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PSICOLOGIA DEL DESARROLLO I Prof. Titular: Lic. Leandro M. Sánchez

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Presentación del tema: "PSICOLOGIA DEL DESARROLLO I Prof. Titular: Lic. Leandro M. Sánchez"— Transcripción de la presentación:

1 PSICOLOGIA DEL DESARROLLO I Prof. Titular: Lic. Leandro M. Sánchez

2 METAPSICOLOGIA Dicc. LaplanchePontalis
 Término creado por Freud para designar la psicología por él fundada, considerada en su dimensión más teórica. La metapsicología elabora un conjunto de modelos conceptuales más o menos distantes de la experiencia, tales como la ficción de un aparato psíquico dividido en instancias, la teoría de las pulsiones, el proceso de la represión, etc. La metapsicología considera tres puntos de vista: dinámico, tópico y económico.

3 TÓPICO Teoría o punto de vista que supone una diferenciación del aparato psíquico en cierto número de sistemas dotados de características o funciones diferentes y dispuestos en un determinado orden entre sí, lo que permite considerarlos metafóricamente como lugares psíquicos de los que es posible dar una representación espacial figurada.

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5 ECONÓMICO Califica todo lo relacionado con la hipótesis según la cual los procesos psíquicos consisten en la circulación y distribución de una energía cuantificable (energía pulsional), es decir, susceptible de aumento, de disminución y de equivalencias.

6 DINÁMICO Califica un punto de vista que considera los fenómenos psíquicos como resultantes del conflicto y de la composición de fuerzas que ejercen un determinado empuje siendo éstas, en último término, de origen pulsional.

7 Teoría Psicoanalítica De La Organización Del Psiquismo Teoría Psicoanalítica Del Desarrollo
Una teoría psicoanalítica acerca de la estructuración psíquica debe plantearse el problema del modo de entender el desarrollo. Freud destacó que la teoría psicoanalítica es una teoría que toma en cuenta el desarrollo, aunque su modo de entender este término no consiste en considerar, ingenuamente, una sucesión lineal de elementos fenoménicos que se van desplegando como consecuencia de una maduración progresiva.

8 Tampoco consiste en una mera descripción de las estructuras sucesivas de las cuales derivan aquellos fenómenos. La teoría freudiana toma en cuenta el hecho de que la constitución de las estructuras psíquicas no sigue un proceso lineal.

9 En cuanto a la constitución de las estructuras psíquicas, Freud alude a un proceso de generación del sistema de las representaciones, tal como lo afirma en 1896 (Carta 52)

10 Tú sabes que trabajo con el supuesto de que nuestro mecanismo psíquico se ha generado por estratificaciones sucesivas, pues de tiempo en tiempo el material preexistente de huellas mnémicas experimenta un reordenamiento según nuevos nexos, una retranscripción. Lo esencialmente nuevo en mi teoría es, entonces, la tesis de que la memoria no preexiste de manera simple, sino múltiple, está registrada en diversas variedades de signos. ( ... ) Yo no sé cuántas de estas transcripciones existen. Por lo menos tres, probablemente más (p. 274). ( ... )

11 Si yo pudiera indicar acabadamente los caracteres psicológicos de la percepción y de las tres transcripciones, con ello habría descrito una psicología nueva. (...) Quiero destacar que las transcripciones que se siguen unas a otras constituyen la operación psíquica de épocas sucesivas de la vida. En la frontera entre dos de estas épocas tiene que producirse la traducción del material psíquico (…)

12 Energía Psíquica Dicc. de la RAE «ENERGÍA»: eficacia, poder, virtud para obrar, causa capaz de transformarse en trabajo mecánico. Freud al agregarle el término de psíquica, estamos hablando de energía ligada a una representación psíquica. Esta energía busca transformarse en acción, en hechos, pero hechos que ahora tienen que ver con representaciones, las que son recuerdos de otros hechos, de otras vivencias. En otras palabras, busca descargarse a través de volver a vivirlas.

13 La idea de la energía psíquica en metapsicología parte del punto de vista económico, además del dinámico y, por definición, el representacional. Es cantidad con cualidad psíquica que busca cualidad perceptual y que está en constante lucha con defensas y representacionales, a su vez transformaciones de la propia energía proveniente del cuerpo y almacenada en el yo. En términos freudianos se suele reservar el uso de «energía» para la libidinal; a la correspondiente a las pulsiones de autoconservación se la llama interés.

14 La energía libidinal se liga de dos modos diferentes con la representación:
a) pasando libremente de una representación a otra (o con una libertad regida por las leyes de la asociación y el principio de placer) b) la energía está en estado quiescente y se la llama «energía ligada» (hay fuerte investidura de la representación, pero el desplazamiento de la energía de investidura de una representación a otra es complejo, lleno de trámites, tiene que atenerse al proceso secundario, al principio de realidad).

15 La energía libre funciona en el ello inconsciente, vincula representaciones-cosa.
La energía está en verdad ligada si las representaciones-palabra Prec representan a las representaciones-cosa y actúan en consecuencia, dirigidas por el yo consciente, el proceso secundario. Cuando se realiza la acción específica se libera la energía que había sufrido todo ese proceso de ligadura para poder llegar a una descarga adecuada.

16 La energía en el momento de la descarga (la acción específica) o incluso de la carga (cuando penetra en el aparato psíquico la cantidad de excitación y se liga con una representación, convirtiéndose en deseo), con pequeñas válvulas de escape como alteración interna, es la generadora de los afectos. Cuando se descarga la energía que viene de la fuente, el afecto es placentero. Cuando la descarga es corporal inespecífica (alteración interna), el afecto es displacentero, por ejemplo angustia.

17 La angustia se expresa por descargas corporales como la taquicardia, hiperpnea, hipersudoración, etcétera, con su sensación particular o sin ella. La alteración interna es una válvula de escape, decíamos, de un aparato psíquico con cantidades excesivas de energía, debidas en ocasiones a conflictos entre los sistemas representacionales (represión, sofocación) que impiden la descarga energética.

18 LOS FUNDAMENTOS DEL PSIQUISMO MOMENTOS DE ESTRUCTURACION Elementos fundantes en la constitución y desarrollo del aparato psíquico

19 Para Freud todo desenlace psíquico debe ser entendido como producto de conflictos:
entre el yo y la libido entre el yo y el superyó entre el yo y la realidad. La primera polaridad planteada, el conflicto entre el yo y la libido nos brinda dos ejes fundamentales a partir de los cuales comenzar a plantear una teoría del desarrollo psíquico

20 El concepto de historia incluye de por sí la noción de tiempo, pero desde nuestra perspectiva se hace necesario precisar que no se trata de una temporalidad lineal donde lo ya ocurrido caduca, sino, por el contrario, un acontecer en el cual las vivencias del pasado, registradas bajo la forma de huellas mnémicas, tienen efectos sobre el presente; son eficaces

21 Desde el comienzo de sus trabajos, Freud intenta establecer una sucesión de épocas en la infancia y en la pubertad y relaciona la elección de la neurosis con esta sucesión; se trata de una secuencia de acontecimientos que no guardan una correlación estricta con la cronología, sino que suponen distintos momentos en la estructuración del aparato psíquico

22 Son momentos lógicos, no cronológicos y el pasaje de uno a otro de estos momentos, de un sistema a otro, se compara con una traducción; por otra parte, cada uno de ellos corresponde a un estado particular de organización yoica.

23 La sucesión de acontecimientos eficaces en la historia determina una trama, guiada por dos vectores: el libidinal y el del yo, de cuyo entrecruzamiento derivan ciertos modos de estructuración del aparato psíquico.

24 Delimitación del concepto de pulsión
LIBIDO ≠ PULSIÓN La libido no abarca todo el campo de las pulsiones ni tampoco es sinónimo de pulsión. Si la pulsión se define como un concepto límite entre lo somático y lo psíquico, la libido pertenece exclusivamente al terreno psíquico.

25 LIBIDO 1905 concepto cuantitativo variable que permite medir los procesos y las transformaciones de la excitación sexual. 1924 "En el psicoanálisis, libido significa en primer término la fuerza (concebida como cuantitativamente variable y mensurable) del las pulsiones sexuales... "

26 PULSION En "Pulsiones y destinos de pulsión" distingue entre pulsión y proceso somático. La pulsión incluye un proceso somático, pero no todo proceso somático es pulsional. Son pulsionales aquellos procesos somáticos que requieren para la resolución del estímulo de una acción de descarga motriz específica, es decir, aquellos casos en que no son suficientes los procesos de alteración interna.

27 En cuanto al planteo que hace Freud acerca de si la pulsión es un estímulo, responde que sí lo es pero no de cualquier tipo. Hay estímulos exteriores y otros que provienen del interior del propio organismo. * Los primeros operan como fuerza de choque momentánea, "de un solo golpe", y se resuelven mediante una única acción adecuada, que sigue el modelo del arco reflejo y que actúa según el mecanismo de la fuga. * Los segundos provienen del interior del organismo; por lo tanto, no es posible el recurso de la huida; exigen para su supresión conductas más complejas.

28 Diferencia conceptual entre pulsión e instinto
El instinto remite a automatismos heredados, a nociones preformadas en el sistema nervioso central. Es algo que está inscripto, grabado, incorporado en la materia viva como tal, y es desencadenado por una situación específica. Es también independiente de toda experiencia previa. A medida que avanza en la escala zoológica, el individuo está menos regido por lo instintivo y más a merced de la experiencia que pueda ir acumulando a través del aparato psíquico, al cual debemos entender como una estructura altamente diferenciada que actúa como mediador entre la excitación y la respuesta ante esa excitación.

29 A medida que avanza en la escala zoológica, el individuo está menos regido por lo instintivo y más a merced de la experiencia que pueda ir acumulando a través del aparato psíquico, al cual debemos entender como una estructura altamente diferenciada que actúa como mediador entre la excitación y la respuesta ante esa excitación.

30 El concepto de instinto referido a los seres humanos tiene en la obra de Freud múltiples referencias, que pueden apare­cer contenidas en términos diferentes: herencia arcaica, esquema congénito, vivencia de la especie. En todos estos casos alude a un factor que hace a la filogenia, que pone en cada individuo un sello igualador, una marca que lo determina como perteneciente a una especie. Se trata de un saber, de una preparación para entender, para ubicar la vivencia dentro de ciertos esquemas que son universales para el ser humano

31 El término herencia arcaica si bien aparece como equiva­lente al de instinto en algunos textos de la obra freudiana, al profundizar en su categorización vemos que tiene un carácter más abarcativo. Por herencia surgen tanto el instinto como la pulsión; éste es el origen común a ambos; el instinto pone en cada individuo de la especie un sello igualador y genera desenlaces, resulta estructurante. La pulsión implica diferencias y constituye una exigencia de trabajo para el aparato psíquico

32 El instinto constituye por un lado un conjunto de esquemas formales universales que ordenan la especificidad de las vivencias individuales y por otro lado los contenidos que hacen al núcleo del inconsciente. Como conjunto de esquemas funciona como matriz, como molde a ser llenado por el vivenciar de la historia infantil. Un esquema instintivo como es cualquiera de las fantasías primordiales -escena prima­ria, seducción, castración- reordena formalmente la diver­sidad de las vivencias infantiles

33 Por otro lado, las consideraciones freudianas acerca de lo instintivo como núcleo de lo inconsciente lo ubican como un conjunto de contenidos sobre los cuales recae la investidura pulsional proveniente de las fijaciones derivadas de la histo­ria libidinal de cada sujeto. Por lo tanto, cada una de las escenas que constituyen las fantasías primordiales puede aparecer expresada en el lenguaje del erotismo oral, anal o fálico según su predominancia

34 PULSIÓN Proceso dinámico consistente en un empuje (carga energética, factor de motilidad) que hace tender al organismo hacia un fin. Según Freud una pulsión tiene su fuente en una excitación corporal (estado de tensión): su fin es suprimir el estado de tensión que reina en la fuente pulsional; gracias al objeto, la pulsión puede alcanzar su fin. (Dic. Laplanche)

35 Por esfuerzo de una pulsión se entiende su factor motor, la suma de fuerza o la medida de la exigencia de trabajo que ella representa. Ese carácter esforzante es una propiedad universal de las pulsiones y aun su esencia misma. (Freud, 1915)

36 La meta (fin) de una pulsión es en todos los casos la satisfacción que sólo puede alcanzarse cancelando el estado de estimulación en la fuente de la pulsión.

37 El objeto de la pulsión es aquello en o por lo cual puede alcanzar su meta. Es lo más variable en la pulsión; no está enlazado originariamente con ella, sino que se le coordina sólo a consecuencia de su aptitud para posibilitar la satisfacción. No necesariamente es un objeto ajeno; también puede ser una parte del cuerpo propio.

38 Por fuente de la pulsión se entiende aquel proceso somático, interior a un órgano o a una parte del cuerpo, cuyo estímulo es representado en la vida anímica por la pulsión.

39 La segunda teoría de las pulsiones (1920)
PULSIONES DE VIDA   Pulsiones del YO Conservación de la especie Conservación del YO Interés Egoísmo Pulsiones Sexuales Libido objetal Libido Narcisista PULSION DE MUERTE

40 PULSIONES DE AUTOCONSERVACION
EL HAMBRE LA RESPIRACIÓN LA MICCIÓN LA DEFECACIÓN LA SED – Necesitan una ACCION ESPECÍFICA para su satisfacción – De forma IMPERIOSA – Su FIN es invariable.

41 Pulsión sexual Se apoya o apuntalan en las experiencias de la pulsión de autoconservación. APUNTALAMIENTO (Laplanche): "Término introducido por Freud para designar la relación primitiva de las pulsiones sexuales con las pulsiones de autoconservación; las pulsiones sexuales, que sólo secundariamente se vuelven independientes, se apoyan sobre las funciones vitales que les proporcionan una fuente orgánica, una dirección y un objeto".

42 LOS REPRESENTANTES DE LA PULSION
Hemos designado a la pulsión como concepto límite entre lo somático y lo psíquico. Desde lo somático se vincula con los fenómenos orgánicos que generan magnitudes endógenas tensionantes de las que no es posible escapar y que deben hallar expresión en el psiquismo a través de ciertos delegados

43 Los mismos reciben el nombre de representantes de la pulsión; ellos son:
el representante representativo o representación y el quantum de afecto. La representación corresponde al elemento ideativo y el afecto al cuantitativo o energético

44 Representación Freud en diversos trabajos postula la existencia de diferentes tipos de inscripción en el aparato psíquico, partiendo de las primeras huellas mnémicas hasta llegar a la constitución de la representación cosa, propia del sistema inconsciente, y finalmente la representación palabra constitutiva del preconsciente. Los diferentes tipos de inscripciones se organizan como estratos de huellas mnémicas. Estos estratos surgen en períodos sucesivos y se diferencian por su contenido y también por su organización formal, por el tipo de enlace que rige en cada momento.

45 Los diferentes tipos de inscripciones se organizan como estratos de huellas mnémicas. Estos estratos surgen en períodos sucesivos y se diferencian por su contenido y también por su organización formal, por el tipo de enlace que rige en cada momento.

46 Estas retranscripciones son descriptas jerarquizando en ellas los diferentes tipos de relación entre sus términos; de este modo es posible distinguir entre los diversos estratos por el criterio de reordenamiento, por la lógica imperante. Cuanto más refinado el criterio de enlace entre las representaciones, mejor dominará el aparato psíquico la energía proveniente de las pulsiones.

47 Veremos cómo se va dando esa complejización en tiempos sucesivos a través de la inscripción de huellas mnémicas que corresponden en cada momento a un tipo de pulsión predominante, cuya fuente se encuentre en una determinada zona erógena.

48 Existen ciertas estructuras que se darán en tiempos lógicos sucesivos; este modo de complejización está dado por la especie, por lo filogenéticamente adquirido. Todo niño nace con la posibilidad de generar procesos mentales semejantes. Este modo de funcionar del aparato psíquico de acuerdo con determinadas leyes se da sobre la base de lo que Freud llama actos puramente psíquicos, procesos de pensamiento que no dependen de las vivencias.

49 Las diversas lógicas, es decir los tipos de enlace predominantes en cada momento de estructuración del aparato psíquico, son procesos de pensamiento, desplazamientos de libido que unen huellas mnémicas, de acuerdo con ciertas leyes como son la simultaneidad, la causalidad, la analogía. Estas leyes son las mismas para cualquier aparato psíquico; la organización de las vivencias sobre la base de esos esquemas desemboca en las llamadas fantasías primordiales.

50 AFECTO El otro delegado pulsional ante el psiquismo (junto con la representación) es el afecto. Con anterioridad al surgimiento de las primeras huellas mnémicas provenientes de los registros preceptúales, el afecto aparece como primitiva forma de conciencia, cuyo despertar está ligado a los procesos más íntimamente conectados a Eros; se trata de un tempranísimo registro de la propia vitalidad de los procesos pulsionales. El afecto constituye entonces la primera trasmudación anímica de la pulsión como contenido primordial de la propia conciencia y de los intercambios con el mundo exterior.

51 El surgimiento de este primer componente psíquico es denominado por Freud neoformación e indica la salida de la predominancia del principio de inercia y de una mayor complejización en el terreno de Eros.

52 Afecto y pulsión tienen en común un aspecto cuantitativo derivado de una alteración orgánica. En el caso de la pulsión, la modificación orgánica está en relación con la fuente pulsional; en el caso del afecto, la alteración somática es producida por la descarga afectiva a través de la acción de cierto tipo de neuronas encargadas de inducir procesos vasomotores y secretores. Por otra parte, la diferencia fundamental entre ambos es que el afecto deriva de la pulsión y es susceptible de conciencia, por lo cual se transforma en repre­sentante de la pulsión misma.

53 En forma descriptiva podemos definir tres componentes del afecto: descarga, percepción de la descarga y matiz afectivo. De los tres, este último, el matiz, es el único pura­mente psíquico y, como hemos visto, de su registro en la conciencia depende que la misma no resulte inundada por factores cuantitativos. La conciencia sólo capta diferencias, cualidades, y cuando es desbordada por un afecto hiperintenso no es posible el registro del tono predominante. Desde el punto de vista metapsicológico, Freud relaciona el concepto de afecto con el de instinto, como herencia filogenética.

54 Debemos resaltar que Freud enfatiza el carácter heredita­rio de la capacidad psíquica para la reproducción de los afectos como símbolo mnémico. La primera forma en que la pulsión se conquista una cualidad es a través del afecto, que surge como transformación de la misma siguiendo determinadas matrices que son propias de la especie humana y que se trasmiten de generación en generación a través de la memoria genética.

55 DESTINOS DE PULSION "Transformación en lo contrario" lo refiere a Meta: activa o pasiva. (Sadismo – Masoquismo; Exhibicionismo - Vouyerismo) lo refiere al Contenido: mudanza del amor en odio "Vuelta hacia la propia persona" (cambio de vía del objeto, no cambia la meta) “Sublimación” “Represión”

56 HUELLAS MNEMICAS Lo que queda en el aparato psíquico después de cada percepción. Entendemos por percepción la forma en que el aparato psíquico registra – a través de su superficie corporal, sus cinco sentidos y, por lo tanto, sus zonas erógenas – los estímulos provenientes del mundo exterior y los cambios en cantidades de excitación generadas en el interior del organismo. Respectivamente como cualidad perceptual, y como cualidades de placer o displacer.

57 Algunas percepciones son importantísimas, empezando por la vivencia de satisfacción y la de dolor
La V. de satisfacción deja huellas de tres tipos: La imagen de un objeto La imagen de su movimiento La de una sensación de descarga placentera Estas tres huellas al facilitarse entre si forman una representación de deseo.

58 REPRESENTACIÓN DE COSA REPRESENTACIÓN DE PALABRA
Términos utilizados por Freud en sus textos metapsicológicos para distinguir dos tipos de «representaciones», uno (esencialmente visual) que deriva de la cosa y otro (esencialmente acústico) que deriva de la palabra.

59 Esta distinción tiene un alcance metapsicológico,
caracterizándose el sistema preconsciente-consciente por la ligazón de la representación de cosa a la representación de palabra correspondiente, a diferencia del sistema Inconsciente, que sólo comprende representaciones de cosa

60 INVESTIDURA Dicc. RAE: es la acción y el efecto de investir, y el de investir el de conferir una dignidad o un cargo importante. Ahora bien, la cantidad de excitación ES, por un lado, investida por la representación, con lo que adquiere la «dignidad» de pasar a ser psíquica y llevar los nombres de «libido» y «quantum de afecto».

61 En este caso ES la representación la que inviste a la cantidad de excitación, LE PRESTA las «vestiduras dignas». Por otro lado, la representación ES investida por la cantidad (que en ese mismo instante toma la nueva categoría de libido) y en el caso de la representación-cosa formará el deseo inconsciente y la pulsión (este último concepto límite entre lo biológico y lo psíquico).

62 También existe la investidura preconsciente (de atención) sobre las representaciones-palabra, por la cual estas representaciones-palabra son anoticiadas por la conciencia. Decimos entonces que la investidura es un concepto «BIFRONTE», es tanto la libido que inviste a la representación como esta última la que lo hace con la energía libidinal, en ambos casos, que se producen al unísono, el fenómeno en cuestión pasa a otra categoría, a la «dignidad» psíquica.

63 Tanto la desinvestidura como la contrainvestidura son fenómenos contrarios a este proceso de investir,. La desinvestidura de la representación-cosa (típica de la esquizofrenia ) produce la pérdida de la «dignidad» representacional, quedando el aparato psíquico así desarmado a merced de la cantidad de excitación en bruto, lo que lleva el nombre de angustia automática.

64 La contrainvestidura es el mecanismo de la represión primaria por la que se produce la fijación a determinada zona erógena y genera la escisión que produce un inconsciente reprimido del preconsciente. También la contrainvestidura es uno de los componentes de la represión secundaria o mecanismos de defensa, en este caso es la que produce la resistencia de la represión.

65 La representación-cosa, para poder llegar a un nivel más alto (o más digno) debe ser sobreinvestida con la representación­-palabra y ésta a su vez, sobreinvestida con atención desde la consciencia para poder ser pensada con fuerte investidura y débil desplazamiento, características del proceso secundario. Así vemos que a cada nuevo nivel de complejidad representacional (“dignidad”), mayor investidura.

66 DESINVESTIDURA (SUSTRACCIÓN DE LA INVESTIDURA)
Forma de funcionamiento común a todos los mecanismos de defensa, por el cual se le retira energía psíquica (libido): a representaciones-palabra Prec en las neurosis; a representaciones-cosa lnc en las psicosis narcisistas; al aparato perceptual o sistema percepción consciencia PCc. en las psicosis alucinatorias agudas, psicosis histéricas y, en parte, en el fetichismo y las otras perversiones sexuales; o a todas las partes del aparato psíquico, en el caso del sueño.

67 La desinvestidura corresponde al segundo paso de la represión o defensa, o sea la represión propiamente dicha, complementaria de la represión primaria cuyo mecanismo único es la contrainvestidura. Esta última también actúa en la represión secundaria reforzándola y sosteniéndola.

68 Cuando la energía corporal inviste una representación-cosa, se transforma en psíquica. Se la llama entonces «pulsión lnc». Si es sexual se la llama también «libido» (poniendo en este caso el énfasis en la energía invistiente), principal representante de las pulsiones de vida.

69 Cuando además de la representación-cosa inviste la repre­sentación-palabra correspondiente, crea la precondición para el domeñamiento de la pulsión. Si se desinviste la representación-palabra, la investidura, permaneciendo en la representación-cosa en estado de represión, genera el deseo lnc reprimido.

70 En las psicosis narcisistas se retira la investidura de la representación-cosa lnc., lo que deja al aparato psíquico sin deseo Inc., sin pulsión de vida; con cantidad de excitación pura, sin poder ser ligada a una representación. Esto es liberación de pulsión de muerte, tendencia a la vuelta a lo inorgánico, a la pura cantidad. Las representaciones-palabra están investidas entonces, como un puente sumamente endeble tendido hacia un mundo objetal, delirante, pero mundo al fin. Se formarán así los delirios, las alteraciones sintácticas con tema hipocondríaco (lenguaje de órgano). Se habrá perdido la metáfora en estas representaciones-palabra, retornarán a su sentido de representación-cosa original.

71 CONTRAINVESTIDURA Investidura defensiva del yo a una representación, contra­ria por sus atributos, a los de una cantidad de excitación que penetra en el aparato psíquico proveniente en ocasiones del mundo exterior, rompiendo la protección antiestímulo (vivencia de dolor, situación traumática actual), o en ocasiones del interior (pulsiones sexuales , las que necesitan del «a posteriori» para ser traumáticas).

72 La formación de la contrainvestidura, defensa extrema, único mecanismo de la represión primaria (esfuerzo de desalojo), deja una fijación y en algunos casos, como lo es el de la formación reactiva -prototipo de contrainvestidura- la inversión de la forma de satisfacción, o mejor dicho, el trastorno del afecto, respecto de la satisfacción pulsional original.

73 La represión primaria (fijación) es el corolario final de múltiples contrainvestiduras defensivas ante los hechos traumáticos exteriores e interiores ocurridos durante la sexualidad infantil. Se consolida definitivamente con la represión del complejo de Edipo y el establecimiento del superyó. Del superyó podríamos decir también que es una enorme contrainvestidura, la que termina de instalar la represión primaria, unificando así todas las contrainvestiduras previas, formadas durante el predominio de cada zona erógena (en unas se forman más contrainvestiduras que en otras, depende esto de los sucesos vividos con los objetos, dando origen así a los diferentes puntos de fijación).

74 Cada fijación previa -cuando se consolida la represión primaria edípica originando la amnesia infantil y la culminación de la escisión del aparato en un inconsciente y un preconsciente - y toda la sexualidad infantil previamente reprimida es resignificada «a posteriori» a la luz del complejo edípico quedando en estado de represión. Pugnará siempre por retornar desde lo reprimido, como deseo Inc.; a veces lo consigue, siempre que encuentre puntos débiles en la represión.

75 Después de la institución definitiva de la represión primaria y la estructuración del superyó, la represión se realiza sobre los retoños de la pulsión -incestuosa y parricida- original. Se la denomina, entonces, «represión secundaria» o represión pro­piamente dicha. Ésa es la represión observable en la clínica, se establece en un sujeto con un aparato psíquico terminado de constituir, con un ello inconsciente, y un yo y un superyó que tienen partes inconscientes, preconscientes y conscientes.

76 La represión secundaria (esfuerzo de dar caza) tiene tres mecanismos:
1) la sustracción de la investidura Prec. (de la representación-palabra), 2) la atracción ejercida desde la represión primaria hacia el Inc., y 3) también la contrainvestidura.

77 En la represión secundaria la contrainvestidura es usada para reforzar a la desinvestidura Prec.; con el monto de investidura libidinal proveniente de la sustracción se inviste a otra represen­tación, la que así desaloja al retoño de la reprimida, actuando como tapón e impidiéndole el acceso al Prec.

78 También esta contrainvestidura se instala en el sistema percepción-consciencia (PCc.). Se pueden percibir, en forma contrainvestida afectivamente, los estímulos exteriores de la pulsión sexual reprimida (por ejemplo: el asco ante los estímu­los sexuales) ya veces hasta no se los percibe (como en el caso de la ceguera histérica). La contrainvestidura de la represión secundaria es a su vez la fuerza contraria al avance del análisis que se muestra clínicamente como una de las resistencias del yo.

79 Se define a la contrainvestidura principalmente desde dos puntos de vista: económico y representacional. Es la investidura de otra representación diferente y hasta opuesta a la original. La original es desalojada al inconsciente, del que no podrá volver, mientras la nueva representación esté actuando como con­trainvestidura y el yo Inc. «tratando de dar caza» a toda otra representación cercana o parecida.

80 En el dolor o los hechos traumáticos externos, se contrainviste narcisistamente el órgano dolorido o dañado. Se percibe enton­ces, un gran esfuerzo yoico. Éste retira libido del resto de los lugares psíquicos y la ubica ahí, en el lugar del cuerpo dañado, luchando por evitar el dolor, restañando el cuerpo herido con el cariño narcisista, y tratando de alejarse de lo traumático. Esta explicación muestra a la contrainvestidura funcionando dentro del principio de placer

81 En el caso de que en el hecho traumático la cantidad de excitación sobrepase sus posibilidades, puede entrar a tallar el «más allá» de la pulsión de muerte, apuntando más, todo el fenómeno, hacia la tendencia a la repetición de lo traumático, como marca la fijación. Esta repetición será por la necesidad de repetir la situación traumática para reelaborarla y recuperada para el principio de placer, por un lado, o por mera repetición, por otro. .


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