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EDUCACIÓN EN VALORES Ciclo Inicial (6-8 años) DESARROLLO AFECTIVO

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Presentación del tema: "EDUCACIÓN EN VALORES Ciclo Inicial (6-8 años) DESARROLLO AFECTIVO"— Transcripción de la presentación:

1 EDUCACIÓN EN VALORES Ciclo Inicial (6-8 años) DESARROLLO AFECTIVO
ADAPTACIÓN DEL BANCO DE HERRAMIENTAS AUDIOVISUALES PARA LA PREVENCIÓN GENERALITAT VALENCIANA ORIENTACIONES DESARROLLO AFECTIVO

2 Recursos audiovisuales
Recursos para imprimir canción pelicula cuento poesía TV

3 Las CANCIONES están presentes en la vida cotidiana de los alumnos, y el hecho de incorporarlas en el contexto del grupo clase, en un ámbito cada día más abierto a las inquietudes y preferencias de los niños, conlleva un atinado recurso de aproximación al mundo significativo del alumnado.

4 El atractivo del CINE facilita que los alumnos se identifiquen con las situaciones y los personajes.

5 Las FÁBULAS y las LEYENDAS facilitan la proyección cognitiva y afectiva de los niños en mundos fantásticos en los que se desarrollan valores,se explora el autoconcepto, se expresan las actitudes y se manifiestan todo tipo de comportamientos, prosociales o antisociales. El CUENTO es una herramienta didáctica que ofrece inmensas posibilidades para el educador. Formular preguntas que permitan proyectar la ficción inscrita en el cuento sobre la realidad cotidiana del niño, exigir un esfuerzo para inventar finnales alternativos, o extraer valores o antivalores a partir de los personajes del cuento.

6 La POESÍA tiene la virtud de despertar y activar el mundo emocional de los niños.

7 Volver a página inicial
En la PUBLICIDAD se cuentan pequeñas y grandes historias en un espacio muy corto de tiempo, lo que le confiere unas posibilidades pedagógicas extraordinarias. Volver a página inicial

8 DESARROLLO AFECTIVO Autoestima Autoexpresión emocional Empatía

9 DESARROLLO AFECTIVO. Autoestima
A fuego lento A Margarita La niña blanca Silencio en la sala La sirenita que quería ser reina de las guapas

10 A Margarita [Fragmento]
Margarita, está linda la mar, y el viento lleva esencia sutil de azahar; yo siento en el alma una alondra cantar: tu acento. Margarita, te voy a contar un cuento. Este era un rey que tenía un palacio de diamantes, una tienda hecha de día, y un rebaño de elefantes, un quiosco de malaquita, un gran manto de tisú, y una gentil princesita, tan bonita, Margarita, tan bonita como tú. Una tarde la princesa vio una estrella aparecer; la princesa era traviesa y la quiso ir a coger. A Margarita [Fragmento] Margarita, está linda la mar, y el viento lleva esencia sutil de azahar: tu aliento. Ya que lejos de mí vas a estar, guarda, niña, un gentil pensamiento al que un día te quiso contar un cuento. Rubén Darío Índice

11 No corráis, vientecillos con tanta prisa, porque al son de las aguas
LA NIÑA BLANCA ¿Dónde va de mañana la niña blanca, si la nieve ha cuajado por la montaña?. Cuando sube a la sierra la blanca niña en arroyos la nieve huye de envidia. No corráis, vientecillos con tanta prisa, porque al son de las aguas duerme mi niña. Lope de Vega Índice

12 SILENCIO EN LA SALA Silencio en la sala Que el burro va a hablar.
El primero que hable, burro será. todos a callar; silencio en la sala cuando yo diga “ya”, ¡YA! Índice

13 SIRENITA QUE QUERÍA SER “REINA DE LAS GUAPAS”
Las sirenas son animales con cuerpo de pez de cintura para abajo y cuerpo de mujer de cintura para arriba. Viven en el mar, lejos de las personas. Por eso mucha gente piensa que no existen, pero... ¿quién puede asegurarlo? En un remoto océano vivía un grupo de sirenas que se pasaban el día jugando y recogiendo los objetos que las personas tiran al mar. Su vida era muy tranquila porque tenían como amigos a todos los peces –grandes y chicos- de mares y océanos.

14 Pero una joven sirenita se aburría de hacer siempre lo mismo
Pero una joven sirenita se aburría de hacer siempre lo mismo. Su mayor deseo era salir a tierra firme y conocer a los seres humanos. Sus amigas y los demás animales que viven en el agua trataban de convencerla: -No te empeñes. Si sales a cualquier playa, se asustarán, y quizá te maten. O peor, te cogerán prisionera y te encerrarán en una pecera, que es como una cárcel para nosotros, los seres que nadamos y buceamos.

15 La sirenita aceptaba los consejos, pero a regañadientes
La sirenita aceptaba los consejos, pero a regañadientes. Hasta que un buen día, cayó al fondo del mar un trozo de revista con fotos en el que se anunciaba un concurso humano de belleza. La sirenita empezó a soñar despierta. ¿Y si iba al concurso?; ¡menuda sensación!. ¿Y si además ganaba?. Sería maravilloso... Así que anunció a todos sus amigos que se presentaría al concurso. Aunque todos le rogaron que no fuese, la sirena no cambió de opinión. Su madre, antes del viaje, le preguntó: -¿Por qué quieres ir, hija mía?. Aquí todos te queremos, y sabemos que eres muy bonita- -Porque quiero que me admiren, que me regalen una corona de oro, reconozcan que soy el ser más bello del planeta y me adore todo el mundo, desde reyes hasta campesinos- dijo la imaginativa sirenita.

16 Su madre se preocupó mucho, pero no quiso obligarla a quedarse
Su madre se preocupó mucho, pero no quiso obligarla a quedarse. Así que nuestra amiga viajó nadando durante días sin descansar. Cuando llegó a la costa, salió del agua y dijo a unos pescadores: -¿No os parezco hermosa? ¡Seguro que jamás habéis visto un ser tan bello como yo! Llevadme al concurso de belleza. Los pescadores, asombrados, la metieron dentro de un saco lleno de agua de mar, y la trasladaron al palacio donde se celebraba el concurso. Durante el viaje, la sirenita cantaba feliz. ¡Ya se veía como la reina de la belleza! Saldría en todos los periódicos y personas de todo el mundo irían a verla. ¡Qué envidia sentirían sus amigas!

17 Pero no todo fue tan bien como esperaba; en lugar de entrar por la puerta principal del palacio, los pescadores la llevaron hasta la puerta que daba a las cocinas. -¡Eh, que no es por aquí!- dijo la sirenita un poco preocupada. Pero los hombres no le hicieron ni caso. Cuando llegaron ante el cocinero jefe, negociaron un precio por su captura y se fueron sin despedirse. La sirenita estaba confundida: ¿cómo era que no admiraban su belleza? Se le ocurrió preguntar al cocinero: -¿Acaso no ves que soy la más bella entre las bellas? ¡Llévame al concurso!- -¿Bella dices?; para bello, el plato de pescado guisado que voy a hacer contigo. El príncipe me felicitará, seguro- respondió el cocinero mientras afilaba un enorme cuchillo y ponía a calentar una sartén.

18 La sirenita se dio cuenta de que era inútil convencerle
La sirenita se dio cuenta de que era inútil convencerle. El cocinero sólo veía en ella un pescado más. Grande y raro, pero pescado al fin y al cabo. Muy triste, se tumbó en el fondo del saco esperando su momento final. Un ayudante del cocinero se había fijado en todo, y apenado, decidió salvarla. Cuando su jefe estaba echando sal a la enorme sartén, cargó con el saco a sus espaldas y lo transportó a la playa. La sirenita, coqueta aún, le preguntó: -¿Me salvas la vida porque soy hermosa?- -No. Te salvo la vida porque te han engañado y tu hogar está el mar.- y sin decir más, la tiró al océano.

19 La sirena viajó pensativa de vuelta a su hogar en lo más profundo de las aguas.
Cuando estaba llegando, fueron a saludarla todos sus amigos. Celebraron su llegada más aún que si volviera con la corona de reina de la hermosura. Fue entonces cuando la sirenita comprendió lo vanidosa que había sido y aprendió una lección que nunca olvidaría: la verdadera belleza está en el interior. [Adaptación de un cuento popular] Índice

20 DESARROLLO AFECTIVO ¿Qué te pasa? Cariño en familia El dolor de Mambrú
AUTOEXPRESIÓN EMOCIONAL ¿Qué te pasa? Cariño en familia El dolor de Mambrú Las tres cautivas poesía Arión y su lira ,cuento

21 Índice

22 LAS TRES CAUTIVAS Índice

23 ARIÓN Y SU LIRA

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26 Los traidores marineros no tuvieron inconveniente, le permitieron subir de nuevo a la
nave y así pudo Arión entonar un bellísimo canto. Los sonidos de su lira y de sus labios transmitían tristeza, melancolía, ternura y paz. Los marinos ladrones quedaron fascinados ante tanta belleza musical; y tan atentos estaban al canto, que no se dieron cuenta de que muchos delfines rodearon el barco, atraídos también por Arión. En el puerto de Corinto, alguien dio la voz de aviso: -¡Mirad!; viene una bandada de delfines.- -¡Fijaros bien!, viene con ellos un dios. ¡Es el mismísimo Poseidón, dios de los mares!- dijo otro. -Yo creo que es Tritón, porque tiene cuerpo de hombre y cola de pez- dijo asombrado un tercero. Habían confundido a Arión con un dios que era medio hombre y medio pez, Tritón. Pero pronto descubrieron que se trataba de su amigo. Al llegar a tierra, los delfines se despidieron con divertidos sonidos y graciosos chapoteos; Arión les dio las gracias y acarició sus lomos. Los animales juguetearon un rato en el agua con su amigo humano, y al cabo de un rato se dirigieron hacia alta mar.

27 Índice

28 EMPATÍA ¿Quieres un poco ? Rodrigo y babieca
Somos iguales y somos diferentes Marisol, ¡Ten cuidado! Sonatina

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30 MARISOL, ¡TEN CUIDADO! Marisol y Carlitos eran dos hermanos que se querían mucho. Cuando estaban en el campo, su madre les dejaba todos los días dar un paseo por el bosque. -Tened mucho cuidado y no os vayáis demasiado lejos- les advertía. Ellos corrían, buscaban piñones, recogían piedras curiosas y luego se sentaban al pie de un árbol para comerse la merienda que sus padres les habían preparado. Carlitos era un niño tranquilo y obediente, que siempre seguía los consejos y advertencias de sus padres. Por el contrario, Marisol era un manojo de nervios, siempre inquieta y un poco alocada. A menudo se le olvidaban las normas y los consejos de los mayores, y siempre estaba pensando en hacer todo tipo de diabluras.

31 Aquella mañana el sol brillaba muy alegremente y los pájaros piaban buscando su
comida aquí y allá. De repente, Marisol gritó: -¡Mira, Carlitos, en aquel árbol hay un nido; ¿por qué no subes a cogerlo?. -No, Marisol; en el colegio nos han dicho que no debemos coger nidos. Además, mamá nos ha dicho que tengamos cuidado, y ese árbol es muy alto. -¡Menudo cobardica eres!; lo que pasa es que tienes miedo- le contestó su hermana. Carlitos, prudente y tranquilo, no hizo caso de lo que había escuchado, y siguió comiéndose su bocadillo. Marisol, rabiosa, se levantó de un salto. -Pues si no te subes tú, lo haré yo sola- dijo.

32 Sin pensárselo más, empezó a trepar
Sin pensárselo más, empezó a trepar. Al poco tiempo, y casi sin esfuerzo, estaba en lo alto del árbol, muy cerca del nido. Estiró su brazo para cogerlo; el sol le daba en la cara y sus trenzas eran más rubias que nunca. ¡Parecía mentira que una niña tan guapa y lista fuera tan imprudente!. Abajo, el pobre Carlitos suplicaba a su hermana que bajara. Pero la niña estaba ya a punto de apoderarse del nido. Para ello, tuvo que soltar una mano y ponerse en una posición en la que apenas guardaba el equilibrio. De repente escuchó detrás de ella un ruido terrible. Apenas le dio tiempo a volverse, porque sintió un fuerte tirón en sus trenzas, y se vio llevada por el aire, subiendo y subiendo, cada vez más alto...

33 Marisol, llena de miedo, lloró, llamando a su hermano
Marisol, llena de miedo, lloró, llamando a su hermano. Pero estaba ya tan arriba que ni le podía siquiera ver. La niña se volvió, descubriendo que quien la llevaba por los aires era una enorme águila. Siguió llorando, ahora ya aterrada, mientras pensaba: “¿qué va a ser de mí?; ¡ya nunca más veré a mi hermano ni a mis padres!. Eso me pasa por desobediente ¡ojalá hubiera hecho caso a Carlitos!”. De pronto, notó el suelo bajo sus pies. Estaba en lo alto de una montaña imposible de escalar. Alrededor todo eran piedras gigantescas, y arriba sólo el cielo. El pájaro le habló: - Niña, ¿por qué querías coger el nido sabiendo que las crías podían morir lejos de sus padres?. - No sé....- respondió Marisol, apenada y confundida. - Sí lo sabes; lo hacías sólo por jugar, sin pensar en lo que pasaría con tus trastadas. Ahora yo te voy a castigar- le dijo muy seria el águila.

34 Esta vez las lágrimas de Marisol eran de verdadero arrepentimiento
Esta vez las lágrimas de Marisol eran de verdadero arrepentimiento. Pero el águila no hizo ningún caso; al contrario, se puso aún más seria, y le dijo: -Aquí te quedarás para siempre jamás. La niña, horrorizada, suplicó: - ¡No, por favor!; si me abandonas aquí, moriré de pena o de hambre. Puede que incluso me caiga al vacío. Las manitas de la niña se habían juntado para suplicar, y unos lagrimones gordos como avellanas caían de sus ojos. Tan triste, aterrada y arrepentida la vio el águila que sintió pena por ella. Así que cambió de opinión, y cogiéndola de nuevo con el pico empezó a volar. Esta vez Marisol iba contenta. Durante el viaje saludó a las nubes y a los pajarillos que, curiosos, revoloteaban a su alrededor. Pronto empezó a distinguir abajo casitas, prados y árboles, y... ¡a Carlitos!. Pero el pobre niño, de tanta tristeza se había quedado dormido.

35 -¡Despierta, Marisol, que es muy tarde!- escuchó decir a su hermano.
El águila dejó caer a la niña, con tan mala suerte que se dio un fuerte golpe en la parte de atrás de la cabeza. Marisol sólo veía estrellitas a su alrededor. Después.. .nada. -¡Despierta, Marisol, que es muy tarde!- escuchó decir a su hermano. -¿Se marchó ya el águila?; ¡cuánto te he echado de menos, Carlitos!- dijo la niña. -¿Qué dices?- preguntó su hermano. El niño miraba asombrado a su hermana. -¿Es que ya no te acuerdas?; el nido..., el águila...- dijo Marisol. -No te entiendo ni una palabra. Sólo pasa que nos hemos quedado dormidos. Lo que dices lo has soñado. Claro, eso habrá sido- concluyó la pequeña. De vuelta a casa, Marisol se colocó las trenzas, y al hacerlo le dolió la cabeza justo donde se había golpeado al caer. No dijo nada a su hermano, pero levantó la vista, y vio varios nidos colgados de las ramas de los árboles. Los pequeños pajarillos piaban confiados. Y más arriba aún, pudo distinguir la hermosa figura de un águila solitaria. Índice

36 SONATINA La princesa está triste...¿qué tendrá la princesa?.
Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro, está mudo el teclado de su clave sonoro, y en su vaso, olvidada, se desmaya una flor. ¡Pobrecita princesa de los ojos azules! Está presa en sus oros, está presa en sus tules, en la jaula de mármol del palacio real; el palacio soberbio que vigilan los guardas, que custodian cien negros con sus cien alabardas, un lebrel que no duerme y un dragón colosal. “Calla, calla, princesa –dice el hada madrina En caballo con alas hacia acá se encamina, en el cinto la espada y en la mano el azor, el feliz caballero que te adora sin verte, y que llega de lejos, vencedor de la Muerte, a encenderte los labios con un beso de amor”. Rubén Darío SONATINA Índice


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