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EN ESTADO PERMENANENTE DE MISIÓN, A LA LUZ DE APARECIDA

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Presentación del tema: "EN ESTADO PERMENANENTE DE MISIÓN, A LA LUZ DE APARECIDA"— Transcripción de la presentación:

1 EN ESTADO PERMENANENTE DE MISIÓN, A LA LUZ DE APARECIDA
CONVERSIÓN PASTORAL IMPLICACIONES PARA UNA IGLESIA EN ESTADO PERMENANENTE DE MISIÓN, A LA LUZ DE APARECIDA

2 El marco de la conversión pastoral
Aparecida está en la perspectiva de la renovación eclesial del Vaticano II, recibido en A.L. y El Caribe por Medellín y la consequente “tradición latinoamericana”. Frente a los nuevos desafíos, en lugar de una Iglesia apologeta, Aparecida apuesta en una Iglesia propositiva, misionera, en espíritu de diálogo y servicio, compañera de camino de toda la humanidad.

3 Se trata de una misión centrífuga,
de “irradiación” de la Buena Nueva, no proselitista y ni por parte de algunos o de manera puntual, sino a través de “una Iglesia en estado permanente de misión”. El desafío presenta implicaciones: asumir una actitud de permanente “conversión pastoral (366) y de renovación eclesial (367).

4 1. Situando la cuestión La exigencia de cambios en el ser y quehacer de la Iglesia viene desde la primera hora del cristianismo: Santos Padres: Ecclesia semper reformanda Juan XXIII: “aggiornamento” de la Iglesia en relación al mundo moderno El Vaticano II: “la tradición progresa” “tradición es la historia del Espíritu Santo en la historia del Pueblo de Dios” (B. Forte).

5 Como sacramento del Reino, en la precariedad de la historia, la Iglesia precisa estar en continuo proceso de renovación, tanto en su “ser” como en su “quehacer”. En la medida en que la razón de ser de la Iglesia es responder a las necesidades de evangelización, su “hacer” hace su “ser”; los “modelos de acción” van configurando “modelos eclesiológicos”.

6 El surgimiento de la expresión “conversión pastoral”
La expresión “conversión pastoral” aparece por primera vez en el Magisterio en Santo Domingo. El concepto remonta a la conciencia de la necesidad, en la Iglesia y en el mundo, de ir más allá de la “conversión personal”. Medellín, apoyado en la Populorum Pregressio, ya había hablado de “injusticia institucionalizada” y, Puebla, respaldada por Evangelii Nuntiandi, de “estructuras de pecado”. La vida nueva en Jesucristo implica, por lo tanto, cambios personales, comunitarios, institucionales, de estructuras… también en la Iglesia.

7 2. Qué se entiende por “conversión pastoral”
Del mismo modo que Santo Domingo, Aparecida evoca la conversión pastoral, en relación al modelo de evangelización: “La conversión pastoral de nuestras comunidades exige ir más allá de una pastoral de mera conservación para una pastoral decididamente misionera” (n. 370).

8 La expresión “pastoral de conservación”
es de Medellín, evocada para referir-se al modelo pastoral preconciliar de cristiandad, “basada en una sacramentalización con poca énfasis en la previa evangelización… en una época en que las estructuras sociales coincidían con las estructuras religiosas” (n. 6,1). Aparecida, en sintonía con Med y SD, entiende la conversión pastoral como el paso de una pastoral de cristiandad, de sacramentalización, de conservación, a una pastoral de pos-cristiandad, evangelizadora, “decididamente misionera”.

9 La noción “conversión pastoral” en Santo Domingo
En el texto de Santo Domingo: “La Nueva Evangelización exige la conversión pastoral de la Iglesia. Tal conversión debe ser coherente con el Concilio. Lo toca todo y a todos: en la conciencia, en la praxis personal y comunitaria, en las relaciones de igualdad y autoridad; con estructuras y dinamismos que hagan presente cada vez con más claridad a la Iglesia, en cuanto signo eficaz, sacramento de salvación universal” (n. 30).

10 El objeto o el “qué” de la conversión pastoral:
El objeto o el “qué” de la conversión pastoral: - “toca a todo” – acciones, métodos, lenguajes, estructuras; y - “a todos” – tanto en las relaciones interpersonales como en el ejercicio de la autoridad. La razón o el “para qué” de la conversión pastoral es hacer presente, de modo visible, la Iglesia como sacramento de salvación universal. Todo eso, dentro de los parámetros o “en coherencia con el Concilio Vaticano II”.

11 3. La conversión pastoral como urgencia eclesial
Para Aparecida, en sintonía con Med. y SD, urge una conversión pastoral y una renovación eclesial, básicamente, por dos motivos: - la necesidad de se llevar adelante la reforma del Vaticano II; y - a la luz del Concilio, dar nuevas respuestas a las nuevas preguntas, que los nuevos tiempos presentan, a través de una Iglesia “decididamente misionera”.

12 Afirma Aparecida: “… nos ha faltado valentía, persistencia y docilidad a la gracia para proseguir la renovación impulsada por el Concilio Vaticano II, por las anteriores Conferencias Generales, y para asegurar el rostro latinoamericano y caribeño de nuestra Iglesia” (100h). Prueba de eso son “… algunos intentos de volver a una eclesiología y espiritualidad anteriores a la renovación del Vaticano II” (100b).

13 De hecho, Medellín entendió el Concilio, en la perspectiva abierta por Pablo VI: “un concilio no termina de manera definitiva con la promulgación de los decretos, pues estos, más que un punto de llegada, son un punto de partida para otros objetivos” (O.R. 06jul1969). Por eso, a la conversión pastoral y a la renovación eclesial, hoy, se presenta la gran tarea de hacer una “segunda recepción” del Vaticano II en el contexto de nuestro Continente, tal como lo hizo Medellín, en su momento y contexto.

14 4. Conversión pastoral: directrices a la luz de Aparecida
4.1. Conversión en la conciencia de la comunidade eclesial La conversión en la conciencia concierne a cada bautizado en el seno de la Iglesia en el mundo, pues una comunidad es más que la mera suma de sus miembros. Ella también es sujeto e, por lo tanto, igualmente objeto de conversión.

15 a) Vivir un nuevo Pentecostés Para una Iglesia toda ella misionera, ella necesita “desinstalarse de su acomodación, estancamiento y tibieza, al margen del sufrimiento de los pobres del Continente”. Por eso, “esperamos un nuevo Pentecostés que nos libere del cansancio, de la desilusión y de la acomodación en que nos encontramos” (n. 362). La firme decisión misionera de promoción de la cultura de la vida, “debe impregnar todas las estructuras eclesiales y a todos los planes de pastoral, en todos los niveles eclesiales, así como toda la institución eclesial, abandonando las estructuras ultrapasadas” (n. 365).

16 b) La misión en el trinomio Iglesia-Reino-Mundo Después del Vaticano II ya no se puede concebir la misión fuera del trinomio Iglesia-Reino-Mundo. No hay Iglesia sin el Reino y fuera del Mundo, de la forma con que no hay Reino fuera del Mundo, al cual pertenece la Iglesia. Los discípulos misioneros están invitados a convertirse al Reino, que significa “someter todo al servicio de la instauración del Reino de la Vida” (n.366) y testimoniar “los valores del Reino en el ámbito de la vida social, económica, política y cultural” (n. 212), para transformar la “ciudad actual” en “Ciudad Santa” (n. 516).

17 c) Acoger y colaborar con la obra que el Espíritu realiza, también fuera de la Iglesia El cristiano, como ciudadano del Reino, es compañero de camino de todas las personas de buena voluntad, pertenecientes a otras Iglesias y credos o simplemente profesantes de un “humanismo abierto al Absoluto” (PP). Afirma Aparecida que en los valores del Reino en las culturas, en compromisos históricos asumidos en las religiones, descubrimos “la presencia del Espíritu Santo en tierras de misión” (n.374), “más allá de la comunidad eclesial” (n.326); “necesidades urgentes nos llevan a colaborar con otros organismos o instituciones…” (n.384).

18 d) Hacer del pluralismo, no una apertura,
d) Hacer del pluralismo, no una apertura, sino un presupuesto Como el sujeto es plural, el presupuesto es de la alteridad: concebirse en la relación con el diferente. Consequentemente, en la evangelización no hay destinatarios, sino interlocutores. Afirma Aparecida que es urgente “descolonizar las mentes”, hacer cesar la lógica colonialista de rechazo y de asimilación del otro, una lógica que no viene de afuera, sino que está dentro de nosotros (cf n.96). Por eso, “anuncio y diálogo son elementos constitutivos de la evangelización” (n. 237).

19 4.2. Conversión en la praxis personal y comunitaria
Conversión pastoral es esencialmente cambio en el ámbito de las practicas, de la acción eclesial, para que las respuestas dadas por la Iglesia, desde la fe, correspondan a preguntas reales y hagan de la Palabra de Dios “palabra de salvación para nosotros hoy” (DV).

20 a) Una acción fundada en un encuentro personal con Jesucristo La misionero y la misión dependen de una experiencia de discipulado, que comienza con el encuentro con el evento Jesucristo (n. 243); la propia naturaleza del cristianis-mo consiste en reconocer la presencia de Jesucristo y seguirlo (n. 244). Por eso, Aparecida propone una acción evangelizadora que llegue a las personas, más allá de comunidades masivas, constituidas de cristianos no evangeliza-dos de débil identidad cristiana y poca pertenencia eclesial (n. 226a).

21 b) Pasar de la implantación de la Iglesia
a la encarnación del Evangelio Evangelizar no consiste simplemente en incorporar personas a una institución, sino, ante todo encarnar el Evangelio en la vida de personas contextualizadas. La Iglesia es consecuencia de la adhesión a Jesucristo y su Reino. No hay cristiano sin Iglesia. Evangelizar es inculturar el Evangelio (n. 491), en un proceso, en el cual, el sujeto es quién recibe el mensaje, incorporándolo, según su cultura, en su vida y en sus relaciones.

22 c) Hacer del ser humano el camino de la Iglesia El Pueblo de Dios peregrina en la historia, compartiendo “las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias” (GS 1) de todos los seres humanos. Cabe, pues, a la Iglesia se descentrar de sus cuestiones internas y sintonizar con las grandes causas de la humanidad. Para Aparecida, “Dios, en Cristo, no redime solo la persona individual”, sino en sus “relaciones sociales” (n. 359), por eso, evangelizar es también “engendrar padrones culturales alternativos para la sociedad actual” (n. 480).

23 d) Una evangelización integral,
más allá de la proclamación del kerigma Jesús no es el autor de una salvación a-histórica y espiritualizante – “yo vine para que todos tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10). Medellín, en la perspectiva de la PP, concibe la salvación no ajena al “pasaje de situaciones menos humanas para situaciones más humanas”. Afirma Aparecida que la obra de la evangelización está ligada a la promoción humana, que lleva a “una auténtica liberación”, integral, abarcando “todo el hombre y el hombre todo” (n. 399).

24 e) La opción por los pobres como
e) La opción por los pobres como seguimiento de Jesús Afirma Aparecida, con Benedicto XVI, que la opción por los pobres “está implícita en la fe cristológica, en aquel Dios que se hizo pobre por nosotros, para nos enriquecer con su pobreza” (n. 392). Por eso, la Iglesia está “convocada a ser abogada de la justicia y defensora de los pobres”, frente a las intolerables desi-gualdades sociales y económicas, que claman al cielo (n.395). “Para que sea preferencial necesita traspasar todas las nuestras estructuras y prioridades pastorales” (n. 396).

25 f) Una renovada pastoral urbana Para una conversión pastoral, se hace necesario: - “un estilo de acción adecuado a la realidad urbana, en su lenguaje, estructuras, prácticas y horarios”; - un plan pastoral “orgánico y articulado, que incida sobre el conjunto de la ciudad”; estrategias para llegar a los “condominios cerrados, edificios residenciales y “favelas’”; - una mayor presencia en los “centros de decisión de la ciudad, tanto en las estructuras administrativas como en la organizaciones comunitarias” (n. 518).

26 g) Un consistente programa de formación Para una conversión pastoral, se hace necesaria una “decidida opción por la formación de los miembros de nuestras comunidades” (n. 276). No antes o después, sino “en la misión” (n. 278c). Especialmente “bíblica y en los contenidos de la fe” (n. 226), para que, a través de una “forma-ción crítica” (n. 486f) y una “consciencia crítica” (n. 499), colaboren para la transformación del mundo (n. 280d). Los planes de pastoral deben “favorecer la formación de un laicato capaz de actuar como verdadero sujeto eclesial y competente inter-locutor entre la Iglesia y la sociedad” (n. 497).

27 El clericalismo, el autoritarismo,
4.3. Conversión en las relaciones de igualdad y autoridad El clericalismo, el autoritarismo, la minoridad del laicado, la discri-minación de las mujeres y la falta de co-responsabilidad entre todos los bautizados en la Iglesia, son los grandes obstáculos para llevar adelante la renovación operada por el Vaticano II.

28 a) Pasar del binomio clero-laicos
a) Pasar del binomio clero-laicos a comunidad-ministerios Para el Vaticano II no existe dos clases de cristianos – clero-laicos – sino, un único género – los bautizados. Aparecida, con Puebla, habla de la Iglesia como “comunión y participación” (n. 213), “casa y escuela de comunión” (n. 158). Por eso, la necesidad de participación “de los laicos del discernimiento, toma de decisiones, de la planeación y de la ejecución”, en la obra de la evangelización (n. 371).

29 es un pueblo profético, sacerdotal y regio,
b) La co-responsabilidad de los bautizados, en una Iglesia toda ella ministerial Según el Vaticano II, todo el Pueblo de Dios es un pueblo profético, sacerdotal y regio, que tiene el bautismo como fundamento de todos los demás ministerios. Por eso, urgen procesos de toma de decisiones relativas a la pastoral, que contemplen la participación de todos, en la co-responsabilidad de todos los bautizados en la obra de la evangelización. Destaca Aparecida la necesidad de promover “el protagonismo de las mujeres”, con ministerios, y su “efectiva presencia en las esferas de planeación y decisión” (n. 458).

30 4.4. Conversión de las estructuras
“Vino nuevo, en odres nuevos”. Ver hasta que punto el “ser” de la Iglesia (organización, estructuras) es soporte a su “quehacer” en el contexto actual. Las estructuras son un elemento fundamental de la visibilidad de la Iglesia, pues, afectan su carácter de sacramento. Las estructuras son también mensaje.

31 es preferencial y, por eso, debe “atravesar
a) Una Iglesia “casa de los pobres” As estructuras sociales injustas de la sociedad desafían las estructuras pastorales, que no consiguen responder a las necesidades de los necesitados. Para Aparecida, la opción por los pobres es preferencial y, por eso, debe “atravesar todas las nuestras estructuras y prioridades pastorales” (n. 396). La Iglesia, como “casa de los pobres” (n. 8), “Iglesia samaritana” (n. 26), debe criar estructuras abiertas a acoger a todos (n. 412), en perspectiva de vida en abundancia (n. 121).

32 b) Una pastoral social estructurada,
b) Una pastoral social estructurada, orgánica e integral Para Aparecida, para asumir con nueva fuerza la opción por los pobres, todo proceso evangelizador precisa ser de promoción humana y buscar la auténtica liberación, sin la cual no es posible un orden justo en la sociedad (n. 399). Por eso, cabe “promover renovados esfuerzos para fortalecer una pastoral social estructurada, orgánica e integral, que con la asistencia y le promoción humana, se haga presente en la nuevas realidades de exclusión y marginación”, “en donde la vida está más amenazada” (n. 401).

33 c) Crear comunidades de tamaño humano Expresión de una Iglesia que quiere asumir con más fuerza la opción por los pobres son las pequeñas comunidades eclesiales o de base, para Medellín, “célula inicial de estructuración eclesial y foco de evangelización” (n.178). Teniendo “la Palabra de Dios como fuente de su espiritualidad”, “demuestran su compromiso evangelizador e misionero entre los más sencillos y alejados y son expresión visible de la opción preferencial por los pobres. Son fuente y semilla de variados servicios y ministerios, a favor de la vida, en la sociedad y en la Iglesia” (n. 179).

34 y de las realidades circundantes (n. 170)
d) Renovar la parroquia La parroquia es célula viva de la Iglesia, pero necesita una vigorosa renovación, para que sea: - espacio de iniciación cristiana; - educación y celebración de la fe, abierta a la diversidad de los carismas, servicios y ministerios; - organizada de manera comunitaria y responsable; - integradora de los movimientos; - abierta a la diversidad cultural e a proyectos pastorales supra-parroquiales y de las realidades circundantes (n. 170)

35 Llevando en consideración sus dimensiones, es aconsejable su sectorización en unidades territoriales menores, con equipos de animación y coordinación que permitan una mayor proximidad a las personas y grupos que viven en la región. Dentro de estos sectores, es aconsejable también, la creación de grupos de familias, que pongan en común su fe y las respuestas a sus propios problemas (n.372).

36 e) Una acción pastoral pensada La renovación eclesial pasa por el esfuerzo de una pastoral pensada. Por eso, el plan pastoral diocesano y en los diferentes niveles, debe ser la respuesta consciente e eficaz, para atender a las exigencias del mundo de hoy, con indicaciones pragmáticas concretas, objetivos y métodos de trabajo. Los laicos precisan participar del discernimiento, de la toma de decisiones, de la planeación y de la ejecución (n. 371).


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