y creativas, que ofrezca la “contención” que el bebé necesita para ir organizando su experiencia de manera favorable no todas las madres pueden desarrollarla; la disponibilidad psíquica para responder a las necesidades emocionales de un bebé es variable, y muy influenciable por distintos factores

6 El parto y el inicio de la relación madre-bebé
en la mayoría de los casos, el dar a luz transcurre sin problemas, pero para el psiquismo es una puesta a prueba muy fuerte para muchas mujeres, el parto es lo más intenso de su vida. Puede vivenciarse como muy traumático, hasta sentirlo como un momento de máxima felicidad; como excepcionalmente doloroso, hasta no doler nada o muy poco puerperio: período inmediatamente posterior al parto, de cierta labilidad y riesgo emocional. Dura entre 6 y 8 semanas, mientras el cuerpo retoma su funcionamiento normal luego del parto hay un duelo normal, correspondiente a la despedida de la etapa que acaba de finalizar. Se llama depresión post parto, puede ser desde muy leve, hasta muy grave. Riesgo extremo: la psicosis puerperal, una perturbación grave con pérdida del sentido de realidad inicio de la relación con el recién nacido: una experiencia totalmente inédita. La relación debe ser construida, creada entre ambos. Satisface las fantasías maternas previas solo en parte, implica siempre una parte de frustración frente a un bebé ahora real, que no es el bebé imaginado, el de la ilusión actualmente se promueve el contacto madre-bebé desde la sala de parto, inclusive se piensa que es favorable la succión del pezón durante las dos primeras horas de vida extrauterina

7 Embarazo y maternidad: bases neurobiológicas
oxitocina: neurohormona hipotálamica. Se relaciona con la conducta maternal y paternal; también con el contacto físico y el orgasmo, tanto en hombres como en mujeres. se libera en grandes cantidades con la dilatación del cuello uterino y la vagina durante el parto, facilitándolo. También se segrega con la succión del pezón por parte del bebé; algunas mujeres llegan a experimentar orgasmos durante la lactancia prolactina: estimula la formación de receptores en las glándulas mamarias, necesarios para la respuesta al estímulo hormonal de producción de leche. Comienza a secretarse al desprenderse la placenta si las mamadas son más asiduas durante las primeras 72 horas, se forma un número mayor de receptores hormonales. Esto justifica la realización de entre 8 y 12 mamadas en ese lapso, luego del cual, la cantidad de receptores se estabiliza la secreción de oxitocina es influenciada por las emociones, que favorecen o dificultan la lactancia. Alcanza con que una madre escuche llorar a un bebe (el suyo u otro), para que sus glándulas mamarias comiencen a secretar leche las emociones negativas también influyen en la lactancia. Pueden llegar a inhibir la secreción en forma pasajera. En casos extremos, la lactancia se interrumpe bruscamente y debe sustituirse por otra forma de alimentación

8 Cerebro y psiquismo del recién nacido
en el momento del nacimiento del bebé, una parte de sus neuronas tiene su función ya definida otras neuronas aún no la tienen, la adquieren a través de la experiencia con el entorno. El bebé “aprende” desde el inicio de la vida extrauterina durante los primeros años, se forma el doble de las sinapsis necesarias: persistirán, solo las conexiones que se utilicen se “usan” esas conexiones al repetir experiencias, y también al aplicar conocimientos adquiridos. Se borrarán las sinapsis que no se utilicen toda experiencia conlleva un aprendizaje. Todo aprendizaje lleva a establecer nuevas sinapsis, que se estabilizan si las experiencias se repiten, o en los casos en que resultan especialmente significativas estos circuitos neuronales van fijando algo de dichas experiencias, y al mismo tiempo se configura la dinámica básica del psiquismo, así como los rasgos más profundos de la personalidad

9 La rêverie materna el recién nacido no tiene la capacidad de “entender” nada de lo que sucede. Sus sensaciones se alternan de manera caótica, pueden ser placenteras o displacenteras, dolorosas, angustiosas y aún terroríficas expresa con agitación y llanto estas últimas, como una manera de intentar liberarse de ellas capacidad de rêverie (W. Bion): se trata de una ensoñación creativa, poética, que surge sobre la base de receptividad, serenidad, confianza en los propios recursos, junto con tolerancia a la frustración y la incertidumbre una madre con capacidad de rêverie, puede sostener una actitud receptiva hacia lo que el bebé exterioriza, y devolvérselo transformado en contenidos tranquilizadores. O sea, ayudarlo a “digerir” eso de lo que intenta liberarse, psíquicamente “indigesto” para él en ese caso, el bebé podrá aprender, mientras desarrolla un sentimiento creciente de confianza. Este le permitirá ir ampliando la capacidad de espera, al tener un bajo nivel de angustia, o aún sin ella además de la confianza, podrá desarrollar su capacidad de pensar. Para ello, es de capital importancia que la madre le hable, poniendo palabras en el vínculo entre ambos, mientras nombra las situaciones del devenir diario

10 El rol del padre en las distintas etapas
etapa de la díada: dura solo unos pocos meses, en la que el niño tiene una “dependencia absoluta” respecto de su madre mientras no disponga de recursos psíquicos para comprender las situaciones y confiar en su capacidad de enfrentarlas, frustración y dolor anímico lo angustiarán sin remedio… generando en él una imagen de “madre mala”, del mismo modo que construye una imagen de “madre buena” cuando logra satisfacerse o calmarse. en esta etapa, es necesario que el padre ejerza una función de sostén de la díada evolución posterior: hacia la configuración de una imagen de “objeto total”. Paralelamente a ello, el bebé desarrolla nociones de su Yo y sus límites (lo que no forma parte de él); ingresa en etapa de “dependencia relativa” en esta etapa, es bueno que el padre pueda ejercer una función de separación (triangulación) entre la madre y el bebé, que tolera ser separado de ella, en cierta medida, y puede relacionarse más con otras personas esta función se cumple básicamente por su presencia, interesada en el bebé, y ofreciéndose a sustituir a la madre en lo que sea adecuado para los tres. El bebé apreciará especialmente la relación con su padre, quien comenzará a ser un personaje de primera importancia en su vida la madre podrá tolerar (o no tanto), compartir al hijo con el padre, renunciando a la casi exclusividad de los primeros tiempos

11 Mirarse en el rostro de la madre
Winnicott observó que el bebé mira, muy atentamente, los cambios que se producen en el rostro de la madre cuando ésta lo mira de ese modo, el bebé mira algo de él en esos cambios, “se mira” reflejado en el rostro de la madre, en su sonrisa, en su expresión y sus gestos las emociones de la madre al mirarlo permiten que el bebé se “mire” en su rostro. Sobre todo, algo muy bueno para él, es que se vea reflejado en el placer y la alegría de la madre cuando s mirada por su bebé en un rostro rígido, ansioso, con expresión desconectada o ausente, el bebé se mirará reflejado en esas emociones. Si la madre no le ofrece respuesta a su anhelo, la sentirá como un objeto para mirar, y no para mirarse en él el bebé, entonces, solo mirará algo de ella ,no tendrá la impresión de haber sido visto por ella. Puede llegar a sentir una falta de reconocimiento de su existencia si este modelo de vínculo se instala, el bebé tendrá un obstáculo interno para desarrollar capacidades creativas, en las relaciones con ella y con el entorno una situación extrema, es la de una mamá que necesite, ella misma, un rostro en el que poder mirarse, que le permita entender qué le pasa, saber quien es, para organizar su experiencia, si la siente caótica

12 Omnipotencia y desamparo
el desamparo del bebé tiene una doble vertiente: por un lado, es biológico, dada su inmadurez orgánica. Por otro lado, se relaciona con la necesidad imperiosa de depender para sobrevivir, durante un tiempo prolongado, dando la medida de su necesidad de un vínculo adecuado a sus necesidades el bebé tiene el sentimiento de que la madre lo puede todo, todo eso lo que él no puede. La supone omnipotente, como contracara de su fragilidad y dependencia el bebé se identifica con esa omnipotencia y cree poderlo todo, es decir, poder realizar todos sus deseos y satisfacer todas sus necesidades para su buen desarrollo es favorable que pueda mantener ese sentimiento por lo menos durante un tiempo, y moderarlo luego de a poco, mientras va madurando paulatinamente, el desarrollo del sentido de realidad lo ayuda a comprender y construir sus propios límites. Sin embargo, la omnipotencia suele persistir, por lo menos en parte, a veces toda la vida la superación de la omnipotencia inicial es parte del desarrollo y maduración del Yo, avanza junto con la individuación y la ganancia de autonomía.

13 La concepción de la ausencia
a partir de los pocos meses de edad y hasta cerca de los dos años, todo bebé juega al juego de aparecer y desaparecer. Ríe jubilosamente cuando los adultos juegan con él, lo repiten hasta el cansancio con los juguetes y objetos que tiran una y otra vez, disfrutando si alguien se los alcanza, para comenzar nuevamente a través del juego, elaboran este aspecto de la relación con la madre: esta aparece y desaparece. En los comienzos, sienten un abandono cuando desaparece, y la viven como mala. Pero luego reaparece, comprueban que la desaparición no era permanente, que no los abandonó esto les plantea un problema de difícil comprensión: no era evidente, hasta ese momento, que fuese buena y a la vez, que a veces no estuviera y volviera cada vez (porque hasta entonces, si no estaba, era mala!) la concepción de la ausencia, que significa poder entender que no esté momentáneamente, que está pero en otro lado, que va a volver y que la relación no sufre por ello, requiere la construcción de un pensamiento de gran complejidad algunas personas no lo logran nunca completamente, otras viven con gran ansiedad el no poder controlar a los objetos que aman y/o necesitan. Viven la ausencia como algo muy amenazante, tal como le puede suceder a un niño pequeño que aún no la puede concebir

14 La rêverie obstaculizada
el estado mental que permite desarrollar la rêverie, implica poder hacer a un lado los propios conflictos y necesidades sin mayores dificultades. La entrega necesaria es vivida como algo “natural”, con desarrollo espontáneo de empatía empatía: una forma de identificación, es “ponerse en el lugar del otro” sin perder el contacto consigo mismo. Pone en juego la propia receptividad para entender a otro, combinando, a la vez, contacto y distancia emocional adecuados una madre puede no alcanzar siempre ese estado emocional, alcanzarlo solo a veces. Los conflictos personales sin resolver pueden absorberla y ser un obstáculo del que no pueda liberarse suficientemente, para poder conectarse más ampliamente con el bebé según la intensidad de estos conflictos (angustia derivada de ellos, hostilidad, inestabilidad anímica, etc.) puede funcionar como una madre normal (es decir, imperfecta), o como una “mamá pared”, con escasa capacidad receptiva o sin ella en estos casos, el encuentro con su psiquismo ocupado o aún inundado, hace que lo que expulsa el niño, “rebote” en ella, que no lo puede contener ni transformar lo mismo que para una madre con capacidad de rêverie, su rol de madre es un estímulo para su desempeño, una fuente de placer y gratificación, para otra madre puede ser conflictivo, una fuente de angustia, dolor y frustración

15 La rêverie obstaculizada - la madre proyectiva
una madre puede no haber podido elaborar sus principales conflictos, ni tener suficientemente organizado su psiquismo, puede no haber madurado en el plano de la disposición hacia la maternidad puede necesitar que sus angustias y urgencias emocionales sean atendidas por otro, incluyendo las proyecciones de su mundo interno, tal como normalmente necesitan los bebés esto sucede cuando no soporta sus propios contenidos psíquicos, por la frustración y/o el dolor que le causan; no consigue elaborar sus conflictos, o muy poco este último caso es gravoso para el desarrollo del psiquismo del bebé, que no tiene los recursos necesarios para organizar sus experiencias. Se manifestarán en síntomas y dificultades diversas quedará comprometida la salud mental del bebé: las experiencias negativas, así como la falta de la estimulación adecuada en cada momento, traerán consecuencias significativas en el desarrollo, tanto cerebral como psíquico bases de la salud mental: se establecen en los primeros tiempos de vida

16 Maternidad y paternidad
lo mejor para los hijos, es que puedan disfrutar de un vínculo que sea a la vez de intimidad con los padres, pero en un marco simbólico. La conflictiva entre padres e hijos, se plantea siempre en ambos niveles el marco simbólico está dado, en parte, por el hecho de que los hijos, son, a la vez, nietos de los abuelos, y serán padres de los nietos de sus padres. Es decir, la pulsionalidad está “enmarcada” por múltiples vínculos simultáneos, aún si algunos demorarán en realizarse. Estos operan a la manera de la función paterna (marco simbólico, tope pulsional) la modalidad tradicional proponía una maternidad más inclinada a lo íntimo y una paternidad más simbólica, con menos intimidad. Pero esto es solo un modelo, dichos parámetros dependen de las características de cada vínculo proximidad de la maternidad: un desafío para la mujer y para el futuro padre. Pone a prueba a la pareja, que afrontará un cambio irreversible. Con el primer hijo, la pareja se transformará para devenir familia: momento realmente crítico, por lo que está en juego en ese pasaje puede derivar en un fortalecimiento del vínculo de pareja, en su deterioro o aún en ruptura. Implica asumir identificaciones que con los padres, que encubiertas por el proceso adolescente, podían no parecer conflictivas antes de esta transformación en los casos en que el padre tiene aún necesidad de reforzamiento narcisístico, ceder algo de su lugar para sostener la díada y al hijo puede resultar anímicamente muy difícil, sino imposible en esos casos, el vínculo no siempre puede integrar los cambios necesarios. El nacimiento del primer hijo, o de alguno de los siguientes, puede ser ocasión de infidelidades, sobre todo por parte del padre

17 Cambios en la pareja la llegada de los hijos, impone a los padres noveles el asumir roles familiares, de madre y padre. Esto da impulso a la elaboración de los conflictos edípicos, no totalmente resueltos conflictos subyacentes, no suficientemente elaborados, pueden no haberse manifestado sintomáticamente, entre la finalización de la adolescencia y el inicio de la vida familiar propia la llegada del primer hijo estimula una movilización de la conflictiva que puede derivar en crecimiento psíquico. Según el grado de crisis emocional y la capacidad de elaboración, pueden presentarse síntomas por conflictos tempranos aún no superados en la primera etapa, madre y bebé forman una díada. La madre, en los mejores casos, está casi enteramente dedicada al niño y necesita que el padre cumpla con una función de sostén de ambos esto exige al padre una gran renuncia, respecto de la satisfacción de haber tenido a su mujer “toda para él”, antes del nacimiento del niño para poder compartirla con el hijo, debe poder aceptar ser en parte desplazado, a cambio del enriquecimiento de ser padre pero si lo edípico infantil no fue suficientemente superado, hará eclosión en forma de rivalidad y celos con el bebé, además de conflictos de pareja tanto el padre como la madre revivirán la conflictiva edípica, que podrá evolucionar o presentar síntomas


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