Valor de la Honestidad.

Presentación del tema: "Valor de la Honestidad."— Transcripción de la presentación:

1 Valor de la Honestidad

2 Conozcamos a nosotros mismos.
Expresémonos son temor a lo que sentimos y pensamos. No perdamos de vista nunca la verdad.

3 Cumplamos nuestras promesas.
Luchemos limpiamente por que queremos. Que la honestidad te aclare tu camino, y que al contemplar retrospectiva la experiencias que as tenido aquí no te dejes engañar.

4 Soy honesto conmigo, siento la seguridad y el soporte de mi Alma, mente y corazón.
Un hombre no se mide por sus riquezas sino por sus valores. Ser honesto es ser real; es ser genuino, autentico, objetivo.

5 La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás.
Proceder con la honestidad con aras de la dignidad del hombre es el compromiso mas transcendente en nuestro corto paso a este mundo. No levantes falsos testimonios un mentiras.

6 La virtud es el primer titulo de la nobleza, que no fijo en su nombre de una persona sino en sus actos. A veces para ser honesto hay que tener coraje, pero es la forma correcta de hacer las cosas. La honestidad es un valor que implica veracidad y sinceridad.

7 En el desierto vale mas un gota de agua que un diamante
En el desierto vale mas un gota de agua que un diamante. En un país explotado, un hombre honesto vale mas que una multinacional. La palabra8*57 honesta mucho vale y poco cuesta. Ningún legado es tan rico como la honestidad.

8 Lo que las leyes no prohíben, pueden prohibir la honestidad.
Las honestas palabras nos dan un indicio de la honestidad que las pronuncia o las escribe. El hombre honesto no teme la luz ni la oscuridad.

9 La grandeza no destaca por un posición destacada, la grandeza pertenece a la que la rechaza.
Rara vez se presentan grandes oportunidades de ayudar a otros, pero las pequeñas nos rodean todos los días. El hermano que es de humilde condición , gloríese de su exaltación.

10 Cuando una persona inclina la cabeza ante Dios, Dios se la corona.
La humildad consiste en callar nuestra virtudes y permitirle a los demás descubrirlas. Cuando percibas los aplausos del triunfo, que suene también en tus oídos las risas que provocan tus fracasos.