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PARA QUE LO CULTIVARA Y LO GUARDARA -II

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Presentación del tema: "PARA QUE LO CULTIVARA Y LO GUARDARA -II"— Transcripción de la presentación:

1 PARA QUE LO CULTIVARA Y LO GUARDARA -II
TEMA 5

2 Propósito: Esta ocasión continuaremos estudiando sobre el trabajo físico como uno de los medios provistos por Dios para que sus hijos encontraran regocijo, felicidad y bienestar físico. También es la forma como Dios proveyó dónde se generarían los recursos para la subsistencia.

3 Lectura bíblica: “Tomó, pues, Dios el Señor al hombre y lo puso en el jardín para que lo cultivara y lo guardara”. (Génesis 2:15)

4 Hemos estudiado que Dios colocó a Adán y Eva en el jardín del Edén y les encomendó la tarea de gobernar la tierra y dominar sobre los animales. (Génesis 1:28) El mandato para Adán y Eva implicaba acciones concertadas para gobernar la tierra. La narración bíblica registra ciertas encomiendas laborales para el hombre: “Tomó, pues, Dios el Señor al hombre y lo puso en el jardín para que lo cultivara y lo guardara”. (Génesis 2:15)…por lo que también el trabajo fue provisto por Dios como una forma de generar los recursos necesarios para la subsistencia humana.

5 La ley de Dios indica trabajar seis días
La ley de Dios indica de forma explícita “Seis días trabajarás y harás toda obra”. (Éxodo 20:9) Aún en la exposición de los mandamientos, Dios se toma el cuidado de repetir su instrucción de que fuimos creados para trabajar. El imperativo divino de trabajar seis días continúa siendo vigente para los cristianos al igual que el sábado, como día de reposo, sigue siendo un requerimiento forzoso.

6 A Israel se le asignó seis días para trabajar y descansar un solo día; el sábado. (Éxodo 20:8) Se le aseguró que de obedecer los mandamientos divinos, Dios haría prosperar tanto el resultado del trabajo como todo trabajo que sus manos emprendieran. “El Señor enviará bendición a tus graneros, a todo lo que emprendas, y te bendecirá en la tierra que el Señor tu Dios te da… para bendecir toda la obra de tus manos” (Deuteronomio 28:8,12).

7 Dios se comprometió a bendecir el granero
Dios se comprometió a bendecir el granero. Los granos eran frutos del trabajo y la cosecha. El granero actualmente representa el fruto del trabajo, es decir el salario. Dios está comprometido a bendecir el salario de sus hijos que le obedecen.

8 También bendeciría el trabajo que las manos realizaran y todo lo que sus manos emprendieran. Los textos se refieren tanto a la bendición que Dios daría al emprendimiento, como al mantenerse trabajando en lo que en algún momento se emprendió.

9 Dios no se comprometió a bendecir la mesa de los descuidados sino el granero; el lugar donde ya estaba el fruto del trabajo, así como todo esfuerzo que se ponga mientras se está empeñado en la producción laboral.

10 Jesús, nuestro Modelo perfecto en el trabajo.
“Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo” (Juan 5:17) fue la respuesta de Jesús a los judíos que lo cuestionaban por el milagro de sanar al paralítico de Betesda. El Dios hecho carne nos dio ejemplo de trabajo incansable. El verbo en tiempo presente da la idea que el trabajo es una actitud permanente tanto del Padre como la de Jesús.

11 Con justa razón al contar la parábola de los obreros de la viña, Jesús declara que el propietario muy de mañana se puso a contratar. (Mateo 20:1) Como las nueve de la mañana se fue a la plaza para poner a trabajar a un segundo grupo: a los paseadores. (Mateo 20:3) Como las doce del medio día puso al tercer grupo a trabajar. (Mateo 20:5) Una hora antes que el sol se ocultara; encontró a otros ociosos.

12 Jesús enfatiza las palabras de reproche que hace el propietario a esos ociosos que no habían trabajado durante día. Observen lo que dice y el tono en que lo dice: “¿Por qué estáis aquí todo el día sin trabajar?” (Mateo 20:6) Al parecer, los hombres aquellos salieron a buscar empleo con la esperanza de que nadie los contratara porque no se habían movido del lugar.

13 Parece que no habían caminado en busca de trabajo
Parece que no habían caminado en busca de trabajo. Las palabras que Jesús coloca en los labios del propietario son significativas; “Id también vosotros a la viña” (Mateo 20:7) El propietario de la viña los pone a trabajar no importando que sólo falta una hora para terminar la jornada del día. Aún cuando la aplicación es sobre la gracia de Dios, no podemos esquivar la filosofía que Jesús tenía en mente sobre el trabajo y que se refleja en la parábola que contó.

14 Otra de las ideas de Jesús sobre el trabajo la encontramos en Lucas 17: Esta es más contundente sobre la actitud del trabajador hacia su labor y su patrón. Muy independiente a la actitud reprobable del amo, Jesús resalta la actitud que debe asumir el siervo.

15 “Si alguno de vosotros tiene un siervo que ara o apacienta, cuando éste vuelve del campo, ¿Acaso le dice: Entra, siéntate a comer? ¿No le dice más bien: ‘Prepárame la cena, arremángate y sírveme hasta que haya yo comido y bebido. Y después, come y bebe tú’? ¿Da las gracias al siervo porque hizo lo que le había sido mandado? Pienso que no. Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que se os ha ordenado, decid: ‘Siervos inútiles somos; hemos hecho sólo lo que debíamos haber hecho”.

16 La frase: “Así también vosotros cuando hayáis hecho todo lo que se os ha ordenado, decid: ‘Siervos inútiles somos; hemos hecho sólo lo que debíamos haber hecho’…” es una clara evidencia que no está dando instrucciones a los patrones que actuaban de manera injusta en el salario y en el trato, sino sobre la actitud que deben asumir los que trabajan.

17 Estos textos nos enseñan que:
Hay que cumplir con el trabajo sin esperar agradecimientos, premios, reconocimientos, recompensas. El salario ya es suficiente. Se nos contrató por un salario y hay que desquitarlo. Hay que trabajar sin esperar que el jefe haga algo por nosotros.

18 Es necesario darle al jefe el lugar que le corresponde
Es necesario darle al jefe el lugar que le corresponde. En gran medida; de él depende nuestra permanencia en el trabajo. Realizar las encomiendas de manera inmediata. Se espera que hagamos “todo” lo que se nos ha mandado. No hay excusas para incumplir.

19 Siempre se espera que hagamos mucho más de lo que se nos ha indicado, porque hacer solamente todo lo que se nos ha mandado; nos califica como siervos inútiles. La siguiente declaración de Jesús, revela otra de sus ideas sobre el trabajo: “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. (Juan 9:4) El texto sugiere que Jesús se proponía períodos de tiempo para realizar sus tareas.

20 De este texto aprendemos que el trabajo encomendado es imperativo realizarlo, no se debe buscar pretextos para evadirlos. Se genera confianza cuando la persona es cumplida en realizar el trabajo asignado. Terminar los trabajos en un periodo de tiempo específico; nos capacita para mayores encomiendas y responsabilidades más altas.

21 El trabajo bien hecho y realizado en un tiempo establecido manifiesta nuestra eficiencia como individuos. La alta eficiencia laboral, hace a las personas indispensables en su empleo. Por otro lado, la deficiencia laboral coloca a las personas en una situación vulnerable, convirtiéndola en innecesaria y hasta en indeseable. Cuando aparece en el escenario algún otro que manifiesta eficiencia; el deficiente sale sobrando.

22 Jesús se proponía realizar su trabajo mientras la luz del día duraba
Jesús se proponía realizar su trabajo mientras la luz del día duraba. Cada día cumplía con su lista de pendientes, al parecer, sin dejar inconcluso algo. Al finalizar un periodo de tiempo específico se presentó ante su Padre para informarle sobre su obra de redención. “ … He acabado la obra que me diste que hiciera” (Juan 17:4)

23 Este texto nos muestra a un Jesús que no dejó asuntos pendientes para que el Consolador las realizara o para una siguiente oportunidad. “He acabado la obra que me diste que hiciera”. También nos indica que Jesús sabía recibir órdenes de trabajo e informaba cuando había terminado.

24 Jesús pone el equilibrio entre el trabajo, el descanso y otras responsabilidades
El sabio Maestro hace un equilibro perfecto a los casados con el trabajo. Sus palabras son como una declaración de los derechos humanos. Los que trabajan tienen el derecho de apartarse del trabajo por un poco de tiempo y descansar. “Y El les dijo: Venid, apartaos de los demás a un lugar solitario y descansad un poco. Porque había muchos que iban y venían, y ellos no tenían tiempo ni siquiera para comer”. (Marcos 6:31)

25 Ya Salomón había capturado de Dios la idea y nos lo había expresado al declarar que todo tiene su tiempo. La Biblia indica que debemos ser equilibrados al trabajar y cumplir con las obligaciones espirituales, personales, académicas, familiares, sociales y eclesiásticas y laborales.

26 La madurez cristiana nos dará el equilibrio ideal para cumplir con nuestras obligaciones de manera que no nos convirtamos en trabajólicos. Un trabajólico o adicto al trabajo es una persona que sufre un desorden de la personalidad asociado con los desordenes compulsivos-obsesivos. De ahí que el descanso diario por las noches y el de cada sábado; regenera nuestro organismo cargándolo de vitalidad para retomar con vigor y diligencia el trabajo que nos corresponde.

27 Trabajar para gloria de Dios
Todas las acciones de los cristianos; honran o deshonran a Dios. La forma como trabajamos y la cantidad que producimos también puede ser para honra de nuestro Señor.

28 Pablo indica que en tareas tan comunes como el comer y beber o hacer cualquier otra actividad, debe ser para la Gloria de Dios. (1 Corintios 10:31) En Colosenses 3:23 exhorta a sus lectores a hacer todo el trabajo como para el Señor.

29 En el cielo y en la nueva tierra, los redimidos seguirán trabajando
Isaías vislumbró que tanto en el cielo como en la nueva tierra, los redimidos “…edificarán casas, y morarán en ellas, plantarán viñas, y comerán del fruto de ellas… No trabajarán en vano…” (Isaías 65: 17, 21 y 23) En los cielos nuevos y tierra nueva, los hijos de Dios seguirán trabajando. Juan dice que los redimidos seguirán siendo siervos que estarán a las órdenes del Señor. (Apocalipsis 22:3).

30 Lo atractivo del hogar de los redimidos, no es la falta de trabajo, sino la ausencia de la maldición que hace difícil el trabajo. El cuerpo de los redimidos volverá a ser lleno de energía y vigor físico. Trabajarán sin fatiga, sin cansancio, sin debilidad, sin enfermedad, sin ninguna limitación del cuerpo que nos imposibilite servir a Dios.

31 Conclusión Esta ocasión quiero invitarles a:
Hacer el compromiso con nosotros mismos de desempeñar nuestro trabajo como que si lo hiciéramos para el Señor.

32 Confiar en las promesas que Dios hizo a los que le obedecen
Confiar en las promesas que Dios hizo a los que le obedecen. Dios está comprometido a bendecir el salario de sus hijos obedientes. También bendeciría el trabajo que las manos realizaran y todo lo que sus manos emprendieran. Mantenerse fieles en la espera de Aquel que nos prometió volver para llevarnos a casa, y debido a que vamos a cielos nuevos y tierra nueva, esperemos con paciencia el glorioso retorno del Señor.

33 PARA QUE LO CULTIVARA Y LO GUARDARA -II
TEMA 5


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