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Programas de prevención del tabaquismo

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Presentación del tema: "Programas de prevención del tabaquismo"— Transcripción de la presentación:

1 Programas de prevención del tabaquismo
P.I.T.A Ana Ruiz Bernal

2 La siniestralidad en las carreteras se mantuvo en 2003 con 4
La siniestralidad en las carreteras se mantuvo en 2003 con muertos El Gobierno atribuye el dato al crecimiento del parque automovilístico ELPAIS.es / AGENCIAS  -  Madrid ELPAIS.es  -  España Las campañas de Tráfico para reducir la siniestralidad en las carreteras siguen sin dar resultado. Un total de personas perdieron la vida en los accidentes mortales que se registraron en las carreteras el pasado año, una cifra prácticamente idéntica a la de 2002, año en el que hubo sólo seis muertos y doce siniestros menos. En Francia, donde el Gobierno ha acometido una agresiva campaña para prevenir los accidentes, las cifras de muertes se redujeron un 20%. Según el balance anual de la Dirección General de Tráfico (DGT), que excluye los accidentes ocurridos

3 Mortalidad España 16% 55.613 Banegas et al. 2001

4 Mortalidad

5 P.I.T.A.

6 Estadísticas Edad de inicio en el uso del tabaco
esta en un 90% de los casos entre los 13 y los 18 años. La prevalencia de tabaquismo es mayor en mujeres de años que en los hombres del mismo grupo de edad

7 Proceso de aprendizaje en la conducta de fumar

8 DROGA FACTORES BIOLÓGICOS Modelos aprendizaje 1.9. FACTORES BIOLÓGICOS
Se han sugerido teorías que pretenden explicarla desde una perspectiva farmacológica, basados en el papel de la nicotina, y que atienden a los efectos adictivos y a su influencia sobre la regulación de los estados emocionales del fumador [Becoña, 1994; Leventhal, H. y Cleary, P.D. (1980). The smoking problem: A review of the research and theory in behavioral risk modification. Psychological Bulletin, 88, ]: FACTORES BIOLÓGICOS

9 FACTORES PSICOLÓGICOS
Modelos aprendizaje SUJETO FACTORES GENÉTICOS Y 1.10. FACTORES RELACIONADOS CON EL SUJETO Otras teorías han apuntado a la importancia de fumar como una estrategia de afrontamiento o una herramienta psicológica para manejarse en distintas situaciones difíciles para las cuales el fumador no tiene otros recursos disponibles, como ya se ha puesto de manifiesto. Este enfoque no niega el papel adictivo de la nicotina, pero entiende que fumar tiene una serie de efectos beneficiosos que ayudan a mantener el hábito Desde esta misma aproximación, se ha destacado el papel que tiene la nicotina y los factores de aprendizaje asociados con la conducta de fumar para regular la activación y, de esta manera, mantener un nivel homeostático en el fumador. E incluso ha habido teorías que han buscado las causas en factores genéticos o en supuestos tipos de personalidad con propensión a las adicciones. En este último caso, los resultados son poco consistentes (Becoña, 1994). FACTORES PSICOLÓGICOS

10 FACTORES SOCIO- AMBIENTALES
Modelos aprendizaje ENTORNO 1.11. FACTORES SOCIOAMBIENTALES El consumo de tabaco ha encontrado un contexto social, cultural y económico propicio para extenderse en nuestra sociedad. Los factores contextuales han influido de manera decisiva en la extensión del tabaquismo, tal y como se expondrá. FACTORES SOCIO- AMBIENTALES

11 Modelos aprendizaje MODELOS MULTIFACTORIALES DROGA SUJETO
1.8. MODELOS EXPLICATIVOS MULTIFACTORIALES Los modelos explicativos más recientes se decantan por una perspectiva multifactorial. Según este enfoque, en el comportamiento de fumar están implicados multitud de factores que interactúan entre sí. Factores del medio o entorno (sociales, económicos, políticos y publicitarios) —factores contextuales —, así como factores del sujeto y de la droga (psicológicos y farmacológicos) —factores específicos— han de ser tenidos en cuenta para analizar adecuadamente el hábito tabáquico. MEDIO o ENTORNO

12 MODELOS MULTIFACTORIALES Y EVOLUTIVOS
>70 FACTORES 1.7. LA COMPLEJIDAD DEL COMPORTAMIENTO TABÁQUICO: MODELOS MULTIFACTORIALES El hábito de fumar, como cualquier comportamiento complejo, está relacionado con múltiples factores o determinantes específicos que justifican que una persona comience a fumar y se mantenga haciéndolo durante muchos años (Mateos, 2003). Se han detectado más de 70 factores relacionados con el tabaquismo. En consecuencia, son muchas las teorías y modelos que se han propuesto para delimitar qué factores concretos explican por qué fuma tanta gente. Teorías que se refieren en la mayoría de los casos a aspectos parciales de la realidad de una conducta compleja y multideterminada (Becoña, 1994; Becoña, Palomares y García, 1994). Asimismo, como ya hemos mencionado Prochaska y Prochaska (1983) han propuesto un modelo explicativo que describe la evolución temporal del hábito, en el que se especifican una serie de fases o etapas por las que pasan todos los fumadores desde que comienzan su relación con el tabaco hasta el momento en que lo abandonan definitivamente.

13 “Carrera de un fumador “
Constituye el desarrollo de un complejo proceso cuya diferentes fases pueden estar influenciadas por la interacción de factores ambientales, sociales, psicológicos y biológicos.

14 Cómo se llega a ser un fumador habitual?
1ª etapa de preparación. El adolescente nunca ha fumado y desarrolla creencias y suposiciones sobre lo que supone fumar. 2ª etapa o de prueba. Ocurre generalmente con amigos, los efectos fisiológicos y psicosociales que ocurran van a condicionar en uso futuro del tabaco.

15 ¿Cómo se llega a ser un fumador habitual?
3ª etapa o de experimentación. Uso repetido pero irregular del tabaco (fiestas, amigos..). 4ª etapa o habituación. Usa el tabaco de manera habitual, tiene alta probabilidad de adicción. 5ª etapa o mantenimiento y adicción. Se logra la dependencia de los cigarrillos.

16 ¿CÓMO SE LLEGA A SER FUMADOR REGULAR?
Etapa preparatoria Etapa de prueba Etapa experimental habituación Fumador adicto/dependiente

17 FACTORES HISTÓRICOS Objetivo de la publicidad de las compañías
tabacalera. Baja percepción social del problema.

18 Consumo de tabaco como un proceso
Factores de inicio Ambientales Sociales Personales Factores mantenedores Farmacológicos

19 Factores de inicio Factores ambientales
Publicidad y promoción del tabaco. Los niños, los adolescentes y las mujeres son el futuro de la industria tabaquera. Accesibilidad de los cigarrillos. Hay múltiples canales de venta de productos derivados del tabaco. Ley de venta a menores de 16 años es difícil de aplicar Gran disponibilidad por su bajo precio. Un aumento del 1% supone una reducción del consumo del 0.5%

20 1.41-45. FACTORES SOCIOAMBIENTALES
Algunos ejemplos de imágenes atrayentes para los jóvenes, e incluso para los niños, que la industria tabaquera ha utilizado para promocionar sus productos.

21 1.35. FACTORES SOCIOAMBIENTALES
La venta de tabaco mediante máquinas expendedoras facilitan el acceso al tabaco de los más jóvenes. En ocasiones, estos dispositivos se localizan estratégicamente en lugares cercanos a los centros educativos y de ocio de los jóvenes.

22 10% precio 4% consumo 1.37. FACTORES SOCIOAMBIENTALES
Diversos estudios económicos proporcionan datos relativos a la forma en que el aumento de los impuestos afecta al consumo de tabaco. La conclusión a la que llegan es que el incremento de las tasas sobre el tabaco y, por tanto, del precio final de los cigarrillos, reduce de forma significativa el consumo [Pinilla, (2002). Análisis comparado del impacto de las políticas impositivas vía precio en el consumo de tabaco. Gaceta Sanitaria, 16, ]. Se observa de manera constante que el aumento de precios incita a algunos adultos a dejar de fumar, al tiempo que se reduce el número de ex-fumadores que vuelven a recaer en su hábito. Este efecto es aún mayor en el caso de población joven. Efectivamente, las medidas fiscales ejercen una poderosa influencia en el consumo de tabaco, evitando, en muchos casos, que los niños y adolescentes se inicien en el hábito de fumar. consumo

23 Factores de inicio Factores sociales
Influencias familiares. Tabaquismo de padres y hermanos, así como sus actitudes frente al tabaco influyen directamente en la probabilidad de consumo. Influencia de los compañeros. Actitud integradora. Estudios demuestran que es mas probable que el niño fume si tiene amigos que lo hacen. Influencia de los educadores. En colegios en donde lo profesores fuman, la incidencia de tabaquismo es mayor que en aquellos en que no lo hacen

24 1.31. FACTORES SOCIOAMBIENTALES
Esta imagen nos resulta familiar a muchos, posiblemente de nuestra propia infancia.

25 Factores sociales Legislación

26 Factores de inicio Factores personales
Psicológicos Aparentar ser mayor Control de peso Controlar los nervios Falta de autoestima Genéticos. Hay estudios de gemelos que han mostrado datos que sugieren una influencia genética y familiar que facilitaría el riesgo de convertirse en fumador, la persistencia en el hábito y la dificultad en el abandono.

27 CARACTERÍSTICAS ADOLESCENTE Pocas habilidades para afrontar problemas
CARACTERÍSTICAS PROPIAS DE LA ADOLESCENCIA Por otro lado, algunas de las características evolutivas de la adolescencia potencian el perfil de riesgo antes delineado, haciendo más proclives a los jóvenes a caer en una adicción. Estas son: Habilidades de afrontamiento y resolución de problemas deficitarias Baja tolerancia a la frustración Dificultades para el manejo de las emociones y sentimientos Déficits en desarrollo personal Escasa capacidad para tolerar la tensión Habilidades sociales deficitarias

28 CARACTERÍSTICAS ADOLESCENTE
Pocas habilidades para afrontar problemas Baja tolerancia frustración CARACTERÍSTICAS PROPIAS DE LA ADOLESCENCIA Por otro lado, algunas de las características evolutivas de la adolescencia potencian el perfil de riesgo antes delineado haciendo más proclives a los jóvenes a caer en una adicción. Estas son: Habilidades de afrontamiento y resolución de problemas deficitarias Baja tolerancia a la frustración Dificultades para el manejo de las emociones y sentimientos Déficits en desarrollo personal Escasa capacidad para tolerar la tensión Habilidades sociales deficitarias

29 CARACTERÍSTICAS ADOLESCENTE
Pocas habilidades para afrontar problemas Baja tolerancia frustración CARACTERÍSTICAS PROPIAS DE LA ADOLESCENCIA Por otro lado, algunas de las características evolutivas de la adolescencia potencian el perfil de riesgo antes delineado haciendo más proclives a los jóvenes a caer en una adicción. Estas son: Habilidades de afrontamiento y resolución de problemas deficitarias Baja tolerancia a la frustración Dificultades para el manejo de las emociones y sentimientos Déficits en desarrollo personal Escasa capacidad para tolerar la tensión Habilidades sociales deficitarias Difícil manejo sentimientos

30 CARACTERÍSTICAS ADOLESCENTE
Pocas habilidades para afrontar problemas Baja tolerancia frustración CARACTERÍSTICAS PROPIAS DE LA ADOLESCENCIA Por otro lado, algunas de las características evolutivas de la adolescencia potencian el perfil de riesgo antes delineado haciendo más proclives a los jóvenes a caer en una adicción. Estas son: Habilidades de afrontamiento y resolución de problemas deficitarias Baja tolerancia a la frustración Dificultades para el manejo de las emociones y sentimientos Déficits en desarrollo personal Escasa capacidad para tolerar la tensión Habilidades sociales deficitarias Difícil manejo sentimientos Déficits desarrollo personal

31 CARACTERÍSTICAS ADOLESCENTE
Pocas habilidades para afrontar problemas Baja tolerancia frustración Difícil manejo sentimientos CARACTERÍSTICAS PROPIAS DE LA ADOLESCENCIA Por otro lado, algunas de las características evolutivas de la adolescencia potencian el perfil de riesgo antes delineado haciendo más proclives a los jóvenes a caer en una adicción. Estas son: Habilidades de afrontamiento y resolución de problemas deficitarias Baja tolerancia a la frustración Dificultades para el manejo de las emociones y sentimientos Déficits en desarrollo personal Escasa capacidad para tolerar la tensión Habilidades sociales deficitarias Déficits desarrollo personal Escasa capacidad para tolerar tensión

32 CARACTERÍSTICAS ADOLESCENTE
Pocas habilidades para afrontar problemas Baja tolerancia frustración Difícil manejo sentimientos Déficits desarrollo personal CARACTERÍSTICAS PROPIAS DE LA ADOLESCENCIA Por otro lado, algunas de las características evolutivas de la adolescencia potencian el perfil de riesgo antes delineado haciendo más proclives a los jóvenes a caer en una adicción. Estas son: Habilidades de afrontamiento y resolución de problemas deficitarias Baja tolerancia a la frustración Dificultades para el manejo de las emociones y sentimientos Déficits en desarrollo personal Escasa capacidad para tolerar la tensión Habilidades sociales deficitarias Escasa capacidad para tolerar tensión Déficits habilidades sociales

33 Factores mantenedores Factores farmacológicos
La Nicotina es el principal alcaloide del humo del tabaco y el determinante de la dependencia farmacológica. Durante la combustión se quema un 35%, otro 35% al humo ambiental, el 22% se inhala a través de la corriente principal y el restante 8% se retiene en la porción no consumida del cigarrillo.

34 Factores mantenedores Aditivos
Las tabacaleras han agregado centenares de aditivos al tabaco. El más canallesco es el amoníaco, gracias al cuál la nicotina llega al cerebro en 7 segundos y facilita y refuerza la dependencia.

35 Factores mantenedores Factores condicionantes
Factores de hábito. La acción de fumar va asociada a numerosas situaciones de la vida cotidiana. (tomar un café, estrés, presión laboral…) Factores sensoriales. Fumar es un medio de administrarse una sustancia que excita las terminaciones nerviosas sensitivas localizadas en la boca, labios y garganta y que, provoca sensaciones placenteras a nivel del tacto, gusto y olfato, incluyendo también sensaciones visuales.

36 Factores de recaídas Factores situacionales:
Situaciones que llevan al afecto negativo o positivo. Comida. Ganancia de peso. Consumo de alcohol. Situaciones sociales y/o presencia de otros fumadores. Falta de apoyo social. Factores fisiológicos: Afrontamiento de estados físicos-fisiológicos negativos. Síndrome de abstinencia. Craving (deseo de fumar). Factores psicológicos: Estados emocionales negativos. Estrés. Depresión. Baja autoestima. Falta de estrategias y destrezas de afrontamiento.

37 Etapas fumador habitual
Mantenimiento: Fumador regular, adicción más fuerte que etapas anteriores. Cesación: Se entra en esta fase cuando cambia la importanciarelativa de las cosas (compañero que no fuma, aumento precio…) Recaídas: El fumador vuelve a retomar el hábito tabaquico.

38 Estrategias para afrontar las presiones sociales
Estrategias de relajación. Entrenamiento en Habilidades de resistencia a las presiones de la publicidad. Desarrollo de autoestima y autoconcepto Asertividad. “Decir No”

39 Estrategias de relajación
Enseñar técnicas de relajación que el adolescente pueda utilizar para conseguir el control en situaciones de ansiedad. Técnica de respiración Técnica de relajación muscular- progresiva de Jacobson

40 Publicidad Dotar de habilidades al adolescentes para que pueda ser capaz de aguantar el bombardeo que sufre continuamente desde los anuncios publicitarios: Análisis critico Fortalecimiento de los valores, actitudes y creencias

41 Publicidad Éxito es uno de los principales reclamos.
Las tabaqueras intentan hacer creer que fumando eres mayor, libre, independiente.

42 Publicidad “Nunca olvidadrás tu primer Camel”. Iniciarte en el tabaco es como iniciarte en el sexo. ¿Piensas que el tabaco puede ayudarte a ligar?

43 Publicidad ¿Sabes que las tabacaleras están empeñadas en hacerte creer que el tabaco ayuda a relacionarte con los demás? Fortuna “ for friends”

44 Publicidad El tabaco como sinónimo de diversión es otro recurso.
Las tabaqueras intentan limpiar la imagen, para ello la asocian al deporte, Camel Trophy, Carlos Sainz y su equipo Fortuna Tabaco Light menos dañíno “La vida es dura … tu tabaco no tiene porque serlo”.

45 Publicidad Ten en cuenta que eres como eres, y que el tabaco no te va a cambiar.

46 Evaluación y estadíos del fumador

47 EVALUACIÓN DEL FUMADOR
El tabaquismo es una enfermedad crónica con tendencia a la recidiva y con tratamiento de eficacia demostrada 2.1. EVALUACIÓN DEL FUMADOR Nuestra experiencia en el tratamiento de tabaquismo pone de manifiesto que para que un programa clínico para dejar de fumar sea eficaz ha de adecuar sus intervenciones a las circunstancias concretas y actuales del fumador. Adaptar las recomendaciones, las técnicas y el apoyo terapéutico nos permite responder de manera apropiada a los problemas y obstáculos que impiden que el fumador avance en su proceso de abandono del tabaco.

48 Evaluación del fumador
Fase del proceso de cambio Fase del proceso de cambio Motivación para el abandono Dependencia Física Motivación para el abandono 2.4. EVALUACIÓN DEL FUMADOR: CUESTIONES BÁSICAS Al igual que en otras conductas adictivas, en el tabaquismo la evaluación es un requisito imprescindible para el tratamiento eficaz. De la adecuada valoración del fumador va a depender el acotar correctamente el problema y las variables que lo están manteniendo, establecer los objetivos que se quieren lograr con la intervención y recabar la información necesaria para escoger las técnicas terapéuticas más adecuadas. En general, una evaluación completa del fumador ha de responder a una serie de cuestiones básicas acerca de: FASE DEL PROCESO DE CAMBIO MOTIVACIÓN PARA EL ABANDONO DEL TABACO DEPENDENCIA Para obtener la información necesaria para delimitar ambos aspectos hemos de seguir dos estrategias básicas de evaluación. Por una parte, una valoración general del fumador, basada en el modelo de estadios de cambio y en las teorías motivacionales, que nos ayude a conocer el pronóstico terapéutico y las tácticas de intervención más adecuadas para el fumador concreto. Y por otro, una evaluación específica de la dependencia y sus determinantes actuales, con vistas a la elección de las técnicas de tratamiento más eficaces para ayudarle a dejar de fumar. Dependencia

49 Identificación del fumador
Número de cigarrillos al día Tiempo de consumo Paquetes-año 2.3. IDENTIFICACIÓN DEL FUMADOR Para iniciar el proceso de evaluación es precisa la identificación del mismo. Para ello, debemos preguntar de manera sistemática a todos nuestros pacientes acerca de su relación con el tabaco. Según el objetivo terapéutico que nos propongamos, se debería cuestionar siempre sobre si ha fumado en alguna ocasión en el pasado, y posteriormente, si lo hace en la actualidad. Este orden permite reducir algunas reticencias que los fumadores muestran al ser valorados con respecto al tabaquismo (esto es especialmente relevante en determinados colectivos, como es el caso de las fumadoras embarazadas). Una vez ha sido confirmado el hábito tabáquico actual, se pregunta sobre el número de cigarrillos al día y el tiempo que lleva fumando como medidas aproximadas del nivel de dependencia que presenta. Los paquetes años X número de cigarrillos al día Años de consumo 20

50 Fase del proceso de cambio
Precontemplación Contemplación Mantenimiento 5.1. ETAPA DEL PROCESO DE CAMBIO Los Estadios de Cambio representan una dimensión temporal que nos permite comprender cuándo ocurren los cambios en las intenciones, actitudes y conductas de fumar (Becoña y Vázquez, 1998). En sus últimas formulaciones, el modelo transteórico presenta una secuencia de seis estadios: precontemplación, contemplación, preparación, acción, mantenimiento y finalización. De esta forma, el abandono exitoso del tabaco engloba una progresión que se inicia en el estadio de precontemplación y que concluye en el de finalización, cumplimentando una secuencia intermedia que incluye las etapas de contemplación, preparación, acción y mantenimiento. La secuencia de estadios de cambio y sus características definitorias son presentadas a continuación (Mateos, 2003; Prochaska et al., 1994; Salvador, 1996; Tejero y Trujols, 1994): Precontemplación. Durante esta etapa, el fumador no se plantea modificar su conducta, ya que no es consciente (o lo es en un grado mínimo) de que fumar represente un problema. Las gratificaciones que obtienen por fumar son superiores a las consecuencias aversivas. Los precontempladores son fumadores que tienen poca información acerca de su adicción, o que se resisten activamente a ser informados. Generalmente, se trata de personas jóvenes y sanas que todavía no sufren molestias o síntomas importantes relacionados con su conducta de fumar. Por todo ello, no tienen la intención de dejar de fumar en un corto plazo de tiempo (al menos en los próximos 6 meses). Contemplación. El fumador empieza a considerar su conducta como un problema. Los contempladores son conscientes ya de las consecuencias negativas de su hábito, y se plantean seriamente dejar el tabaco (en un plazo de tiempo no superior a 6 meses). Este cambio de actitud está relacionado con la aparición de los primeros síntomas negativos sobre la salud, y suele estar reforzado por la mayor atención que el fumador presta a la información que recibe sobre los riesgos de fumar. Tienen la intención de dejar de fumar, paso previo al cambio de conducta, lo que se manifiesta en que buscan activamente información para comprender su adicción, sus causas, sus consecuencias y su posible tratamiento, así como una necesidad llamativa de hablar sobre ello. Sin embargo, no han desarrollado todavía un compromiso firme de cambio que se haya materializado en algún intento serio de abandono (estar al menos 24 horas sin fumar). Preparación para la acción. Se trata de un estadio que combina criterios intencionales y conductuales. En esta etapa, el fumador toma la decisión de dejar de fumar, es decir, pasa de la intención a la acción. Existe un compromiso real de abandono, lo que le lleva a realizar un intento, o al menos, a ejecutar pequeños cambios en su conducta que le ayudarán en un intento posterior. Para considerar que el fumador se encuentra en este estadio tiene que haber estado al menos 24 horas sin fumar en el último año. Acción. En el estadio de acción, el fumador cambia su conducta, deja de fumar y se mantiene sin consumir como mínimo 24 horas. Al mismo tiempo, suele modificar algunas de las circunstancias ambientales y personales que favorecían que siguiese fumando. Ello requiere un fuerte compromiso personal, así como una considerable cantidad de tiempo y energía, que no todos los fumadores pueden mantener durante el tiempo necesario para estabilizar la abstinencia. Este es el período en el que más riesgo de recaída existe, en especial durante los primeros 3 meses. Tanto es así, que la recaída es considerada como una regla más que como una excepción. Por lo general, el estadio de acción acostumbra a ser un período que se caracteriza por etapas alternantes de consumo y abstinencia. Mantenimiento. Cuando el ex-fumador lleva 6 meses sin fumar entra en el estadio de mantenimiento. En este período, el individuo intenta conservar y consolidar los logros alcanzados en el estadio de acción y prevenir una posible recaída. De entrada, la recaída en esta etapa suele ser menos frecuente que en la anterior, ya que el ex-fumador ha tenido la posibilidad de adquirir experiencia y aprender las estrategias necesarias para manejarse con las tentaciones. Si bien hay que reconocer que este riesgo nunca desaparece totalmente, aunque se reduce en gran medida con el paso de los años. Finalización. Si el ex-fumador no recae, llega al último estadio del proceso cuando lleva aproximadamente 5 años abstinente. Esta etapa implica la total extinción de la conducta de fumar y que el mantenimiento del nuevo patrón conductual no suponga ningún esfuerzo significativo por parte del ex-fumador. Velicer, Prochaska, Rossi y Show (1992) definen operacionalmente el estadio de finalización a través de dos condiciones: a) ha desaparecido totalmente el deseo de fumar, y b) la confianza o seguridad en la habilidad para resistir (expectativas de autoeficacia personal) sin fumar en cualquier situación, es completa. Sin embargo, algunos ex-fumadores no conseguirán cumplir nunca los citados criterios, aunque mantengan su abstinencia más allá del período indicado. Se sentirán vulnerables a la recaída, y tendrán que seguir “luchando” contra las tentaciones. Se han elaborado varias medidas de autoinforme para evaluar este componente del “Modelo Transteórico de Cambio” bajo la denominación genérica The University of Rhode Island Change Assesment Scales (URICA) (v. gr., McConnaughy et al., 1989; Velicer et al., 1992). La Escala para evaluar los estadios de cambio en fumadores, una adaptación española de los cuestionarios URICA, realizada por Becoña y Vázquez (1998), consta de 11 cuestiones con varias opciones de respuestas que sitúan al fumador en un estadio de cambio determinado. Los estadios que predicen una mejor respuesta al tratamiento son los de contemplación y preparación para la acción, y por supuesto, la acción (ya han iniciado su abstinencia). Preparación Contemplación crónica Acción Recaída Prochaska y Di Clemente.1989

51 Alta Fase del proceso de cambio Fase del proceso de cambio
Motivación para el abandono Motivación para el abandono ¿Quiere dejar de fumar? ¿Quiere dejar de fumar? SI ¿Fijaría una fecha en 15 días para dejar de fumar? ¿Ha intentado alguna vez dejar de fumar? Ritchmond Henri Mondor ¿Fijaría una fecha en 15 días para dejar de fumar? 2.6. MOTIVACIÓN PARA EL CAMBIO A la decisión de abandonar el tabaco o continuar fumando, al igual que ocurre con cualquier otro tipo de toma de decisión, subyace una valoración de las consecuencias negativas y positivas que tendría este cambio. Ningún fumador realiza un intento serio de dejar de fumar si no ha llegado a la conclusión personal de que abandonar el hábito de fumar le va a suponer unos beneficios mayores que los que obtiene si continúa fumando. Aunque el grado de dependencia no sea muy alto, si no existe suficiente motivación para el cambio, el fumador no se planteará dejar de fumar (Becoña y Vázquez, 1998). Con las preguntas que se presentan en la presente diapositiva se puede realizar una valoración aproximada de la motivación que el fumador tienen para dejar de fumar. Una respuesta afirmativa a las tres cuestiones indicaría una motivación adecuada para iniciar un tratamiento. No haber intentado dejar de fumar previamente no invalida esta indicación, si bien reduce las probabilidades de tener éxito. El pronóstico referido se confirmaría si se obtienen puntuaciones elevadas en los cuestionarios de motivación, como por ejemplo el Test de Richmond..... Alta ¿Ha intentado alguna vez dejar de fumar? . .

52 Alta Fase del proceso de cambio Motivación para el abandono
Dependencia Dependencia Física ¿Cuántos cigarrillos fuma al día? Más de 20 cigarrillos Menos de 30 minutos El primero de la mañana Fagerström ¿Cuánto tiempo transcurre desde que se levanta hasta que fuma el primer cigarrillo? 2.7. EVALUACIÓN DE LA DEPENDENCIA Las principales áreas de evaluación hacen referencia a los tres tipos de dependencia que se distinguen en el tabaquismo: los componentes fisiológicos de la adicción (v. gr. dependencia nicotínica), los aspectos psicológicos de la dependencia (v. gr. patrones comportamentales, aspectos cognitivos y actitudinales, situaciones asociadas, significado emocional de fumar, etc.) y los factores sociales asociados (v. gr. apoyo social, obstáculos sociales) [Becoña, E. y Lorenzo, M.C. (2004). Evaluación de la conducta de fumar. Adicciones, 16 (Supl. 2), ; Becoña y Vázquez, 1998; Mateos, 2003]. Dependencia fisiológica Para evaluar el grado de adicción a la nicotina, y la necesidad de que el fumador requiera un tratamiento de apoyo que incida sobre este componente disponemos de varias opciones. Uno de los mejores indicadores de una adicción elevada es que el fumador haya tenido dificultades importantes para dejar de fumar en otras ocasiones, sobre todo si éstas se debieron a la presencia de intensos síntomas de abstinencia. Otra opción más objetiva, consiste en la valoración del grado de adicción mediante cualquiera de las escalas de dependencia disponibles; entre ellas, destacan las diseñadas por Fagerström (diapositiva 2.8.). Se presentan las tres cuestiones que han demostrado mayor validez predictiva de la dependencia fisiológica de la nicotina. Una tercera forma de valorar la dependencia es preguntar directamente al fumador si piensa que es adicto a la nicotina. Si el fumador ha tenido síntomas intensos de abstinencia en el pasado, tiene un patrón de recaídas rápidas, a las pocas horas o días de haber dejado de fumar, y además obtiene puntuaciones elevadas en las escalas de dependencia, con toda seguridad la adicción a la nicotina desempeña un papel importante en el mantenimiento de su conducta. Curiosamente, no todos los grandes fumadores (más de un paquete al día) sufren síntomas de abstinencia significativos, mientras que algunos fumadores relativamente leves parecen más susceptibles a la nicotina. Cuando el componente adictivo es un problema importante, las opciones terapéuticas más adecuadas son la terapia sustitutiva de la nicotina, la reducción gradual de la ingesta de nicotina o alguno de los fármacos que disminuyen los efectos negativos de la abstinencia. 2. Evaluación de la dependencia psicológica Por otro lado, disponemos de diversas formas de valorar los componentes psicológicos de la conducta de fumar. Quizás sea la historia clínica del fumador el instrumento de evaluación más utilizado y que más información nos ofrece para conocer de manera precisa los distintos aspectos relacionados con la conducta de fumar. Además de la información descriptiva básica del consumo de tabaco, se pueden cubrir otras áreas del hábito relevantes para diseñar un tratamiento como son: los intentos previos de dejar de fumar, los recursos personales para manejarse sin tabaco, los factores que le impidieron conseguirlo o le hicieron recaer, la experiencia con otros cambios comportamentales, o el número máximo y mínimo de cigarrillos “necesarios”. En Mateos (2003) o Becoña y Vázquez (1998) se pueden encontrar modelos de historia clínica del fumador. 3. Evaluación de la dependencia social La evaluación de la dependencia social debe contemplar tres aspectos básicos: a) el número de fumadores entre los amigos, la familia y los compañeros de trabajo; b) la cantidad y calidad del apoyo que puede esperar de su entorno social para dejar de fumar; y c) las habilidades sociales y asertividad del fumador para resistir las presiones sociales para fumar que con toda seguridad tendrá que afrontar. Esta información sobre el entorno social y de su influencia en el hábito de fumar puede recogerse a través de la historia clínica del fumador Alta ¿Qué cigarrillo cree que necesita más?

53 Test de Fagerström ¿Cuánto tarda, después de levantarse, en fumar el primer cigarrillo? Menos de 5 minutos (3) Entre 6 y 30 minutos (2 Entre 31 y 60 minutos (1) Más de 60 minutos (0) ¿Encuentra difícil abstenerse de fumar en sitios en donde está prohibido, tales como iglesias, bibliotecas, cines, etc.? Sí (1) No (0) ¿A qué cigarrillo odiaría más renunciar? Al primero de la mañana (1) A cualquier otro (0) ¿Cuántos cigarrillos fuma al día? 10 o menos (0) 11-20 cig/día (1) 21-30 cig/día (2) 31 ó más (3) ¿Fuma más a menudo durante las primeras horas después de levantarse que durante el resto del día? Sí (1) No (0) ¿Fuma cuando está tan enfermo que pasa en la cama la mayor parte del día? Nota: se indica entre paréntesis la clave de corrección. La puntuación oscila de 0 a 10. Un fumador con alta dependencia de la nicotina es aquel que tiene una puntuación de 6 o más, mientras que la dependencia es baja/media con puntuaciones de 5 o menos. 2.8. TEST DE FAGERSTRÖM El Test de Fagerström de dependencia de la nicotina [Heatherton, Kozlowski, Frecker y Fagerström, 1991; adaptación castellana de Becoña, E. (1994b). Evaluación de la conducta de fumar. En J.L. Graña (Ed.), Conductas adictivas. Teoría, evaluación y tratamiento (pp ). Madrid: Debate]; es una versión actualizada de la escala clásica desarrollada por Fagerström (1978) para cuantificar el grado de dependencia a la nicotina de un fumador. Este instrumento ha sido validado con medidas fisiológicas, de manera que sus puntuaciones presentan una alta correlación con el monóxido de carbono en aire espirado. El cuestionario consta de 6 items, con 2 ó 4 opciones de respuesta, y tiene una puntuación máxima de 10. A partir de un puntuación de 6 se considera que existe una dependencia fisiológica a la nicotina (Becoña y Lorenzo, 2004).

54 FACTORES PRONÓSTICOS PRONÓSTICO POSITIVO PRONÓSTICO NEGATIVO
Consumo actual Escaso Elevado Consumo de otras sustancias No Entorno de consumo Pocos fumadores Muchos fumadores Dependencia física Baja Alta Problemas de salud Muchos y graves Pocos/ninguno Evolución e historia del hábito Pocos años fumando Muchos años fumando Intentos de dejar de fumar Muchos intentos y/o valorados positivamente Pocos intentos y/o valorados negativamente Motivación actual Motivos personales Motivos externos Expectativas/Autoeficacia Altas expectativas de éxito Sentirse capaz de dejar de fumar Bajas expectativas No sentirse capaz Estadío de cambio Contemplación Preparación Acción Precontemplación 2.10. PRONÓSTICO DEL ÉXITO DEL TRATAMIENTO La evaluación del fumador nos ofrece la oportunidad de realizar un pronóstico de las posibilidades reales que tiene el fumador para dejar de fumar. Para obtener un pronóstico terapéutico aproximado hemos de valorar un conjunto de factores predictores que se han relacionado de manera consistente con las posibilidades de éxito en un intento de dejar de fumar. Estos son (Mateos, 2003): Consumo actual de tabaco y otras sustancias: número de cigarrillos y circunstancias que influyen en el consumo; nivel de dependencia de la nicotina; consumo de alcohol, café u otras sustancias que se asocian al tabaco. Entorno del fumador: número de fumadores en el entorno social (pareja, familiares, amigos) y/o laboral (compañeros, clientes). Conocimientos y creencias acerca de los efectos del tabaco sobre la salud: percepción del fumador de que es “vulnerable” a las consecuencias nocivas del tabaco, de tener riesgo elevado de desarrollar enfermedades relacionadas con el tabaco; padecer síntomas, molestias o enfermedades relacionadas. Historia y evolución del consumo: tiempo que lleva fumando, intentos previos para dejar de fumar y la valoración personal de los mismos. Motivación actual para dejar de fumar: razones para dejar de fumar, ¿es un buen momento éste para dejar de fumar?, y beneficios esperados por el abandono. Confianza del fumador en su capacidad para dejar de fumar: expectativas de autoeficacia, expectativas de éxito y dificultades esperadas en el intento. Estadio de cambio.

55 INTERVENCIONES (AJUSTADAS AL ESTADIO DE CAMBIO)
7.1. El proceso de dejar de fumar: un modelo integrado de tratamiento Para ayudar a los fumadores de manera eficaz para que dejen de fumar es imprescindible contar con un modelo teórico conforme al cual guiar el tratamiento. Un marco de referencia que nos permita estar seguros de que estamos interviniendo de la mejor manera posible con cada fumador. El modelo de los estadios de cambio (Prochaska y DiClemente, 1983) resulta muy útil en este cometido, pues nos permite comprender cómo se produce el cambio en los fumadores. Desde esta perspectiva, la intervención antitabáquica ha de adaptarse al proceso de abandono, y más concretamente, a la etapa de cambio en la que el fumador objeto de la intervención se sitúa en un momento dado (Mateos, 2003).

56 PROCESO DE DECISIÓN: INTERVENCIÓN EN FUNCIÓN DEL ESTADIO DE CAMBIO
¿FUMA? ¿Quiere dejar de fumar? - No quiere 7.3. Estadio precontemplativo: evaluación La mayoría de los fumadores que nos encontramos en la práctica clínica se encuentra en una fase precontemplativa. En torno al 60% en la población española son fumadores consonantes que no tienen ninguna intención de dejar de fumar, y que como es lógico no desean hacerlo a corto plazo. Durante esta etapa, el fumador no se plantea modificar su conducta, ya que no es consciente (o lo es en un grado mínimo) de que fumar represente un problema. Las gratificaciones que obtienen por fumar son superiores a las consecuencias aversivas. Los precontempladores son fumadores que tienen poca información acerca de su adicción, o que se resisten activamente a ser informados. Generalmente, se trata de personas jóvenes y sanas que todavía no sufren molestias o síntomas importantes relacionados con su conducta de fumar. Por todo ello, no tienen la intención de dejar de fumar en un corto plazo de tiempo (al menos en los próximos 6 meses). Dos cuestiones claves permiten una detección rápida del fumador precontemplativo: En primer lugar, como es lógico, es preciso identificar a los candidatos a intervención; debemos preguntar de manera sistemática a todos nuestros pacientes acerca de su relación con el tabaco. Según el objetivo terapéutico que nos propongamos, se debería cuestionar siempre sobre si ha fumado en alguna ocasión en el pasado, y posteriormente, si lo hace en la actualidad. Este orden permite reducir algunas reticencias que los fumadores muestran al ser valorados con respecto al tabaquismo (esto es especialmente relevante en determinados colectivos, como es el caso de las fumadoras embarazadas). En caso de respuesta afirmativa, se debe preguntar sobre la “necesidad percibida” o el deseo de dejar de fumar. Si el fumador no considera la posibilidad de abandonar el tabaco, o incluso, como ocurre n algunos casos, el fumador consonante se resiste activamente a cualquier intento de influirle para que cambie su hábito, estamos ante un caso de precontemplación. PRECONTEMPLACIÓN

57 PRECONTEMPLACIÓN INTERVENCIÓN BASICA Objetivos:
No planteamiento de la posibilidad de cambio. La conducta no es un problema. INTERVENCIÓN BASICA 7.4. Estadio precontemplativo: evaluación y objetivos terapéuticos Durante esta etapa, el fumador no se plantea modificar su conducta, ya que no es consciente (o lo es en un grado mínimo) de que fumar represente un problema. Las gratificaciones que obtienen por fumar son superiores a las consecuencias aversivas. Los precontempladores son fumadores que tienen poca información acerca de su adicción, o que se resisten activamente a ser informados. Generalmente, se trata de personas jóvenes y sanas que todavía no sufren molestias o síntomas importantes relacionados con su conducta de fumar. Por todo ello, no tienen la intención de dejar de fumar en un corto plazo de tiempo (al menos en los próximos 6 meses). Un fumador precontemplador necesita información y feedback específico sobre su conducta, a fin de que pueda aumentar su conciencia del problema y de sus posibilidades para cambiar. El objetivo fundamental de la intervención en el fumador consonante se concretaría en la toma de conciencia de su hábito y los problemas que éste le puede acarrear. Para ello, los mensajes que le transmitamos han de dirigirse específicamente a: Sensibilizarlo sobre los beneficios que a corto y a largo plazo procura el abandono total del tabaco. Informarle sobre las consecuencias y efectos nocivos del tabaco sobre su salud. Objetivos: Provocar un cambio de actitud sobre el tabaco y su consumo. Facilitar el avance hacia el estadio de contemplación.

58 Proporcionar información sobre el tabaco y sus riesgos
INTERVENCIÓN BÁSICA Proporcionar información sobre el tabaco y sus riesgos Personalizar los riesgos del tabaco Aconsejar dejar de fumar Hacer un seguimiento 7.5. Estadio de precontemplación: estrategias de intervención, la Intervención Basica Cualquier intervención que desarrollemos con fumadores precontempladores debe incluir información específica sobre el tabaco, así como acerca de cómo éste puede afectarle personalmente. Hemos de poner en su conocimiento las enfermedades que se derivan del tabaquismo y dar a conocer los beneficios concretos que aparecen al dejar de fumar. Este segundo aspecto suele ser obviado con frecuencia, pero es tan importante como el primero. Debemos resaltar los beneficios que el fumador obtendrá si deja de fumar, centrando su atención en el aumento en la calidad de vida que implica no depender del tabaco. Estos mensajes motivadores deberían complementarse con otras medidas de apoyo y seguimiento en el futuro, ya que por definición estos fumadores no se sentirán preparados para dejar de fumar en este momento. Estas medidas de apoyo y seguimiento se concretan en: Ofrecer apoyo en visitas posteriores. Negociar la posibilidad de plantear de nuevo el problema del tabaco más adelante. Ofrecerse para que vuelva si decidiera intentar dejar de fumar en el futuro. Proporcionarle algún material escrito (p. ej. folleto informativo), que le sirva como recordatorio de la información sobre el tabaco y sus consecuencias. Estas intervenciones motivadoras pueden realizarlas de manera privilegiada los médicos de atención primaria en su práctica diaria. El abordaje terapéutico denominado intervención basica, cuyo pilar fundamental es el consejo profesional sistemático, es la medida que mejor relación coste-beneficio ha demostrado en el tratamiento de fumadores. Hay que tener en cuenta que hasta un 70% de los fumadores acuden al menos una vez al año a su médico, lo que constituye una oportunidad única para intervenir, aunque sea de esta manera tan elemental, en una gran número de fumadores. El consejo es una intervención breve —no necesita más de 3 minutos, muy sencilla— los cuatro pasos esenciales son: Preguntar a todos los pacientes si fuman, independientemente del motivo de la consulta. Aconsejar a todos los fumadores que dejen de fumar. Ofrecer apoyo y seguimiento si se deciden a dejarlo. Preguntar acerca del hábito tabáquico en cada nueva visita. Tiene una eficacia que debe ser tenida en cuenta. Entre un 3% y un 10% de los fumadores que reciben una advertencia de este tipo consigue dejar de fumar y mantenerse abstinentes al año de seguimiento. El mensaje que se ofrece al fumador en el consejo ha de reunir una serie de requisitos para ser eficaz. Estas condiciones se refieren a que las advertencias del profesional deben ser: Serias, pero amables; una reprimenda o una atención poco considerada ayudará bastante poco a que el fumador capte el mensaje. Sencillas; hay que utilizar un lenguaje claro y de fácil comprensión, evitando palabras técnicas. Breve; no se debe dar un discurso al fumador, pues es muy probable que perdamos su atención; cuanto más breve y claro, más efectivo. Personalizado; si bien se suele incidir en los mensajes que muestran los riesgos reales de fumar, éstos deben estar personalizados. Han de referirse a las experiencia concreta del fumador al que le damos el consejo. De esta forma, conseguiremos también que la persona sienta que existe un preocupación real por ayudarle.

59 PROCESO DE DECISIÓN: INTERVENCIÓN EN FUNCIÓN DEL ESTADIO DE CAMBIO
¿FUMA? ¿Quiere dejar de fumar? Le gustaría pero no quiere intentarlo ahora 7.6. Estadio contemplativo: evaluación Una vez que el fumador toma conciencia de su problema entra en un período caracterizado por la ambivalencia: el estadio de contemplación. El fumador disonante desea y a la vez rechaza el cambio de su hábito. Cuando se le permite hablar sobre el problema sin interferencias, el fumador contemplador probablemente discurrirá entre las razones por las que debe preocuparse de su problema y las razones que cree tener para no preocuparse. No obstante, busca activamente información y se plantea seriamente la posibilidad de dejar de fumar, pero duda sobre si debe intentarlo o no, y no está seguro de sus posibilidades reales de éxito. El estado de indecisión característico de esta etapa dificulta el establecimiento de un compromiso firme de abandono, lo que se manifiesta claramente en su negativa a poner una fecha concreta para dejar de fumar. Por tanto, la cuestión clave para detectar al fumador contemplador hace referencia al momento en el que le gustaría dejar de fumar. Si el fumador manifiesta sus deseos de abandonar el tabaco pero aplaza la fecha de manera indefinida nos encontramos ante un precontemplador. CONTEMPLACIÓN

60 ENTREVISTA MOTIVACIONAL
CONTEMPLACIÓN La conducta comienza a entenderse como un problema. Duda No pasar a la acción: “contemplación crónica”. Búsqueda activa de información sobre los riesgos y consecuencias de la conducta. Intención de cambio en los siguientes 6 meses 7.7. Estadio precontemplativo: evaluación y objetivos terapéuticos La tarea del clínico en este punto consiste en ayudar al fumador disonante a que tome la decisión de dejar de fumar por sí mismo. Éste ha de ser consciente, comprender y aceptar sus sentimientos ambivalentes, de manera que la balanza decisional se decante definitivamente a favor del cambio. Una intervención en este sentido favorece la elaboración de un compromiso personal de abandono del tabaco, lo que se suele concretar en el establecimiento de una serie de objetivos mínimos a corto plazo. Esto es más fácil de conseguir si: Estimulamos al fumador para que hable de sus sentimientos ambivalentes. Reforzamos sus conocimientos acerca de los beneficios que dejar de fumar tiene para ellos y para los suyos. Enseñamos a ser más consciente y a comprender su conducta tabáquica (v. gr. su patrón de consumo diario, cuándo suele fumar, disparadores del hábito, etc.) Fomentamos que busque apoyo en otros, especialmente en su pareja, en sus amigos íntimos, en sus familiares, o en los compañeros de trabajo. Incitamos a que decida por ellos mismos -deben ser ellos los que dejen de fumar. ENTREVISTA MOTIVACIONAL Objetivos: Promover la intención de dejar de fumar: hacer un intento. Facilitar el avance hacia el estadio de preparación para la acción.

61 ENTREVISTA MOTIVACIONAL
Proporcionar información sobre el tabaco y sus riesgos Personalizar los riesgos del tabaco Explorar obstáculos y dificultades Aconsejar dejar de fumar Hacer un seguimiento 7.5. Estadio de contemplación: estrategias de intervención, la Entrevista Motivacional En este contexto resulta particularmente útil la entrevista motivacional (Miller y Rollnick, 1999). La cualidad principal de esta estrategia persuasiva es que se deja la responsabilidad del cambio en manos del fumador. El objetivo global consiste en aumentar la motivación intrínseca del fumador, de manera que el cambio surja desde dentro más que se imponga desde fuera. Cuando este estrategia se aplica de manera adecuada, es el propio fumador el que presenta sus razones para cambiar su conducta, y con la colaboración del clínico, permite establecer un compromiso personal de cambio y buscar el procedimiento más adecuado para dejar de fumar. Para algunos fumadores esto es todo lo que necesitan para emprender por sí mismos el intento que les llevará a dejar de fumar para siempre. Disponemos de cuatro estrategias básicas para trabajar con el fumador disonante desde una perspectiva motivacional (Mateos, 2003; Ockene y Kristeller, 1997): Personalizar los riesgos de fumar y los beneficios de abandonar el consumo de tabaco. En este punto se puede realizar una exploración física que ponga de manifiesto los perjuicios que para la salud del fumador tiene su conducta. Para reforzar el mensaje verbal se puede utilizar un folleto u otro tipo de material escrito que relacione el consumo de tabaco con la enfermedad. En algunos casos, se puede utilizar un feedback fisiológico —p. ej., medición del CO en aire espirado— para mostrar los efectos nocivos inmediatos de fumar. Finalmente, podemos ayudar al fumador a explorar otras razones para dejar de fumar que tal vez sean más importantes personalmente (p.ej., un fumador quizás esté más interesado por los efectos que tiene el fumar sobre sus hijos). Revisar los intentos de cambio anteriores y las pautas actuales de fumar. Debemos aclarar al fumador que para la consecución del éxito final es probable que sean necesarios varios intentos. Como ya sabemos, en el proceso de abandono del tabaco la recaída se considera como un acontecimiento normal o un estado más del cambio. Hacer referencia a lo intentos anteriores, o incluso a breves cambios exitosos de otros comportamientos parecidos (p. ej., dietas, ejercicio físico, etc.), facilitan que el fumador sienta más confianza en sus posibilidades. Así, los breves períodos de tiempo sin fumar, aunque fueran mínimos, han de reevaluarse como los primeros pasos hacia el éxito más que como “fracasos” sin utilidad práctica. Encontrar los puntos fuertes y débiles del fumador que puedan ayudar o interferir al cambio. Establecer los factores personales que dificultan el cese satisfactorio del consumo se convierte en una estrategia terapéutica ineludible. Un fumador no se comprometerá a realizar un intento de dejar de fumar si no considera que tiene ciertas posibilidades de conseguirlo. Por ello, hemos detectar las dificultades concretas que espera tener, e encontrar los recursos necesarios que le permitan salvarlas con éxito. Entre otras dificultades, los fumadores, y en especial las fumadoras, tienen miedo a engordar cuando dejen de fumar. Muchos anticipan que tendrán muchos problemas para controlar su peso. El incremento de peso —como promedio no suele exceder de 3 kg.— es aceptado por algunos fumadores pero no por otros, y constituye una razón fundamental que les impide tomar la decisión de dejar de fumar. A aquellos que tienen propensión a engordar o que fuman para no hacerlo, se les debe sugerir, en principio, que dejar de fumar siempre es mejor que ganar algunos kilos, y que una vez que se decida a intentarlo siempre se pueden tomar medidas para que su peso esté bajo control (medidas dietéticas, ejercicio, apoyo farmacológico). Otro temor compartido por los fumadores se refiere a las dificultades que esperan tener en el manejo de los estados de ánimo, del estrés y de la ansiedad. Muchos creen que no podrán superar los momentos en que estén nerviosos, estresados o tristes sin recurrir al tabaco. Otro obstáculo muy relacionado con el anterior, es el temor a los síntomas de abstinencia que podrían sufrir. En ambos casos, hay que comunicar al fumador que sentirse mal o tener ganas de fumar los primeros días es relativamente normal, dado que ha estado fumando durante muchos años. Estas molestias suelen ser transitorias y suelen desaparecer en las primeras semanas de abstinencia. En cualquier caso, unas sencillas estrategias de relajación o de autocontrol podrían ser suficientes para superar estas dificultades. Y si no fuese así, podríamos recurrir a algún recurso farmacológico (p. ej., terapia sustitutiva de la nicotina, bupropión) para controlar estos síntomas. Estas y otras dificultades anticipadas por el fumador (v. gr., beneficios ínfimos por cambiar, carecer de apoyo social para el abandono, etc) alimentan frecuentemente un temor, no siempre justificado, a fracasar, a no ser capaz por sí mismo de dejar el hábito. Comentar, analizar y sugerir algunas soluciones a estas dificultades puede ser muy eficaz para que el fumador se comprometa a intentar dejar de fumar. Establecer objetivos específicos y realistas. Una vez cubiertos los puntos anteriores, el clínico debe ayudar al fumador a que planifique una estrategia personal para abandonar el tabaco. Cuatro son las alternativas que podemos ofrecerle con este objetivo: 1) que no realice un cambio inmediato en el hábito, 2) que cambie a una marca de cigarrillos con menor contenido en nicotina, 3) que reduzca la cantidad de cigarrillos que fuma, o 3) que deje de fumar definitivamente. Las cuatro posibilidades deben ser contempladas, y no es aconsejable presionar al fumador para que se plantee objetivos para los que no está preparado. Habrá fumadores que necesiten un tiempo para pensar sobre la información que se le ha proporcionado antes de hacer cualquier cambio. Mientras que otros preferirán comenzar a hacer pequeños cambios en su conducta, como es cambiar de marca (cigarrillos Light) o reducir el número de cigarrillos, siguiendo un proceso de abandono gradual. Varios intentos y reintentos les pueden ayudar a sentirse más capaces de realizar el cambio. Lo deseable es, como es lógico, que arriesguen a poner una fecha para dejar de fumar de manera radical. Sin embargo, la reducción gradual en el consumo no es una estrategia infructuosa, ya que puede ser muy adecuada para aquellos que menos confianza tienen en sí mismos. Comenzar con una reducción puede llevar en pocas semanas a que resuelvan dejarlo definitivamente.

62 ENTREVISTA MOTIVACIONAL
“El elemento central de la entrevista motivacional es que esta centrada en el discurso del paciente, no en el del terapeuta” 8.15. ENTREVISTA MOTIVACIONAL: PRINCIPIOS, ESTRATEGIAS Y RECURSOS El concepto original de la entrevista motivacional surgió de discusiones de un grupo de psicólogos en formación, ante la demanda de hacer una concreción de cómo se debería responder a una serie de situaciones problemáticas con las que estos profesionales se encontraban al tratar personas con problemas de alcohol. Como resultado se dispuso un primer bloque de principios y estrategias de entrevista motivacional [Miller, W.R. (1983). Motivational interviewing with problem drinkers. Behavioural Psychotehrapy, 1, ]. En años posteriores se ha realizado un considerable progreso hacia la especificación y clarificación de los procesos que la definen, así como a la aplicación a diferentes situaciones clínicas. Por tanto, desde los comienzos, la entrevista motivacional ha sido algo eminentemente práctico. A diferencia con otros enfoques, el elemento central de la entrevista motivacional es que esta centrada en el discurso del paciente, no en el del terapeuta

63 PRINCIPIOS GENERALES Expresar empatía Crear discrepancia
“Crea el espacio para que el paciente analice su conducta” Crear discrepancia “Introduce contradicciones surgidas del discurso del paciente” Evitar discusión “La verdad es del paciente, el saber del terapeuta” Dar un giro a las resistencias “Las pone de manifiesto como obstáculos al cambio” Fomentar autoeficacia “El paciente es el responsable de lograr el cambio” 8.17. ENTREVISTA MOTIVACIONAL: PRINCIPIOS GENERALES Es preciso concretar en qué consiste realmente la entrevista motivacional, para ello indicaremos los cinco grandes principios clínicos que subyacen a esta estrategia terapéutica y el objetivo que persiguen: Expresar empatía: “Crea el espacio para que el paciente analice su conducta”. El estilo terapéutico empático es una de las características definitorias de la entrevista motivacional. Intentar ponerse en el lugar del paciente y realizar una escucha reflexiva (lo que C. Rogers denomina “aceptación incondicional”) son dos elementos favorecedores de la creación de un ambiente de relación terapeuta-paciente que permita el cambio. Crear discrepancia: “Introduce contradicciones surgidas del discurso del paciente”. El segundo principio general de la entrevista motivacional es crear y potenciar una discrepancia entre la conducta actual (fumar) y unos objetivos deseables más amplios. Esto es, crear una discrepancia entre donde uno está y donde uno querría estar. Cuando una conducta está en conflicto con objetivos personales importantes (p. ej., la salud), el cambio ocurrirá con una cierta probabilidad. Evitar discusión:“La verdad es del paciente, el saber del terapeuta”. Un tercer principio importante es que el terapeuta evite discutir y confrontar directamente. La situación menos deseable para el cambio, desde la perspectiva motivacional, es la del terapeuta que discute con el paciente a fin de convencerle de que tiene un problema y de que necesita cambiar mientras el paciente defiende un punto de vista opuesto Dar un giro a las resistencias:“Las pone de manifiesto como obstáculos al cambio”. Mediante este principio se pone de manifiesto lo importante que es no oponerse directamente a los “ataques” (justificación, oposición, negación, ambivalencia...) del paciente a la posibilidad de cambiar, sino aprovecharse de ellos para hacer evidentes los obstáculos que existen para realizar un cambio real. Fomentar autoeficacia: “El paciente es el responsable de lograr el cambio”. El quinto principio, fomentar la creencia de la propia habilidad para llevar a cabo un cambio, es un elemento clave para conseguir una motivación adecuada.

64 PROCESO DE DECISIÓN: INTERVENCIÓN EN FUNCIÓN DEL ESTADIO DE CAMBIO
¿FUMA? ¿Quiere dejar de fumar? Si, quiere intentarlo ahora (en un plazo de un mes) 7.9. Estadio de preparación: evaluación Se trata de un estadio que combina criterios intencionales y conductuales. En esta etapa, el fumador toma la decisión de dejar de fumar, es decir, pasa de la intención a la acción. Existe un compromiso real de abandono, lo que le lleva a realizar un intento, o al menos, a ejecutar pequeños cambios en su conducta que le ayudarán en un intento posterior. Para considerar que el fumador se encuentra en este estadio tiene que haber estado al menos 24 horas sin fumar en el último año. La cuestión clave hace referencia a la intención de hacer un intento de abandono en un corto plazo de tiempo, no superior a un mes. PREPARACIÓN PARA LA ACCIÓN

65 PREPARACIÓN PARA LA ACCIÓN
Se ha tomado la decisión de cambio. Intención de modificar la conducta en un periodo de 1 mes. Intentos de abandono: 24 horas sin consumir. Reducción del consumo. 7.10. Estadio de preparación: evaluación, objetivos terapéuticos e intervención individual o grupal En el fumador que se encuentra preparado para dejar de fumar desaparece definitivamente la ambivalencia que caracterizaba la etapa anterior. Una ambivalencia que entorpecía que la balanza se decantara claramente a favor del cambio en sus hábitos. En este momento, las razones favorables al abandono del tabaco superan a las desfavorables. En consecuencia, es posible que el fumador tome la decisión y establezca un compromiso real que le lleve a realizar un intento serio. Llegados a este punto, el fumador se implica en acciones que él considera que le pueden ser útiles para dejar de fumar definitivamente. La mayoría lo hacen por sí mismos, sin ayuda terapéutica de ningún tipo, consiguiéndolo durante más o menos tiempo. Sin embargo, una minoría no obtiene los resultados deseados tras varias tentativas: dejar de fumar y mantenerse sin hacerlo a largo plazo. Estos fumadores suelen buscar algún recurso alternativo que les permita superar las dificultades que no han podido salvar en sus ensayos anteriores. Ellos son los candidatos perfectos para un tratamiento clínico especializado. Como es obvio, la tarea terapéutica fundamental cuando un fumador está intentando dejarlo es la de ayudarle a encontrar cuál es la mejor manera de dejar de fumar. Esto supone ofrecerle aquellos recursos terapéuticos más adecuados, accesibles, apropiados y efectivos para su caso concreto. La elección del tratamiento adecuado dependerá de la evaluación específica de los distintos aspectos (psicológicos, fisiológicos y sociales) que contribuyen al mantenimiento su hábito tabáquico. Disponemos de numerosas opciones terapéuticas que han demostrado una eficacia aceptable en el tratamiento especializado de fumadores. La mayoría de ellas se caracterizan por combinar diversos técnicas de intervención, por lo que reciben el nombre de programas multicomponentes. La inclusión de varios procedimientos en los programas multicomponentes se justifica por la suposición de que con múltiples estrategias —cada una de las cuales incide en los distintos determinantes de la dependencia al tabaco— se abordaría de forma más adecuada la complejidad del comportamiento. Por otra parte, se supone que el abordaje multicomponente permite una mayor flexibilidad en los programas de tratamiento, pues se adaptarían a las diferencias individuales con respecto a los determinantes personales de la conducta de fumar. Sin embargo, estas presunciones no son apoyadas por la investigación científica en todos los casos. Diversos estudios han mostrado que una mayor complejidad del tratamiento no siempre es mejor; de hecho, que los programas incluyan muchas técnicas distintas puede influir negativamente en su eficacia. Más técnicas significa mayor dificultad en su aplicación para los clínicos, así como, mayor confusión para los fumadores que lo reciben. Asimismo, la elección de las técnicas que componen tales programas no siempre se han apoyado en bases teóricas o criterios científicos que sustenten su utilización. En cualquier caso, las revisiones científicas más importantes en el ámbito del tratamiento especializado del tabaquismo concluyen que los métodos más apropiados para dejar de fumar son los programas psicológicos multicomponentes, siempre y cuando sean adaptados a las características específicas del fumador —en términos de complejidad del programa y de elección de sus componentes en base a criterios objetivos (véase Componentes que debe incluir un programa multicomponente efectivo). Estos programas incorporan varias técnicas de intervención psicológica (procedimientos aversivos, autoobservación, control de estímulos, reducción gradual de la ingestión de nicotina y alquitrán, contratos terapéuticos, etc.) que se aplican de manera secuencial siguiendo las tres fases por las que pasa un fumador para abandonar su hábito: preparación para dejar de fumar, abandono del tabaco y mantenimiento de la abstinencia. Los programas psicológicos multicomponentes han demostrado ser los métodos más eficaces a largo plazo, con tasas de abstinencia de entre el 30% y el 50% al año de finalizado el tratamiento. Por lo que son considerados el tratamiento de elección para dejar de fumar. En ocasiones, su eficacia puede ser potenciada si se le añaden procedimientos farmacológicos, como pueden ser la terapia sustitutiva de la nicotina o el bupropión (Mateos, 2003). INTERVENCIÓN INDIVIDUAL O GRUPAL Objetivo: Proporcionar medios o instrumentos adaptados a las necesidades del fumador para que abandone el consumo de tabaco

66 PROCESO DE DECISIÓN: INTERVENCIÓN EN FUNCIÓN DEL ESTADIO DE CAMBIO
¿FUMA? No acción ¿Ha fumado alguna vez? ¿Cuándo fue la última vez que fumó un cigarrillo? 7.11. Estadio de acción: evaluación En el estadio de acción, el fumador cambia su conducta, deja de fumar y se mantiene sin consumir como mínimo 24 horas. Al mismo tiempo, suele modificar algunas de las circunstancias ambientales y personales que favorecían que siguiese fumando. Ello requiere un fuerte compromiso personal, así como una considerable cantidad de tiempo y energía, que no todos los fumadores pueden mantener durante el tiempo necesario para estabilizar la abstinencia. Este es el período en el que más riesgo de recaída existe, en especial durante los primeros 3 meses. Tanto es así, que la recaída es considerada como una regla más que como una excepción. Por lo general, el estadio de acción acostumbra a ser un período que se caracteriza por etapas alternantes de consumo y abstinencia. El criterio que nos permite detectar a un fumador en el estadio de acción es que lleve un corto período de tiempo abstinente. Al menos debe llevar 24 horas sin fumar. Lo ha dejado recientemente (entre 24 horas y 6 meses)

67 PREVENCIÓN DE RECAÍDAS
ACCIÓN Abandono del consumo de cigarrillos. Entre 24 horas y 6 meses. Período de mayor riesgo de recaída. PREVENCIÓN DE RECAÍDAS 7.12. Estadio de acción: evaluación, objetivos terapéuticos e intervención para prevenir la recaída Una importante dificultad que se le va a presentar al fumador una vez que consigue la abstinencia es el mantenerse sin fumar. Los datos no deja lugar a dudas, aproximadamente el 70% de las personas que dejan de fumar recaen en ese mismo año, y más del 65% de los que consiguen abandonar el tabaco por sí mismos vuelven a fumar en la primera semana de abstinencia. Los patrones de cambio tardan un tiempo más o menos largo en consolidarse, por lo que una vez que el fumador ha dejado de fumar adquiere especial relevancia prevenir la aparición de una recaída. Ante la persona que lleva poco tiempo sin fumar, antes de cualquier otra consideración, es fundamental que informemos a la persona que ha dejado de fumar de la posibilidad de que se produzca una recaída si baja la guardia. Los tropezones o las recaídas son normales, hechos esperables cuando una persona intenta cambiar cualquier patrón de conducta de larga duración. Aún más importante es que le transmitamos que va a contar con nuestro apoyo ante cualquier dificultad que se le presente, y que existen formas efectivas de ayudarle a prevenir una recaída. El reto que se nos plantea es que el ex-fumador mantenga el cambio que con mucho esfuerzo ha conseguido en la etapa anterior. Para ello, habrá que prepararlo para evitar que tenga una recaída. En este sentido ayudarle a detectar las situaciones de riesgo que pueden inducir una recaída y a desarrollar de antemano las estrategias que le permitan afrontarlas sin fumar son las dos tácticas fundamentales (Mateos, 2003; Ockene y Kristeller, 1997): Identificación de las situaciones de alto riesgo de recaída. Una situación de alto riesgo es aquella en la que el ex-fumador sabe que tiene muchas posibilidades de cometer un desliz. Es importante que éste anticipe las situaciones de riesgo, ya que es muy difícil ponerles remedio una vez que se ha producido el tropiezo. Las situaciones asociadas con el hábito de fumar durante años pueden desencadenar la urgencia de fumar y el impulso irresistible de encender un cigarrillo (p. ej., estar tomando copas con amigos, una situación estresante inesperada, etc.), incluso aunque se haya producido el abandono total del consumo. El conocimiento por parte del ex-fumador de estas circunstancias le permite predecir qué situaciones pueden causarle problemas, luego anticiparlas y poner en marcha los medios para afrontarlas. En algunos casos, evitarlas será la estrategia más aconsejable, al menos en las primeras semanas de abstinencia. Ensayo de técnicas de afrontamiento. Una vez que el ex-fumador ha identificado una situación de riesgo habrá que prepararlo para afrontarla cuando ésta se presente realmente. Así, podemos ayudarle a que se imagine de una manera vívida y detallada la situación concreta, y después preguntarle qué podría hacer para afrontar las dificultades que le surgen en esa escena. Algunas estrategias útiles serían abandonar la situación, masticar chicle como sustituto, distraerse en alguna actividad incompatible o hacer una llamada telefónica. El objetivo es desarrollar y ensayar mentalmente distintas tácticas para prevenir el desliz que podría conducir a una recaída, para que cuando las situación de alto riesgo se presente le resulte más fácil afrontarla de manera exitosa. Objetivo: proporcionándole un conjunto de estrategias específicas para afrontar las situaciones que ponen en peligro su abstinencia

68 PROCESO DE DECISIÓN: INTERVENCIÓN EN FUNCIÓN DEL ESTADIO DE CAMBIO
¿FUMA? No ¿Ha fumado alguna vez? ¿Cuándo fue la última vez que fumó un cigarrillo? 4.13. Estadio de mantenimiento: evaluación Cuando el ex-fumador lleva 6 meses sin fumar entra en el estadio de mantenimiento. En este período, el individuo intenta conservar y consolidar los logros alcanzados en el estadio de acción y prevenir una posible recaída. De entrada, la recaída en esta etapa suele ser menos frecuente que en la anterior, ya que el ex-fumador ha tenido la posibilidad de adquirir experiencia y aprender las estrategias necesarias para manejarse con las tentaciones. Si bien hay que reconocer que este riesgo nunca desaparece totalmente, aunque se reduce en gran medida con el paso de los años. Hace entre 6 meses y 5 años MANTENIMIENTO

69 SEGUIMIENTO DE EX-FUMADORES
MANTENIMIENTO Entre 6 meses y 5 años sin fumar. Consolidación de la abstinencia. SEGUIMIENTO DE EX-FUMADORES 7.14. Estadio de mantenimiento: objetivos Las estrategias de prevención de recaídas deberían ser empleadas de manera rutinaria en el seguimiento de cualquier ex-fumador a largo plazo —haya dejado de fumar por sí mismo o con ayuda de una intervención clínica— debido a la frecuencia con que la recaída se produce. El procedimiento tiene como objetivo reducir la probabilidad de que el ex-fumador vuelva a caer en el hábito, motivando para que permanezca abstinente y proporcionándole un conjunto de recursos personales e institucionales que faciliten tal propósito. Objetivo: motivar para que permanezca abstinente

70 SEGUIMIENTO DE EX-FUMADORES
Felicitar y manifestar interés por los logros Preguntar por mejorías producidas Rastrear dificultades surgidas y anticipar nuevas Programar seguimientos 7.14. Estadio de mantenimiento: Seguimiento de ex-fumadores Algunas de las estrategias que permiten reforzar la abstinencia a largo plazo son: Seguir manteniendo un interés por los logros conseguidos después de meses o años de abstinencia, felicitando, siempre que sea posible por la consecución de la abstinencia a largo plazo. Cuestionar acerca de los beneficios personales que ha percibido como resultado de su abandono del tabaco, destacando aquellos que impliquen una reducción del riesgo de enfermedad. No olvidar algunas de las dificultades surgidas en el proceso de abandono y detectando las nuevas dificultades que pueden aparecer en el futuro con el fin de establecer una estrategia de afrontamiento activo de las mismas. Programar nuevas consultas de seguimiento a largo plazo con el único objeto de valorar la evolución del proceso de abandono.

71 RECAÍDA Vuelta a realizar la conducta que se había intentado cambiar o que ya se había cambiado. Más frecuente en los primeros seis meses. La persona suele volver al estadio de precontemplativo, o al contemplativo. 7.16. Estadio de recaída El Modelo de estadios de cambio revela que dejar de fumar es un proceso dinámico, donde el fumador deja el tabaco, recae y vuelve a dejar de fumar, a lo largo de varios estadios, hasta que finalmente, tras varios intentos, lo consigue definitivamente (Prochaska et al., 1994). Dejar de fumar y la posterior recaída son fases del proceso de abandono que van unidas en la mayoría de los casos. Los datos empíricos sobre la recaída son concluyentes: más del 65% de los fumadores que dejan de fumar por sí mismos recaen en la primera semana de abstinencia (Hughes y Hatsukami, 1992), porcentaje que se elevan al 85% cuando se consideran períodos mayores de tiempo (Cohen et al., 1989; Hughes et al., 1992). En los estudios sobre tratamientos para dejar de fumar ocurre algo similar, ya que la mayoría de los fumadores que consiguen dejar de fumar con una intervención recae en el primer año de abstinencia (Shiffman, 1993). El período de mayor riesgo de recaída se sitúa en las primeras semanas de abstinencia, y va descendiendo progresivamente a partir del tercer mes, amortiguándose claramente a partir del primer año (Becoña y Vázquez, 1998; Shiffman, 1993). Con respecto al hábito de fumar, se considera que el riesgo de recaída suele desaparecer totalmente después de cinco años de abstinencia total (Prochaska et al., 1994; USDHHS, 1989). Si se produce una recaída… el clínico ha de reinterpretarla en términos positivos, y no como un “fracaso” personal, ayudando al fumador a percibir el cambio que ha realizado temporalmente como algo beneficioso para él en el proceso total de abandono del tabaco. Hacerle notar que haber dejado de fumar, aunque sea durante poco tiempo, es un logro que le va a resultar fructífero a largo plazo. Inmediatamente, debemos estar prestos a planificar con el fumador una nueva tentativa de dejar de fumar. Recomendaremos nuevas estrategias para poder dejarlo, y aprovecharemos aquellas que ya le sirvieron en ocasiones anteriores. Si el fumador dejó de fumar con un programa especializado, es recomendable reiniciar el programa de deshabituación que ya había utilizado. En el caso de que el fumador no se encuentre con ánimos para emprender otro intento, podemos ofrecerle la posibilidad de tener nuevos contactos para retomar el tema, pero comprometiéndolo, si es posible, a que ponga un plazo concreto para volver a replantearse el abandono del tabaco (Mateos, 2003).

72 INTERVENCIONES BASADAS EN LOS ESTADIOS DE CAMBIO
TIPO DE INTERVENCION RECURSOS PRECONTEMPLATIVO CONTEMPLATIVO PREPARACION PARA LA ACCION ACCION MANTENIMIENTO RECAIDA GRUPOS ESPECIALES INTERVENCION BÁSICA ENTREVISTA MOTIVACIONAL INTERVENCION BASICA CONSEJO MATERIALES EDUCATIVOS INTERVENCION AVANZADA INDIVIDUAL ESPECIALIZADA GRUPAL INTERVENCION AVANZADA PSICOSOCIAL FARMACOLOGICA MATERIALES EDUCATIVOS INTERVENCION ESPECIALIZADA GRUPO MULTICOMPONENTE FARMACOLOGICA 7.18. Intervenciones basadas en los estadios de cambio: tipos y recursos En la presente diapositiva se establecen relaciones entre el tipo de intervención a desarrollar según el estadio de cambio y los recursos necesarios para su implementación. SEGUIMIENTO INTERVENCION BASICA PREVENCION DE RECAIDAS SEGUIMIENTO DERIVACION INTERVENCION ESPECIALIZADA DERIVACION INTERVENCION ESPECIALIZADA

73 Plan individualizado para dejar de fumar
1ª semana. Conoce tu propio hábito. 2ª semana. Reducción de cigarrillos. 3ª semana. Búsqueda de alternativas. 4ª semana. Conviértete en un “no fumador”. 5ª semana. Conviértete en un “exfumador”.

74 Conocer tu propio hábito. ¿Como?
Primera semana. Registrar el consumo diario. Anotar cada cigarrillo en el momento de encenderlo Registrar desde el principio hasta que se deja de fumar completamente. Una vez finalizada la semana calcular el nº de cigarrillos diarios que se ha fumado.

75 Conocer tu propio hábito. ¿Como?
L M X J V S D 9-11 I II 11-13 III 13-15 15-17 17-19 19-21 21-24 24-06 Total Autoregistro

76 Reducción de cigarrillos
Segunda semana. Objetivos: Conocer las razones por las quiere dejar de fumar. Reducir el nº de cigarrillos a lo largo del día: Alargar el tiempo de fumar. No fumar en ayunas. Después de las comidas esperar 10`. Cambiar de marca de cigarrillos . Fumar sólo en horas pares o impares. Fumar sólo la primera mitad del cigarrillo.

77 Reducción de cigarrillos
Tareas para la segunda semana. Anotar razones par dejar de fumar. Calcular el nº de cigarrillos que puedes fumar. Elegir la regla para reducción de cigarrillos. Continua anotando el registro diario Mete en la hucha el dinero que has ahorrado.

78 Búsqueda de alternativas
Tercera semana. Objetivos: - Reducir el consumo del tabaco. - Conocer la función del tabaco y sustituirlo por conductas alternativas

79 Reducir el consumo No fumar hasta 1 hora después de levantarse.
Hasta 30´ después de las comidas. No fumar viendo la televisión. No fumar mientras tomas café, cerveza o copa. No fumar en compañía de no fumadores.

80 Razones por las que fumas
Rutina. Cigarros que fumas de forma automática. Abstinencia. Tras un periodo en el que no has podido fumar. Como premio. Después de haber realizado un esfuerzo. Afrontar estrés. El tabaco produce efectos fisiológicos que son interpretados como relajantes. Por aburrimiento. Cuando no tienes nada que hacer. Por placer. Fumar para añadir placer al propio placer.

81 Sustituir el tabaco por conductas alternativas
Consumir caramelos, chicles sin azúcar. Tomar agua y zumos de frutas. Realizar ejercicios de relajación. Dormir. Tomar una ducha o baño relajante. Ver la TV. o escuchar música. Realizar ejercicio físico. Llamar por teléfono. Hacer crucigramas y pasatiempos.

82 Búsqueda de alternativa
Tareas para la tercera semana. Listado de tareas alternativas propio. Calcular el nº de cigarrillos que puede fumar. Cumplir las reglas para limitar el consumo. Registro del consumo diario. Mete en la hucha el dinero que estas ahorrando.

83 Conviértete en un “no fumador”
Cuarta semana. Objetivo: Dejar de FUMAR. Prepara el “Gran Día” Elimina cosas y situaciones que provoquen deseo de fumar. Esconde mecheros, ceniceros. Organiza actividades procurando estar ocupados. Anota la fecha que has elegido.

84 El “Día Elegido” No pienses que vas a dejar de fumar para siempre.
PIENSA “Hoy No Voy a Fumar”. Realiza un poco de ejercicio o da un paseo. Dúchate para relajarte. En el desayuno toma Zumo, frutas y alimentos ricos en vitamina C. Cuando te ofrezcan di simplemente “no, gracias no fumo”, no discutas con los fumadores que intentan desanimarte. Cuando tengas ganas de fumar: bebe agua o zumo

85 Primeros días sin fumar
Deseo intermitente y muy fuerte de fumar. Si te sientes nervioso: Toma un baño. Respira profundamente (ejercicio de respiración). No trates de razonar contra el deseo de fumar. Piensa en algo que te recuerde tu decisión. Pon en marcha alguna actividad alternativa.

86 Si el deseo persiste Toma lápiz y papel y escribe:
¿Porqué quiero ese cigarrillo? No cedas. Recuerda que el deseo de fumar pasa en 2 o 3 minutos. Si tienes dificultad en concentrarte, ten paciencia en estos primeros días. Si aparece una tos persistente, toma líquidos y te aliviará. Si te cuesta dormir por las noches, evita las bebidas excitantes, cenas copiosas, no duermas siesta. Prémiate por los logros: Repítete con frecuencia “Lo estoy consiguiendo” Haz una lista de cosas que te gustaría comprar.

87 Conviértete en un ex- fumador
FELICIDADES. Una semana sin fumar. Vivir sin tabaco todavía es desagradable. Puede que haya sentimiento de tristeza. Centrar atención en aspectos positivos (actividades con amigos…). Preocúpate sólo por no “fumar hoy”. Conoce la diferencia entre caída y recaída.

88 Caída = Recaída Caída: acontecimiento puntual. Fumar un cigarrillo en una ocasión tras un tiempo sin fumar. Recaída. Volver a consumir cigarrillos de forma habitual.

89 ¿Cómo prevenir las recaídas?
Situaciones más frecuentes para posibles recaídas: Situaciones estresantes de carácter negativo (muerte...) Acontecimientos sociales (bodas...) Situaciones de tensión (discusión...) Aburrimiento. Ver televisión, sobremesa. Ofrecimiento de tabaco.

90 ¿Cómo prevenir las recaídas?
Intenta imaginarte las situaciones. Piensa cual va a ser tu actuación. Que actividad podrías hacer para no fumar. Ayúdate con la lista de alternativas que has elaborado. Realiza el ejercicio para cada actuación a la que te vayas a enfrentar. De esta forma consigues, que si alguna de estas situaciones se produce, no te caja por sorpresa y sepas reaccionar.

91 Taller de cesación tabáquica para adolescentes en un centro de enseñanza secundaria

92 Conclusiones Necesarias las estrategias de prevención en edades comprendidas entre años. El personal docente y sanitario actúa como modelo, por tanto el mensaje no puede ser contradictorio. El tabaquismo es problema “social real” y necesita la implicación de todos.

93 ¿Porque fuman los jóvenes?
Factores que predisponen a los jóvenes a fumar: - Minimización del riesgo. Experimentan nuevas conductas, pero es poco común que tomen en cuentan las consecuencias a largo plazo. - Exposición a la publicidad. Es crítico para el proceso de condicionamiento de un adolescente. - Modelamiento de adultos. “La industria sabía que mientras los adultos jóvenes… fueran modelos a seguir por los niños, no importaba cuanto intentaras educar a los niños a no fumar, no lo tomarían en cuenta” - Susceptibilidad a empezar a fumar. Se considera susceptible para fumar si no está completamente seguro de que no fumaría un cigarrillo en una situación. - Presión grupal. La exposición a compañeros que fuman aumenta el riesgo de que el adolescente empiece a fumar. Minimización del riesgo: Los riesgos de consumir tabaco se perciben como remotos, se ven mitigados por los beneficios psicológicos inmediatos, subestiman el poder de la nicotina y las dificultades que se presentan en la cesación, con una tendencia a creer que para ellos es más fácil dejar de fumar que para los adultos. Exposición a la publicidad: el papel de la publicidad es crítico para el condicionamiento del adolescente, en las propagandas, los consumidores de tabaco se muestran glamorosos, populares, independientes, aventureros. Un estudio estadounidense encontró que 85% de los adolescentes que fuman escogían las tres marcas de tabaco con mayor publicidad. Modelamiento de los adultos: Los niños perciben el fumar como una conducta adulta, y frecuentemente pueden empezar a fumar en un intento de parecer mayores. Estudios dicen que los niños se ven influenciados por padres que fuman, formando actitudes más positivas hacia fumar que los niños de padres que no fuman. Susceptibilidad a empezar a fumar: existen muchas influencias ambientales que aumenta la probabilidad de que el adolescente sea más susceptible y experimente con los cigarrillos. Una vez que el adolescente ha experimentado aproximadamente la mitad sigue fumando. Presión grupal. La exposición a compañeros que fuman aumenta el riesgo de que el adolescente empiece a fumar, esta influencia es más notable durante la transición del fumar de manera experimental hasta la adicción.

94 “Besos sin humo”


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