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TEMA 10 (2ª. Parte) LA GENERACIÓN DEL 27

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Presentación del tema: "TEMA 10 (2ª. Parte) LA GENERACIÓN DEL 27"— Transcripción de la presentación:

1 TEMA 10 (2ª. Parte) LA GENERACIÓN DEL 27

2 1. Síntesis de tradición y vanguardia
Buscaron nuevas formas y temas para la poesía española Sin romper con el pasado Así, toman aspectos innovadores de las vanguardias y los integran con aspectos de la tradición

3 Síntesis vanguardia-tradición
De la tradición literaria toman el estilo de expresión basado en la imagen y la metáfora, así como la recuperación de formas métricas, ritmos y estructuras paralelísticas.

4 ROMANCE DEL JÚCAR (Gerardo Diego)
Agua verde, verde, verde, agua encantada del Júcar, verde del pinar serrano que casi te vio en la cuna —bosques de san sebastianes en la serranía oscura, que por el costado herido resinas de oro rezuman—; verde de corpiños verdes, ojos verdes, verdes lunas, de las colmenas, palacios menores de la dulzura, y verde —rubor temprano que te asoma a las espumas— de soñar, soñar —tan niña— con mediterráneas nupcias. Cuenca, toda de plata, quiere en ti verse desnuda, y se estira, de puntillas, sobre sus treinta columnas. No pienses tanto en tus bodas, no pienses, agua del Júcar, que de tan verde te añilas, te amoratas y te azulas. No te pintes ya tan pronto colores que no son tuyas. Tus labios sabrán a sal, tus pechos sabrán a azúcar cuando de tan verde, verde, ¿dónde corpiños y lunas, pinos, álamos y torres y sueños del alto Júcar?

5 Síntesis vanguardia-tradición
Se toma el deseo de originalidad, el predominio de metáforas atrevidas e imágenes sorprendentes, la libertad en la métrica, la ausencia de convenciones, el juego con el lenguaje

6 apagó de un soplo los relojes Y de mi corazón una a una van cayendo
CRONOS (Gerardo Diego )                               La luna colegiala                              en camisón de dormir                             apagó  de un soplo los relojes    Y de mi corazón           una                     a                           una                                   van                                           cayendo                                                   todas                                                           las                                                              hojas

7 Ejemplo síntesis tradición-vanguardia
Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña. Con la sombra en la cintura ella sueña en su baranda, verde carne, pelo verde, con ojos de fría plata. Verde que te quiero verde. Bajo la luna gitana, las cosas le están mirando y ella no puede mirarlas. Verde que te quiero verde. Grandes estrellas de escarcha, vienen con el pez de sombra que abre el camino del alba. La higuera frota su viento con la lija de sus ramas, y el monte, gato garduño, eriza sus pitas agrias. ¿Pero quién vendrá? ¿Y por [dónde...? Ella sigue en su baranda, verde carne, pelo verde, soñando en la mar amarga. F. García Lorca: “Romance sonámbulo” (fragmento)

8 Trayectoria Los poetas siguieron una misma evolución en tres etapas:
DESHUMANIZACIÓN (hasta 1925) REHUMANIZACIÓN ( ) RUPTURA (desde 1936)

9 DESHUMANIZACIÓN (hasta 1927) (etapa de juventud)
Influencia de poesía tradicional y de vanguardismos (futurismo, cubismo) Poesía pura: supresión de lo anecdótico Intención: producir emoción estética Uso de metáforas muy atrevidas Gusto por el mundo moderno Neopopularismo (Alberti)

10 Tanta armonía a punto de vibrar
Tiembla. ¡Qué encrucijada de crujidos! … Fragor. Y se derrumba en un escándalo De máquinas sin transición, monótonas. Se deslizan los émbolos. Son suaves Y resbalan. Exactos, casi estúpidos, Los émbolos se obstinan. Quieren, quieren Con ansia tal que llega a ser aliento. Hay un latido de animal. Se excita La exactitud. ¡Exactitud ya tierna! JORGE GUILLÉN «Las máquinas»

11 REHUMANIZACIÓN ( ) Influencia del surrealismo (nueva sensibilidad: angustia, rebeldía, crítica) Imágenes oníricas y visionarias Temas humanos, existenciales y sociales Poesía de “urgencia” (II República)

12 EL ÁNGEL BUENO Vino el que yo quería el que yo llamaba. No aquel que barre cielos sin defensas. luceros sin cabañas, lunas sin patria, nieves. Nieves de esas caídas de una mano, un nombre, un sueño, una frente. No aquel que a sus cabellos ató la muerte. El que yo quería. Sin arañar los aires, sin herir hojas ni mover cristales. Aquel que a sus cabellos ató el silencio. Para sin lastimarme, cavar una ribera de luz dulce en mi pecho y hacerme el alma navegable. Rafael Alberti, Sobre los ángeles

13 RUPTURA DEL GRUPO (1936-) Acabada la guerra, el grupo se rompe
Exilio, muerte, diferencias ideológicas… Trayectorias individuales Temas humanos, universales, nostalgia de España o angustia existencial

14 Galope (R. Alberti) Las tierras, las tierras, las tierras de España, las grandes, las solas, desiertas llanuras. Galopa, caballo cuatralbo, jinete del pueblo, al sol y a la luna. ¡A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar! A corazón suenan, resuenan, resuenan las tierras de España, en las herraduras. Galopa, jinete del pueblo, caballo cuatralbo, caballo de espuma. Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie; que es nadie la muerte si va en tu montura. Galopa, caballo cuatralbo, jinete del pueblo, que la tierra es tuya.

15 LOS POETAS

16 a) Pedro Salinas (1891-1951) Poesía intelectual
Poeta del amor: a través del diálogo con la amada se alcanza la “esencia de las cosas” Aparente sencillez expresiva Versos breves Gusto por temas modernos (futurismo)

17 Navacerrada, abril (Pedro Salinas)
Los dos solos. ¡Qué bien aquí, en el puerto, altos! Vencido verde, triunfo de los dos, al venir queda un paisaje atrás; otro enfrente, esperándonos Parar aquí un minuto Sus tres banderas blancas soledad, nieve, altura agita la mañana Se rinde, se me rinde, ya su silencio es mío: posesión de un minuto Y de pronto mi mano que te oprime, y tú, yo, aventura de arranque eléctrico-, rompemos el cristal de las doce, a correr por un mundo de asfalto y selva virgen Alma mía en la tuya mecánica; mi fuerza, bien medida, la tuya, justa: doce caballos.   Seguro azar,

18 “Ayer te besé en los labios”
Ayer te besé en los labios. Te besé en los labios. Densos, rojos. Fue un beso tan corto que duró más que un relámpago, que un milagro, más. El tiempo después de dártelo no lo quise para nada ya, para nada lo había querido antes. Se empezó, se acabó en él. Hoy estoy besando un beso; estoy solo con mis labios. Los pongo no en tu boca, no, ya no —¿adónde se me ha escapado?—. Los pongo  en el beso que te di ayer, en las bocas juntas del beso que se besaron. Y dura este beso más que el silencio, que la luz. Porque ya no es una carne ni una boca lo que beso, que se escapa, que me huye. No. Te estoy besando más lejos. La voz a ti debida

19 ¿Por qué tienes nombre tú, día, miércoles
¿Por qué tienes nombre tú, día, miércoles? ¿Por qué tienes nombre tú, tiempo, otoño? Alegría, pena, siempre ¿por qué tenéis nombre: amor? Si tú no tuvieras nombre, yo no sabría qué era ni cómo, ni cuándo. Nada. ¿Sabe el mar cómo se llama, que es el mar? ¿Saben los vientos sus apellidos, del Sur y del Norte, por encima del puro soplo que son? Si tú no tuvieras nombre, todo sería primero, inicial, todo inventado por mí, intacto hasta el beso mío. Gozo, amor: delicia lenta de gozar, de amar, sin nombre. Nombre: ¡qué puñal clavado en medio de un pecho cándido que sería nuestro siempre si no fuese por su nombre! La voz a ti debida

20 b) Jorge Guillén (1893-1984) Poesía pura e intelectual (deshumanizada)
Poesía sin anécdotas, sólo ideas o sentimientos Sólo se busca la emoción estética Predominio de sustantivos Verso corto

21 LAS DOCE EN EL RELOJ Dije: Todo ya pleno. Un álamo vibró. Las hojas plateadas Sonaron con amor. Los verdes eran grises, El amor era sol. Entonces, mediodía, Un pájaro sumió Su cantar en el viento Con tal adoración Que se sintió cantada Bajo el viento la flor Crecida entre las mieses, Más altas. Era yo, Centro en aquel instante De tanto alrededor, Quien lo veía todo Completo para un dios. Dije: Todo, completo. ¡Las doce en el reloj! Cántico

22 DESNUDO Blancos, rosas... Azules casi en veta, retraídos, mentales. Puntos de luz latente dan señales de una sombra secreta. Pero el color, infiel a la penumbra, se consolida en masa. Yacente en el verano de la casa, una forma se alumbra. Claridad aguzada entre perfiles, de tan puros tranquilos que cortan y aniquilan con sus filos las confusiones viles. Desnuda está la carne. Su evidencia se resuelve en reposo. Monotonía justa: prodigioso colmo de la presencia. ¡Plenitud inmediata, sin ambiente, del cuerpo femenino! Ningún primor: ni voz ni flor. ¿Destino? ¡Oh absoluto presente! Cántico

23 El engaño de los ojos Con qué nobleza se revuelven Todos juntos esos muchachos Y claman por una justicia Perturbando, vociferando, Tan inocentes los carrillos, Tan fieros el porte y los pasos, Con la mirada en dirección De un porvenir extraordinario, Pero a la vista ahora, ahora, Presente ya sobre el asfalto De las calles estimuladas Por los rumores calculados De esa tan filial muchedumbre, Coro de gargantas y brazos, Crédulamente fiel y dócil -Candor por alud- al dictado De los mayores en edad, En crueldad y en aparato, Aun carceleros de una cárcel Donde todo queda murado, Sin salida a ningún futuro: Ni a ese que van anhelando Los que, por fin, desfilan jóvenes, Magníficos frente al tirano. Clamor

24 c) Gerardo Diego ( ) Se hizo eco de todas las tendencias poéticas de su tiempo Poemas vanguardistas (incluso caligramas) Poemas tradicionales (romances) Temas variados (amor, música, paisaje, religión) Dos tipos de poesía: la relativa y la autónoma

25 Romance del Duero Río Duero, río Duero, nadie a acompañarte baja, nadie se detiene a oír tu eterna estrofa de agua. Indiferente o cobarde la ciudad vuelve la espalda. No quiere ver en tu espejo su muralla desdentada. Tú, viejo Duero, sonríes entre tus barbas de plata, moliendo con tus romances las cosechas mal logradas. Y entre los santos de piedra y los álamos de magia pasas llevando en tus ondas palabras de amor, palabras. Quien pudiera como tú, a la vez quieto y en marcha, cantar siempre el mismo verso pero con distinta agua. Río Duero, río Duero, nadie a estar contigo baja, ya nadie quiere atender tu eterna estrofa olvidada, sino los enamorados que preguntan por sus almas y siembran en tus espumas palabras de amor, palabras.

26 INSOMNIO Tú y tu desnudo sueño. No lo sabes. Duermes. No. No lo sabes. Yo en desvelo, y tú, inocente, duermes bajo el cielo. Tú por tu sueño, y por el mar las naves. En cárceles de espacio, aéreas llaves te me encierran, recluyen, roban. Hielo, cristal de aire en mil hojas. No. No hay vuelo que alce hasta ti las alas de mis aves. Saber que duermes tú, cierta, segura —cauce fiel de abandono, línea pura—, tan cerca de mis brazos maniatados. Qué pavorosa esclavitud de isleño, yo, insomne, loco, en los acantilados, las naves por el mar, tú por tu sueño. Alondra de verdad ( )

27 La llamada ( “Sonetos a Violante”)
A nadie espera ¿a nadie? a nadie espera. Ya nada quiere ¿nada? nada quiere. Vive en la nada y en el todo muere. Sueña que muere y viva desespera. Una mano que duda, que se altera, que se arrepiente, y vuelve y con ahínco -tres, cuatro, cero, ocho, nueve, cinco- hace girar la rueda mensajera. Un timbre llama, calla, una esperanza responde oscura, el alma en el alambre. Por el hilo de cobre se abalanza el oro de una voz, mieles de enjambre. Un mundo va a nacer. Todo es mudanza. La vida pende de un torcido estambre.

28 d) V. Aleixandre (1898-1984) Poesía como comunicación
Temas principales: afecto y solidaridad hacia el hombre y la naturaleza Muy influenciado por el surrealismo (imágenes visionarias, alusiones naturales, enumeraciones, verso libre)

29 Unidad en ella (La destrucción o el amor)
Cuerpo feliz que fluye entre mis manos, rostro amado donde contemplo el mundo, donde graciosos pájaros se copian fugitivos, volando a la región donde nada se olvida. Tu forma externa, diamante o rubí duro, brillo de un sol que entre mis manos deslumbra, cráter que me convoca con su música íntima, con esa indescifrable llamada de tus dientes. Muero porque me arrojo, porque quiero morir, porque quiero vivir en el fuego, porque este aire de fuera no es mío, sino el caliente aliento que si me acerco quema y dora mis labios desde un fondo. Deja, deja que mire, teñido del amor, enrojecido el rostro por tu purpúrea vida, deja que mire el hondo clamor de tus entrañas donde muero y renuncio a vivir para siempre. Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo, quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente que regando encerrada bellos miembros extremos siente así los hermosos límites de la vida. Este beso en tus labios como una lenta espina, como un mar que voló hecho un espejo, como el brillo de un ala, es todavía unas manos, un repasar de tu crujiente pelo, un crepitar de la luz vengadora, luz o espada mortal que sobre mi cuello amenaza, pero que nunca podrá destruir la unidad de este mundo.

30 SE QUERÍAN (La destrucción o el amor)
Se querían. Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada, labios saliendo de la noche dura, labios partidos, sangre, ¿sangre dónde? Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz. Se querían como las flores a las espinas hondas, a esa amorosa gema del amarillo nuevo, cuando los rostros giran melancólicamente, giralunas que brillan recibiendo aquel beso. Se querían de noche, cuando los perros hondos laten bajo la tierra y los valles se estiran como lomos arcaicos que se sienten repasados: caricia, seda, mano, luna que llega y toca. Se querían de amor entre la madrugada, entre las duras piedras cerradas de la noche, duras como los cuerpos helados por las horas, duras como los besos de diente a diente solo. Se querían de día, playa que va creciendo, ondas que por los pies acarician los muslos, cuerpos que se levantan de la tierra y flotando... Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo. Mediodía perfecto, se querían tan íntimos, mar altísimo y joven, intimidad extensa, soledad de lo vivo, horizontes remotos ligados como cuerpos en soledad cantando. Amando. Se querían como la luna lúcida, como ese mar redondo que se aplica a ese rostro, dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida, donde los peces rojos van y vienen sin música. Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios, ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas, mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal, metal, música, labio, silencio, vegetal, mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.

31 ADOLESCENCIA Vinieras y te fueras dulcemente, de otro camino a otro camino. Verte, y ya otra vez no verte. Pasar por un puente a otro puente. —El pie breve, la luz vencida alegre—. Muchacho que sería yo mirando aguas abajo la corriente, y en el espejo tu pasaje fluir, desvanecerse. Ámbito ( )

32 e) F. García Lorca (1898-1936) Poeta y dramaturgo
Temas: amor angustiado, frustración por el amor perdido, el destino trágico Seres marginales, condenados a la soledad y la muerte Presenta dos mundos: 1) Alegre y vital (folklore andaluz) 2) Amargo y triste (destino trágico) Su poesía presenta aspectos rítmicos y rasgos vanguardistas

33 En la luna negra de los bandoleros, cantan las espuelas.
   Caballito negro. ¿Dónde llevas tu jinete muerto?    ...Las duras espuelas del bandido inmóvil que perdió las riendas.    Caballito frío. ¡Qué perfume de flor de cuchillo!    En la luna negra, sangraba el costado de Sierra Morena.    La noche espolea sus negros ijares clavándose estrellas.    En la luna negra, ¡un grito! y el cuerno largo de la hoguera. CANCIÓN DEL JINETE (Canciones )

34 Romance de la luna (Romancero gitano)
  La luna vino a la fragua con su polisón de nardos. El niño la mira mira. El niño la está mirando. En el aire conmovido mueve la luna sus brazos y enseña, lúbrica y pura, sus senos de duro estaño. Huye luna, luna, luna. Si vinieran los gitanos, harían con tu corazón collares y anillos blancos. Niño déjame que baile. Cuando vengan los gitanos, te encontrarán sobre el yunque con los ojillos cerrados. Huye luna, luna, luna, que ya siento sus caballos. Niño déjame, no pises, mi blancor almidonado. El jinete se acercaba tocando el tambor del llano. Dentro de la fragua el niño, tiene los ojos cerrados. Por el olivar venían, bronce y sueño, los gitanos. Las cabezas levantadas y los ojos entornados. ¡Cómo canta la zumaya, ay como canta en el árbol! Por el cielo va la luna con el niño de la mano. Dentro de la fragua lloran, dando gritos, los gitanos. El aire la vela, vela. el aire la está velando.

35 MUERTE DE ANTOÑITO EL CAMBORIO (Romancero gitano)
Antonio Torres Heredia, Camborio de dura crin, moreno de verde luna, voz de clavel varonil: ¿Quién te ha quitado la vida cerca del Guadalquivir? Mis cuatro primos Heredias hijos de Benamejí. Lo que en otros no envidiaban, ya lo envidiaban en mí. Zapatos color corinto, medallones de marfil, y este cutis amasado con aceituna y jazmín. ¡Ay Antoñito el Camborio digno de una Emperatriz! Acuérdate de la Virgen porque te vas a morir. ¡Ay Federico García, llama a la Guardia Civil! Ya mi talle se ha quebrado como caña de maíz. Voces de muerte sonaron cerca del Guadalquivir. Voces antiguas que cercan voz de clavel varonil. Les clavó sobre las botas mordiscos de jabalí. En la lucha daba saltos jabonados de delfín. Bañó con sangre enemiga su corbata carmesí, pero eran cuatro puñales y tuvo que sucumbir. Cuando las estrellas clavan rejones al agua gris, cuando los erales sueñan verónicas de alhelí, voces de muerte sonaron cerca del Guadalquivir.           Tres golpes de sangre tuvo y se murió de perfil. Viva moneda que nunca se volverá a repetir. Un ángel marchoso pone su cabeza en un cojín. Otros de rubor cansado, encendieron un candil. Y cuando los cuatro primos llegan a Benamejí, voces de muerte cesaron cerca del Guadalquivir.

36 Mientras la gente busca silencios de almohada tú lates para siempre definida en tu anillo, ...que no desemboca. Eterna en los finales de unas ondas que aceptan combate de raíces y soledad prevista, ...que no desemboca. ¡Ya vienen por las rampas! ¡Levántate del agua! ¡Cada punto de luz te dará una cadena! ...que no desemboca. Pero el pozo te alarga manecitas de musgo. insospechada ondina de su casta ignorancia, ...que no desemboca. No, que no desemboca. Agua fija en un punto, respirando con todos sus violines sin cuerdas en la escala de las heridas y los edificios deshabitados. ¡Agua que no desemboca! NIÑA AHOGADA EN EL POZO Las estatuas sufren por los ojos con la oscuridad de los ataúdes, pero sufren mucho más por el agua que no desemboca. Que no desemboca. El pueblo corría por las almenas rompiendo las cañas de los pescadores. ¡Pronto! ¡Los bordes! ¡Deprisa! Y croaban las estrellas tiernas. ...que no desemboca. Tranquila en mi recuerdo, astro, círculo, meta, lloras por las orillas de un ojo de caballo. ...que no desemboca. Pero nadie en lo oscuro podrá darte distancias, sin afilado límite, porvenir de diamante, ...que no desemboca.

37 f) Rafael Alberti ( ) Presenta gran variedad de estilos y temas en su poesía Hay dos etapas básicas: Hasta la guerra: vanguardista y neopopularista Durante la guerra y después: comprometida

38 Si mi voz muriera en tierra llevadla al nivel del mar y dejadla en la ribera.
   Llevadla al nivel del mar y nombradla capitana de un blanco bajel de guerra.    ¡Oh mi voz condecorada con la insignia marinera: sobre el corazón un ancla y sobre el ancla una estrella y sobre la estrella el viento y sobre el viento la vela! Marinero en tierra (1924)

39 HAROLD LLOYD ESTUDIANTE (Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos,1929)
¿Tiene usted el paraguas? Avez-vous le parapluie? No, señor, no tengo el paraguas. Non, monsieur, je n'ai pas le parapluie. Alicia, tengo el hipopótamo. l'hippopotame para ti. Avez-vous le parapluie? Oui. Yes. Sí. Que, cual, quien, cuyo. Si la lagarta es amiga mía, evidentemente el escarabajo es amigo tuyo. ¿Fuiste tú la que tuvo la culpa de la lluvia? Tú no tuviste nunca la culpa de la lluvia. Alicia, Alicia, yo fui, yo que estudio por ti y por esta mosca inconsciente, ruiseñor de mis gafas de flor. 29, 28, 27, 26, 25, 24, 23, 22. 2(pi)r, (pi)r2 y se convirtió en mulo Nabucodonsor y tu alma y la mía en un ave real del Paraíso. Ya los peces no cantan en el Nilo. ni la luna de pone para las dalias de Ganges. Alicia, ¿por qué me amas con ese aire tan triste de cocodrilo y esa pena tan profunda de ecuación de segundo grado? Le printemps pleut sur Les Anges. La primavera llueve sobre Los Ángeles es esa triste hora en que la policía ignora el suicidio de los triángulos isósceles mas la melancolía de un logaritmo neperiano y el unibusquibusque facial.

40 En esa triste hora en que la luna viene a ser casi igual a la desgracia integral de ese amor mío multiplicado por X y a las alas de la tarde que se dobla sobre una flor de acetileno o una golondrina de gas. De este puro amor mío tan delicadamente idiota. Quousque tandem abutere Catilina patentia nostra? Tan dulce y deliberadamente idiota, capaz de hacer llorar a la cuadratura del círculo y obligar a ese tonto de D. Nequaqua Schmit a subastar públicamente esas estrellas propiedad de los ríos y esos ojos azules que me abren rascacielos. ¡Alicia, Alicia, amor mío! ¡Alicia, Alicia, cabra mía! Sígueme por el aire en bicicleta, aunque la policía no sepa de astronomía, la policía secreta. Aunque la policía ignore que un soneto consta de dos cuartetos y dos tercetos.

41 LOS ÁNGELES MUERTOS (Sobre los ángeles, )    Buscad, buscadlos: en el insomnio de las cañerías olvidadas, en los cauces interrumpidos por el silencio de las basuras. No lejos de los charcos incapaces de guardar una nube, unos ojos perdidos, una sortija rota o una estrella pisoteada.    Porque yo los he visto: en esos escombros momentáneos que aparecen en las neblinas. Porque yo los he tocado: en el destierro de un ladrillo difunto, venido a la nada desde una torre o un carro. Nunca más allá de las chimeneas que se derrumban, ni de esas hojas tenaces que se estampan en los zapatos. En todo esto. Más en esas astillas vagabundas que se consumen sin fuego, en esas ausencias hundidas que sufren los muebles desvencijados, no a mucha distancia de los nombres y signos que se enfrían en las paredes.    Buscad, buscadlos: debajo de la gota de cera que sepulta la palabra de un libro o la firma de uno de esos rincones de cartas que trae rodando el polvo. Cerca del casco perdido de una botella, de una suela extraviada en la nieve, de una navaja de afeitar abandonada al borde de un precipicio.

42 Se equivocó la paloma Se equivocó la paloma. Se equivocaba.
Por ir al Norte, fue al Sur. Creyó que el trigo era agua. Se equivocaba. Creyó que el mar era el cielo; que la noche la mañana. Se equivocaba. Que las estrellas eran rocío; que la calor, la nevada. Se equivocaba. Que tu falda era tu blusa; que tu corazón su casa. Se equivocaba. (Ella se durmió en la orilla. Tú, en la cumbre de una rama.)  Entre el clavel y la espada ( )

43 g)Luis Cernuda ( ) Refleja en su poesía su personalidad solitaria: poesía intimista y de tono romántico Expresa la insatisfacción ante la vida: choque realidad y deseo Lenguaje sencillo, casi coloquial

44 Va la brisa reciente por el espacio esbelta, y en las hojas cantando abre una primavera.
Sobre el límpido abismo del cielo se divisan, como dichas primeras, primeras golondrinas. Tan sólo un árbol turba la distancia que duerme, así el fervor alerta la indolencia presente. Verdes están las hojas, el crepúsculo huye. anegándose en sombra las fugitivas luces. En su paz la ventana restituye a diario las estrellas, el aire y el que estaba soñando. Primeras poesías,

45 Como leve sonido: hoja que roza un vidrio, agua que acaricia unas guijas, lluvia que besa una frente juvenil; Como rápida caricia: pie desnudo sobre el camino, dedos que ensayan el primer amor, sábanas tibias sobre el cuerpo solitario; Como fugaz deseo: seda brillante en la luz, esbelto adolescente entrevisto, lágrimas por ser más que un hombre; Como esta vida que no es mía y sin embargo es la mía, como este afán sin nombre que no me pertenece y sin embargo soy yo; Como todo aquello que de cerca o de lejos me roza, me besa, me hiere, tu presencia está conmigo fuera y dentro, es mi vida misma y no es mi vida, así como una hoja y otra hoja son la apariencia del viento que las lleva. Los placeres prohibidos, 1931

46 Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya, Sometiendo a otra vida su vida, Sin más horizonte que otros ojos frente a frente. Donde penas y dichas no sean más que nombres, Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo; Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo, Disuelto en niebla, ausencia, Ausencia leve como carne de niño. Allá, allá lejos; Donde habite el olvido. Donde habite el olvido, DONDE HABITE EL OLVIDO Donde habite el olvido, En los vastos jardines sin aurora; Donde yo sólo sea Memoria de una piedra sepultada entre ortigas Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios. Donde mi nombre deje Al cuerpo que designa en brazos de los siglos, Donde el deseo no exista. En esa gran región donde el amor, ángel terrible, No esconda como acero En mi pecho su ala, Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

47 PEREGRINO ¿Volver? Vuelva el que tenga, Tras largos años, tras un largo viaje, Cansancio del camino y la codicia De su tierra, su casa, sus amigos, Del amor que al regreso fiel le espere. Mas, ¿tú? ¿Volver? Regresar no piensas, Sino seguir libre adelante, Disponible por siempre, mozo  o viejo, Sin hijo que te busque, como a Ulises, Sin Ítaca que aguarde y sin Penélope. Sigue, sigue adelante y no regreses, Fiel hasta el fin del camino y tu vida, No eches de menos un destino más fácil, Tus pies sobre la tierra antes no hollada, Tus ojos frente a lo antes nunca visto. Desolación de la quimera ( )

48 h) Dámaso Alonso ( ) En esta época destaca más como crítico que como poeta Revaloriza la poesía de Góngora Importancia tras la Guerra Civil (poesía desarraigada)

49 MADRIGAL DE LAS ONCE Desnudas han caído las once campanadas. Picotean la sombra de los árboles las gallinas pintadas y un enjambre de abejas va rezumbando encima. La mañana ha roto su collar desde la torre. En los troncos, se rascan las cigarras. Por detrás de la verja del jardín, resbala, quieta, tu sombrilla blanca Poemillas puros, poemas de la ciudad, 1921

50 i) M. Hernández (1910-1942) Poeta más joven
Epígono o autor de transición (Generación del 36) Su poesía en sus inicios fue de carácter vanguardista Uso de metáforas y tono apasionado Acabó escribiendo poesía comprometida

51 Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado por un hierro infernal en el costado y por varón en la ingle con un fruto. Como el toro lo encuentra diminuto todo mi corazón desmesurado, y del rostro del beso enamorado, como el toro a tu amor se lo disputo. Como el toro me crezco en el castigo, la lengua en corazón tengo bañada y llevo al cuello un vendaval sonoro. Como el toro te sigo y te persigo, y dejas mi deseo en una espada, como el toro burlado, como el toro. El rayo que no cesa, 1935

52 El niño yuntero (Viento del pueblo, 1936-37)
Cada nuevo día es más raíz, menos criatura, que escucha bajo sus pies la voz de la sepultura. Y como raíz se hunde en la tierra lentamente para que la tierra inunde de paz y panes su frente. Me duele este niño hambriento como una grandiosa espina, y su vivir ceniciento resuelve mi alma de encina. Lo veo arar los rastrojos, y devorar un mendrugo, y declarar con los ojos que por qué es carne de yugo. Me da su arado en el pecho, y su vida en la garganta, y sufro viendo el barbecho tan grande bajo su planta. ¿Quién salvará a este chiquillo menor que un grano de avena? ¿De dónde saldrá el martillo verdugo de esta cadena? Que salga del corazón de los hombres jornaleros, que antes de ser hombres son y han sido niños yunteros. Mi música\& Joan Ma...mp3 Carne de yugo, ha nacido más humillado que bello, con el cuello perseguido por el yugo para el cuello. Nace, como la herramienta, a los golpes destinado, de una tierra descontenta y un insatisfecho arado. Entre estiércol puro y vivo de vacas, trae a la vida un alma color de olivo vieja ya y encallecida. Empieza a vivir, y empieza a morir de punta a punta levantando la corteza de su madre con la yunta. Empieza a sentir, y siente la vida como una guerra y a dar fatigosamente en los huesos de la tierra. Contar sus años no sabe, y ya sabe que el sudor es una corona grave de sal para el labrador. Trabaja, y mientras trabaja masculinamente serio, se unge de lluvia y se alhaja de carne de cementerio. A fuerza de golpes, fuerte, y a fuerza de sol, bruñido, con una ambición de muerte despedaza un pan reñido.

53 Como la higuera joven de los barrancos eras. Y cuando yo pasaba sonabas en la sierra. Como la higuera joven, resplandeciente y ciega. Como la higuera eres. Como la higuera vieja. Y paso, y me saludan silencio y hojas secas. Como la higuera eres que el rayo envejeciera. Cancionero y romancero de ausencias,


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