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Teorías apocalípticas de la literatura hispanoamericana

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Presentación del tema: "Teorías apocalípticas de la literatura hispanoamericana"— Transcripción de la presentación:

1 Teorías apocalípticas de la literatura hispanoamericana
“Y finalmente, ¿existe una literatura latinoamericana?” de Jorge Fornet Teorías apocalípticas de la literatura hispanoamericana

2 Jorge Fornet (1963) Ensayista, escritor, profesor e investigador cubano. Desde 1994 dirige en La Habana el Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas. Se licenció en Letras por la Universidad de La Habana y realizó la maestría y el doctorado en Literatura Hispánica en El Colegio de México. 

3 Punto de partida “En las últimas décadas comenzó a percibirse en nuestro ámbito literario un proceso de balcanización contrastante con aquella voluntad integradora que en los años 60 se vivió con el boom, y mucho antes, incluso, con el modernismo y las vanguardias”. Dificultad de pensar en términos continentales

4 ¿Por dónde pasa el meridiano cultural de América?
Madrid (o Barcelona) Casi todas las grandes editoriales del español y los mecanismos consagratorios

5 “Cuando las editoriales más poderosas se afincan en nuestros países no necesariamente lo hacen para facilitarnos el acceso a escritores vecinos, con el afán de “transnacionalizarlos” a ellos tanto como a sus propias finanzas. En un curioso malabarismo, la política editorial de esas empresas se vuelve a veces precapitalista y la circulación de autores casi nunca traspasa las fronteras nacionales. Por paradójico que parezca, la globalización puede actuar a favor del provincianismo”.

6 La más reciente generación
Generación bautizada una y otra vez con nombres subsidiarios del boom cada vez más desafortunados: post-postboom, junior boom, boomerang. Su obra se mueve, por demás, en una nueva cartografía que incluye, como parte del universo latino, a los EE UU. Autores nacidos en torno a (o a partir de) 1959 (Revolución cubana) y que se dieron a conocer a finales de la década del 80. Se hizo visible gracias a algunos premios y varias antologías. Los autores están sujetos a los vaivenes y ritmos de un temprano proceso de canonización asociado más con los intereses de las editoriales, academias y espacios de circulación internacionales que con la calidad literaria propiamente dicha.

7 ¿Es pertinente hablar de literatura latinoamericana?
Literatura brasileña excluida, en la práctica, del corpus continental. Peligro de una tendencia homogeneizante que borraría las peculiaridades, achataría el panorama literario y sofocaría las literaturas “menores” dentro del propio continente.

8 Eliminación de la identidad de la narrativa hispánica
“A partir de la década de los 90 un grupo de escritores hispánicos comenzó a rebelarse, torpemente, contra su condición hispánica. Nacidos a partir de los 60, no experimentaron las convulsiones ideológicas de sus predecesores y tal vez por ello nunca se involucraron con los problemas esenciales de sus países. Su desarraigo fue tan notorio que, al leer sus obras hoy en día, resulta imposible reconocer sus nacionalidades; el hecho de ser colombianos, mexicanos o argentinos pasó a ser, gracias a ellos, un mero dato anecdótico, un simple apunte en su currículum, y no una referencia cultural inevitable como hasta entonces”.

9 A partir de los años 90, y coincidiendo con la dispersión mencionada, se produjo cierta “sincronía” entre autores de diversos puntos del área; muchos escritores empezaron a sentirse ―para echar mano a la célebre frase de Paz― contemporáneos de sus contemporáneos. Y una vez más, el retorno a la ebullición latinoamericanista está asociado tanto con la situación política en la región, como con la política de las grandes editoriales y sus estrategias de mercado. Proliferación de premios relevantes entregados a escritores latinoamericanos Aparición de antologías que sostienen un proyecto de carácter continental  trazan un mapa literario latinoamericano

10 Cuentos con Walkman y McOndo
Antologías Cuentos con Walkman y McOndo

11 Cuentos con Walkman (1993) Preparada por los mismos autores.
Recoge cuentos de 20 narradores menores de 25 años que asistieron a los talleres literarios de “Zona de Contacto”, suplemento del diario El Mercurio (periódico conservador de Chile), y publicaron allí. Autodefinición: estos cuentistas no vienen de la tradición literaria sino de la cultura de la imagen, saben más de rock y de videos que de literatura, y se caracterizan por ser tan apolíticos que llegan a ser ideológicos. Sus cuentos son utilitarios e industriales, desechables, de consumo. Literatura pobre y superficial.

12 Escritores de McOndo Alberto Fuguet (Chile) Gustavo Escanlar (Uruguay)
Si bien McOndo no es una asociación formal, entre los autores catalogados dentro de esta corriente literaria pueden citarse: Alberto Fuguet (Chile) Gustavo Escanlar (Uruguay) Andrés Caicedo (Colombia) Martín Casariego Córdoba (España) Edmundo Paz Soldán (Bolivia) Jorge Volpi (México) Jorge Franco (Colombia) Rodrigo Fresán (Argentina) José Ángel Mañas (España) Jordi Soler (México)

13 “Presentación del país McOndo” (prólogo).
Antología realizada por los escritores chilenos Alberto Fuguet y Sergio Gómez presentada en un Mc’Donald’s. Se convirtió, tanto para sus defensores como para sus detractores, en uno de los puntos de referencia de la nueva literatura. “Presentación del país McOndo” (prólogo). “Lo único claro de esta supuesta ‘nueva generación’ es que viene después de las otras. Después del golpe, de la caída. Son post-todo: post-moderno, post- yuppie, post-comunismo, post-babyboom, post capa de ozono. Aquí no hay realismo mágico; hay realismo virtual”.

14 Tránsito de lo público a lo privado
El gran tema de la identidad latinoamericana (¿quiénes somos?) pareció dejar paso al tema de la identidad personal (¿quién soy?). De lo colectivo a lo individual, del nosotros al yo. No obstante, la violencia, la corrupción, el narcotráfico, la emigración, el HIV, son temas que siguen “angustiando” a muchos de los escritores de hoy y algunos de los cuales asoman en las propias páginas de McOndo.

15 Lo latinoamericano para el grupo McOndo
Los autores de McOndo proponen un inventario tan incluyente y sesgado que, sin dejar de ser cierto, diluye, por exceso, cualquier posible proyecto continental. O mejor dicho, admiten que existe tal proyecto, por lo que reconocen, satisfechos, que el sueño bolivariano se está cumpliendo... a través de MTV latinoamérica. Esto se trataría de una utopía nacisista: limitada y triste.

16 Fuguet – García Márquez: un relación de amor/odio
“cuando vi que, por leer a Vargas Llosa era tildado de ‘imperialista’ en la Escuela, y me enteré que, en esta vida, o estabas del lado de Gabo [...] o de Vargas Llosa, opté, sin pensarlo, por el autor de la Historia de Mayta, una novela que fusionaba en forma magistral el periodismo con la novela”. No obstante: “Mi imagen de GGM empezó a cambiar cuando alguien me dijo que escribía en Apple. Es más, era tan fanático de Apple, tan anti-PC, que Apple le enviaba de regalo cada nuevo producto que inventa”.

17 Valoraciones de los escritores de McOndo
Diana Palaversich: “más que como hijos rebeldes y desencantados de García Márquez, deben ser vistos como hijos obedientes del neoliberalismo y de una tradición literaria existencialista e intimista que desde hace décadas se viene escribiendo en el continente”. Christian Gundermann: “pese a los gestos posmodernos y polémicamente techno de Fuguet, esta politización consiste finalmente en un retorno a una concepción del individuo liberal”.

18 Jorge Fornet: Lo curioso del caso Fuguet es que haya tenido éxito con ideas tan poco de novedosas. En más de un sentido parecen repetir viejas fórmulas de su compatriota Antonio Skármeta. En una ponencia de 1979 titulada, “Al fin y al cabo, es su propia vida la cosa más cercana que cada escritor tiene para echar mano”, Skármeta llamaba la atención sobre el hecho de que los nacidos alrededor de 1940 habían sido los primeros en enfrentarse masivamente “con la elocuencia de los medios de comunicación de masas […] Aquí está el punto de arranque de nuestra literatura: la urbe latinoamericana ―ya no la aldea, la pampa, la selva, la provincia― caótica, turbulenta, contradictoria [...]”.

19 Poética de McOndo Fuguet y Gómez pretendían escribir como cualquier autor del Primer Mundo y para eso privilegiaban los espacios y preocupaciones de la cultura pop norteamericana.

20 La generación del Crack

21 Coincidiendo con la salida de McOndo, y al otro extremo del continente, un grupo de jóvenes narradores mexicanos decide presentar sus credenciales bajo la denominación de Crack. El grupo, como tal, no tuvo mayor peso que el que le otorgaron por separado cada uno de sus miembros (y de sus libros), ni llegó a constituir una escuela, ni trascendió más allá de las páginas de los periódicos. Jorge Volpi obtendría el renacido Premio Biblioteca Breve (uno de los emblemas del boom, ganado en su primera etapa por La ciudad y los perros), con su novela En busca de Klingsor.

22 Poética del Crack: el espacio narrativo
Aspira, en palabras de Ignacio Padilla, “a lograr historias cuyo cronotopo, en términos bajtinianos, sea cero: el no lugar y el no tiempo, todos los tiempos y lugares y ninguno”. Por ello sus miembros no tienen reparos en ubicar muchas de sus historias, sus asuntos y sus temas en Europa. Ubican sus historias lo mismo en Egipto que en Alaska, en el desierto de Gobi que en Edison, New Jersey. Mayormente urbanos, sus visitas a la selva recuerdan más a Conrad que a Macondo. Esa fuga del modelo de Macondo, es, sin duda, una de las marcas de la actual narrativa latinoamericana.

23 El hecho de sentirse ciudadanos del mundo –aptos, por consiguiente, para escribir sobre cualquier rincón de él– inhibe en estos autores el cuestionamiento de sus propias realidades. La ciudad, esa especie de archiciudad posmoderna, se construye no tanto como un espacio de lo exótico sino como el sitio que legitima esa suerte de ciudadanía universal. Afirman que los suyos no son textos pequeños, comestibles y que no están escritos en ese nuevo esperanto que es el idioma estandarizado por la televisión.

24 Si algo caracterizó a estos autores fue su voluntad reflexiva, su capacidad como ensayistas y como promotores de ciertas lecturas. Es notable la endogamia crítica y creativa: numerosos análisis que hacen de los textos de sus colegas, los cuales parecen encontrar un punto límite en la tesis doctoral que Urroz dedicó a la obra de Jorge Volpi.

25 Estas dos vertientes ocupan el primer plano público.
Tanto McOndo como el Crack fueron puro juego, formas de coquetear con el mercado y de adquirir visibilidad a las que ni siquiera sus creadores tomaban en serio. Estas dos vertientes ocupan el primer plano público. Fuera de la América Latina, son estos escritores quienes parecen jalonar la literatura latinoamericana. Por un lado, supieron manejar con pericia el aparato publicitario que, hoy por hoy, significa no sólo celebridad, sino también reconocimiento. Por otro, el destinatario primero de sus narraciones no es ya exclusivamente latinoamericano –no es ya necesariamente latinoamericano―, pues la tradicional solidaridad entre contexto de producción y contexto de recepción se ha debilitando.

26 Redefinición del concepto mismo de América Latina
Hasta hace unos años hubiera sido impensable que al hablar de lo latinoamericano se involucrara también a los EE.UU., pero los cuarenta millones de personas de origen “latino” que viven en ese país, el mercado y la fuerza política que representan, se han convertido en factores de presión que de alguna manera modifican la sociedad que los recibe y, de rebote, aquellas de las que proceden. No se puede borrar la producción de los escritores latinounidenses, para usar el término acuñado por Eliana Rivero.

27 Entender y definir la América Latina implica trazar un nuevo mapa que incluya esos desplazamientos, a esos migrantes que van del Sur al Norte, del campo a las ciudades, a pie, en balsas o en yolas, e incluso navegando en internet. Todos están dotando de un rostro distinto, y modificando las fronteras del continente. Autores como Paz Soldán y Fuguet consideran que aunque habrá siempre un París para los escritores latinoamericanos, ahora se abren paso, como nuevas capitales del imaginario, Nueva York, Miami, la frontera méxico-estadounidense.

28 ¿Cuál es el lugar o rol del escritor latinoamericano?
Si antes los escritores de España e Hispanoamérica entraban en el “ruedo público para transgredirlo, para reformarlo, para quemarlo, para revolucionarlo”, es decir, si “escribir era renunciar, era renegar, a veces era suicidarse”, hoy, en cambio, el “ejercicio más usual de la escritura es una forma de escalar posiciones en la pirámide social, una forma de asentarse cuidándose mucho de no transgredir nada” (Roberto Bolaño – Los detectives salvajes). Los escritores de hoy, por consiguiente, “se comportan como empresarios o como gángsters. Y no reniegan de nada o sólo reniegan de lo que se puede renegar y se cuidan mucho de no crearse enemigos o de escoger a éstos entre los más inermes.

29 Conclusión Aunque los narradores de hoy no pretenden escribir una literatura incendiaria, no se abstienen, en buena parte de los casos, de hacer una literatura “insatisfecha”, lo que significa desmontar, impugnar o eludir el discurso y la agenda de las narraciones del consenso neoliberal. El complot, la paranoia, el desconcierto, la traición, el desencanto, la suplantación y la impostura son obsesiones que permean los relatos de nuestros contemporáneos.


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