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La respuesta cristiana al escándalo del mal y al enigma de la muerte

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Presentación del tema: "La respuesta cristiana al escándalo del mal y al enigma de la muerte"— Transcripción de la presentación:

1 La respuesta cristiana al escándalo del mal y al enigma de la muerte

2 El problema del mal Si hay Dios, ¿porqué existe el mal y el sufrimiento? La historia de la humanidad es una sucesión de sangre, sudor y lágrimas, de dolor, tristeza y miedo, de abandono, desesperación y muerte. “La fe en Dios Padre Todopoderoso puede ser puesta a prueba por la experiencia del mal y del sufrimiento”. (nº272 CIC) “A veces Dios puede parecer ausente e incapaz de impedir el mal”. (nº272 CIC)

3 El problema del mal “¿Por qué Dios no creó un mundo tan perfecto que en el no pudiera existir ningún mal?”. (CIC 310) “Estas experiencias del sufrimiento inocente e injusto constituyen un argumento existencialmente mucho más fuerte contra la creencia en Dios que todos los argumentos basados en la teoría del conocimiento, en las ciencias, en la crítica de la religión y de la ideología y en cualquier tipo de razonamiento filosófico”. (Cardenal Kasper)

4 El problema del mal La presencia del mal y del sufrimiento en el mundo “constituye para muchos la dificultad principal para aceptar la verdad de la Providencia Divina” (Juan Pablo II). “En algunos casos esta dificultad asume una forma radical, cuando incluso se acusa a Dios del mal y del sufrimiento presente en el mundo llegando hasta rechazar la verdad misma de Dios y de su existencia” , todo ello por “la dificultad de conciliar entre sí la verdad de la Providencia Divina, de la paterna solicitud de Dios hacia el mundo creado, y la realidad del mal y el sufrimiento”. (Juan Pablo II)

5 ¿Cuál es la respuesta? Hemos de distinguir entre el mal “en sentido físico” y el mal “en sentido moral”. El mal físico: Es inherente a la condición del hombre y de la creación. El hombre es un ser finito que está sujeto a la enfermedad y a la muerte; además, ha de vivir en un universo en el que se producen determinados fenómenos naturales productores de daño y de sufrimiento.

6 ¿Cuál es la respuesta? El mal moral:
“Este mal decidida y absolutamente Dios no lo quiere”. (Juan Pablo II) Es radicalmente contrario a la voluntad de Dios y su autor es exclusivamente el hombre, al haber hecho mal uso de su libertad. ¿Por qué tolera Dios este mal? Porque para Dios la existencia de unos seres libres es un valor más importante y fundamental que el hecho de que aquellos seres libres abusen de su propia libertad contra el Creador.

7 ¿Cuál es la respuesta? Sólo habiendo Dios es posible contemplar el infinito sufrimiento de este mundo y mantener la esperanza. Sólo creyendo confiadamente en el Dios incomprensible y siempre mayor puede el hombre tener fundadas esperanzas de atravesar el ancho y hondo río del dolor de este mundo: consciente de que por encima del abismo, del dolor y del mal, una mano se extiende hacia él.

8 ¿Cuál es la respuesta? El sufrimiento es inherente a la condición humana Solamente mediante la intervención redentora de Dios es posible que surja un hombre nuevo liberado de la muerte, del dolor y del sufrimiento. Es desde la perspectiva del sufrimiento y de la muerte de Jesús como el dolor y el sufrimiento de cada hombre cobra un nuevo sentido. El sufrimiento, el dolor y la muerte siguen acompañando al hombre; pero en la pasión y en la resurrección de Jesús ese sufrimiento recibe un sentido.

9 ¿Cuál es la respuesta? La conciliación entre el mal y el sufrimiento en el mundo y la Providencia Divina no es posible sin hacer referencia a Cristo. Con la pasión, muerte y resurrección de Jesús se confirma que Dios está al lado del hombre en su sufrimiento. Con Cristo el dolor, el sufrimiento y la muerte no tienen la última palabra. Son vencidos mediante su resurrección que, como primicia de la de todos nosotros, supone una alegre promesa de vida eterna en la que no hay lugar para el dolor, ni para el sufrimiento y ni para la muerte.

10 La muerte Esta nos hace experimentar nuestra finitud, nuestras limitaciones, la brevedad del tiempo. La semilla de eternidad que lleva en sí el hombre, por ser irreductible a la materia, se levanta contra la muerte. Los esfuerzos de la técnica no pueden calmar la ansiedad del hombre. La longevidad que nos da la biología no puede satisfacer el deseo de más allá que surge del corazón humano.

11 La vida eterna El hombre ha sido creado por Dios para un destino feliz más allá de la miseria terrestre. La muerte corporal ha sido vencida con la resurrección de Cristo. El “más allá” es un don de Dios. Dios nos lo ofrece como él lo ha concebido, no como lo imaginamos nosotros. No es la simple prolongación de la vida. Sino un compartir la vida divina.

12 La vida eterna El hombre ha sido creado por Dios para la vida.
La vida del hombre incluye dos vocaciones. Primero, la vida en sus relaciones terrenas. Se trata de una vida biológica. Implica afectividad, trabajo, felicidad, pasiones, acción cultura, justicia, amor. Pero está limitada por el final biológico. Segundo, la vida en Dios. Es la vida eterna.

13 La vida eterna “La vida eterna, y sólo ella, es la respuesta suficiente a la cuestión sobre la existencia y la muerte humanas en este mundo” (Joseph Ratzinger)

14 El sentido del más allá y la muerte
La fe cristiana enseña que la muerte corporal entró en la historia a consecuencia del pecado. ¿Qué quiere decirse con eso? ¿Es una concepción científica que intenta explicar el origen de la muerte biológica, que supone que ésta no hubiera existido si no hubiera pecado? ¿O es una lectura teológica que explica las consecuencias espirituales en las que el pecado dio lugar al estatuto de la muerte?

15 El sentido del más allá y la muerte
Hay que salir de esta confusión. El hombre es un ser biológicamente constitutivamente mortal: La muerte biológica está inserta en nuestros genes. La finitud caracteriza esencialmente al hombre. No es la muerte biológica, sino la muerte según su dimensión “religiosa” la que es consecuencia del pecado. La muerte para el hombre no es sólo algo biológico.

16 El sentido del más allá y la muerte
La muerte lleva incorporada la idea de temor, miedo, ansiedad y esperanza. Esas dimensiones prevalecen sobre la definición meramente biológica. La muerte (consustancial al hombre) ha adquirido por obra del pecado una nueva dimensión. Con el pecado, se convierte en una muerte. espiritual que impide el acceso a la eternidad. Con el pecado la muerte ya no tiene un más allá.

17 El sentido del más allá y la muerte
De esa muerte es de la que habla la fe cristiana. Y esa es la que sí es consecuencia del pecado. La muerte (a causa del pecado) ya no es una etapa normal del camino del hombre hacia el cumplimiento de su destino (el acceso a Dios en la vida eterna). Sino que se percibe como un fracaso, como la aniquilación total.

18 El sentido del más allá y la muerte
Dios nos salva de esa muerte “espiritual” así entendida. No es la muerte biológica la que ha quedado abolida. Sino la muerte entendida como separación entre nosotros y la eternidad de Dios. Una vez hemos sido transformados por la salvación que Dios nos da en Cristo, la muerte biológica sigue formando parte de nuestra existencia. Pero ya no afecta a nuestro destino.


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