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Dimensión sacramental de la vida

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Presentación del tema: "Dimensión sacramental de la vida"— Transcripción de la presentación:

1 Dimensión sacramental de la vida
Instituto Normal Superior Católico “Sedes Sapientiae” Especialidad – Religión, Ética y Moral Unidad 1 Dimensión sacramental de la vida Módulo: Fundamentos Sacramentológicos en Educación Docente: Mgr. Oscar Velasco Pereira

2 Interpelando nuestra realidad ( A modo de introducción)
Competencias e indicadores El hombre moderno y la realidad simbólica El juego simbólico El lenguaje del símbolo La dimensión simbólica de la realidad Inmanencia, transparencia y trascendencia Algunas aclaraciones conceptuales Funciones del sacramento 1 2 9 8 3 Contenidos 7 4 6 5

3 Interpelando nuestra realidad
1 A modo de introducción

4 A modo de introducción A través de una mirada a nuestro mundo encontramos… En las calles de las ciudades encontramos una cantidad de señales de tráfico para guiar el movimiento de los autos, camiones, transeúntes... Los estudiantes esperaban impacientemente el tono del timbre, para ellos la señal para el recreo... Entro a la computadora al Internet, abro la página central y me encuentro con una cantidad de signos e íconos que no entiendo... Día del maestro: en el momento de estar en su curso, la profesora recibió muchas flores como expresión del cariño de sus estudiantes.

5 A modo de introducción Son experiencias que hablan de signos, señales, símbolos y sacramentos en el cotidiano vivir. Nuestro mundo está lleno de ellos, en cada momento nos encontramos frente a ellos, en cosas, en comportamientos humanos, en gestos, inconscientemente, porque ya se convirtieron en rutina, en algo normal.

6 No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.

7 Competencias e indicadores
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8 Competencias Reflexiona y reconoce todas las cosas de su entorno, los acontecimientos históricos y las personas como posibles sacramentos de Dios manifestando la presencia amorosa del Dios de Jesucristo en y entre los hombres y llamando a la humanidad y a cada persona a un proceso de conversión para la construcción de una vida más humana. Formula nuevos conceptos sacramentológicos con sus propias palabras basándose en reflexiones bíblicas y del Magisterio de la Iglesia, tomando en cuenta el proceso de desarrollo tecnológico en nuestro tiempo e impulsando aplicaciones prácticas a las realidades educativas de la región y del país.

9 Competencias Identifica los siete sacramentos de la Iglesia como momentos nudales en la vida de cada persona, como instrumentos de la gracia divina y símbolo profético del Reinado de Dios, analizando fundamentos teológico – bíblicos, comparándolos con la doctrina sacramentológica tradicional, y valorándolos como símbolos de la construcción de una vida personal, comunitaria y social. Explica las características generales de un sacramento de la Iglesia y específicamente de cada uno de ellos, revisando sus orígenes y su desarrollo histórico, formulando su concepto actual y sugiriendo posibles soluciones para resolver problemas pastorales. Explica y debate por medio de reflexiones bíblicas, de la tradición de la Iglesia y de la realidad, a Cristo como sacramento del Padre, a la Iglesia como sacramento de salvación, y al Pobre como sacramento de Cristo, como los grandes sacramentos de Dios, integrando a la persona y al pueblo en su búsqueda de un mundo mejor.. 9

10 Indicadores Expresa el concepto teológico de sacramento en el sentido amplio con sus propias palabras. Muestra habilidad para observar mímicas y gestos Formula las ideas principales de textos sobre el tema con sus propias palabras usando estrategias de aprendizaje. Identifica las diferencias entre signo, símbolo y sacramento. Realiza las actividades definidas en el módulo a través del diario de campo. Toma críticamente posición frente a los contenidos desarrollados. Aplica las exigencias de la reflexión del tema a su propia práctica educativa.

11 El hombre moderno y la realidad simbólica
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12 3. El hombre moderno y la realidad simbólica
“El hombre moderno no puede ver más allá de la realidad visible” ¿Realmente es así?¿Como personas modernas no podemos ver más allá de la realidad visible, medible y racionalmente explicable? ¿Hemos perdido la capacidad de reconocer lo que es “invisible para los ojos”, lo que parece misterioso? ¿Vivimos meramente hacia la apariencia sin darnos cuenta de lo que es verdaderamente esencial en nuestra vida? ¿Es lo más importante en nuestro tiempo solamente tener conocimientos y no tener también sentimientos y sensibilidad?

13 3. El hombre moderno y la realidad simbólica
No creemos que la persona moderna haya perdido todo su sentido por la dimensión simbólica y sacramental y que se haya convertido en un analfabeto respecto al significado de las cosas. Siempre estamos practicando y utilizando gestos, signos, símbolos para comunicarnos con los demás, como muestran los ejemplos anteriores. Nuestro mundo tan moderno, tan material y técnico, se basa también en el lenguaje simbólico. 13

14 3. El hombre moderno y la realidad simbólica
Quien trabaja con la computadora, tiene que aprender este lenguaje moderno de íconos y botones que ya no muestran frases, oraciones o textos como explicaciones, sino caracteres y mensajes internacionalmente entendibles. Somos capaces de aprender rápidamente los nuevos programas de entendimiento y adaptarnos a los nuevos esquemas de pensar. 14

15 3. El hombre moderno y la realidad simbólica
Leonardo Boff nos dice así: “El hombre es el ser capaz de leer el mensaje del mundo. Nunca es analfabeto. Es siempre el que, en la multiplicidad de lenguajes, puede leer e interpretar. Vivir es leer e interpretar. Respecto a ciertos símbolos y ritos religiosos podemos observar que el hombre moderno y secularizado cada vez más se encuentra en un dilema. Una señal que necesita ser explicada, ya no tiene sentido, ya no es señal, ya no tiene derecho de existir. Un sacramento, que está recibido porque “siempre lo hemos recibido de esta manera”, está en el peligro, vaciarse cada vez más y perder su sentido en lugar de acoger experiencias humanas para enriquecerse. 15

16 El juego simbólico 4

17 4. El juego simbólico La persona en cada momento de la historia de la humanidad y en cada contexto cultural, es capaz de constituir nuevos símbolos y descifrar el sentido simbólico del mundo. Este “juego” del hombre con el mundo, como escribe Boff, se realiza en tres diferentes niveles. “En un primer nivel, el hombre siente extrañamiento El segundo nivel supone el término de este proceso y es la domesticación. Finalmente el hombre se habitúa a los objetos. Forman parte del paisaje humano... 17

18 4. El juego simbólico Las cosas domesticadas igual como los acontecimientos, comienzan a tener importancia para la persona y empiezan a hablar y contar la historia de este juego. Con otras palabras “se convierten en símbolos o sacramentos humanos o profanos”. 18

19 El lenguaje del símbolo
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20 5. El lenguaje del simbólico
La estructura del lenguaje del símbolo o sacramento no es argumentativa y abstracta, sino pertenece al ámbito narrativo. El símbolo o sacramento, a través del lenguaje religioso o trascendente, quiere narrar la historia del encuentro de la persona con los objetos, las situaciones, los acontecimientos y las otras personas, al mismo tiempo abre la puerta a una realidad que trasciende lo visible y científicamente razonable, una realidad superior de un ser supremo el cual denominamos Dios 20

21 5. El lenguaje del simbólico
Subrayamos algunos elementos importantes sobre el símbolo o sacramento desde el punto de vista de lenguaje religioso: Se refiere siempre a un encuentro con algo que nos da respuesta y sentido a los interrogantes fundamentales de nuestra vida Es principalmente evocativo. Narra algo, como un acontecimiento, una irrupción de algo inesperado y misterioso en la vida de las personas. Es auto-implicativo, es decir, implica siempre a las personas con las cosas. Es formativo, lo cual induce a la conversión y a una modificación la vida humana. 21

22 La dimensión simbólica de la realidad
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23 6. La dimensión simbólica de la realidad
Las cosas empiezan a hablar... Todos los objetos de nuestro mundo pueden convertirse en símbolos o sacramentos, pueden comenzar a hablar y a contar su historia con la persona. Si tomamos en serio esta postura, entonces todas las realidades que nos rodean pueden convertirse en un sacramento, en algo que trasciende lo material, lo visible y nos abre el horizonte hacia lo misterioso, hacia Dios. Lo que cambia, es el punto de vista. Unos ven las cosas tal como son, tienen una mirada por fuera, una mirada científica. La mirada sacramental busca la iluminación de las cosas por dentro, las hace transparentes para algo más allá de lo material. 23

24 6. La dimensión simbólica de la realidad
La mirada científica de las cosas... 24

25 6. La dimensión simbólica de la realidad
Esta mirada es típica para nuestro tiempo: todas las cosas o realidades se convierten para nosotros en objetos de estudio y de investigación científica, es decir los situamos frente a nosotros para analizarlos desde el punto de vista científico. Y si decimos “todas las cosas”, incluimos también al hombre, a la naturaleza, nuestra historia, hasta a Dios No rechazamos esta mirada científica, pero te preguntamos: ¿el ser humano se reduce sólo a eso? ¿No somos más que un “robot de acciones, una computadora de informaciones” sobre nuestro mundo? Tenemos la capacidad relacionarnos humanamente con las cosas de este mundo, podemos descubrir y dar valor a ellas, detectar un sentido en ellas. 25

26 6. La dimensión simbólica de la realidad
Si vemos una cosa por dentro, con una mirada interior, no nos concentramos en la cosa misma, sino en el valor y en el sentido para nosotros. Ya no es meramente cosa o realidad, sino se transforma en un símbolo o sacramento que nos lleva hacia el sentido profundo que expresa. Con otras palabras: el símbolo o sacramento, entendido de una manera muy amplia, significa “esa realidad del mundo que, sin dejar el mundo, habla de otro mundo, el mundo humano de las vivencias profundas, de los valores incuestionables y del sentido plenificador de la vida”. Comprender esta forma de pensar y ver las cosas, significa abrirse a la acogida de los sacramentos de la Iglesia, los sacramentos de la fe, porque ellos radicalizan los sacramentos humanos y profanos de nuestra cotidianidad.

27 6. La dimensión simbólica de la realidad
Aparte del pensamiento científico existe, entonces, un verdadero pensamiento sacramental. “Todo revela el hombre, sus experiencias bien o mal acontecidas, y finalmente su encuentro con las múltiples manifestaciones del mundo. En ese encuentro, el hombre no aborda el mundo en forma neutral. Juzga. Descubre valores. Se abre o se cierra a las evocaciones que le provoca. Interpreta. La convivencia con el mundo le da elementos para que construya su morada. Su habitación es la porción del mundo domesticada en la que cada cosa tiene su nombre y ocupa su lugar. En la habitación, las cosas no están puestas al azar. Participan del orden humano. Se vuelven familiares. Revelan lo que es el hombre y cómo es. Hablan y retratan al que en ella habita

28 6. La dimensión simbólica de la realidad
El pensamiento sacramental hace que las cosas que están alrededor de nosotros, las montañas y la naturaleza que vemos, las calles que andamos, la casa donde vivimos en nuestra niñez, las personas con las cuales nos encontramos... no sean simplemente personas, casas, calles, montañas, cosas..., son únicos, son inigualables, son parte de nosotros mismos. Por este motivo, nos alegramos si les ocurre algo bueno, y sufrimos, lamentamos, lloramos, si pasa algo malo. Es así, sí moriría algo en y de nosotros mismos.

29 6. La dimensión simbólica de la realidad
Depende meramente de la persona y su modo de ver y pensar que una cosa se transforme en símbolo o sacramento. Si la persona deja que el mundo penetre dentro de ella, viéndolo humanamente, relacionándose con él, convirtiéndose de tal manera en su mundo, en la misma medida el mundo revela su dimensión sacramental. En la misma medida la persona empieza a descubrir quién es ella, quiénes son los otros, qué es el mundo, qué es la naturaleza, finalmente quién es Dios.

30 6. La dimensión simbólica de la realidad
Las cosas que se transformaron en símbolos o sacramentos, nos evocan, provocan y convocan hacia el sentido que se expresa en ellas, como nos presentó el anterior texto de Leonardo Boff. Los tres términos necesitan una breve reflexión para entender su importancia para el concepto sacramental, también en el sentido religioso y sagrado. Con la siguiente tabla, queremos analizar los términos de reflexión y además el de vocación que nos ayudará en la iluminación de la dimensión sacramental.

31 6. La dimensión simbólica de la realidad
Partiendo del sentido general de vocatio, las cosas o realidades, entendidas como símbolos o sacramentos, quieren llamarnos a una nueva forma de relacionarnos y comunicarnos con ellas y con el sentido que descubrimos en ellas. Las cosas traen algo del pasado a la superficie (evocare), experiencias malas y/o buenas que quedaron para siempre en nuestro interior, en nuestra conciencia, en nuestra memoria; pero también están presentes deseos y anhelos hacia un futuro lleno de felicidad y una vida mejor.

32 6. La dimensión simbólica de la realidad
Las cosas como símbolo o sacramento nos convocan a buscar la vinculación de nuestra historia personal con una historia más grande, de una familia, con la humanidad. Una cosa – sacramento provoca y estimula en nosotros mismos que nos movamos y actuemos. Las cosas evocan, convocan y provocan – de esta manera se transforman en símbolo o sacramento para nosotros. Así ya no son iguales a ninguna otra cosa en el mundo.

33 Inmanencia, transparencia y trascendencia
7

34 7. Inmanencia, transparencia y trascendencia
Probablemente te preguntas: ¿Cómo podemos explicar, desde la cosa o realidad misma, que ella se convierta en un símbolo o sacramento? El teólogo Boff nos ayudará a entenderlo a través de tres conceptos básicos importantes del entendimiento sacramental. Inmanencia Transparencia Trascendencia 34

35 7. Inmanencia, transparencia y trascendencia
El siguiente relato nos ayudará a entender estos tres conceptos: “Existe un vaso, un “tanque” de aluminio. De aquel antiguo, bueno y brillante. El mango está roto pero le confiere un aire de antigüedad. En él bebieron los 11 hijos, de pequeños a grandes. Acompañó a la familia en sus muchas mudanzas. Del campo a la villa; de la villa a la ciudad; de la ciudad a la metrópolis. Hubo nacimientos. Hubo muertos. El participó en todo; vino siempre al lado. Es la continuidad del misterio de la vida en la diferencia de situaciones vitales y mortales... Cada vez que se bebe por él no se bebe agua, sino la frescura, la dulzura, la familiaridad, la historia familiar, la reminiscencia del niño ansioso que se sacia tras la sed. Puede tratarse de cualquier agua. En este tanque siempre será fresca y buena... Gracias al tanque, el agua se convierte en buena, saludable, fresca y dulce. Un hijo regresa. Recorrió el mundo. Estudió. Llega, besa a la madre, abraza a los hermanos. Se matan añoranza sufridas. Las palabras son pocas... ‘Madre, tengo sed, quiero beber del tanque viejo’. 35

36 7. Inmanencia, transparencia y trascendencia
Y el hijo ha bebido de tantas aguas... de Alemania, de Inglaterra, de Francia, la buena agua de Grecia. Aguas de fuentes cristalinas de los Alpes... Tantas aguas... Pero ninguna es como ésta. Se bebe un vaso. Y no para matar la sed corporal. Esa, la matan todas las demás aguas. Para matar la sed del arquetipo familiar, la sed de los penates paternos, la sed fraterna, arqueológica, de las raíces de donde llega la savia de la vida humana. Esa sed sólo la puede matar el tanque. Se bebe un primer vaso. Apresuradamente. Termina con un largo suspiro como de quien se hundió y sale a superficie. Después bebe otro. Lentamente. Es para degustar el misterio que contiene y significa este vaso. ¿Por qué el agua del tanque es buena y dulce, saludable y fresca? Porque el tanque es un sacramento...” 36

37 7. Inmanencia, transparencia y trascendencia
Del lat. immanens - entis, part. act. de immanare, permanecer en: Que es inherente a algún ser o va unido de un modo inseparable a su esencia, aunque racionalmente pueda distinguirse de ella. Trascendencia Del latín transcender, que significa: que trasciende, que está más allá de los límites de cualquier conocimiento posible. Dicho de algo que estaba oculto que empieza a ser conocido o sabido. Penetrar, comprender, averiguar algo que está oculto. Transparencia Del lat. Trans-, a través, y parens, -entis, que aparece: Dicho de un cuerpo: A través del cual pueden verse los objetos claramente. Que se deja adivinar o vislumbrar sin declararse o manifestarse. 37

38 7. Inmanencia, transparencia y trascendencia
Veamos en relación al ejemplo anterior: El vaso recuerda algo que no es el vaso mismo. Algo que trasciende el vaso, nos lleva a comprender algo que todavía no conocemos. El vaso es algo inmanente: pertenece a nuestro mundo material porque tiene su peso, sus componentes físicos, etc. Ese vaso (como realidad inmanente) hace presente algo que no es el vaso mismo ni el líquido que contiene el vaso: la realidad trascendente. ¿Cómo lo hace? Por el vaso y a través del vaso. El vaso se vuelve entonces transparente para la realidad trascendente y deja de ser puramente inmanente. Ya no es como los demás vasos. Es diferente porque hace presente por sí mismo (inmanencia) y a través de si mismo (transparencia) algo que va más allá de sí mismo (trascendencia). Es decir, el vaso se vuelve transparente de la realidad de la historia familiar, de la vida de los hijos, de la sed, de las comidas, del compartir, de los momentos de sufrimiento y luto como de alegría y gozo. 38

39 7. Inmanencia, transparencia y trascendencia
Este pensamiento sacramental nos lleva a una experiencia total: Nuestro mundo conoce la inmanencia y la trascendencia, no como dos realidades opuestas que se excluyen, sino como realidades que se complementan, que se encuentran, que se comunican y conviven una en la otra. Entre ellas hay algo más, como una “categoría intermedia”, que es la transparencia que acoge en sí tanto a la inmanencia como a la trascendencia. “Lo transcendente se hace presente en lo inmanente, logrando que esto se vuelva transparente a la realidad de aquello. Lo transcendente, irrumpiendo dentro de lo inmanente, transfigura lo inmanente, lo vuelve transparente”. Entendemos el símbolo o sacramento como transparencia que se relaciona con los dos mundos del trascendente y de inmanente, con la realidad visible y la que no aflora, con la mirada interna y externa: lo que está dentro, debe expresarse exteriorizarse, debe ser transparente para que pueda ser experimentado. 39

40 7. Inmanencia, transparencia y trascendencia
Finalmente con las palabras de Leonardo Boff te decimos: “Entender esto es entender el pensamiento sacramental y la estructura del sacramento. No entender esto significa no entender nada del mundo de los símbolos y de los sacramentos” 40

41 Algunas aclaraciones conceptuales
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42 8. Algunas aclaraciones conceptuales
¿Y cuál es la relación entre signo y señal con símbolo y sacramento? Intentaremos de una manera sencilla recoger los diferentes conceptos, sabiendo que hay muchas discusiones y posiciones diferentes de otras ciencias. ¿Y cuál es la relación entre signo y señal con símbolo y sacramento? Intentaremos de una manera sencilla recoger los diferentes conceptos, sabiendo que hay muchas discusiones y posiciones diferentes de otras ciencias. 42

43 8. Algunas aclaraciones conceptuales
Símbolo viene del latín simbolum, y este de la antigua palabra griega συμβολον (symbolon), que entiende el símbolo como un signo de reconocimiento, que muestra y actualiza un compromiso interior o un contrato. Desde el siglo IV, la palabra symbolon es el nombre para el signo de reconocimiento de los cristianos, que es la profesión de la fe, como lo nombramos hoy: el Credo. 43

44 8. Algunas aclaraciones conceptuales
Este concepto de símbolo se basa en las reunión de dos componentes, la referencia y la relación del uno al otro. Precisamente de esto hemos hablado anteriormente: la relación de la trascendencia con la inmanencia por medio de la transparencia. Para distinguir bien el símbolo del signo: Un signo es algo que está ocurriendo en el momento, existe una relación natural. La sonrisa de una persona por ejemplo, es signo de una alegría interior. El símbolo es algo que representa otra cosa; le relación es convencional. Un ejemplo: La bandera es un símbolo de un país, pero no es el país. 44

45 8. Algunas aclaraciones conceptuales
Aclaramos algo importante: todavía hablamos de la trascendencia como un término filosófico, como algo que nos responde a nuestras preguntas más íntimas, que da sentido a nuestra vida. Si entramos ahora al concepto de símbolo en el sentido teológico, llenaremos la expresión “trascendencia” con la experiencia de nuestra fe en nuestro Dios que vino a la historia humana, que se hizo hombre en Cristo. De este modo, el concepto de símbolo adquiere un sentido profundo, porque trata de describir la comunicación en signos entre Dios y el hombre. 45

46 8. Algunas aclaraciones conceptuales
Para la persona que medita todo a partir de Dios, el mundo entero es un gran sacramento: cada cosa, cada acontecimiento histórico, se destacan como sacramentos divinos y de su divina voluntad. Reconocer esto sólo es posible para quien cree en Dios. Caso contrario, el mundo sería una realidad meramente inmanente. La fe permite vislumbrar a Dios en el mundo; entonces el mundo con sus cosas y hechos se transforma, es más que el mundo material, es sacramento de Dios. Por consiguiente, en la medida en que alguien, con esfuerzo y lucha, se deje asumir y penetrar por Dios, de la misma forma experimenta la transparencia o sacramentalidad de todas las cosas. 46

47 8. Algunas aclaraciones conceptuales
De una manera sencilla, describimos ahora lo que es un sacramento en un sentido amplio: El concepto del símbolo en la teología y en la fe, se llama sacramento (en un sentido estricto) y expresa la referencia mutua de un aspecto humano e intramundano y de un componente divino. 47

48 8. Algunas aclaraciones conceptuales
Etimológicamente hay que destacar que el término sacramentum no es una palabra bíblica. En la más antigua traducción latina de la Sagrada Escritura, la denominada “Itala”, se traduce el vocablo griego mysterion (μυστεριον; casa sacra, oculta, escondida o secreta) por “sacramentum”, es decir algo que santifica. Sacramentum era, en el uso profano romano, sobre todo un término técnico del ejército imperial para designar el juramento a la bandera, es decir, un rito que trataba de expresar un cierto compromiso propio frente al Imperio y además un tributo que se ofrecía a los dioses. 48

49 8. Algunas aclaraciones conceptuales
Por la traducción del griego al latín, la palabra sacramentum participa del amplio significado del concepto del término mysterion. Por ende, para la comprensión originaria del sacramento es importante la vinculación estrecha del mysterion con la comunicación de salvación en Jesucristo. Aclaramos estos pensamientos con algunas citas de la carta de San Pablo a los Colosenses. 49

50 8. Algunas aclaraciones conceptuales
Una característica esencial es que se utiliza el concepto mysterion casi siempre unido a expresiones que significan “revelación”25, como por ejemplo descubrir, anunciar, dar a conocer, expresar, comunicar, etc. Quiere decir que la revelación pertenece de una manera esencial y constitutiva a este uso de la palabra mysterion. “La revelación descubre el misterio precisamente como tal. Concretando: la cruz y la resurrección de Jesús hacen presente y experimentable, aunque siga siendo incomprensible, el misterio de la amorosa donación y proximidad de Dios 50

51 8. Algunas aclaraciones conceptuales
Mysterion es, entonces, el plan amoroso de Dios, escondido durante siglos, ahora manifestado en Cristo, dado a conocer a los discípulos, revelado especialmente a los pobres y marginados. Es el Reinado de Dios, el plan de salvación que se realiza en Cristo Jesús. 51

52 Funciones del sacramento
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53 9. Funciones del sacramento
La transparencia es aquello que nos permite entender la estructura y el pensamiento sacramental. “Dios nunca es alcanzado directamente en sí mismo, sino siempre juntamente con el mundo y con las cosas del mundo que son diáfanas y transparentes respecto de él. De ahí que la experiencia de Dios sea siempre una experiencia sacramental, en la cosa experimentamos a Dios. El sacramento es una parte del mundo (inmanente) pero que aporta en sí otro mundo (transcendente), Dios... En él (el sacramento) coexisten dos movimientos: uno que viene de Dios hacia la cosa y otro que va de la cosa hacia Dios” Estos dos movimientos podemos describir como funciones del sacramento: la función indicadora y la función reveladora. 53

54 9. Funciones del sacramento
Función indicadora La función indicadora va del objeto a Dios. El objeto, la cosa o realidad que se convierte en sacramento, indica y muestra hacia Dios. Dios es captado en y no con el objeto. El objeto no quiere absorber la mirada de la persona, sino hace que su mirada se dirija hacia Dios, que está presente en el objeto sacramental. La persona no debe descansar viendo solamente el objeto. Debe trascender y buscar a Dios, comunicado en el sacramento. 54

55 9. Funciones del sacramento
Función reveladora Este movimiento va de Dios al objeto sacramental. Dios en sí es invisible, pero se hace sacramentalmente visible y captable. El sacramento revela, comunica y expresa a Dios presente en él. “Sin dejar de pertenecer al mundo, se convierte en vehículo e instrumento de la comunicación del mundo divino. Es el acontecimiento de la transparencia y diafanía divinas. El hombre de fe es invitado a sumergirse en la luz divina que resplandece en el interior del mundo... El mundo, sin dejar de ser mundo, se transforma en un elocuente sacramento de Dios: apunta hacia Dios y revela a Dios”. 55

56 9. Funciones del sacramento
El ser humano tiene, entonces, esta vocación esencial: convertirse en una persona sacramental, es decir que sea para otros sacramento o símbolo de la presencia de Dios en este mundo y, al mismo tiempo, que tenga la capacidad y sensibilidad para descubrir en el otro y en las realidades del mundo el rostro amoroso de nuestro Dios. 56


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